
Nintendo Switch
Los claroscuros de Norselia
Triangle Strategy recupera el mejor rol táctico de la clásica Squaresoft y lo sumerge en un oasis de fascinantes ideas

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Nintendo Switch se ha convertido en el escaparate de Square Enix para algunos de sus trabajos de estilo más clásico. La portátil de Nintendo carece de potencia técnica, pero es fenomenal para aquellos juegos que tratan de experimentar con géneros tradicionales, o simplemente alimentar ese espíritu retro cada vez más asentado. Juegos como Octopath Traveler, Bravely Default 2, Trials of Mana, Oninaki... son ejemplos de cómo la compañía japonesa más conocida por Final Fantasy, sigue manteniendo el gusto por crear juegos como en su época dorada de Super Nintendo y PlayStation. Triangle Strategy es otra muestra de esta filosofía, un juego que sin alardes técnicos, trata de recuperar experiencias como Final Fantasy Tactics. La psinergía entre Square Enix y Nintendo queda patente cuando este juego, como muchos otros, forman parte de la selecta estrategia de promoción de la consola.
Las cicatrices de la guerra ferrosalina
El continente de Norselia está dividido en tres grandes países. Glaucoburgo, en el centro, es un enclave comercial y está regentado por una monarquía sustentada por la nobleza, inspirado en el sistema político tradicional europeo. El archiducado de Fraguahelada, en el norte, dispone de amplias reservas de hierro que emplea para potenciar su ejército y flota, la más poderosa del continente, y su gobierno recuerda al de una potencia con ínfulas liberales. Por último, Dunálgida es un país basado en la religión y cuya ventaja estratégica, sus grandes reservas naturales de sal, actúan en cierto modo como el petróleo: es un bien preciado que les otorga muchas riquezas y enorme capacidad económica. Los tres países se vieron envueltos en una guerra hace 30 años, la guerra ferrosalina, en la cual la lucha por una posición de poder en el continente desató un sangriento y devastador conflicto militar.

Las heridas no sanadas de la guerra son un tema capital en Triangle Strategy. El continente de Norselia mantiene la paz durante las últimas tres décadas, pero el equilibrio es cada vez más difícil de mantener. Las tres potencias están a punto de firmar un acuerdo para establecer un reparto igualitario de los recursos que aleje los conflictos del pasado, pero la tensión se respira en el ambiente. Quien una vez fue arrasado por el vecino, es incapaz de confiar otra vez en él; aquel que mantiene una ventaja estratégica incontestable no va a ceder por las buenas su posición. La trama de Triangle Strategy, como la historia humana, es un vaivén de infortunios en el que la estabilidad y la paz nunca están garantizadas. La narrativa muestra una madurez poco común en los videojuegos ya desde los primeros compases, hace trizas el maniqueísmo y nos presenta un contexto histórico que, pese a ser fantástico, no se aleja mucho de ciertas etapas históricas reales.
El jugador toma el papel de Serinoa, recién nombrado patriarca de la casa Wolffort, vasallo de Glaucoburgo. El recorrido de este personaje a lo largo de 30 o 40 horas será una montaña rusa de emociones y situaciones difíciles. Pero él no es ni mucho menos el único protagonista de esta historia; de hecho, él no tomará la mayoría de las decisiones de forma directa. Lo harán sus aliados de confianza. Triangle Strategy orquesta un gran número de interludios argumentales para profundizar en los personajes, de todos ellos conoceremos su pasado, sus anhelos, sus puntos débiles y su modo de ver la vida. El papel de todos ellos es fundamental en el desarrollo de la historia, pues estamos en uno de los RPG más interactivos que se han hecho desde un punto de vista narrativo.

