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Análisis de The Tartarus Key, un escape room de estilo retro con una historia repleta de misterios
Acertijos por doquier, vidas en juego y múltiples finales que dependerán de las decisiones que tomes.
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Lo primero de todo, además de saber cómo están los máquinas, es entender qué es una escape room. Su premisa es muy sencilla, y gran parte del por qué tienen tanto éxito: un grupo de personas es encerrada en una sucesión de habitaciones, en las cuales deben ir avanzando solucionando acertijos en un tiempo límite. Debido a su popularidad este tipo de juegos se han adaptado de múltiples formas, desde películas lanzadas en cine a, evidentemente, que para eso estamos aquí, videojuegos. Aunque en este último ámbito se quita la parte física que suele ir ligada con estas salas de escape, sí toca darle al coco y mirar con profundidad todo lo que está al otro lado de la pantalla.
La mansión de los horrores
The Tartarus Key de Vertical Reach nos presenta a Alex Young, la protagonista que controlamos durante la aventura, despertándose en una habitación desconocida. Este habitáculo es una especie de estudio repleto de libros, baratijas de todo tipo y, lo que más llama su atención, unas cámaras que siguen todos sus movimientos. Mientras se pregunta qué hace ahí encuentra un wakie-talkie, con el que consigue contactar con Torres, una ex-detective atrapada igual que ella. Desde este momento comienza una cooperación entre ambas, con el objetivo de averiguar qué está pasando y conseguir escapar de ese misterioso lugar.

Las primeras habitaciones sirven como una especie de tutorial para explicarte en qué consiste la jugabilidad del título. Lo que tendrás que hacer es moverte con una cámara en primera persona por toda la habitación en busca de objetos o cualquier cosa que pueda ofrecer una pista. Por ejemplo, en el estudio donde comienzas puedes encontrar unas postales, una caja fuerte y una puerta cerrada. Pues bien, leyendo las postales y dándoles la vuelta para encontrar más información averiguas la combinación de esta caja, en la cual se encuentra la llave de la puerta por la que avanzar a la siguiente sala.
Pero por suerte, como comenté anteriormente no estás sola, y es que al otro lado siempre estará Torres para intentar ayudarte a entender las pistas o simplemente para ofrecerte conversación. En ocasiones estos diálogos son algo repetitivos, centrándose en muchas ocasiones en calmar a Alex, aunque pueden entenderse por la situación que le toca vivir a nuestra protagonista. Sobre todo cuando empiezan los acertijos de verdad, los que acertar o fallar suponen la vida o muerte de otro pobre desgraciado encerrado igual que tú.
En un pequeño inciso me gustaría comentar que el juego viene completamente en inglés. No soy de bajar la nota porque un juego no venga traducido, ya que me parece una medida algo injusta, pero sí es algo que me gusta indicar, en especial en un título de este estilo donde hay mucho texto. No es que haya que tener un nivel especialmente alto para comprender las conversaciones y pistas, pero sí seguramente te toque estar con un diccionario al lado para las expresiones más coloquiales.
Una vez finalizado el tutorial, Torres y Alex establecen una base de operaciones en lo que podría denominarse como el salón de la mansión, un lugar apacible con una gran chimenea y en la que poder juntar las ideas para saber el siguiente paso a dar. Es aquí donde se juntarán todos los personajes que vayas salvando, y con los que podrás ir hablando y conocer más de ellos. Pero claro, para eso has de resolver correctamente los desafíos de la sala en la que encuentres a cada uno.

