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Todo lo que hicimos
Revivimos el inolvidable viaje de Joel y Ellie con un remake que mejora la experiencia, pero que no va a satisfacer a todo el mundo

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Si estás alejando del mundo de Twitter o de los hilos de Reddit, es probable que te hayas perdido toda la negatividad que ha habido en torno a The Last of Us: Parte I, la nueva versión del juego desarrollado por Naughty Dog hace diez años y uno de las mejores historias que vais a vivir en este mundillo. Hay varios motivos de esta ola de negatividad, pero sobresalen dos de ellos. Por un lado, un juego de 2013, cuya remasterización se lanzaría un año después para PlayStation 4, que se mantiene estupendamente bien a excepción de algún fallito sin mucha importancia. Y en la otra cara de la moneda, el precio. No seré yo el que lo defienda, aún cuesta asimilar que cualquier juego cueste 79,99 €, y este pensamiento es aún mayor cuando se trata de un juego que probablemente ya tengas de otra forma. Al mismo tiempo vale la pena señalar que el paquete está incompleto, pues el modo multijugador conocido como Facciones se cae de esta versión, aunque como ya explicaré más adelante, dudo que nadie vaya a echarlo en falta.
Escribir sobre un remake es más complicado de lo que pensaba. No tengo claro cuál debe ser el enfoque, y si ahora mismo tuviese que hablar sobre Shadow of the Colossus para PlayStation 4, me costaría arrancar. Sin embargo, podría hablar durante horas de Resident Evil 2 (2019) y Resident Evil 3 (2020) por su forma de dejar a un lado la estructura original y ceñirse a los tiempos que corren. En el caso de The Last of Us: Parte I, lo pondría en la primera categoría. No creo que tenga mucho sentido reanalizar la misma obra, creo que para eso es mejor visitar los textos de mis compañeros para la versión original y para la posterior remasterización. Por ello me voy a ceñir a hablar de lo que esperábamos de esta versión, lo que finalmente ha sacado Naughty Dog y lo que transmite ahora con esa potencia extra que le permite la tecnología actual. Antes de dar paso a lo que verdaderamente importa, diré que yo fui de los primeros críticos con este The Last of Us: Parte I, pensaba que no hacía falta, y probablemente así sea, pero he disfrutado el minuto a minuto de esta nueva pasada, por lo que tal vez carezca de sentido entrar una vez más en el complicado debate de si merece la pena o no rescatar obras que todavía se mantienen como el primer día.
The Last of Us: Parte I incluye todo el contenido del juego que se lanzó en 2013, sin un solo cambio, y acompañado de su pequeña expansión, Left Behind, la cual también ha recibido un lavado de cara para la ocasión. Como decíamos, el modo multijugador no está disponible, pero no parece que nadie vaya a echarlo de menos. Al fin y al cabo, Facciones sigue estando presente en la versión remasterizada, cuenta con su público de nicho y no vería viable que Naughty Dog forzase a los usuarios a migrar a una nueva versión cuando Facciones 2, que será un título independiente, lo veremos con casi total seguridad el próximo año. El resto es exactamente lo mismo. La historia no ha cambiado nada, aunque sí está presente ese personaje clave que hace de puente entre la primera y segunda entrega. Las mecánicas se mantienen exactamente igual, con unos pequeños ajustes en el gunplay y en el estilo de los menús para hacerlo más similar a la experiencia de The Last of Us: Parte II.
O lo que es lo mismo, no os esperéis nada nuevo. No hay ningún tipo de contenido inédito, tampoco una escena poscréditos, nuevas variantes de enemigos o algunos de los elementos que hicieron que el combate y el sigilo de la segunda entrega fueran increiblemente satisfactorios. En ese aspecto, nosotros hemos echado en falta el botón de esquive con el que contábamos en The Last of Us: Parte II. Parece que no, pero es un movimiento que le habría sentado a las mil maravillas en esta versión, y que en más de una ocasión hemos intentado hacer por inercia cuando los enemigos nos atacaban cuerpo a cuerpo. Al respecto, la inteligencia artificial de los enemigos se ha visto considerablemente mejorada, aunque se aprecia con mayor claridad en los modos de dificultad más elevados. No es que sean más agresivos o erráticos en los momentos de buscar a Joel y a Ellie por el escenario tras haber salido a fuga, pero sí flanquean de manera coordinada y nos impiden mantenernos mucho tiempo en la misma posición segura.
