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Eternal Sunshine of the Spotless Mind
Reimaginar uno de los videojuegos que sentó las bases de los survival horror es una gran responsabilidad. Veamos si la obra de Climax Studio está a la altura de las expectativas.
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Hace ya bastante tiempo que, por desgracia, dejó de sorprendernos encontrar a Silent Hill en la lista de trending topics de Twitter. La razón de esto es bien sencilla: sólo hay dos posibles motivos para tal fama en la red social y ninguno de ellos suele llevar consigo la llegada de un nuevo capítulo de la franquicia. Uno de los posibles motivos es que haya niebla en varios pueblos al mismo tiempo y las personas que vivan allí sientan el impulso incontrolable de realizar algún paralelismo entre el lugar en el que habitan y Silent Hill. En otras ocasiones, la razón es la enésima filtración de un remake de algún capítulo de la franquicia que al final nunca llega a nada... o quizá sí, ya veremos si la reciente oleada de rumores se materializa en algo concreto. Sea como sea, es innegable que Silent Hill sigue viviendo en el imaginario colectivo de toda una generación de jugadores a pesar de que Konami lleve casi una década condenando al ostracismo a una de sus series más populares. Puede que a Konami le dé absolutamente igual Silent Hill pero a nosotros no. Es por ello que os traemos un análisis de uno de los capítulos más polémicos y personales de la franquicia.
Lo primero que debemos saber es que Shattered Memories no se trata de un remake al uso del Silent Hill original, sino más bien una reinterpretación. Encontramos aquí los mismos personajes del juego original y muchos lugares comunes, pero ni los personajes tienen las mismas motivaciones ni lo que pasa en esos lugares tiene nada que ver con la ópera prima de Team Silent. Shattered Memories estuvo en manos de la británica Climax, responsable también de Silent Hill: Origins, título anterior que profundizaba en los eventos acaecidos justo antes del primer capítulo de la saga. Shattered Memories fue originalmente concebido para Wii y fue puesto a la venta el 8 de diciembre de 2009 en Norteamérica, a pesar de que contó con ports para PlayStation 2 y PSP lanzados un mes después en territorio norteamericano. En cualquier caso, las tres versiones tuvieron lanzamiento simultáneo el 26 de febrero de 2010 en tierras europeas.
Nuestra aventura comienza cuando el bueno de Harry Mason sufre un accidente mientras conduce de noche bajo una fuerte nevada. Al despertar, descubre que su hija Cheryl ha desaparecido. Nuestro objetivo en Silent Hill: Shattered Memories es encontrar a nuestra hija sana y salva. Hasta este punto parece que estamos describiendo el argumento del primer Silent Hill lanzado en 1999. Sin embargo, desde el arranque hasta el mismísimo final del juego, Shattered Memories no hace otra cosa más que alejarse del lore creado por la franquicia para mostrarnos una historia mucho más concreta, mucho más íntima, mucho más humana. Recordemos que el guionista detrás de Silent Hill: Shattered Memories no es nadie de Team Silent sino Sam Barlow, más conocido actualmente por sus obras Her Story y Telling Lies.
En términos jugables existen en Shattered Memories dos partes bien diferenciadas, que se van intercalando en todo momento en el juego. En la primera de ellas prima la exploración. Recorreremos escenarios oscuros y desolados en búsqueda de pistas, resolviendo puzles. Esta parte del juego recuerda más al ritmo de una aventura gráfica o de un walking simulator que al de un survival horror.
Frecuentemente estos momentos de exploración son interrumpidos por partes más tensas, frenéticas y terroríficas. Al igual que sucedía en capítulos anteriores de la saga, Silent Hill se transforma en una versión aún más oscura y llena de monstruos. La novedad aquí es que cuando esto sucede el mundo se congela a nuestro alrededor, en lugar de la versión oxidada y ensangrentada de otras entregas de la serie. Otra novedad, que beneficia a la sensación de terror que pueda trasmitir el título es la ausencia total de armas. El bueno de Harry Mason no tiene ningún arma realmente con la que defenderse, con lo que le tocará correr o esconderse para salir vivo de esta pesadilla. Sólo podremos mover objetos de gran tamaño para bloquear el paso de enemigos o usar bengalas de fuego que nos darán un par de segundos de inmunidad mientras huimos de nuestros enemigos.