¿Pero esto no es un juego de estrategia? En realidad, Triangle Strategy otorga la misma importancia a la narrativa y el argumento que a la planificación militar y el combate. En ocasiones, parece que estamos jugando a una visual novel en la cual la historia progresa de forma bastante expositiva, pero cuidado, nada de lo que sucede está colocado al azar. Con la excepción del primer acto del juego, en el cual se establece el contexto argumental y puede demorarse hasta 8 horas. El jugador en estos primeros compases simplemente va a conocer alrededor de 30 personajes que serán relevantes, como pequeños engranajes que se ensamblan en una maquinaria que más tarde se pondrá a funcionar a máximo rendimiento. Estos preámbulos, si bien parecen algo anodinos, más tarde encuentran perfecta justificación, y además sirven para introducir el sistema de combate, que también hace gala de una importante complejidad, como desgranaré más adelante.
A lo largo de más de 17 capítulos la jugabilidad se reparte en cuatro etapas, entre las cuales por supuesto está el combate. Cuando ya hemos presenciando la trama de un capítulo a través de varios diálogos, también vamos a acceder a unas fases de "exploración" que transforman el juego en un RPG tradicional, con un escenario por el que moverse, personajes con los que mantener conversaciones sencillas y tesoros por encontrar. El diseño de estas fases es bastante primitivo y escueto, y aunque añaden cierta variedad, en última instancia se sienten poco interesantes. Sin embargo también son importantes, ya que si realizamos nuestras investigaciones con éxito, y somos capaces de extraer información útil de los personajes o encontrar ítems especiales, más tarde podremos desbloquear opciones únicas de diálogo en lo que Triangle Strategy denomina la "balanza de la decisión".
Una narrativa ramificada
En determinados capítulos se presenta una disyuntiva importante, como por ejemplo pedir ayuda a un aliado o enfrentarse a él; a veces es un dilema con tres opciones, como acudir a sofocar un conflicto que surge en tres ubicaciones distintas. Aquí entra en juego esta "balanza de decisión", unos capítulos breves de Triangle Strategy en los cuales Serinoa delega en sus aliados de confianza qué opción tomar a continuación. Los aliados deben votar en la balanza qué prefieren, pero Serinoa puede interceder en esa decisión. Cada uno de los aliados tiene unos principios a veces opuestos, y el Serinoa tiene que intentar convencer a aquellos cuya decisión no coincida para tratar de conseguir que hagan lo que el jugador quiere. Esta mecánica es sumamente interesante, pues obliga al jugador a conocer bien a sus aliados y mediante un diálogo con varias alternativas, tratar de decirle lo que necesita oír para que cambie su opinión. La complejidad es más elevada de la que parece, ya que las acciones de Serinoa también influyen en la persuasión: si hasta ahora el señor Wolffort había tomado decisiones honorables, le será muy difícil convencer a otros para ejecutar una argucia traicionera, por ejemplo.

Las decisiones de Triangle Strategy están en todas partes y tienen efecto sobre tres parámetros invisibles al jugador. Tal y como se indica en el material promocional del juego (pero no dentro del juego), estos tres índices son utilidad, moralidad y libertad. A menudo, el jugador no será capaz de discernir cómo funciona exactamente este sistema de decisiones, no solo porque no hay un medidor con puntos que indique el "perfil" de nuestro personaje, sino porque la influencia de cada parámetro es difícil de asociar con algunas acciones. Así, se rompe de manera absoluta la omnisciencia del jugador, y el progreso de la aventura se siente muy orgánico, fomenta la sensación de que las decisiones importan. El argumento tiene tendencia a situar a Serinoa en callejones sin salida, forzando elegir entre qué sacrificio realizar a cambio de obtener una recompensa, y siempre lo consigue de manera elegante y bien justificada.
