
PC
Una aventura a la antigua usanza
Escenarios detallados en 2D, interfaz point & click, buena historia, larga duración, dificultad justa... The Black Mirror lo tiene todo para convertirse en un clásico de las aventuras gráficas.

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Al estilo clásico
El género de las aventuras gráficas ha sido uno de los últimos en realizar el paso de las 2D a las 3D, principalmente porque era el que más difícil lo tenía. Los aventureros le habían cogido demasiado cariño al ratón, y el paso a las 3D suele implicar el uso del teclado casi exclusivamente. Pero la tecnología manda, y tarde o temprano ese paso se tenía que dar. Juegos como Gabriel Knight 3 o el reciente Broken Sword 3 han demostrado que las 3D y las aventuras gráficas se pueden llevar de maravilla. Pero, ¿qué pasa con el clásico control a base de ratón? ¿Ha muerto definitivamente por culpa de las 3D? La desarrolladora checa Unknown Identity nos demuestra con The Black Mirror que las 2D aún tienen mucho que decir.
En este juego nos encontramos con el típico control de las aventuras clásicas, es decir, nos movemos pinchando con el ratón en el lugar hacia donde queremos que vaya nuestro personaje, podemos examinar moviendo el puntero los distintos elementos de cada escenario, cojer objetos, combinarlos, etcétera. Lo normal en una aventura de este tipo. Aquí no tiene cabida el teclado (para tranquilidad de muchos), que no necesitaremos usar ni una sola vez para terminarnos el juego. La verdad es que se agradece una aventura de este tipo en una época en donde las 3D inundan el mercado, y los juegos en dos dimensiones parecen desfasados y no gustan al gran público.
Una historia inquietante
El argumento de The Black Mirror es sin duda alguna el punto fuerte del juego, y lo que nos mantendrá pegados a la pantalla hasta terminarlo, solamente para ver como se desarrolla la trama. El protagonista de la historia es Samuel Gordon, un joven que, años atrás, abandonó el condado de Black Mirror, en Inglaterra, acosado por los duros recuerdos que tenía de aquel lugar. Pero con la muerte de su abuelo, William Gordon, Samuel decide regresar a Black Mirror para investigar su muerte. Él presiente que su abuelo no murió a causa de un accidente, cree que hay algo más, y está dispuesto a averigüarlo cueste lo que cueste. A lo largo de 6 largos capítulos se desarrollará esta trama, llena de misterio e intriga, digna de cualquier libro de Edgar Allan Poe o Lovecraft, con tintes mágicos y fantásticos.
La ambientación del juego está acorde con el argumento, por lo que la mayor parte del tiempo lo pasaremos bajo una intensa lluvia, en escenarios oscuros, casas abandonadas, tenebrosos pasadizos, catacumbas, etc. Todo ello ayudará a crear una atmósfera de tensión y nos meteremos de lleno en la historia. Además no faltarán los toques gore, que aunque son pocos estarán presentes en el juego, y por ello no es una aventura recomendada para mentes sensibles.
El género de las aventuras gráficas ha sido uno de los últimos en realizar el paso de las 2D a las 3D, principalmente porque era el que más difícil lo tenía. Los aventureros le habían cogido demasiado cariño al ratón, y el paso a las 3D suele implicar el uso del teclado casi exclusivamente. Pero la tecnología manda, y tarde o temprano ese paso se tenía que dar. Juegos como Gabriel Knight 3 o el reciente Broken Sword 3 han demostrado que las 3D y las aventuras gráficas se pueden llevar de maravilla. Pero, ¿qué pasa con el clásico control a base de ratón? ¿Ha muerto definitivamente por culpa de las 3D? La desarrolladora checa Unknown Identity nos demuestra con The Black Mirror que las 2D aún tienen mucho que decir.
En este juego nos encontramos con el típico control de las aventuras clásicas, es decir, nos movemos pinchando con el ratón en el lugar hacia donde queremos que vaya nuestro personaje, podemos examinar moviendo el puntero los distintos elementos de cada escenario, cojer objetos, combinarlos, etcétera. Lo normal en una aventura de este tipo. Aquí no tiene cabida el teclado (para tranquilidad de muchos), que no necesitaremos usar ni una sola vez para terminarnos el juego. La verdad es que se agradece una aventura de este tipo en una época en donde las 3D inundan el mercado, y los juegos en dos dimensiones parecen desfasados y no gustan al gran público.
Una historia inquietante
El argumento de The Black Mirror es sin duda alguna el punto fuerte del juego, y lo que nos mantendrá pegados a la pantalla hasta terminarlo, solamente para ver como se desarrolla la trama. El protagonista de la historia es Samuel Gordon, un joven que, años atrás, abandonó el condado de Black Mirror, en Inglaterra, acosado por los duros recuerdos que tenía de aquel lugar. Pero con la muerte de su abuelo, William Gordon, Samuel decide regresar a Black Mirror para investigar su muerte. Él presiente que su abuelo no murió a causa de un accidente, cree que hay algo más, y está dispuesto a averigüarlo cueste lo que cueste. A lo largo de 6 largos capítulos se desarrollará esta trama, llena de misterio e intriga, digna de cualquier libro de Edgar Allan Poe o Lovecraft, con tintes mágicos y fantásticos.
La ambientación del juego está acorde con el argumento, por lo que la mayor parte del tiempo lo pasaremos bajo una intensa lluvia, en escenarios oscuros, casas abandonadas, tenebrosos pasadizos, catacumbas, etc. Todo ello ayudará a crear una atmósfera de tensión y nos meteremos de lleno en la historia. Además no faltarán los toques gore, que aunque son pocos estarán presentes en el juego, y por ello no es una aventura recomendada para mentes sensibles.