Para avanzar por la casa tendrás que ir resolviendo diferentes acertijos, pero son en los que hay una vida en juego donde la tensión se vuelve máxima. En varias estancias encontrarás a personas encerradas igual que tú, pero cuya vida depende de ti. Fallar en otro acertijo no tiene consecuencias, y siempre puedes probar otra combinación, pero hacerlo en éstos supone la muerte de esa persona. Salvarlos te permite conocer más de ellos, de la propia Alex, y del misterio que rodea la casa, ya que cada uno aportará su experiencia propia para intentar averiguar cómo escapar. Además existen varios finales alternativos, dependiendo de si consigues salvar a la gente o no, e irás viendo cambios en la personalidad de Alex según vaya consiguiéndolo o se convierta en la asesina indirecta de cada uno de ellos.
Estos desafíos son de los más variopintos, y van desde tener que guiar a la otra persona por un laberinto, y en caso de equivocarte que éste acabe electrocutado, a tener que fabricar el antídoto de otra persona que ha sido envenenada. Como puedes comprobar estos momentos son muy estilo Saw. La forma de solucionarlos es igual que en el resto de acertijos normales: buscar pistas, unirlas, darle al coco y soltar un grito de satisfacción en caso de dar con la solución correcta.
Es realmente tenso creer que has dado con la clave y que aparezca en la pantalla un mensaje del estilo de “¿Estás seguro? ¿Realmente seguro? Porque este personaje va a morir si te equivocas, ¿lo recuerdas?". Te hace dudar, aunque unos segundos atrás lo tenías completamente claro. Aunque seguramente a nadie le entusiasme tener un estrés adicional, esos segundos de espera, con la otra persona mirándote fijamente, un silencio absoluto, preguntándote cuál será la resolución final... ¿Habrás acertado? ¿Habrás fallado? Es una manera muy efectiva de involucrarte en su historia.

Si hay algo que suma a esa sensación general de misterio es sin duda su estilo artístico, simulando con gran resultado las imágenes que podría mostrar una PlayStation 1. He de decir que me encanta este aspecto icónico de bloques, esas texturas que se distorsionan cuando pasas junto a ellas, los personajes montados a trozos e incluso con partes del cuerpo desalineadas entre sí. Todo parece increíblemente auténtico, y deja la sensación que podría sacar mi antigua consola gris y ejecutaría este videojuego a la perfección. Sin duda es uno de sus puntos fuertes, y ha complacido de lleno este viejo corazón nostálgico.
Pero la experiencia no sería completa solo con la buena representación de la mansión, y es que el apartado sonoro acompaña a la perfección. Además de los típicos crujidos de madera o los siniestros estruendos, la melodía de piano que suena de fondo es tan agradable que he de reconocer que en más de una ocasión me he quedado quieto simplemente disfrutándola. Por lo demás no hay nada más destacable, y en ocasiones incluso hay un silencio absoluto, en especial en los diálogos entre los personajes, los cuales no tienen voz alguna.
Escapar de la misteriosa mansión no te llevara mucho tiempo, entre 5 y 8 horas. Todo depende de hasta dónde quieras llegar, ya que sus múltiples finales invitan a rejugarlo para intentar salvar a todos y obtener el final verdadero. Eso sí, los acertijos serán los mismos, con mismas soluciones, por lo que las siguientes pasadas serán mucho más rápidas. Por lo demás no incluye ningún otro aliciente que te haga volver una vez finalizado realmente, ya que no existe mayor incentivo, ni coleccionables ni nada por el estilo, más allá de algún documento suelto que puede dar algo más de información extra sobre la historia.
Conclusión
The Tartarus Keys es una buena aventura de terror indie, un escape room con acertijos desafiantes aderezado con un estilo artístico que recuerda a la era de PS1 y una banda sonora que acompaña a la perfección, dando como resultado una experiencia emocionante y melancólica. Disfrutarás de ese click que sientes en tu cerebro cuando resuelves un complicado rompecabezas, que salva la vida de otro personaje, al igual que sufrirás cuando fallas y te conviertes en el asesino involuntario de un pobre desgraciado. Todo ello acompañado con una misteriosa historia de la que inevitablemente querrás saber más. ¿Por qué están Alex y el resto de "invitados" encerrados en esa casa de los horrores? ¿Serás capaz de salvar a todos y escapar de ese intrigante lugar?