El problema de esta dinámica explorar/huir es que pronto nos damos cuenta que los monstruos sólo aparecen cuando el mundo se congela y que no corremos ningún tipo de peligro cuando estamos en las fases de exploración, no importa cuán oscuras y tenebrosas puedan parecer. Al darnos cuenta de esto, la sensación de miedo e indefensión que pueda provocar Shattered Memories pierde muchos enteros. El mundo congelado representa a duras penas la mitad del número total de horas que nos proporciona el título. El juego concentra todos los sustos y nosotros consecuentemente reservamos todos nuestros gritos para estas partes del juego. A pesar de sus limitaciones jugables, Shattered Memories es relativamente corto (unas 7 horas deberían ser suficientes para ver los créditos) con lo que no nos dará tiempo a aburrirnos de lo que nos ofrece. Y si esto llega a ocurrir, lo más probable es que estemos en los últimos minutos del juego.
Una de las partes más originales y que más nos han gustado son las sesiones que tenemos con nuestro terapeuta, el doctor Kaufmann. La forma en la que respondemos a las preguntas y los ejercicios que nos plantea Kaufmann durante estas sesiones moldea el aspecto de los personajes, los lugares que visitamos y el final que obtendremos al acabar el juego. Y no os preocupéis, nuestras queridísimas amigas Cybil, Lisa y Dahlia también harán acto de presencia de alguna que otra forma en Shattered Memories. A pesar de que el juego cuente una historia totalmente distinta, Shattered Memories está lleno de referencias que gustará a los fans, como la inclusión del clásico final OVNI.
El mando de la Wii le viene de perlas a la jugabilidad. Harry Mason avanza a través de los escenarios haciendo uso de su linterna, la cual se moverá de la misma forma que nosotros movamos el mando. Nuestro teléfono móvil nos acompaña en todo momento en la aventura. Cuando nos toque tener una conversación, deberemos acercarnos el mando a la oreja de la misma forma que lo haríamos con nuestro móvil en la vida real para así poder seguir la conversación mediante el altavoz del propio mando. El móvil servirá asimismo para sacar fotos, abrir el mapa (¡ya no será un folleto desplegable!) y guardar la partida, entre otras cosas.
La resolución de puzles y demás interacciones con el entorno y con los enemigos también están resueltas de forma gestual en la Wii. Por ejemplo, si tenemos que abrir la puerta de un mueble en un puzle, deberemos agarrar el pomo y luego imitar con el Wiimote el gesto que haríamos en la vida real para abrirlo. O si un monstruo nos alcanza, deberemos mover bruscamente el mando en la dirección en la que se encuentra para así librarnos de él. Todos estos detalles tan bien integrados hacen que la interacción entre juego y jugador se sienta orgánica y natural.
Gráficamente nos encontramos ante un título bastante notable. El juego de luces y sombras, sello personal de la saga, es bueno. Otras nuevas incorporaciones como la nieve constante y los entornos helados también se muestran de forma acertada, especialmente en la versión para Wii donde la transformación del mundo ocurre en tiempo real. Los modelados de los personajes son correctos, pero sin llegar al nivel de expresión de algunos personajes de capítulos anteriores como la mismísima Heather en Silent Hill 3, por citar algún ejemplo. La variedad de enemigos se nos antoja un tanto escasa y podría haberse hecho un esfuerzo mayor en este apartado. Y es que realmente, salvo pequeñas variaciones, sólo existe un tipo de enemigo: una suerte de criatura amorfa rosácea que nos perseguirá y acosará a lo largo de la aventura. Asimismo, en la escenas de persecución, en ocasiones, tendremos ralentizaciones mientras abrimos puertas. Este detalle, aunque a veces molesto, puede verse justificado por la ausencia de tiempos de carga.