Sí, sé lo que estáis pensando: ¿qué ocurre con la inteligencia aliada? Pues os gustará saber que ya no son unos auténticos kamikazes que se pasean a sus anchas por el escenario a la vista de todos con su aparentemente invisibilidad. La mala noticia es que se mantienen invisibles a la vista del enemigo, y también es cierto que no está del todo solventado el problema. Nos ha ocurrido que Ellie se cubría tras una estructura mientras estaba totalmente pegada a un chasqueador que ni se inmutaba. Eso sí, se trata de un error muy puntual, la frecuencia de que esto ocurra es mucho menor que en la versión remasterizada.
De todos modos, es muy difícil sacarle una pega a un juego que explotó las capacidades de PlayStation 3 y a una de las mejores aventuras de la historia de los videojuegos. El juego se mantiene igual, por lo que hay que apretar las tuercas para encontrar una pega a un título redondísimo que saca provecho de todas sus mecánicas y que sabe manejar los tiempos casi a la perfección alternando entre momentos tensos y otros de tranquilidad absoluta. Pero si algo necesitaba The Last of Us era un repertorio de opciones de accesibilidad para jugadores de todas las características, y en ese sentido Naughty Dog es pionera. Podemos personalizar un montón de aspectos concretos del juego para moldear la experiencia a nuestras necesidades. Existe la posibilidad de omitir puzles, modificar el texto de distintas formas, alternar el contraste para jugadores con problemas de visión o experimentar con nuevos tipos de apuntado. Pero si algo hay que destacar es el uso del DualSense para captar los diálogos de los personajes a través de las vibraciones. Es inexplicable que una característica tan impresionante como la vibración del mando de PlayStation 5 pase tan desapercibida para la gran mayoría de desarrolladoras. Esta opción está adaptada para todos los doblajes, por lo que si cambia la extensión de alguna frase, la vamos a percibir. Ya no solamente sentimos el tono de la voz, si el personaje está calmado o alterado, sino que la vibración llega desde el punto donde está el hablante, por lo que si lo tenemos a la izquierda fuera de nuestro rango de visión, lo percibiremos desde ese lado. Es impresionante, de verdad. Merece la pena dedicar unos cuantos minutos a ojear todo lo que ha hecho Naughty Dog en temas de accesibilidad.
También hay algún que otro efecto que el DualSense recoge y que nos deja con la boca abierta. Ya sea el notar la lluvia intensa caer por los tejados mientras nos resguardamos, o cómo tenemos que lidiar con una tormenta de nieve. Mención especial al momento en el que Joel y Ellie se encuentran con un grupo de jirafas y nos permiten acariciar a una de ellas. El mando lo capta perfectamente, y me puedo hacer una idea de lo que va a sentir un jugador totalmente nuevo que experimente por primera vez esa sensación. Envidia sana. También se le ha dado un uso a los gatillos adaptativos del mando, pero a nuestro parecen no están tan bien aprovechados como en otros títulos de PlayStation Studios. Se limita a los disparos con el arco, y no es algo que impresione.
Adicionalmente, hay un completo selector de capítulos y encuentros para que podamos rejugar cualquier parte de la aventura que hayamos completado, ya sea por disfrutar una vez más del momento o para encontrar nuevos coleccionables que nos hayamos podido dejar por el camino. Hablando de coleccionables, la lista de trofeos se ha modificado ligeramente respecto a la versión original y remasterizada. En sintonía con los últimos lanzamientos de PlayStation Studios, el trofeo de Platino ya no requiere completar el juego en más de una ocasión y en las dificultades más elevadas, basta con hacerlo una vez, encontrar todos los coleccionables y completar algunos requisitos adicionales totalmente pensados para la ocasión. ¿Recordáis a Buckley, el perro de la presa de Tommy? ¡Ahora otorga un trofeo si le acariciamos durante nuestra estancia! Por lo que obtener el Platino en esta versión de vuelve una experiencia mucho más divertida, menos exigente y que cualquiera puede completar sin mucho esfuerzo. Comentar que también están disponibles las tarjetas de actividad de PlayStation 5, que nos indican el progreso que llevamos en el capítulo o los coleccionables que hemos recogido y cuáles nos hemos dejado en cada uno de ellos.