La mansión de los horrores
The Tartarus Key de Vertical Reach nos presenta a Alex Young, la protagonista que controlamos durante la aventura, despertándose en una habitación desconocida. Este habitáculo es una especie de estudio repleto de libros, baratijas de todo tipo y, lo que más llama su atención, unas cámaras que siguen todos sus movimientos. Mientras se pregunta qué hace ahí encuentra un wakie-talkie, con el que consigue contactar con Torres, una ex-detective atrapada igual que ella. Desde este momento comienza una cooperación entre ambas, con el objetivo de averiguar qué está pasando y conseguir escapar de ese misterioso lugar.


Las primeras habitaciones sirven como una especie de tutorial para explicarte en qué consiste la jugabilidad del título. Lo que tendrás que hacer es moverte con una cámara en primera persona por toda la habitación en busca de objetos o cualquier cosa que pueda ofrecer una pista. Por ejemplo, en el estudio donde comienzas puedes encontrar unas postales, una caja fuerte y una puerta cerrada. Pues bien, leyendo las postales y dándoles la vuelta para encontrar más información averiguas la combinación de esta caja, en la cual se encuentra la llave de la puerta por la que avanzar a la siguiente sala.
Pero por suerte, como comenté anteriormente no estás sola, y es que al otro lado siempre estará Torres para intentar ayudarte a entender las pistas o simplemente para ofrecerte conversación. En ocasiones estos diálogos son algo repetitivos, centrándose en muchas ocasiones en calmar a Alex, aunque pueden entenderse por la situación que le toca vivir a nuestra protagonista. Sobre todo cuando empiezan los acertijos de verdad, los que acertar o fallar suponen la vida o muerte de otro pobre desgraciado encerrado igual que tú.
«Busca pistas por las habitaciones y encaja las piezas para conseguir escapar de esta tenebrosa mansión»
En un pequeño inciso me gustaría comentar que el juego viene completamente en inglés. No soy de bajar la nota porque un juego no venga traducido, ya que me parece una medida algo injusta, pero sí es algo que me gusta indicar, en especial en un título de este estilo donde hay mucho texto. No es que haya que tener un nivel especialmente alto para comprender las conversaciones y pistas, pero sí seguramente te toque estar con un diccionario al lado para las expresiones más coloquiales.
Una vez finalizado el tutorial, Torres y Alex establecen una base de operaciones en lo que podría denominarse como el salón de la mansión, un lugar apacible con una gran chimenea y en la que poder juntar las ideas para saber el siguiente paso a dar. Es aquí donde se juntarán todos los personajes que vayas salvando, y con los que podrás ir hablando y conocer más de ellos. Pero claro, para eso has de resolver correctamente los desafíos de la sala en la que encuentres a cada uno.


Para avanzar por la casa tendrás que ir resolviendo diferentes acertijos, pero son en los que hay una vida en juego donde la tensión se vuelve máxima. En varias estancias encontrarás a personas encerradas igual que tú, pero cuya vida depende de ti. Fallar en otro acertijo no tiene consecuencias, y siempre puedes probar otra combinación, pero hacerlo en éstos supone la muerte de esa persona. Salvarlos te permite conocer más de ellos, de la propia Alex, y del misterio que rodea la casa, ya que cada uno aportará su experiencia propia para intentar averiguar cómo escapar. Además existen varios finales alternativos, dependiendo de si consigues salvar a la gente o no, e irás viendo cambios en la personalidad de Alex según vaya consiguiéndolo o se convierta en la asesina indirecta de cada uno de ellos.
Estos desafíos son de los más variopintos, y van desde tener que guiar a la otra persona por un laberinto, y en caso de equivocarte que éste acabe electrocutado, a tener que fabricar el antídoto de otra persona que ha sido envenenada. Como puedes comprobar estos momentos son muy estilo Saw. La forma de solucionarlos es igual que en el resto de acertijos normales: buscar pistas, unirlas, darle al coco y soltar un grito de satisfacción en caso de dar con la solución correcta.