Las cinemáticas y el doblaje en inglés son buenos y nos meten de lleno en la historia. Akira Yamaoka vuelve a estar al mando de la banda sonora y es toda una gozada que esto sea así. Por último, cabe recordar que debido a las limitaciones técnicas de PS2 y PSP, Shattered Memories en dichas versiones presenta algunos recortes gráficos y de sonido que afectan a la calidad de las sombras, la nieve y las animaciones, entre otros. De la misma forma, los aspectos relativos a la jugabilidad con el Wiimote se pierden por necesidad en estas versiones, sustituyéndose los gestos en muchos casos por quick time events.
Shattered Memories es quizá el capítulo más interesante de Silent Hill después de la tetralogía original. Entregas contemporáneas como Homecoming o Downpour fallaron en tanto en cuanto solo copiaba fórmulas conocidas de la serie sin esforzarse lo más mínimo en encontrar su propio camino. La elección del hielo como motivo central o el perfil psicológico de nosotros que va construyendo mientras jugamos son grandes aciertos y refuerzan la personalidad única que tiene el juego dentro de la franquicia. Una de las críticas que se le puede hacer al juego es precisamente uno de sus aciertos: No ser un remake de Silent Hill. A pesar de no encajar mucho en el género de los survival horror, si le damos una oportunidad, el juego nos mantendrá enganchados hasta el mismísimo final (que dicho sea de paso, no dejará indiferente a nadie).
Es por ello que no se entiende que Konami no haya decidido lanzar una edición remasterizada en alguna consola actual como la propia Nintendo Switch, tan acostumbrada a recibir remasters de títulos clásicos. Aunque a decir verdad, entre poco y nada nos debería sorprender las decisiones tomadas desde hace años por esa compañía. Como alguna vez escuché a alguien refiriéndose a la calidad de Los Simpsons, Konami lamentablemente lleva ya más años siendo mala que buena. Para disgusto de todos.
Harry Mason vuelve a buscar a Cheryl después de estrellar su coche en Silent Hill
Lo primero que debemos saber es que Shattered Memories no se trata de un remake al uso del Silent Hill original, sino más bien una reinterpretación. Encontramos aquí los mismos personajes del juego original y muchos lugares comunes, pero ni los personajes tienen las mismas motivaciones ni lo que pasa en esos lugares tiene nada que ver con la ópera prima de Team Silent. Shattered Memories estuvo en manos de la británica Climax, responsable también de Silent Hill: Origins, título anterior que profundizaba en los eventos acaecidos justo antes del primer capítulo de la saga. Shattered Memories fue originalmente concebido para Wii y fue puesto a la venta el 8 de diciembre de 2009 en Norteamérica, a pesar de que contó con ports para PlayStation 2 y PSP lanzados un mes después en territorio norteamericano. En cualquier caso, las tres versiones tuvieron lanzamiento simultáneo el 26 de febrero de 2010 en tierras europeas.
Nuestra aventura comienza cuando el bueno de Harry Mason sufre un accidente mientras conduce de noche bajo una fuerte nevada. Al despertar, descubre que su hija Cheryl ha desaparecido. Nuestro objetivo en Silent Hill: Shattered Memories es encontrar a nuestra hija sana y salva. Hasta este punto parece que estamos describiendo el argumento del primer Silent Hill lanzado en 1999. Sin embargo, desde el arranque hasta el mismísimo final del juego, Shattered Memories no hace otra cosa más que alejarse del lore creado por la franquicia para mostrarnos una historia mucho más concreta, mucho más íntima, mucho más humana. Recordemos que el guionista detrás de Silent Hill: Shattered Memories no es nadie de Team Silent sino Sam Barlow, más conocido actualmente por sus obras Her Story y Telling Lies.
