
PlayStation 2
Sonic antigravitatorio
Continuación de Sonic Riders, en esta ocasión controlamos también la gravedad durante la carrera.

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Las carreras de Sonic
Muchos son los juegos de velocidad protagonizados por Sonic, ya en Game Gear aparecieron los dos Sonic Drift (sobre karts, cosa que a Yiji Naka no le interesa repetir) y posteriormente llegó Sonic R de SegaSaturn (en el que casi todos se propulsaban con sus propias fuerzas). Hace más de un año apareció el último juego de velocidad del erizo, esta vez en PS2, Xbox y NGC y presentando las carreras sobre tablas aéreas; la historia nos presentaba a los Babylon Rogues, unos pájaros que iban en busca del Extreme Gear y que participaban en el EX World Grand Prix que organizó Robotnik; el juego no cumplió las expectativas al tener unos gráficos basados aún en el Sonic Adventure 2 de DC (sin comentarios), cosa completamente desfasada y un sistema de control muy complicado y no apto para principiantes.
Sonic vuelve a coger la tabla
La historia que envuelve el juego está cogida por pinzas, parece mentira que para un juego de velodicad quieran poner un argumento enrevesado que no interesa a nadie y que a la postre es muy malo. El juego comienza con unos desastrosos acontecimientos (sacados de Yo, Robot), en los que Sonic y compañía se ven atrapados, cuando un antiguo artefacto sale a la luz y resulta ser una preciada posesión antigua de los robots. Los amigos investigan y rápidamente se cruzan con el Dr Robotnik, quien jura que no tiene nada que ver con la calamidad, cosa que no cree nadie y se ponen manos a la obra a investigar. Cuando descubren que Eggman sí tiene algo que ver, se revela que está tratando de reunir diversos artefactos y detener a los robots para controlarlos y arrasar la Tierra a su antojo gracias a ellos. Finalmente, entran los Babylon Rogues en juego al descubrirse que los artefactos están relacionados con ellos y que deben llevarlos a un lugar denominado "La Torre Crimson".
Tras todo esto, sólo queda coger la tabla y volar con ella para conseguir los diferentes artefactos de los robots antiguos para así poder llevarlos a la Torre de Crimson y así evitar el desastre. Cabe decir que el juego lo podemos jugar desde a perspectiva de los Héroes o desde la de los Babylon.
Surfear en el aire es imposible
El sistema de control es una continuación lógica del primer Sonic Riders, es decir, estamos ante un más de lo mismo con un par de movimientos nuevos. Y como es un más de lo mismo, sigue siendo un caos total conseguir dominar la tabla y ganar alguna carrera. Ya el manejo sobre la tabla es algo brusco y difícil y te hace perder la paciencia en alguna ocasión, pero además al deber estar atento de no perder el aire-combustible que usan hace casi imposible entender de qué va el manejo hasta muchas, demasiadas partidas, y es que en bastantes ocasiones nos vamos al suelo y debemos correr hasta un reponedor de aire, ya que conseguir aire sobrante de otras tablas es harto complicado, se podría decir que la curva de dificultad no está bien ajustada, pero eso es poco, la curva de dificultad directamente no existe, es extremadamente complejo ya desde el inicio.
Aparte de correr, hay ciertas piruetas que hacer en el aire que nos dan velocidad extra, ahora bien, restan depósito de aire. Solo es recomendable hacerlas cuando ya se domine el estio de conducción de manera sobrada (lo que lleva horas y horas de provaturas para un jugador medio). Por otro lado, se han implementado nuevas características al control que juegan con la fuerza de la gravedad (de ahí la coletilla del nombre) y que lían aun más si cabe la cosa: el Gravity Dive, que crea un agujero negro que tira del personaje a una velocidad muy alta y le permite arrollar todo lo que tenga delante, y el Gravity Control, que permite alterar la gravedad de la pista y así poder usar paredes como si del suelo se tratase.
Igual que el primer Sonic Riders, la continuación también divide a los personajes entre tipos entre rápidos, fuertes y voladores. Los corredores rápidos (como Sonic, Jet o Blaze) obtienen velocidades muy altas, los voladores (como Tails, Wave o Rouge) manejan mejor las piruetas y las corrientes de aire y los fuertes (como Knuckles, Storm o Robotnik) se dehacen de los obstáculos a base de golpes y no les hace falta esquivarlos. Tener clara esta división es importante dadas las características de cada circuito o de cada reto. Cabe decir que hay personajes invitados, como Amigo, NiGHTS o Billy Hatcher.
