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Análisis The Last Door, una aventura gráfica española que recuerda a los clásicos de los noventa
Nintendo Switch PlayStation 4 Xbox One

Análisis The Last Door, una aventura gráfica española que recuerda a los clásicos de los noventa

Aprovechando su lanzamiento en formato físico, revisitamos The Last Door, la ópera prima de los responsables de Blasphemous

Por Juan B.,
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The Game Kitchen se ha convertido por méritos propios en el buque de insignia del desarrollo de videojuegos en nuestro país. Muchos conocemos al estudio por el sobresaliente Blasphemous, su particular visión del género metroidvania utilizando como fondo de telón la iconografía del foclore español, el cristiano y la cultura. Sin embargo, Blasphemous no fue su primer juego, sino que hay que retroceder un poco más, concretamente hasta 2012, para conocer The Last Door, la primera obra del estudio sevillano. El estudio inició una campaña crowdfunding a través de la plataforma Kickstarter para financiar una aventura gráfica de corte click-and-point que recuerda a esas obras de Sierra y LucasArts que tan bien recordamos con el paso del tiempo.

El resultado de este crowdfunding fue positivo, y The Last Door pudo financiarse tras cerca de 5.000 € recaudados entre más de 250 mecenas. Así, ya en el año 2013, The Game Kitchen publicó su obra en PC en formato episódico. Un total de cuatro capítulos y algunos extras que se alargarían hasta entrado el año 2014. Poco después el estudio se expandió, lo que afectó al proyecto, que terminó siendo más grande de lo esperado, con mucho contenido en la mente de los responsables que más tarde sería publicado en forma de una segunda temporada. El tiempo le ha dado la razón a The Game Kitchen, tanto es así que en 2020 pudieron llevar The Last Door a dispositivos móviles, y PIB Games hizo lo propio llevando la edición digital a Nintendo Switch.

La guinda la ha puesto Tesura Games, que ha formado una alianza con The Game Kitchen y PIB Games para lanzar al mercado una edición física de The Last Door para PlayStation 4 y Nintendo Switch, la cual está ya disponible en dos ediciones (una estándar y otra para coleccionistas). De esta forma, ya podemos tener en nuestra estantería la edición más completa de una de las aventuras que no podemos dejar de recomendar aquí en uVeJuegos. Un total de ocho capítulos, junto a sus extras, divididos en dos temporadas. Nosotros hemos querido darle una segunda vuelta a The Last Door y comprobar si realmente merece la pena abrir la última puerta. Veamos.



Durante los cuatro capítulos de esta primera temporada nos trasladamos hasta el siglo XIX, cuando Jeremiah Devitt decide viajar hasta Sussex, al sur de Inglaterra, tras recibir una misteriosa carta de su viejo amigo Anthony. En el interior del hogar de su amigo encontrará signos que evidencian que algo extraño ha pasado, lo que le empujará a investigar y a recordar fragmentos de su pasado, situaciones que vivió durante una tormentosa infancia, que creía haber olvidado. Hay una gran influencia muy obvia de H.P. Lovecraft, pero sobre todo de Edgar Allan Poe en el argumento y la ambientación. Es más cercano al terror psicológico que al terror común, coquetea con lo desconocido, pero en más de una ocasión nos puede pillar desprevenidos con un buen susto. Si a eso le sumas la maestría de las partituras de Carlos Viola (que ya se encargó de la música de Blasphemous), se queda en un cóctel que funciona a las mil maravillas.

En lo que respecta a la jugabilidad, The Last Door presenta las características clásicas de un point-and-click, con cierto aire de nostalgia a esas aventuras de los noventa, donde debemos recorrer los distintos escenarios en busca de pistas, recoger objetos que nos puedan ser de utilidad más adelante o solucionar puzles muy complejos mientras avanzamos en la trama. El control está muy bien adaptado a los mandos de una consola, y los distintos cambios en forma de calidad de vida que ha recibido la obra a lo largo de los últimos años han mejorado, y mucho, la experiencia. Con el stick podemos mover el cursor por toda la pantalla para que nuestro protagonista se desplace o para interactuar con elementos del escenario.

"Hay una gran influencia muy obvia de H.P. Lovecraft, pero sobre todo de Edgar Allan Poe en el argumento y la ambientación"


Su condición de aventura gráfica clásica ha arrastrado algunos problemas típicos del género. El flujo narrativo se atasca entre tanta búsqueda de píxeles, aunque tampoco nos deja relajarnos mientras nos movemos por los escenarios y se mantiene la tensión en el ambiente. La dificultad de los puzles también se las trae. No es algo que ocurra en la primera temporada, que la combinación de objetos suele ser la lógica, pero sí más adelante. Existe la posibilidad de activar un comando que nos permita ver todos los elementos con los que podemos interactuar en el escenario, por lo que es extraño que nos perdamos un ítem que vamos a necesitar más adelante. Las combinaciones, como digo, son lógicas: si tenemos una llave en nuestro inventario, debemos buscar una cerradura que se pueda abrir; o si tenemos una caja de cerillas, hay que encontrar un elemento que podamos quemar o una vela que nos sirva como luz para guiarnos en la oscuridad. No ocurre así en la segunda temporada, que es cuando me he encontrado más dificultades para avanzar.