Esta tarea de conseguir todo lo posible en la aventura va de la mano con la renovada sección de Extras, en la que podemos desbloquear varios elementos con puntos que conseguimos mientras jugamos. Ya sea por completar la aventura, desbloquear trofeos o conseguir coleccionables, todo ello recompensa con puntos que podemos cambiar por filtros de imagen, artes conceptuales (que se incluyen tanto los que se realizaron para la versión de PlayStation 3 como para los de esta nueva versión), modelados 3D, modificadores de partida (munición y recursos infinitos, los enemigos caen de un golpe...), los documentales de Cómo se hizo The Last of Us (Grounded) y Left Behind, así como nuevos aspectos para Joel (podéis jugar con sus pintas en la segunda entrega) y para Ellie (con una camisa de la obra maestra ICO). Hay una novedad en forma de cuatro podcast oficiales de una duración de cuatro horas en total donde Neil Druckmann, Troy Baker y Ashley Johnson hablan con algunos de los miembros que han hecho posible este juego. Ya sea una conversación amena con Anthony Newman (diseñador del sistema de combate), como con Erick Pangilinan (director artístico) o el talentoso Gustavo Santaolalla (compositor).
También se han añadido nuevos modos, incentivando nuevas pasadas a la aventura. Por un lado está la Muerte Permanente, una modalidad que ya estaba presente en The Last of Us: Parte II y que podemos activar para que afecte a todo el juego, para cada capítulo o para cada acto. De la misma manera está el modo Carrera de Velocidad, cuyo objetivo consiste en completar el juego en el menor tiempo posible. Si sois aficionados a los speedrun, ya tenéis una buena excusa para empezar. Por supuesto, no falta el Modo Foto, que ya estaba presente en la remasterización y que regresa con un lavado de cara y nuevas opciones para dar rienda suelta a nuestra creatividad. Si sois amantes de la fotografía virtual, os va a encantar lo que ha preparado Naughty Dog, ya que las opciones son muy accesibles para cualquiera y es fácil conseguir una instantánea para el recuerdo.
Hablando de momentos para el recuerdo, el salto a nivel audiovisual supone un salto gigante respecto a la versión remasterizada. El punto fuerte de esta nueva versión reside en los escenarios, ahí se puede comprobar el trabajo profundo y notable del equipo de Naughty Dog. Se han ensalzado los detalles en los escenarios, la distancia de dibujado es mucho mayor, y ahora elementos del escenario como cristales, coberturas en forma de madera o algunas superficientes cuentan con físicas añadidas que dotan de mayor realismo a la acción. No faltan los elementos que generan cohesión con la segunda parte, hablamos de modelos recuperados para infectados, animaciones para Ellie (lo vais a notar a la hora de apuntar con el arco) o las tan queridas secciones en las que manejamos nuestras armas para mejorarlas y vemos cómo Joel ajusta los tornillos de su arma tras aplicar un cargador extendido o cómo saca las herramientas necesarias para coser su mochila tras haber hecho espacio. Ahora, si bien la mejora es notoria, pongo en duda aquello que asegura Naughty Dog de que es un juego que se ha hecho desde cero para PlayStation 5.
Se ha generado polémica en cuanto a los rostros del elenco protagonista, especialmente con los nuevos rostros de Ellie y Tess. Sin embargo, tras haberlas visto en acción, es innegable que Naughty Dog ha tomado la decisión correcta. Aquella escena tan cruda con Tess genera un impacto y un nudo en el estómago que no dejaba en su día. Las expresiones de Ellie son distintas, mucho más naturales. Se puede comprobar con todo lujo de detalles en Left Behind, donde la protagonista vive una noria de emociones y basta con girar la cámara para saber cómo se siente sin necesidad de expresarlo con sus palabras. Había poco margen de mejora, y si la intención de Naughty Dog era que las secciones jugables tuviesen el nivel de detalle de las cinemáticas, lo han conseguido. Y es que es una realidad que no vais a encontrar muchos títulos que se vean mejor que The Last of Us: Parte I, el trabajo es simplemente espectacular. No impacta al nivel de The Last of Us: Parte II, cuyos escenarios son más amplios y lucen mejor, pero hay momentos que, casi diez años después de haberlos vivido, nos vuelven a dejar con la boca abierta.