Muchos son los juegos de velocidad protagonizados por Sonic, ya en Game Gear aparecieron los dos Sonic Drift (sobre karts, cosa que a Yiji Naka no le interesa repetir) y posteriormente llegó Sonic R de SegaSaturn (en el que casi todos se propulsaban con sus propias fuerzas). Hace más de un año apareció el último juego de velocidad del erizo, esta vez en PS2, Xbox y NGC y presentando las carreras sobre tablas aéreas; la historia nos presentaba a los Babylon Rogues, unos pájaros que iban en busca del Extreme Gear y que participaban en el EX World Grand Prix que organizó Robotnik; el juego no cumplió las expectativas al tener unos gráficos basados aún en el Sonic Adventure 2 de DC (sin comentarios), cosa completamente desfasada y un sistema de control muy complicado y no apto para principiantes.
Sonic vuelve a coger la tabla
La historia que envuelve el juego está cogida por pinzas, parece mentira que para un juego de velodicad quieran poner un argumento enrevesado que no interesa a nadie y que a la postre es muy malo. El juego comienza con unos desastrosos acontecimientos (sacados de Yo, Robot), en los que Sonic y compañía se ven atrapados, cuando un antiguo artefacto sale a la luz y resulta ser una preciada posesión antigua de los robots. Los amigos investigan y rápidamente se cruzan con el Dr Robotnik, quien jura que no tiene nada que ver con la calamidad, cosa que no cree nadie y se ponen manos a la obra a investigar. Cuando descubren que Eggman sí tiene algo que ver, se revela que está tratando de reunir diversos artefactos y detener a los robots para controlarlos y arrasar la Tierra a su antojo gracias a ellos. Finalmente, entran los Babylon Rogues en juego al descubrirse que los artefactos están relacionados con ellos y que deben llevarlos a un lugar denominado "La Torre Crimson".
Tras todo esto, sólo queda coger la tabla y volar con ella para conseguir los diferentes artefactos de los robots antiguos para así poder llevarlos a la Torre de Crimson y así evitar el desastre. Cabe decir que el juego lo podemos jugar desde a perspectiva de los Héroes o desde la de los Babylon.
Surfear en el aire es imposible
El sistema de control es una continuación lógica del primer Sonic Riders, es decir, estamos ante un más de lo mismo con un par de movimientos nuevos. Y como es un más de lo mismo, sigue siendo un caos total conseguir dominar la tabla y ganar alguna carrera. Ya el manejo sobre la tabla es algo brusco y difícil y te hace perder la paciencia en alguna ocasión, pero además al deber estar atento de no perder el aire-combustible que usan hace casi imposible entender de qué va el manejo hasta muchas, demasiadas partidas, y es que en bastantes ocasiones nos vamos al suelo y debemos correr hasta un reponedor de aire, ya que conseguir aire sobrante de otras tablas es harto complicado, se podría decir que la curva de dificultad no está bien ajustada, pero eso es poco, la curva de dificultad directamente no existe, es extremadamente complejo ya desde el inicio.
Aparte de correr, hay ciertas piruetas que hacer en el aire que nos dan velocidad extra, ahora bien, restan depósito de aire. Solo es recomendable hacerlas cuando ya se domine el estio de conducción de manera sobrada (lo que lleva horas y horas de provaturas para un jugador medio). Por otro lado, se han implementado nuevas características al control que juegan con la fuerza de la gravedad (de ahí la coletilla del nombre) y que lían aun más si cabe la cosa: el Gravity Dive, que crea un agujero negro que tira del personaje a una velocidad muy alta y le permite arrollar todo lo que tenga delante, y el Gravity Control, que permite alterar la gravedad de la pista y así poder usar paredes como si del suelo se tratase.
Igual que el primer Sonic Riders, la continuación también divide a los personajes entre tipos entre rápidos, fuertes y voladores. Los corredores rápidos (como Sonic, Jet o Blaze) obtienen velocidades muy altas, los voladores (como Tails, Wave o Rouge) manejan mejor las piruetas y las corrientes de aire y los fuertes (como Knuckles, Storm o Robotnik) se dehacen de los obstáculos a base de golpes y no les hace falta esquivarlos. Tener clara esta división es importante dadas las características de cada circuito o de cada reto. Cabe decir que hay personajes invitados, como Amigo, NiGHTS o Billy Hatcher.