«Shattered Memories no hace otra cosa más que alejarse del lore creado por la franquicia para mostrarnos una historia mucho más concreta, mucho más íntima, mucho más humana»
En términos jugables existen en Shattered Memories dos partes bien diferenciadas, que se van intercalando en todo momento en el juego. En la primera de ellas prima la exploración. Recorreremos escenarios oscuros y desolados en búsqueda de pistas, resolviendo puzles. Esta parte del juego recuerda más al ritmo de una aventura gráfica o de un walking simulator que al de un survival horror.
Frecuentemente estos momentos de exploración son interrumpidos por partes más tensas, frenéticas y terroríficas. Al igual que sucedía en capítulos anteriores de la saga, Silent Hill se transforma en una versión aún más oscura y llena de monstruos. La novedad aquí es que cuando esto sucede el mundo se congela a nuestro alrededor, en lugar de la versión oxidada y ensangrentada de otras entregas de la serie. Otra novedad, que beneficia a la sensación de terror que pueda trasmitir el título es la ausencia total de armas. El bueno de Harry Mason no tiene ningún arma realmente con la que defenderse, con lo que le tocará correr o esconderse para salir vivo de esta pesadilla. Sólo podremos mover objetos de gran tamaño para bloquear el paso de enemigos o usar bengalas de fuego que nos darán un par de segundos de inmunidad mientras huimos de nuestros enemigos.
Huir es casi lo único que podremos hacer para sobrevivir a esta pesadilla. O bien usar alguna de las escasas bengalas de fuego que nos proporciona el juego
El problema de esta dinámica explorar/huir es que pronto nos damos cuenta que los monstruos sólo aparecen cuando el mundo se congela y que no corremos ningún tipo de peligro cuando estamos en las fases de exploración, no importa cuán oscuras y tenebrosas puedan parecer. Al darnos cuenta de esto, la sensación de miedo e indefensión que pueda provocar Shattered Memories pierde muchos enteros. El mundo congelado representa a duras penas la mitad del número total de horas que nos proporciona el título. El juego concentra todos los sustos y nosotros consecuentemente reservamos todos nuestros gritos para estas partes del juego. A pesar de sus limitaciones jugables, Shattered Memories es relativamente corto (unas 7 horas deberían ser suficientes para ver los créditos) con lo que no nos dará tiempo a aburrirnos de lo que nos ofrece. Y si esto llega a ocurrir, lo más probable es que estemos en los últimos minutos del juego.
Una de las partes más originales y que más nos han gustado son las sesiones que tenemos con nuestro terapeuta, el doctor Kaufmann. La forma en la que respondemos a las preguntas y los ejercicios que nos plantea Kaufmann durante estas sesiones moldea el aspecto de los personajes, los lugares que visitamos y el final que obtendremos al acabar el juego. Y no os preocupéis, nuestras queridísimas amigas Cybil, Lisa y Dahlia también harán acto de presencia de alguna que otra forma en Shattered Memories. A pesar de que el juego cuente una historia totalmente distinta, Shattered Memories está lleno de referencias que gustará a los fans, como la inclusión del clásico final OVNI.
Las interacciones con Kaufmann son todo un acierto del juego
El mando de la Wii le viene de perlas a la jugabilidad. Harry Mason avanza a través de los escenarios haciendo uso de su linterna, la cual se moverá de la misma forma que nosotros movamos el mando. Nuestro teléfono móvil nos acompaña en todo momento en la aventura. Cuando nos toque tener una conversación, deberemos acercarnos el mando a la oreja de la misma forma que lo haríamos con nuestro móvil en la vida real para así poder seguir la conversación mediante el altavoz del propio mando. El móvil servirá asimismo para sacar fotos, abrir el mapa (¡ya no será un folleto desplegable!) y guardar la partida, entre otras cosas.