Es realmente tenso creer que has dado con la clave y que aparezca en la pantalla un mensaje del estilo de “¿Estás seguro? ¿Realmente seguro? Porque este personaje va a morir si te equivocas, ¿lo recuerdas?". Te hace dudar, aunque unos segundos atrás lo tenías completamente claro. Aunque seguramente a nadie le entusiasme tener un estrés adicional, esos segundos de espera, con la otra persona mirándote fijamente, un silencio absoluto, preguntándote cuál será la resolución final... ¿Habrás acertado? ¿Habrás fallado? Es una manera muy efectiva de involucrarte en su historia.


Si hay algo que suma a esa sensación general de misterio es sin duda su estilo artístico, simulando con gran resultado las imágenes que podría mostrar una PlayStation 1. He de decir que me encanta este aspecto icónico de bloques, esas texturas que se distorsionan cuando pasas junto a ellas, los personajes montados a trozos e incluso con partes del cuerpo desalineadas entre sí. Todo parece increíblemente auténtico, y deja la sensación que podría sacar mi antigua consola gris y ejecutaría este videojuego a la perfección. Sin duda es uno de sus puntos fuertes, y ha complacido de lleno este viejo corazón nostálgico.
Pero la experiencia no sería completa solo con la buena representación de la mansión, y es que el apartado sonoro acompaña a la perfección. Además de los típicos crujidos de madera o los siniestros estruendos, la melodía de piano que suena de fondo es tan agradable que he de reconocer que en más de una ocasión me he quedado quieto simplemente disfrutándola. Por lo demás no hay nada más destacable, y en ocasiones incluso hay un silencio absoluto, en especial en los diálogos entre los personajes, los cuales no tienen voz alguna.
«El estilo artístico entra por los ojos desde el primer momento gracias a la vena nostálgica que levanta»
Escapar de la misteriosa mansión no te llevara mucho tiempo, entre 5 y 8 horas. Todo depende de hasta dónde quieras llegar, ya que sus múltiples finales invitan a rejugarlo para intentar salvar a todos y obtener el final verdadero. Eso sí, los acertijos serán los mismos, con mismas soluciones, por lo que las siguientes pasadas serán mucho más rápidas. Por lo demás no incluye ningún otro aliciente que te haga volver una vez finalizado realmente, ya que no existe mayor incentivo, ni coleccionables ni nada por el estilo, más allá de algún documento suelto que puede dar algo más de información extra sobre la historia.
Conclusión
The Tartarus Keys es una buena aventura de terror indie, un escape room con acertijos desafiantes aderezado con un estilo artístico que recuerda a la era de PS1 y una banda sonora que acompaña a la perfección, dando como resultado una experiencia emocionante y melancólica. Disfrutarás de ese click que sientes en tu cerebro cuando resuelves un complicado rompecabezas, que salva la vida de otro personaje, al igual que sufrirás cuando fallas y te conviertes en el asesino involuntario de un pobre desgraciado. Todo ello acompañado con una misteriosa historia de la que inevitablemente querrás saber más. ¿Por qué están Alex y el resto de "invitados" encerrados en esa casa de los horrores? ¿Serás capaz de salvar a todos y escapar de ese intrigante lugar?
Analizado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Two Player PR.
Alternativas
Con una historia algo más amable está Escape Academy y con una vertiente más cooperativa la saga We Were Here.
Historia intrigante, buena ambientación, acertijos bien pensados y con una buena dificultad.
Totalmente en inglés, en ocasiones los diálogos pueden hacerse excesivos.
Intrigante escape room de terror indie con acertijos desafiantes, buenos personajes y una misteriosa historia que invita a conocer más de ella.