Lo mejor de todo es que las decisiones tienen un impacto directo sobre la jugabilidad. El desarrollo se bifurca en varios caminos en hasta 10 ocasiones, y esto implica que la historia cambia de manera decisiva, como en un juego de "elige tu propia aventura", con la salvedad de que cada ramificación se unifica llegado a cierto punto. Dicho de otro modo: la cantidad de situaciones distinta no es exponencial, pero sí que cada decisión tiene un impacto importante sobre cómo los personajes evolucionan en la historia, o cómo Serinoa es capaz de tomar decisiones de determinada naturaleza específica. En uno de los momentos más tensos del argumento, tenemos la opción de apoyar la causa de un rey, pero si aceptamos tendremos que hacer frente a una dura batalla que pondrá en peligro a nuestro pueblo; la otra opción es desistir de ello y proteger a nuestro pueblo, perdiendo a su vez la fiabilidad y honorabilidad de nuestro nombre.

Esta narrativa ramificada es fabulosa porque el argumento de Triangle Strategy es implacable. Emplea su ambientación de fantasía medieval para tratar temas de alta complejidad, y lo hace casi siempre de manera excelente. Encontramos temas como el racismo, el fanatismo religioso, la esclavitud, las mentiras estatales, la manipulación mediática o la tiranía de las élites. La naturaleza humana está representada en los muchos personajes y situaciones que Serinoa encontrará en su camino, y ante los cuales deberá ejercer la filosofía aristotélica de la virtud: buscar el punto medio entre dos extremos, que no siempre existe. Aunque en este caso, los extremos son tres, haciendo relevante el propio título del juego.
Entre la exposición argumental, las fases de exploración, y la toma de decisiones está por último el cuarto pilar del juego: el combate. Muchos conflictos que se desarrollan acaban tomando las armas, pues Serinoa y su casa Wolffort son conocidos por su fiereza en la batalla. Cada capítulo del juego incluye un combate obligatorio y otro opcional, que duran entre 15 y 30 minutos. Esto significa que una partida convencional tendrá alrededor de 35 combates. A grandes rasgos podríamos decir que la mitad del juego es argumento, y la otra mitad es rol táctico. Para quien no esté familiarizado con este término, el rol táctico es un sistema de combates por turnos en el cual cada personaje se mueve por un escenario que simula un tablero de ajedrez, y dispone de varias características típicas del rol como nivel de experiencia, atributos de ataque y defensa o habilidades especiales.
RPG táctico de altas prestaciones
Si al principio habíamos mencionado Final Fantasy Tactics no es casualidad, pues entre las múltiples similitudes que encuentra con Triangle Strategy, el combate es quizá la mayor de ellas. Los combates hacen gala de una complejidad considerable, y en ellos tendremos que confeccionar nuestra estrategia de forma meticulosa. A grandes rasgos encontramos los perfiles clásicos como el escudo humano capaz de absorber mucho daño, el arquero que puede atacar a distancia, el mago capaz de ejecutar hechizos de área o el espadachín equilibrado que puede hacer un poco de todo. Pero lo más interesante son las pequeñas mecánicas que enriquecen todo el cóctel y añaden efectos de todo tipo. Por ejemplo, uno de los personajes es capaz de alterar la climatología y crear efectos diversos sobre los ataques y las casillas del campo de batalla; otro puede volar y colocarse en los tejados para disparar de manera estratégica; la magia puede combinarse con el suelo para crear efectos devastadores, como por ejemplo prender fuego a varias casillas que causa daño continuo. El número de pequeñas ideas como estas, que pueden crear efectos enormes, no para de aumentar conforme avanza el juego, y permite al jugador elaborar un escuadrón muy variopinto, que pueda ejecutar estrategias conjuntas de lo más divertido.

