
PC
El último chorizo que queda, el último profeta.
Un grupo de cacos unidos para vulnerar los planes de un magnate corrupto en un futuro oscuro y poco prometedor para la raza humana.

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Sunday Gold es el juego de corte indie que podría definirse como una aventura narrativa point and click, que bebe elementos de otros géneros como del RPG y de los juegos de puzles, en la que manejamos a tres delincuentes en una Londres futurista, sombría y distópica. Corre el año 2070 y, lo que viene, no parece mucho mejor a lo que vivimos en la actualidad. ¡Reíros vosotros de la subida del Euribor para afrontar la hipoteca!, el incremento del precio de los artículos de primera necesidad, la falta de componentes en las gráficas y consolas que nos hacen vivir una situación insólita, o que la luz siga su incesante subida… Sin Liz Truss como primera ministra, ni Boris Johnson asomando, el gobierno está diezmado. La ciudad inglesa está sumida en incesantes revueltas en el parlamento, y la crecida de las aguas es tan desmedida que está dejando al país con el agua al cuello. Je je.
Como no podría ser de otra forma, las grandes corporaciones han tomado el protagonismo con el desarrollo de nanotecnología e implantes cibernéticos que son destinados a la creación de nuevos participantes de La Liga del Rey, un deporte que mueve millones de libras en el que diferentes canes demuestran su agresividad y velocidad en carreras sin reglas antes de acabar en el desguace. Las portadas, mientras, ensalzan al Kenny Hogan, un peculiar magnate que presume de músculo financiero y tecnológico.
Los tres ladrones protagonistas están liderados por Frank Barber, amigo de las deudas y los bares, que luce un tupé que ya quisiera para él el mismísimo Makinavaja. Pronto se nos unirán a la aventura Sally Wheeler y Gavin Dorsey, un nerd que nos da el chivatazo y da acceso al grupo al robo de cierta información para tratar de venderla posteriormente al mejor postor... pero de pronto todo se complica y nos veremos inmersos en algo más turbio.

El juego se divide claramente en dos fases; una de investigación/exploración y otra de combate. Durante la primera manejamos a nuestros personajes a lo largo del escenario, en turnos que vienen determinados por nuestros puntos de acción, el punto clave sobre el que se desarrolla el juego. A medida vayamos desbloqueando nuevas pistas, o resolviendo ciertos puzles al más puro estilo detectivesco, la trama se irá desarbolando dando lugar a nuevas estancias para explorar. Toda interacción requiere "PA" (Punto de Acción).
En muchas ocasiones tenemos la posibilidad de realizar objetivos secundarios que suelen premiar al jugador con nuevo equipamiento para nuestro inventario, pero por el contrario, el juego invita siempre a actuar con cierta celeridad ya que durante esta fase del juego, a medida que los turnos corren, un nivel de alarma se incrementa incesantemente. En los niveles más altos, los enemigos no solo aparecen con mayor frecuencia sino que también nuestros personajes sufren estrés y nerviosismo, lo que les provoca alteraciones de estado psíquico que afectan a sus atributos. Lo interesante de esta fase es que los "PA" se comparten con la fase de combate, por lo que si arriesgamos de más en la investigación nos podemos ver sorprendidos con una serie de enemigos con nuestro medidor por los suelos, lo que conlleva a una clara desventaja inicial.
Cada caco cuenta con roles bien diferenciados en combate. Mientras que Frank es un DPS puro, Sally puede desarrollar un árbol de habilidades tanto de tank como de healer, y Gavin actúa como híbrido support/dps con especialización en explosivos y habilidades de control de masas sobre enemigos cyborgs o electrónicos. Cada protagonista cuenta con un pequeño árbol de habilidades que podemos mejorar a medida subamos el nivel, lo que suma cierta personalización y componente estratégico.
Los combates son tácticos e invitan al trabajo en equipo, sobre todo a medida vamos desbloqueando nuevas habilidades. Esta cooperación es sobre todo necesaria con los jefes finales, que suelen contar con diferentes fases. Durante el combate también hay que tener en cuenta elementos como el tipo de daño al que el enemigo es menos resistente o una línea temporal que informa sobre qué personaje va a ser el próximo en actuar, pero sin saber quién será su próxima objetivo. Al igual que en la fase de investigación, todo funciona con puntos de acción que tenemos que ir gestionando para no entrar en estado de agotamiento, el cual nos puede dejar más de un turno fuera de juego. La dificultad no es un gran aliciente en líneas generales, aunque si hemos detectado cierto desequilibrio en cierta etapas de la aventura en las que consideramos que hace falta un reajuste.