Nosotros hemos jugado en el modo Rendimiento, que cuenta con resolución dinámica y 60 fotogramas por segundo, pero también está la posibilidad de jugar en el modo Fidelidad, que favorece la resolución (4K) y se mantiene entre los 30 y 40 fotogramas por segundo. Para finalizar, en el apartado de audio nos encontramos con que las voces (tanto en inglés como en español) son las mismas, ya que el estudio ha decidido no regrabar nada. Eso sí, podéis aprovechar la tecnología 3D con unos resultados muy positivos, especialmente en entornos cerrados con eco donde los chasqueadores acechan en las sombras y el eco de sus chasquidos retumba en nuestros oídos.
CONCLUSIÓN
La pregunta que muchos se están haciendo es si merece la pena escalar la desafiante montaña de los 79,99 €, y es una pregunta difícil de responder. Sony está expandiendo sus horizontes a un nuevo público, y con la serie de HBO prevista para 2023, es lógico que la compañía japonesa pretenda atraer a ese público nuevo al material original. Si nos ceñimos a eso, The Last of Us: Parte I es un producto pensado para ellos. Si aún no habéis cruzado los Estados Unidos con Joel y Ellie, no me cabe la menor duda de que os va a parecer uno de los mejores juegos de siempre. Ahora, para todos los demás, aquellos que ya habéis jugado a las dos partes, que tenéis la versión remasterizada a mano y que no le dais importancia a una mejora a nivel audiovisual, esto no está pensado para vosotros.
Valoraciones a un lado, me viene a la mente una vez más lo que dije en el segundo párrafo, y es que todavía no sé cómo enfocar la valoración final. No quiero ser juez de algo totalmente subjetivo, y ponerle nota a este juego me ha llevado más tiempo de lo que pensaba. Sé que para muchos la experiencia con The Last of Us: Parte I les ha sabido a poco, también sé que otros no van a prestar atención a lo que se escriba del juego, y sin embargo, para mí este juego es excelente. Me lo pareció la primera vez, también en su segunda puesta en escena y ahora, por tercera vez consecutiva, me vuelvo a quedar impresionado con esta aventura. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
Escribir sobre un remake es más complicado de lo que pensaba. No tengo claro cuál debe ser el enfoque, y si ahora mismo tuviese que hablar sobre Shadow of the Colossus para PlayStation 4, me costaría arrancar. Sin embargo, podría hablar durante horas de Resident Evil 2 (2019) y Resident Evil 3 (2020) por su forma de dejar a un lado la estructura original y ceñirse a los tiempos que corren. En el caso de The Last of Us: Parte I, lo pondría en la primera categoría. No creo que tenga mucho sentido reanalizar la misma obra, creo que para eso es mejor visitar los textos de mis compañeros para la versión original y para la posterior remasterización. Por ello me voy a ceñir a hablar de lo que esperábamos de esta versión, lo que finalmente ha sacado Naughty Dog y lo que transmite ahora con esa potencia extra que le permite la tecnología actual. Antes de dar paso a lo que verdaderamente importa, diré que yo fui de los primeros críticos con este The Last of Us: Parte I, pensaba que no hacía falta, y probablemente así sea, pero he disfrutado el minuto a minuto de esta nueva pasada, por lo que tal vez carezca de sentido entrar una vez más en el complicado debate de si merece la pena o no rescatar obras que todavía se mantienen como el primer día.


The Last of Us: Parte I incluye todo el contenido del juego que se lanzó en 2013, sin un solo cambio, y acompañado de su pequeña expansión, Left Behind, la cual también ha recibido un lavado de cara para la ocasión. Como decíamos, el modo multijugador no está disponible, pero no parece que nadie vaya a echarlo de menos. Al fin y al cabo, Facciones sigue estando presente en la versión remasterizada, cuenta con su público de nicho y no vería viable que Naughty Dog forzase a los usuarios a migrar a una nueva versión cuando Facciones 2, que será un título independiente, lo veremos con casi total seguridad el próximo año. El resto es exactamente lo mismo. La historia no ha cambiado nada, aunque sí está presente ese personaje clave que hace de puente entre la primera y segunda entrega. Las mecánicas se mantienen exactamente igual, con unos pequeños ajustes en el gunplay y en el estilo de los menús para hacerlo más similar a la experiencia de The Last of Us: Parte II.