Un detalle especialmente interesante es la opción de realizar ataques que saquen partido de nuestra posición, como golpear por la espalda, o ejecutar un ataque combinado entre dos unidades, que potencia nuestras acciones, ¡pero también las del enemigo! si conseguimos sacar provecho de ello, conseguiremos puntos que más tarde podremos canjear por mejoras y objetos muy útiles. Triangle Strategy es un juego desafiante, pero nos deja cancha para mejorar si somos capaces de interiorizar sus mecánicas y aprender las debilidades de los enemigos. Además, es autoconsciente de su naturaleza narrativa, y para los jugadores menos experimentados en el combate táctico hay numerosas opciones para hacerlo más llevadero, como reducir la dificultad, o ganar experiencia incluso aunque perdamos un combate. En última instancia, sabe que necesita crear un sistema divertido, y por ello, otorga al jugador muchísimas herramientas para que pueda solucionar los combates, como objetos, nuevas habilidades de forma constante, o la opción de repetir batallas opcionales para subir nivel, un recurso que también han incluido otros juegos como este en la actualidad, y soluciona un problema clásico del género, en el que se podía bloquear el progreso.
Cuando terminamos el juego existen muchos motivos para volverlo a jugar, como elegir otra ruta argumental, jugar a mayor dificultad y elegir otros personajes para el combate. Triangle Strategy es de los pocos RPG tácticos que de verdad me ha incitado a volver a jugar desde el principio, para vivir su historia desde otra perspectiva con decisiones distintas, desbloquear otros personajes, y seguir disfrutando de sus combates utilizando estrategias que dejé de lado en mi primera partida. Este es un punto poco común en juegos con una historia tan densa, pero además incorpora una característica muy interesante: en la segunda partida podemos ver los parámetros de libertad, moralidad y utilidad que rigen a Serinoa, lo que nos ayuda a desbloquear todo aquello que tengamos pendiente. Es un pequeño detalle que sin embargo, resulta significativamente motivador para regresar a Norselia.

Cada vez estoy más convencido de que un juego necesita un diseño artístico elaborado para sentirse especial. Triangle Strategy me ha hecho reafirmar esta sensación. Su estilo gráfico, que Square Enix llama "2D-HD" se asemeja a lo visto en Octopath Traveler, y parece que será aprovechado en más proyectos de la compañía, como el próximo Live A Live. Este diseño visual es muy llamativo por su combinación de elementos muy pixelados, junto a efectos y menús de alta definición. En muchos momentos de Triangle Strategy parece que estamos jugando a un juego de mesa, pues el escenario de forma cuadrada se puede girar, acercar y mover de cualquier manera, y resulta todo un placer. La carencia de trabajados modelados tridimensionales para los personajes provoca que tanto Serinoa como los demás no tengan expresiones faciales, pero esa pérdida de expresividad se ve potenciada por el excelente trabajo de guión que esconden los diálogos. Esto es, de una forma pura y clásica, un juego de rol en el que la imaginación del jugador es esencial.
Esto solo es la punta del iceberg. El arte de Triangle Strategy se ve reflejado en los retratos de los personajes, la banda sonora o el lore de Norselia, que ponen en valor el trabajo de los artistas, compositores y dibujantes como en los viejos tiempos, cuando la presencia de Yoshitaka Amano, Koji Kondo, Akira Toriyama o Yuzo Koshiro tenían verdadero protagonismo. Aquí no hemos venido a ver diseños poligonales ultradetallados ni enormes mundos abiertos, hemos venido a ver mundos reflejados en el lápiz, el papel y la personalidad del creativo. Siempre pensé que nunca se debe abandonar este tipo de propuestas, de medios técnicos humildes, pero enorme potencial artístico por su poder evocador, y Triangle Strategy es un ejemplo magnífico de a qué me refiero.
Conclusiones
Un juego como Triangle Strategy no se ve todos los días, aunque a primera vista parezca que sí. Está diseñado con suma inteligencia, poniendo como prioridad su enfoque narrativo y jugabilidad clásica, los cuales se compaginan de maravilla. La historia que te quiere contar tiene múltiples caminos, todos ellos salpicados por la escala de grises del ser humano, que se ve reflejada en su extenso reparto de personajes. Nada en esta aventura bélica está puesto al azar, y tras su relajado inicio argumental, es capaz de desplegar un sistema de juego sólido como una roca, con muchos episodios memorables.
