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El consorcio de la aventura
PC PlayStation 4 Xbox One

El consorcio de la aventura

Obsidian recupera su toque y se convierte en el estudio que le da una guantá sin mano a otro estudio en su propio terreno.

Por Juan Emilio Palomino González,
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Versión analizada Xbox One X. Copia digital proporcionada por Best Vision.


Suponemos que lo habrán intentado, pero viendo las controversias que envuelven a Bethesda a raíz de Fallout 76, no entendemos cómo el estudio americano no intento sumar el talentazo de Obsidian Entertainmenta su cartera de equipos de trabajo. Vale que Bethesda ha triunfado por hacer juegos de rol en primera persona últimamente, pero es que Obsidian ha sido capaz de bordar el género en disciplinas la mar de variopintas. A Fallout New Vegas, South Park: La Vara de la Verdad y Pillars of Eternity nos remitimos. Al final ha sido Microsoft Games Studios quien se ha llevado el gato al agua, pero no sin antes hacernos disfrutar con su último título multiplataforma (suponemos), un delirante y maravilloso The Outer Worlds que viene a demostrar una vez más que se llega más lejos siendo consciente de tus limitaciones que apuntando demasiado alto.

La trama nos lleva a los confines del universo, las grandes empresas no han parado de crecer y en este futuro distópico han comenzado a terraformar planetas en los que albergar colonos y así expandir sus cadenas de franquicias. En realidad, no estamos tan lejos. De hecho, nuestro protagonista es uno de esos colonos que viaja hibernando hasta su nuevo hogar... solo que su transporte se desvía y queda perdido décadas flotando en el espacio junto a decenas de personas que iban a realizar ese mismo viaje de esperanza y futuro. Un poco como le pasó a la Nostromo, solo que ellos eran una nave mercante y se desviaron por una llamada de auxilio. Al menos tendremos la suerte de que nos despierte Phineas Welles, pero no será el responsable de una de esas multinacionales para darnos explicaciones, se trata de un disidente de ese sistema empresarial que nos cuenta la realidad del asunto y nos insta a que le ayudemos a despertar a todos los demás "durmientes" de nuestra nave. Al parecer solo tenía energía para despertar a uno. En fin, empezaremos con el editor de personajes justo cuando salimos de la cápsula de hibernación, de manera que nuestra elección de apariencia y habilidades (el editor mola y todo está muy explicado) queda relacionada con la aleatoriedad de la elección al despertarnos de nuestro nuevo benefactor.

Que quede claro que estamos ante un juego de ciencia ficción ante todo.


Tras hacernos nuestro personaje, aterrizar en Alción y pasar el mini-tutorial descubriremos que el universo de ficción bebe directamente de fuentes tan dispares como Star Trek o Futurama, o lo que es lo mismo, ciencia ficción de la buena en la que no falta humor en ningún momento... pero a lo que más nos recuerda con diferencia en cuanto a planteamiento, guiños, y personajes es a Firefly la magnífica serie de Joss Whedon que también presentaba planetas terraformados y a la tripulación de una nave que preferían volar de un planeta para escapar del yugo de la malvada Alianza, en este caso, alianza de empresas. Y es que nuestro avatar no viajará solo, conforme ahondemos en las misiones (principales, secundarias, tareas y las relacionadas con nuestros acompañantes) podremos convencer a personajes para que nos sigan en nuestra aventura. Esta ampliación del reparto nos recuerda a lo visto en la serie Mass Effect solo que aquí resulta totalmente opcional. De hecho, todo es totalmente opcional, ya que la posibilidad de acabar con la vida de cualquier personaje no jugador que nos crucemos permite que se borre de un plumazo la posibilidad de acceder a multitud de misiones que nos habrían ofrecido en vida. Es más, una mala contestación podría arruinar por completo toda una subtrama del juego. Y eso nos encanta. Ya ha salido el bárbaro que ha concluido el juego en menos de 25 minutos.

Así a bote pronto, el juego se siente como un shooter en primera persona... y de hecho la parte de acción podría pasar por uno: la cantidad de armas de fuego, cuerpo a cuerpo y armaduras dan para mucho. Tendremos dos casillas para equiparnos con dos tipos de protección, una será para la armadura corporal y otra para un casco. La acción de esquivar va emparejada con el salto, de forma que al pulsar dos veces hacia al lado pegaremos un brinco para evitar ataques enemigos. Podremos portar cuatro armas a la vez, pero en el inventario albergaremos todas las que compremos o hayamos cogido de los cadáveres, por lo que el número no es problema. Estar tanto tiempo en hibernación tiene sus secuelas, de hecho pasar tanto tiempo dormido ha provocado que nuestro personaje pueda ralentizar el tiempo durante unos instantes, momento que podemos aprovechar para dar un par de golpes certeros a un enemigo o simplemente por pura curiosidad para ver cómo todo se mueve a cámara lenta. Sí, es la versión del VATS que ya vimos en las últimas entregas de Fallout, solo que en esta ocasión su uso es mucho más dinámico y no resulta tan beneficioso para el jugador.