La pena es que esta amalgama de géneros, pese a estar bien ejecutada, parece no ir más allá quedando una sensación de que se ha desperdiciado una gran oportunidad de hacer algo todavía más llamativo como conjunto. Como aventura es fresca y entretenida, que ya es mucho, y el combate cumple su cometido. La introducción de puzles tiene su coherencia narrativa, sobre todo en aquellos acertijos que solicitan tirar más de deducción y libreta en la que tomar notas para resolverse. Sin embargo, a veces se abusa de tres minijuegos (uno por personaje), para resolver este tipo de situaciones. Estos son demasiado sencillos, excepto el de hackeo, y muy recurrentes en cierta parte de la trama.
Un punto que penaliza al conjunto es la poca variedad de diseños y tipos de enemigos. Escasa, escasísima, un aspecto que debería trabajarse en el futuro si el estudio canadiense se anima a realizar una futura entrega de la serie. Hay que comentar además que actualmente el juego tiene un pequeño problema referente a la carga de partidas: las partidas guardadas no pueden ser renombradas ni vienen identificadas con la fecha y hora de creación. En consecuencia, a medida que avanzamos en la historia se hace complicado seleccionar los archivos de una manera intuitiva. No es difícil equivocarse al elegir una partida no deseada. Por suerte, el número de turno sí viene reflejado en la miniatura correspondiente. Como decimos es un mal menor, pero resulta llamativo de cara a cualquier juego que se publique hoy en día.
Sunday Gold posee un arte gráfico muy destacable, en la que la estética cómic predomina la escena, dejando viñetas de gran trazado, que plasman perfectamente la ambientación noir con pequeñas dosis de cyberpunk. Lástima que el audio, más allá de las tres pistas muy chulas que suenan en el bar en el que los protagonistas se reúnen para urdir sus planes, y que funciona como base de operaciones para poder restablecer los puntos aplicados al árbol de talentos. Fuera de la cafetería, la banda sonora queda relegada durante el resto de la aventura a pequeñas pistas bastante planas que suenan en segundo plano. La interpretación de las voces (en inglés) es buenísima y está acompañada de una gran traducción al castellano de unos textos muy adultos.
Conclusión
Incidimos en que la aventura de BKOM Studios es un producto para masticar y saborear. En ti estará el hacerlo más rápido, lo que te facilitará las cosas, o más lentamente. Es uno de esos juegos en los que es fácil sumergirse sin darse cuenta, y que invitamos a jugar de madrugada junto a tu bebida favorita encima del escritorio, junto al resto de tu setup. Compatible con Steam Deck, y calificado como “jugable”, también podemos llevarlo con nosotros en nuestros viajes de metro/bus. Nosotros hemos tratado de disfrutarlo a modo completionist, y la aventura se nos ha ido hasta las 16 horas de juego.
Pese a parecer haberse infiltrado a hurtadillas en el catálogo de Steam gracias a la rama distribuidora de Team17 Software, Sunday Gold es un juego recomendable si buscas una aventura gráfica diferente y con cierta personalidad. Tiene muy buenas ideas, aunque la ejecución no haya acompañado del todo.
Como no podría ser de otra forma, las grandes corporaciones han tomado el protagonismo con el desarrollo de nanotecnología e implantes cibernéticos que son destinados a la creación de nuevos participantes de La Liga del Rey, un deporte que mueve millones de libras en el que diferentes canes demuestran su agresividad y velocidad en carreras sin reglas antes de acabar en el desguace. Las portadas, mientras, ensalzan al Kenny Hogan, un peculiar magnate que presume de músculo financiero y tecnológico.
Los tres ladrones protagonistas están liderados por Frank Barber, amigo de las deudas y los bares, que luce un tupé que ya quisiera para él el mismísimo Makinavaja. Pronto se nos unirán a la aventura Sally Wheeler y Gavin Dorsey, un nerd que nos da el chivatazo y da acceso al grupo al robo de cierta información para tratar de venderla posteriormente al mejor postor... pero de pronto todo se complica y nos veremos inmersos en algo más turbio.