Las cicatrices de la guerra ferrosalina
El continente de Norselia está dividido en tres grandes países. Glaucoburgo, en el centro, es un enclave comercial y está regentado por una monarquía sustentada por la nobleza, inspirado en el sistema político tradicional europeo. El archiducado de Fraguahelada, en el norte, dispone de amplias reservas de hierro que emplea para potenciar su ejército y flota, la más poderosa del continente, y su gobierno recuerda al de una potencia con ínfulas liberales. Por último, Dunálgida es un país basado en la religión y cuya ventaja estratégica, sus grandes reservas naturales de sal, actúan en cierto modo como el petróleo: es un bien preciado que les otorga muchas riquezas y enorme capacidad económica. Los tres países se vieron envueltos en una guerra hace 30 años, la guerra ferrosalina, en la cual la lucha por una posición de poder en el continente desató un sangriento y devastador conflicto militar.


Las heridas no sanadas de la guerra son un tema capital en Triangle Strategy. El continente de Norselia mantiene la paz durante las últimas tres décadas, pero el equilibrio es cada vez más difícil de mantener. Las tres potencias están a punto de firmar un acuerdo para establecer un reparto igualitario de los recursos que aleje los conflictos del pasado, pero la tensión se respira en el ambiente. Quien una vez fue arrasado por el vecino, es incapaz de confiar otra vez en él; aquel que mantiene una ventaja estratégica incontestable no va a ceder por las buenas su posición. La trama de Triangle Strategy, como la historia humana, es un vaivén de infortunios en el que la estabilidad y la paz nunca están garantizadas. La narrativa muestra una madurez poco común en los videojuegos ya desde los primeros compases, hace trizas el maniqueísmo y nos presenta un contexto histórico que, pese a ser fantástico, no se aleja mucho de ciertas etapas históricas reales.
«La narrativa muestra una madurez poco común en los videojuegos»
El jugador toma el papel de Serinoa, recién nombrado patriarca de la casa Wolffort, vasallo de Glaucoburgo. El recorrido de este personaje a lo largo de 30 o 40 horas será una montaña rusa de emociones y situaciones difíciles. Pero él no es ni mucho menos el único protagonista de esta historia; de hecho, él no tomará la mayoría de las decisiones de forma directa. Lo harán sus aliados de confianza. Triangle Strategy orquesta un gran número de interludios argumentales para profundizar en los personajes, de todos ellos conoceremos su pasado, sus anhelos, sus puntos débiles y su modo de ver la vida. El papel de todos ellos es fundamental en el desarrollo de la historia, pues estamos en uno de los RPG más interactivos que se han hecho desde un punto de vista narrativo.

¿Pero esto no es un juego de estrategia? En realidad, Triangle Strategy otorga la misma importancia a la narrativa y el argumento que a la planificación militar y el combate. En ocasiones, parece que estamos jugando a una visual novel en la cual la historia progresa de forma bastante expositiva, pero cuidado, nada de lo que sucede está colocado al azar. Con la excepción del primer acto del juego, en el cual se establece el contexto argumental y puede demorarse hasta 8 horas. El jugador en estos primeros compases simplemente va a conocer alrededor de 30 personajes que serán relevantes, como pequeños engranajes que se ensamblan en una maquinaria que más tarde se pondrá a funcionar a máximo rendimiento. Estos preámbulos, si bien parecen algo anodinos, más tarde encuentran perfecta justificación, y además sirven para introducir el sistema de combate, que también hace gala de una importante complejidad, como desgranaré más adelante.