«The Last of Us: Parte I incluye todo el contenido del juego que se lanzó en 2013, sin un solo cambio [...] con unos pequeños ajustes en el gunplay y en el estilo de los menús »
O lo que es lo mismo, no os esperéis nada nuevo. No hay ningún tipo de contenido inédito, tampoco una escena poscréditos, nuevas variantes de enemigos o algunos de los elementos que hicieron que el combate y el sigilo de la segunda entrega fueran increiblemente satisfactorios. En ese aspecto, nosotros hemos echado en falta el botón de esquive con el que contábamos en The Last of Us: Parte II. Parece que no, pero es un movimiento que le habría sentado a las mil maravillas en esta versión, y que en más de una ocasión hemos intentado hacer por inercia cuando los enemigos nos atacaban cuerpo a cuerpo. Al respecto, la inteligencia artificial de los enemigos se ha visto considerablemente mejorada, aunque se aprecia con mayor claridad en los modos de dificultad más elevados. No es que sean más agresivos o erráticos en los momentos de buscar a Joel y a Ellie por el escenario tras haber salido a fuga, pero sí flanquean de manera coordinada y nos impiden mantenernos mucho tiempo en la misma posición segura.
Sí, sé lo que estáis pensando: ¿qué ocurre con la inteligencia aliada? Pues os gustará saber que ya no son unos auténticos kamikazes que se pasean a sus anchas por el escenario a la vista de todos con su aparentemente invisibilidad. La mala noticia es que se mantienen invisibles a la vista del enemigo, y también es cierto que no está del todo solventado el problema. Nos ha ocurrido que Ellie se cubría tras una estructura mientras estaba totalmente pegada a un chasqueador que ni se inmutaba. Eso sí, se trata de un error muy puntual, la frecuencia de que esto ocurra es mucho menor que en la versión remasterizada.


De todos modos, es muy difícil sacarle una pega a un juego que explotó las capacidades de PlayStation 3 y a una de las mejores aventuras de la historia de los videojuegos. El juego se mantiene igual, por lo que hay que apretar las tuercas para encontrar una pega a un título redondísimo que saca provecho de todas sus mecánicas y que sabe manejar los tiempos casi a la perfección alternando entre momentos tensos y otros de tranquilidad absoluta. Pero si algo necesitaba The Last of Us era un repertorio de opciones de accesibilidad para jugadores de todas las características, y en ese sentido Naughty Dog es pionera. Podemos personalizar un montón de aspectos concretos del juego para moldear la experiencia a nuestras necesidades. Existe la posibilidad de omitir puzles, modificar el texto de distintas formas, alternar el contraste para jugadores con problemas de visión o experimentar con nuevos tipos de apuntado. Pero si algo hay que destacar es el uso del DualSense para captar los diálogos de los personajes a través de las vibraciones. Es inexplicable que una característica tan impresionante como la vibración del mando de PlayStation 5 pase tan desapercibida para la gran mayoría de desarrolladoras. Esta opción está adaptada para todos los doblajes, por lo que si cambia la extensión de alguna frase, la vamos a percibir. Ya no solamente sentimos el tono de la voz, si el personaje está calmado o alterado, sino que la vibración llega desde el punto donde está el hablante, por lo que si lo tenemos a la izquierda fuera de nuestro rango de visión, lo percibiremos desde ese lado. Es impresionante, de verdad. Merece la pena dedicar unos cuantos minutos a ojear todo lo que ha hecho Naughty Dog en temas de accesibilidad.
«Pero si algo hay que destacar es el uso del DualSense para captar los diálogos de los personajes a través de las vibraciones [...] Ya no solamente sentimos el tono de la voz, si el personaje está calmado o alterado, sino que la vibración llega desde el punto donde está el hablante »
También hay algún que otro efecto que el DualSense recoge y que nos deja con la boca abierta. Ya sea el notar la lluvia intensa caer por los tejados mientras nos resguardamos, o cómo tenemos que lidiar con una tormenta de nieve. Mención especial al momento en el que Joel y Ellie se encuentran con un grupo de jirafas y nos permiten acariciar a una de ellas. El mando lo capta perfectamente, y me puedo hacer una idea de lo que va a sentir un jugador totalmente nuevo que experimente por primera vez esa sensación. Envidia sana. También se le ha dado un uso a los gatillos adaptativos del mando, pero a nuestro parecen no están tan bien aprovechados como en otros títulos de PlayStation Studios. Se limita a los disparos con el arco, y no es algo que impresione.