El juego se divide claramente en dos fases; una de investigación/exploración y otra de combate. Durante la primera manejamos a nuestros personajes a lo largo del escenario, en turnos que vienen determinados por nuestros puntos de acción, el punto clave sobre el que se desarrolla el juego. A medida vayamos desbloqueando nuevas pistas, o resolviendo ciertos puzles al más puro estilo detectivesco, la trama se irá desarbolando dando lugar a nuevas estancias para explorar. Toda interacción requiere "PA" (Punto de Acción).
En muchas ocasiones tenemos la posibilidad de realizar objetivos secundarios que suelen premiar al jugador con nuevo equipamiento para nuestro inventario, pero por el contrario, el juego invita siempre a actuar con cierta celeridad ya que durante esta fase del juego, a medida que los turnos corren, un nivel de alarma se incrementa incesantemente. En los niveles más altos, los enemigos no solo aparecen con mayor frecuencia sino que también nuestros personajes sufren estrés y nerviosismo, lo que les provoca alteraciones de estado psíquico que afectan a sus atributos. Lo interesante de esta fase es que los "PA" se comparten con la fase de combate, por lo que si arriesgamos de más en la investigación nos podemos ver sorprendidos con una serie de enemigos con nuestro medidor por los suelos, lo que conlleva a una clara desventaja inicial.
"El juego se divide claramente en dos fases; una de investigación/exploración y otra de combate."
Cada caco cuenta con roles bien diferenciados en combate. Mientras que Frank es un DPS puro, Sally puede desarrollar un árbol de habilidades tanto de tank como de healer, y Gavin actúa como híbrido support/dps con especialización en explosivos y habilidades de control de masas sobre enemigos cyborgs o electrónicos. Cada protagonista cuenta con un pequeño árbol de habilidades que podemos mejorar a medida subamos el nivel, lo que suma cierta personalización y componente estratégico.
Los combates son tácticos e invitan al trabajo en equipo, sobre todo a medida vamos desbloqueando nuevas habilidades. Esta cooperación es sobre todo necesaria con los jefes finales, que suelen contar con diferentes fases. Durante el combate también hay que tener en cuenta elementos como el tipo de daño al que el enemigo es menos resistente o una línea temporal que informa sobre qué personaje va a ser el próximo en actuar, pero sin saber quién será su próxima objetivo. Al igual que en la fase de investigación, todo funciona con puntos de acción que tenemos que ir gestionando para no entrar en estado de agotamiento, el cual nos puede dejar más de un turno fuera de juego. La dificultad no es un gran aliciente en líneas generales, aunque si hemos detectado cierto desequilibrio en cierta etapas de la aventura en las que consideramos que hace falta un reajuste.


La pena es que esta amalgama de géneros, pese a estar bien ejecutada, parece no ir más allá quedando una sensación de que se ha desperdiciado una gran oportunidad de hacer algo todavía más llamativo como conjunto. Como aventura es fresca y entretenida, que ya es mucho, y el combate cumple su cometido. La introducción de puzles tiene su coherencia narrativa, sobre todo en aquellos acertijos que solicitan tirar más de deducción y libreta en la que tomar notas para resolverse. Sin embargo, a veces se abusa de tres minijuegos (uno por personaje), para resolver este tipo de situaciones. Estos son demasiado sencillos, excepto el de hackeo, y muy recurrentes en cierta parte de la trama.
Un punto que penaliza al conjunto es la poca variedad de diseños y tipos de enemigos. Escasa, escasísima, un aspecto que debería trabajarse en el futuro si el estudio canadiense se anima a realizar una futura entrega de la serie. Hay que comentar además que actualmente el juego tiene un pequeño problema referente a la carga de partidas: las partidas guardadas no pueden ser renombradas ni vienen identificadas con la fecha y hora de creación. En consecuencia, a medida que avanzamos en la historia se hace complicado seleccionar los archivos de una manera intuitiva. No es difícil equivocarse al elegir una partida no deseada. Por suerte, el número de turno sí viene reflejado en la miniatura correspondiente. Como decimos es un mal menor, pero resulta llamativo de cara a cualquier juego que se publique hoy en día.
"La pena es que esta amalgama de géneros, pese a estar bien ejecutada, parece no ir más allá."
Sunday Gold posee un arte gráfico muy destacable, en la que la estética cómic predomina la escena, dejando viñetas de gran trazado, que plasman perfectamente la ambientación noir con pequeñas dosis de cyberpunk. Lástima que el audio, más allá de las tres pistas muy chulas que suenan en el bar en el que los protagonistas se reúnen para urdir sus planes, y que funciona como base de operaciones para poder restablecer los puntos aplicados al árbol de talentos. Fuera de la cafetería, la banda sonora queda relegada durante el resto de la aventura a pequeñas pistas bastante planas que suenan en segundo plano. La interpretación de las voces (en inglés) es buenísima y está acompañada de una gran traducción al castellano de unos textos muy adultos.
Conclusión
Incidimos en que la aventura de BKOM Studios es un producto para masticar y saborear. En ti estará el hacerlo más rápido, lo que te facilitará las cosas, o más lentamente. Es uno de esos juegos en los que es fácil sumergirse sin darse cuenta, y que invitamos a jugar de madrugada junto a tu bebida favorita encima del escritorio, junto al resto de tu setup. Compatible con Steam Deck, y calificado como “jugable”, también podemos llevarlo con nosotros en nuestros viajes de metro/bus. Nosotros hemos tratado de disfrutarlo a modo completionist, y la aventura se nos ha ido hasta las 16 horas de juego.
Pese a parecer haberse infiltrado a hurtadillas en el catálogo de Steam gracias a la rama distribuidora de Team17 Software, Sunday Gold es un juego recomendable si buscas una aventura gráfica diferente y con cierta personalidad. Tiene muy buenas ideas, aunque la ejecución no haya acompañado del todo.
Una aventura diferente, con buenas ideas y un arte destacado.
Poca variedad de enemigos, algún bug menor y una ejecución de ideas no del todo satisfactoria.
Apostar por nuevas ideas y experimentar siempre es algo positivo, pero la sensación que nos deja es que esto daba para algo más.