La resolución de puzles y demás interacciones con el entorno y con los enemigos también están resueltas de forma gestual en la Wii. Por ejemplo, si tenemos que abrir la puerta de un mueble en un puzle, deberemos agarrar el pomo y luego imitar con el Wiimote el gesto que haríamos en la vida real para abrirlo. O si un monstruo nos alcanza, deberemos mover bruscamente el mando en la dirección en la que se encuentra para así librarnos de él. Todos estos detalles tan bien integrados hacen que la interacción entre juego y jugador se sienta orgánica y natural.
Nuestro teléfono móvil será nuestro mayor aliado
Gráficamente nos encontramos ante un título bastante notable. El juego de luces y sombras, sello personal de la saga, es bueno. Otras nuevas incorporaciones como la nieve constante y los entornos helados también se muestran de forma acertada, especialmente en la versión para Wii donde la transformación del mundo ocurre en tiempo real. Los modelados de los personajes son correctos, pero sin llegar al nivel de expresión de algunos personajes de capítulos anteriores como la mismísima Heather en Silent Hill 3, por citar algún ejemplo. La variedad de enemigos se nos antoja un tanto escasa y podría haberse hecho un esfuerzo mayor en este apartado. Y es que realmente, salvo pequeñas variaciones, sólo existe un tipo de enemigo: una suerte de criatura amorfa rosácea que nos perseguirá y acosará a lo largo de la aventura. Asimismo, en la escenas de persecución, en ocasiones, tendremos ralentizaciones mientras abrimos puertas. Este detalle, aunque a veces molesto, puede verse justificado por la ausencia de tiempos de carga.
Las cinemáticas y el doblaje en inglés son buenos y nos meten de lleno en la historia. Akira Yamaoka vuelve a estar al mando de la banda sonora y es toda una gozada que esto sea así. Por último, cabe recordar que debido a las limitaciones técnicas de PS2 y PSP, Shattered Memories en dichas versiones presenta algunos recortes gráficos y de sonido que afectan a la calidad de las sombras, la nieve y las animaciones, entre otros. De la misma forma, los aspectos relativos a la jugabilidad con el Wiimote se pierden por necesidad en estas versiones, sustituyéndose los gestos en muchos casos por quick time events.
La apariencia de Cybill es una de las muchas cosas que cambia según las respuestas que proporcionemos a Kaufmann
Shattered Memories es quizá el capítulo más interesante de Silent Hill después de la tetralogía original. Entregas contemporáneas como Homecoming o Downpour fallaron en tanto en cuanto solo copiaba fórmulas conocidas de la serie sin esforzarse lo más mínimo en encontrar su propio camino. La elección del hielo como motivo central o el perfil psicológico de nosotros que va construyendo mientras jugamos son grandes aciertos y refuerzan la personalidad única que tiene el juego dentro de la franquicia. Una de las críticas que se le puede hacer al juego es precisamente uno de sus aciertos: No ser un remake de Silent Hill. A pesar de no encajar mucho en el género de los survival horror, si le damos una oportunidad, el juego nos mantendrá enganchados hasta el mismísimo final (que dicho sea de paso, no dejará indiferente a nadie).
«Shattered Memories es quizá el capítulo más interesante de Silent Hill después de la tetralogía original»
Es por ello que no se entiende que Konami no haya decidido lanzar una edición remasterizada en alguna consola actual como la propia Nintendo Switch, tan acostumbrada a recibir remasters de títulos clásicos. Aunque a decir verdad, entre poco y nada nos debería sorprender las decisiones tomadas desde hace años por esa compañía. Como alguna vez escuché a alguien refiriéndose a la calidad de Los Simpsons, Konami lamentablemente lleva ya más años siendo mala que buena. Para disgusto de todos.
Alternativas
Silent Hill 1, 2, 3 ó 4 . Alan Wake también podría ser una buena alternativa.
La historia, las sesiones con el doctor y el uso orgánico del Wiimote.
Es probablemente el juego de la franquicia que menos terror causa.
Una interpretación de Silent Hill muy original. Una propuesta distinta y valiente que gustará si aprecias los juegos que quieren contar una historia