«En ocasiones, parece que estamos jugando a una visual novel en la cual la historia progresa de forma bastante expositiva, pero cuidado, nada de lo que sucede está colocado al azar»
A lo largo de más de 17 capítulos la jugabilidad se reparte en cuatro etapas, entre las cuales por supuesto está el combate. Cuando ya hemos presenciando la trama de un capítulo a través de varios diálogos, también vamos a acceder a unas fases de "exploración" que transforman el juego en un RPG tradicional, con un escenario por el que moverse, personajes con los que mantener conversaciones sencillas y tesoros por encontrar. El diseño de estas fases es bastante primitivo y escueto, y aunque añaden cierta variedad, en última instancia se sienten poco interesantes. Sin embargo también son importantes, ya que si realizamos nuestras investigaciones con éxito, y somos capaces de extraer información útil de los personajes o encontrar ítems especiales, más tarde podremos desbloquear opciones únicas de diálogo en lo que Triangle Strategy denomina la "balanza de la decisión".
Una narrativa ramificada
En determinados capítulos se presenta una disyuntiva importante, como por ejemplo pedir ayuda a un aliado o enfrentarse a él; a veces es un dilema con tres opciones, como acudir a sofocar un conflicto que surge en tres ubicaciones distintas. Aquí entra en juego esta "balanza de decisión", unos capítulos breves de Triangle Strategy en los cuales Serinoa delega en sus aliados de confianza qué opción tomar a continuación. Los aliados deben votar en la balanza qué prefieren, pero Serinoa puede interceder en esa decisión. Cada uno de los aliados tiene unos principios a veces opuestos, y el Serinoa tiene que intentar convencer a aquellos cuya decisión no coincida para tratar de conseguir que hagan lo que el jugador quiere. Esta mecánica es sumamente interesante, pues obliga al jugador a conocer bien a sus aliados y mediante un diálogo con varias alternativas, tratar de decirle lo que necesita oír para que cambie su opinión. La complejidad es más elevada de la que parece, ya que las acciones de Serinoa también influyen en la persuasión: si hasta ahora el señor Wolffort había tomado decisiones honorables, le será muy difícil convencer a otros para ejecutar una argucia traicionera, por ejemplo.


Las decisiones de Triangle Strategy están en todas partes y tienen efecto sobre tres parámetros invisibles al jugador. Tal y como se indica en el material promocional del juego (pero no dentro del juego), estos tres índices son utilidad, moralidad y libertad. A menudo, el jugador no será capaz de discernir cómo funciona exactamente este sistema de decisiones, no solo porque no hay un medidor con puntos que indique el "perfil" de nuestro personaje, sino porque la influencia de cada parámetro es difícil de asociar con algunas acciones. Así, se rompe de manera absoluta la omnisciencia del jugador, y el progreso de la aventura se siente muy orgánico, fomenta la sensación de que las decisiones importan. El argumento tiene tendencia a situar a Serinoa en callejones sin salida, forzando elegir entre qué sacrificio realizar a cambio de obtener una recompensa, y siempre lo consigue de manera elegante y bien justificada.
«Cada decisión tiene un impacto importante sobre cómo los personajes evolucionan en la historia»
Lo mejor de todo es que las decisiones tienen un impacto directo sobre la jugabilidad. El desarrollo se bifurca en varios caminos en hasta 10 ocasiones, y esto implica que la historia cambia de manera decisiva, como en un juego de "elige tu propia aventura", con la salvedad de que cada ramificación se unifica llegado a cierto punto. Dicho de otro modo: la cantidad de situaciones distinta no es exponencial, pero sí que cada decisión tiene un impacto importante sobre cómo los personajes evolucionan en la historia, o cómo Serinoa es capaz de tomar decisiones de determinada naturaleza específica. En uno de los momentos más tensos del argumento, tenemos la opción de apoyar la causa de un rey, pero si aceptamos tendremos que hacer frente a una dura batalla que pondrá en peligro a nuestro pueblo; la otra opción es desistir de ello y proteger a nuestro pueblo, perdiendo a su vez la fiabilidad y honorabilidad de nuestro nombre.