La segunda temporada es distinta, empezando por el protagonista. En esta ocasión, y previo resumen de los acontecimientos de la primera temporada, pasamos a controlar al doctor Wakefield, el psiquiatra de Devitt. Al doctor le preocupa la repentina desaparición de su paciente tras haber experimentado unas extrañas visiones hipnóticas, por lo que saldrá en su búsqueda acompañado de su colega de profesión, Kaufmann. Narrativamente va de más a menos, y mientras que la primera temporada se centraba en el terror psicológico, la segunda vira hacia la búsqueda de lo desconocido. Lo sobrenatural abraza la historia desde un primer momento. Como comentaba, la dificultad de los puzles crece enormemente, y es que la lógica queda en el olvido. Ocurre que en los cuatro últimos capítulos se abre la posibilidad de visitar distintas localizaciones de Inglaterra echando un ojoa un mapa del territorio. Si en la primera temporada teníamos un buen repertorio de combinaciones brillantes de objetos, en la segunda las soluciones son inimaginables. No me corto, yo he tirado de guía en más de una ocasión porque sentía que estaba dando vueltas en círculos y sentía que el desafío estaba rompiendo el ritmo y mis ganas de continuar.

"la dificultad de los puzles crece enormemente [...] Si en la primera temporada teníamos un buen repertorio de combinaciones brillantes de objetos, en la segunda las soluciones son inimaginables "


A nivel narrativo, The Last Door es bastante efectivo. Funciona más como una miniserie, siempre tiene el mismo modo de arrancar y no va a dejar indiferente a nadie, pero siempre sabe enganchar al jugador con un cliffhanger en la conclusión de cada capítulo. Son episodios muy cortos, al menos en lo que respecta a la primera temporada. De los cuatro, a excepción del último, se pueden completar en menos de una hora si vamos a un buen ritmo. Algo más para la segunda temporada, en tanto que los escenarios son más amplios y que la complejidad de los puzles es mayor, la duración alcanza las casi seis horas en la suma de los cuatro últimos capítulos. Además, recomendamos encarecidamente que le echéis un ojo al apartado de Extras que se incluye en cada temporada. Al concluir con el arco argumental de la primera y segunda temporada, podemos echarle un ojo a nuevos capítulos que se han sumado y que sirven para ampliar la historia. Eso sí, la duración es mínima, ninguno supera los cinco minutos de duración, pero sí sirve para sumar contexto a la historia.



Como ya habíamos comentado anteriormente, nuestro principal motivo para revisitar The Last Door no ha sido otro que el lanzamiento de la edición física por parte de Tesura Games. Lo mejor es que, más allá de que por primera vez podamos jugar a esta obra en formato físico, desde Tesura se han encargado de que la edición venga acompañada de algunos obsequios que forman parte del propio juego. Lo podéis encontrar en dos ediciones, la Complete Edition, que incluye el juego y una serie de postales a un precio de 34,99 €, y la Legady Edition, que por 59,99 € os vais a encontrar elementos tan curiosos como un pin del cuervo, un libro de retratos, la banda sonora en dos discos, una carta misteriosa y la partitura Letter for a Friend.



The Last Door se consagra, con esta edición completa en formato físico, como una de las grandes aventuras gráficas ya no solo de nuestro país, sino también de los últimos tiempos. Un buen ejemplo de que con mucha pasión y talento se pueden hacer grandes cosas. Lo mejor de esta aventura es que los sevillanos de The Game Kitchen han conseguido una ambientación oscura y tenebrosa con una estética 8 bits que se desenvuelve con soltura, pero que también es un arma de doble filo. Es la ambientación perfecta, pero influye en la jugabilidad y dificulta la búsqueda de algunos objetos. Aunque, por suerte, este problema ha encontrado una pequeña solución con un botón que descubre todas las pistas. Puede que The Last Door no sea para el gusto de todos, pero es un imprescindible para todo aquel que disfrute de los relatos de H.P. Lovecraft y Edgar Allan Poe.

Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Tesura Games.


Análisis de The Last Door - Complete Edition para PS4: Análisis The Last Door, una aventura gráfica española que recuerda a los clásicos de los noventa
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La historia mantiene el tipo en todo momento. La ambientación
La segunda temporada baja el nivel en cuanto al diseño de rompecabezas
Una aventura de misterio inspirada en relatos de Lovecraft y Edgar Allan Poe que nos hace sentir un auténtico detective. Imprescindible.
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