Adicionalmente, hay un completo selector de capítulos y encuentros para que podamos rejugar cualquier parte de la aventura que hayamos completado, ya sea por disfrutar una vez más del momento o para encontrar nuevos coleccionables que nos hayamos podido dejar por el camino. Hablando de coleccionables, la lista de trofeos se ha modificado ligeramente respecto a la versión original y remasterizada. En sintonía con los últimos lanzamientos de PlayStation Studios, el trofeo de Platino ya no requiere completar el juego en más de una ocasión y en las dificultades más elevadas, basta con hacerlo una vez, encontrar todos los coleccionables y completar algunos requisitos adicionales totalmente pensados para la ocasión. ¿Recordáis a Buckley, el perro de la presa de Tommy? ¡Ahora otorga un trofeo si le acariciamos durante nuestra estancia! Por lo que obtener el Platino en esta versión de vuelve una experiencia mucho más divertida, menos exigente y que cualquiera puede completar sin mucho esfuerzo. Comentar que también están disponibles las tarjetas de actividad de PlayStation 5, que nos indican el progreso que llevamos en el capítulo o los coleccionables que hemos recogido y cuáles nos hemos dejado en cada uno de ellos.
Esta tarea de conseguir todo lo posible en la aventura va de la mano con la renovada sección de Extras, en la que podemos desbloquear varios elementos con puntos que conseguimos mientras jugamos. Ya sea por completar la aventura, desbloquear trofeos o conseguir coleccionables, todo ello recompensa con puntos que podemos cambiar por filtros de imagen, artes conceptuales (que se incluyen tanto los que se realizaron para la versión de PlayStation 3 como para los de esta nueva versión), modelados 3D, modificadores de partida (munición y recursos infinitos, los enemigos caen de un golpe...), los documentales de Cómo se hizo The Last of Us (Grounded) y Left Behind, así como nuevos aspectos para Joel (podéis jugar con sus pintas en la segunda entrega) y para Ellie (con una camisa de la obra maestra ICO). Hay una novedad en forma de cuatro podcast oficiales de una duración de cuatro horas en total donde Neil Druckmann, Troy Baker y Ashley Johnson hablan con algunos de los miembros que han hecho posible este juego. Ya sea una conversación amena con Anthony Newman (diseñador del sistema de combate), como con Erick Pangilinan (director artístico) o el talentoso Gustavo Santaolalla (compositor).


También se han añadido nuevos modos, incentivando nuevas pasadas a la aventura. Por un lado está la Muerte Permanente, una modalidad que ya estaba presente en The Last of Us: Parte II y que podemos activar para que afecte a todo el juego, para cada capítulo o para cada acto. De la misma manera está el modo Carrera de Velocidad, cuyo objetivo consiste en completar el juego en el menor tiempo posible. Si sois aficionados a los speedrun, ya tenéis una buena excusa para empezar. Por supuesto, no falta el Modo Foto, que ya estaba presente en la remasterización y que regresa con un lavado de cara y nuevas opciones para dar rienda suelta a nuestra creatividad. Si sois amantes de la fotografía virtual, os va a encantar lo que ha preparado Naughty Dog, ya que las opciones son muy accesibles para cualquiera y es fácil conseguir una instantánea para el recuerdo.
Hablando de momentos para el recuerdo, el salto a nivel audiovisual supone un salto gigante respecto a la versión remasterizada. El punto fuerte de esta nueva versión reside en los escenarios, ahí se puede comprobar el trabajo profundo y notable del equipo de Naughty Dog. Se han ensalzado los detalles en los escenarios, la distancia de dibujado es mucho mayor, y ahora elementos del escenario como cristales, coberturas en forma de madera o algunas superficientes cuentan con físicas añadidas que dotan de mayor realismo a la acción. No faltan los elementos que generan cohesión con la segunda parte, hablamos de modelos recuperados para infectados, animaciones para Ellie (lo vais a notar a la hora de apuntar con el arco) o las tan queridas secciones en las que manejamos nuestras armas para mejorarlas y vemos cómo Joel ajusta los tornillos de su arma tras aplicar un cargador extendido o cómo saca las herramientas necesarias para coser su mochila tras haber hecho espacio. Ahora, si bien la mejora es notoria, pongo en duda aquello que asegura Naughty Dog de que es un juego que se ha hecho desde cero para PlayStation 5.


