Se busca psicoanalista

Todo jugador con algo de experiencia debe odiar a las princesas. A pesar de que hoy en día las cosas han cambiado, es decir que las cosas van sobre salvar a ciudades de plagas de demonios pegando saltos con un argumento absurdo de trasfondo, antes las princesas en apuros solían ser la excusa preferida de todos los desarrolladores para embarcarnos en grandes aventuras. ¿Cómo olvidar lo divertido que debía ser para Mario ir de castillo en castillo para encontrarse siempre con odiosas setas hidrocefálicas que decían aquello de " Lo siento Mario, pero la princesa está en otro castillo"? Pues con Tak 2 nos encontraremos con una base muy similar, y es que tras la primera aventura- que resultó ser un juego distraído pero sin contarse como la octava maravilla, quizá a causa de que su planteamiento ofrecía momentos demasiado tediosos de recoger multitud de objetos por el escenario- Tak se tomó una siesta de varios días. El juego nos lleva en un inicio al mundo de los sueños, donde una luz brillante con la extraña capacidad para hablar le propone al joven héroe la misión de rescatar a una bella princesa encarcelada por un malvado tirano que ha invadido el mundo de los sueños. Tak no acaba aceptando sin la coacción de la misteriosa voz, que le permitirá despertar para que el protagonista y Jibolba- el jefe de la tribu- viajen juntos para ir a ver al hermano de este último, llamado JB, que además de una bebida es también otra forma de decir "Jibolba's Brother". JB es aparentemente un experto en sueños, algo así como una alternativa tribal cabezona al clásico psicoanalista, que es además capaz de llegar a la conclusión en una sesión, sin la necesidad de los doscientos años de visitas que requeriría un psicólogo estrictamente freudiano.

Durante el transcurso de la aventura, el joven héroe se verá lanzado varias veces del mundo real a el universo onírico. Por un lado tendremos la posibilidad de recorrer selvas, montañas nevadas y demás escenarios típicos de los juegos de plataformas y por otra parte nos encontraremos dando saltos entre plataformas flotantes y figuras imposibles en un mundo irreal, que cabe decir que resulta bastante más atractivo- o por lo menos bastante más original- que los escenarios que se plantean en la realidad.

Lo cierto es que a primera vista el argumento es sencillito y sin demasiadas pretensiones, aunque por fortuna las cosas no son tan simples y poco a poco ocurrirán cosas más interesantes, incluso un giro argumental loable aunque excesivamente predecible. Pese a todo, el mérito de Tak 2 a nivel de historia no se encuentra tanto en tener un poco más de complejidad que el plataformas medio- no es que eso sea muy difícil de conseguir- sino el saber narrar el argumento con humor, y es que los personajes y las situaciones presentadas son lo suficientemente simpáticas como para arrancarnos más de una sonrisa, especialmente gracias a Lok, un guerrero con mandíbula cuadrada y cerebro inexistente que sufrirá absurdas desventuras en su aventura por intentar rescatar él mismo a una princesa. Sin embargo, no faltan los momentos de humor auto-paródico, mediante el cual se harán agudos chistes acerca de diversos estereotipos de los juegos de plataformas, o los personajes surrealistas y absolutamente desquiciados con más de una escena memorable.