Esta narrativa ramificada es fabulosa porque el argumento de Triangle Strategy es implacable. Emplea su ambientación de fantasía medieval para tratar temas de alta complejidad, y lo hace casi siempre de manera excelente. Encontramos temas como el racismo, el fanatismo religioso, la esclavitud, las mentiras estatales, la manipulación mediática o la tiranía de las élites. La naturaleza humana está representada en los muchos personajes y situaciones que Serinoa encontrará en su camino, y ante los cuales deberá ejercer la filosofía aristotélica de la virtud: buscar el punto medio entre dos extremos, que no siempre existe. Aunque en este caso, los extremos son tres, haciendo relevante el propio título del juego.
«A grandes rasgos podríamos decir que la mitad del juego es argumento, y la otra mitad es rol táctico»
Entre la exposición argumental, las fases de exploración, y la toma de decisiones está por último el cuarto pilar del juego: el combate. Muchos conflictos que se desarrollan acaban tomando las armas, pues Serinoa y su casa Wolffort son conocidos por su fiereza en la batalla. Cada capítulo del juego incluye un combate obligatorio y otro opcional, que duran entre 15 y 30 minutos. Esto significa que una partida convencional tendrá alrededor de 35 combates. A grandes rasgos podríamos decir que la mitad del juego es argumento, y la otra mitad es rol táctico. Para quien no esté familiarizado con este término, el rol táctico es un sistema de combates por turnos en el cual cada personaje se mueve por un escenario que simula un tablero de ajedrez, y dispone de varias características típicas del rol como nivel de experiencia, atributos de ataque y defensa o habilidades especiales.
RPG táctico de altas prestaciones
Si al principio habíamos mencionado Final Fantasy Tactics no es casualidad, pues entre las múltiples similitudes que encuentra con Triangle Strategy, el combate es quizá la mayor de ellas. Los combates hacen gala de una complejidad considerable, y en ellos tendremos que confeccionar nuestra estrategia de forma meticulosa. A grandes rasgos encontramos los perfiles clásicos como el escudo humano capaz de absorber mucho daño, el arquero que puede atacar a distancia, el mago capaz de ejecutar hechizos de área o el espadachín equilibrado que puede hacer un poco de todo. Pero lo más interesante son las pequeñas mecánicas que enriquecen todo el cóctel y añaden efectos de todo tipo. Por ejemplo, uno de los personajes es capaz de alterar la climatología y crear efectos diversos sobre los ataques y las casillas del campo de batalla; otro puede volar y colocarse en los tejados para disparar de manera estratégica; la magia puede combinarse con el suelo para crear efectos devastadores, como por ejemplo prender fuego a varias casillas que causa daño continuo. El número de pequeñas ideas como estas, que pueden crear efectos enormes, no para de aumentar conforme avanza el juego, y permite al jugador elaborar un escuadrón muy variopinto, que pueda ejecutar estrategias conjuntas de lo más divertido.

Un detalle especialmente interesante es la opción de realizar ataques que saquen partido de nuestra posición, como golpear por la espalda, o ejecutar un ataque combinado entre dos unidades, que potencia nuestras acciones, ¡pero también las del enemigo! si conseguimos sacar provecho de ello, conseguiremos puntos que más tarde podremos canjear por mejoras y objetos muy útiles. Triangle Strategy es un juego desafiante, pero nos deja cancha para mejorar si somos capaces de interiorizar sus mecánicas y aprender las debilidades de los enemigos. Además, es autoconsciente de su naturaleza narrativa, y para los jugadores menos experimentados en el combate táctico hay numerosas opciones para hacerlo más llevadero, como reducir la dificultad, o ganar experiencia incluso aunque perdamos un combate. En última instancia, sabe que necesita crear un sistema divertido, y por ello, otorga al jugador muchísimas herramientas para que pueda solucionar los combates, como objetos, nuevas habilidades de forma constante, o la opción de repetir batallas opcionales para subir nivel, un recurso que también han incluido otros juegos como este en la actualidad, y soluciona un problema clásico del género, en el que se podía bloquear el progreso.