Se ha generado polémica en cuanto a los rostros del elenco protagonista, especialmente con los nuevos rostros de Ellie y Tess. Sin embargo, tras haberlas visto en acción, es innegable que Naughty Dog ha tomado la decisión correcta. Aquella escena tan cruda con Tess genera un impacto y un nudo en el estómago que no dejaba en su día. Las expresiones de Ellie son distintas, mucho más naturales. Se puede comprobar con todo lujo de detalles en Left Behind, donde la protagonista vive una noria de emociones y basta con girar la cámara para saber cómo se siente sin necesidad de expresarlo con sus palabras. Había poco margen de mejora, y si la intención de Naughty Dog era que las secciones jugables tuviesen el nivel de detalle de las cinemáticas, lo han conseguido. Y es que es una realidad que no vais a encontrar muchos títulos que se vean mejor que The Last of Us: Parte I, el trabajo es simplemente espectacular. No impacta al nivel de The Last of Us: Parte II, cuyos escenarios son más amplios y lucen mejor, pero hay momentos que, casi diez años después de haberlos vivido, nos vuelven a dejar con la boca abierta.
« Había poco margen de mejora, y si la intención de Naughty Dog era que las secciones jugables tuviesen el nivel de detalle de las cinemáticas, lo han conseguido »
Nosotros hemos jugado en el modo Rendimiento, que cuenta con resolución dinámica y 60 fotogramas por segundo, pero también está la posibilidad de jugar en el modo Fidelidad, que favorece la resolución (4K) y se mantiene entre los 30 y 40 fotogramas por segundo. Para finalizar, en el apartado de audio nos encontramos con que las voces (tanto en inglés como en español) son las mismas, ya que el estudio ha decidido no regrabar nada. Eso sí, podéis aprovechar la tecnología 3D con unos resultados muy positivos, especialmente en entornos cerrados con eco donde los chasqueadores acechan en las sombras y el eco de sus chasquidos retumba en nuestros oídos.


CONCLUSIÓN
La pregunta que muchos se están haciendo es si merece la pena escalar la desafiante montaña de los 79,99 €, y es una pregunta difícil de responder. Sony está expandiendo sus horizontes a un nuevo público, y con la serie de HBO prevista para 2023, es lógico que la compañía japonesa pretenda atraer a ese público nuevo al material original. Si nos ceñimos a eso, The Last of Us: Parte I es un producto pensado para ellos. Si aún no habéis cruzado los Estados Unidos con Joel y Ellie, no me cabe la menor duda de que os va a parecer uno de los mejores juegos de siempre. Ahora, para todos los demás, aquellos que ya habéis jugado a las dos partes, que tenéis la versión remasterizada a mano y que no le dais importancia a una mejora a nivel audiovisual, esto no está pensado para vosotros.
Valoraciones a un lado, me viene a la mente una vez más lo que dije en el segundo párrafo, y es que todavía no sé cómo enfocar la valoración final. No quiero ser juez de algo totalmente subjetivo, y ponerle nota a este juego me ha llevado más tiempo de lo que pensaba. Sé que para muchos la experiencia con The Last of Us: Parte I les ha sabido a poco, también sé que otros no van a prestar atención a lo que se escriba del juego, y sin embargo, para mí este juego es excelente. Me lo pareció la primera vez, también en su segunda puesta en escena y ahora, por tercera vez consecutiva, me vuelvo a quedar impresionado con esta aventura. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Precision.
Una obra imprescindible. Una multitud de mejoras, añadidos extra y un espectacular salto audiovisual
Se pierde el modo multijugador. El precio es una barrera difícil de sortear.
Un remake muy fiel a la obra original, con un gran salto a nivel audiovisual. Una delicia que todo fan debería probar en algún momento