Tan importante como los combates y el sistema de misiones resulta la forma en la que se desarrollan las conversaciones y las interacciones con el mundo. Entre nuestras habilidades encontramos cosas como liderazgo, persuasión, mentira, pirateo o cerrajería. Hay muchas y todas ellas podrán mejorarse cada vez que sumamos de nivel. La forma de usarse será casi automática, si intentamos abrir una puerta aparecerá en pantalla aparecerá el nivel que necesitamos para abrirla (además de la cantidad de ganzúas) por lo que si no podemos abrirla en ese momento deberemos volver posteriormente. Lo mismo pasa en las charlas, entre las opciones que podemos decir aparecen las contestaciones en función del nivel que tengamos, por lo que si queremos persuadir a un personaje y no tenemos el nivel suficiente, esa opción no aparecerá en pantalla. Esto provoca que una segunda partida tenga mucho recorrido en función de los niveles que hayamos potenciado en el editor al comienzo y de lo que vayamos haciendo durante nuestro periplo aventurero.

Líneas de diálogo que van más allá de la dualidad de ser un moñas o un borde, lo nunca visto.


Toca hablar del apartado técnico, aquí sí que podemos encontrar alguna discrepancia. Por un lado tenemos un universo lleno de color, que desborda imaginación y coherencia, en el que no echaremos de menos los divertidos diseños del estilo Pip-Boy para nada. Escenarios inmensos que suele estar conectados con otros mediante alguna pequeña carga, un poco en la línea de lo visto en Borderlands. Pero hay carencias, dos principalmente. La primera les cae directamente en la cara a la gente de Obsidian Entertainment, y es que al igual que ocurre en los juegos de Bethesda, los rostros parecen que están hechos con un editor tan tosco que no nos extrañaría que fuese el mismo que emplearon para Fallout New Vegas en su momento. Lo mismo pasa con los escenarios, por mucho que los hayan engalanado con vegetación, colores llamativos y mucho brilli-brilli, cantan por soleares las formas geométricas, como si todo estuviera hecho por bloques geométricos de construcción. No es para poner el grito en el cielo, pero sí que es un aspecto estético al que deberían prestar más atención ya que sería la forma de diferenciarse aún más de Bethesda. La banda sonora es muy buena, con una amplia variedad de registros. Lo mismo podemos decir de las voces, aunque merece destacarse el trabajo de traducción de todos los textos. Es un juego plagado de chistes, referencias y dobles sentidos y se ha tenido que hilar muy fino para transmitir todo el sentido del humor. Estamos a la espera del parche que aumente el tamaño de la letra, ya anunciado, pero eso es otro tema.

The Outer Worlds es una maravilla. No solo es ofrece decenas de horas de diversión, también acaba con el mito de que los juegos de rol no pueden tener cambios drásticos en su desarrollo. Que podamos acabar con cualquier PNJ provoca tanto que tengamos cuidado para no meter la pata como que realmente nos planteemos una partida totalmente diferente a la anterior. Esto provoca que la historia no sea realmente muy muy larga, pero con esa rejugabilidad y el contenido que está por llegar se aseguran que no queramos salir de Alción durante una buena temporada. Pocos títulos verás en este 2019 más divertidos y mejor hechos, y aunque los tendrá, ni de lejos sumarán las cantidades de bugs, fallos y desajustes que estamos acostumbrados a ver en títulos similares. No será el juego más bonito, se le nota cierta artificialidad por ir sobre seguro, pero en todo lo demás destaca con brillo propio. ¿Quién quiere otro páramo yermo cuando puede pasear por coloridos planetas terroformados? Pues eso. Ya se habla que The Outer Worlds va para franquicia, para nueva serie que alborote un poco el género del rol de acción, pero los que han acertado de pleno han sido la gente de Microsoft al sumarles para su causa.

Redactado por Juan Emilio Palomino (Spiderfriki)
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El guión y el humor. Muy colorido. El sistema de juego, transmite acción y rol como pocos.
Le falta chicha a las caras y a los escenarios.
Un juego bárbaro, divertido y enorme. Falla en lo técnico, pero lo compensa con encanto, mucho color y un diseño estupendo. Queremos más de Obsidian.
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