«Cuando terminamos el juego existen muchos motivos para volverlo a jugar»
Cuando terminamos el juego existen muchos motivos para volverlo a jugar, como elegir otra ruta argumental, jugar a mayor dificultad y elegir otros personajes para el combate. Triangle Strategy es de los pocos RPG tácticos que de verdad me ha incitado a volver a jugar desde el principio, para vivir su historia desde otra perspectiva con decisiones distintas, desbloquear otros personajes, y seguir disfrutando de sus combates utilizando estrategias que dejé de lado en mi primera partida. Este es un punto poco común en juegos con una historia tan densa, pero además incorpora una característica muy interesante: en la segunda partida podemos ver los parámetros de libertad, moralidad y utilidad que rigen a Serinoa, lo que nos ayuda a desbloquear todo aquello que tengamos pendiente. Es un pequeño detalle que sin embargo, resulta significativamente motivador para regresar a Norselia.


Cada vez estoy más convencido de que un juego necesita un diseño artístico elaborado para sentirse especial. Triangle Strategy me ha hecho reafirmar esta sensación. Su estilo gráfico, que Square Enix llama "2D-HD" se asemeja a lo visto en Octopath Traveler, y parece que será aprovechado en más proyectos de la compañía, como el próximo Live A Live. Este diseño visual es muy llamativo por su combinación de elementos muy pixelados, junto a efectos y menús de alta definición. En muchos momentos de Triangle Strategy parece que estamos jugando a un juego de mesa, pues el escenario de forma cuadrada se puede girar, acercar y mover de cualquier manera, y resulta todo un placer. La carencia de trabajados modelados tridimensionales para los personajes provoca que tanto Serinoa como los demás no tengan expresiones faciales, pero esa pérdida de expresividad se ve potenciada por el excelente trabajo de guión que esconden los diálogos. Esto es, de una forma pura y clásica, un juego de rol en el que la imaginación del jugador es esencial.
«En muchos momentos de Triangle Strategy parece que estamos jugando a un juego de mesa»
Esto solo es la punta del iceberg. El arte de Triangle Strategy se ve reflejado en los retratos de los personajes, la banda sonora o el lore de Norselia, que ponen en valor el trabajo de los artistas, compositores y dibujantes como en los viejos tiempos, cuando la presencia de Yoshitaka Amano, Koji Kondo, Akira Toriyama o Yuzo Koshiro tenían verdadero protagonismo. Aquí no hemos venido a ver diseños poligonales ultradetallados ni enormes mundos abiertos, hemos venido a ver mundos reflejados en el lápiz, el papel y la personalidad del creativo. Siempre pensé que nunca se debe abandonar este tipo de propuestas, de medios técnicos humildes, pero enorme potencial artístico por su poder evocador, y Triangle Strategy es un ejemplo magnífico de a qué me refiero.
Conclusiones
Un juego como Triangle Strategy no se ve todos los días, aunque a primera vista parezca que sí. Está diseñado con suma inteligencia, poniendo como prioridad su enfoque narrativo y jugabilidad clásica, los cuales se compaginan de maravilla. La historia que te quiere contar tiene múltiples caminos, todos ellos salpicados por la escala de grises del ser humano, que se ve reflejada en su extenso reparto de personajes. Nada en esta aventura bélica está puesto al azar, y tras su relajado inicio argumental, es capaz de desplegar un sistema de juego sólido como una roca, con muchos episodios memorables.
Copia digital facilitada por Nintendo
Alternativas
The Banner Saga, Fire Emblem Three Houses, Disgaea
Combate finísimo. Argumento elaborado y maduro
Las fases de investigación son demasiado simples. Tarda un poco en coger inercia
Espléndida aventura narrativa repleta de personajes interesantes, intrigas militares, decisiones difíciles y rol táctico de alta calidad