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La sociedad perfecta de Sir Vigón
La obra de Sid Meier llega a su sexta entrega de gestión de países con un pintoresco diseño artístico.
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Versión analizada en PC. Copia física proporcionada por 2K España.
Sid Meier es sinónimo de calidad y su legado cultural no decepciona. Así lo demuestra Civilization VI, la última entrega de la franquicia de simulador de sociedades históricas, por decirlo así. Firaxis Games es el estudio desarrollador, que está en buen momento, pues no nos olvidemos de que en febrero lanzó XCOM 2 satisfactoriamente. ¡Da gusto trabajar en una compañía así!
Mundo y tiempo
Quien no conozca esta franquicia, debe saber que trata sobre la gestión de nuestra civilización durante toda su existencia, desde la época precristiana hasta la actualidad, por los siglos de los siglos. Es un gran tablero de juego de mesa con numerosos personajes históricos que nos brindan amistad o nos declaran la guerra. ¿Seremos un líder bélico, religioso, científico, cultural o capitalista? Realmente su formula se ha mantenido fiel entrega tras entrega, con sus respectivos cambios, por supuesto. Su esencia es tan fuerte que se permite entregas ambientadas en el espacio exterior, spin-offs y ports cuestionables para consolas. De entre sus valores está una profundidad de contenido accesible para todo el mundo, novatos y expertos. De hecho al comenzar se nos pregunta si tenemos experiencia o no, o si hemos jugado la anterior entrega o cualquier otra. A partir de ese momento nuestra simpática consejera nos guiará paso a paso, con apoyo de la Civilipedia, y rápidamente nos desenvolvemos sin problemas. No nos quejamos de la dificultad, pues hay muchos grados distintos, incluso en el más fácil la experiencia no se resiente ni aburre.
También ayuda el mapa de cuadrículas, al estilo wargames de los juegos de mesa, donde tiene lugar todo el meollo. Cada casilla ofrece información vital de manera clara y completa, sea una casilla de ciudad, de materia prima, de distrito o de maravilla del mundo. Además es muy cómodo para mover las unidades y construir los edificios. También ayuda el sistema de turnos que alterna nuestros actos con los del resto de jugadores, pues nos permite tomar decisiones con calma y observar todo el mapa revelado y nuestro imperio sin miedo a los ataques espontáneos. Turno tras turno se nos informa del año y época (dentro del juego) en el que estamos y la hora real, porque es fácil que se nos vaya la noción del tiempo.
Los líderes y sus adversidades
Al comenzar una partida elegimos una nación con su respectivo líder, una decisión importante porque influye en los nombres de nuestras ciudades fundadas, en unidades, políticas e inventos exclusivos. Somos Theodore Roosevelt de Estados Unidos, Mahatma Gandhi de India, Quin Shi Huang de China ¿Quién nos caerá mejor? En algunas naciones incluso se puede elegir entre dos personajes, como Gorgo o Pericles en Grecia, una característica que regresa a la serie. El primer paso es asentar una pequeña ciudad-capital que haremos florecer tanto en su aspecto económico, cultural, religioso y bélico.
Nuestro hogar mejorará al construir edificios básicos (graneros, murallas defensivas, bibliotecas o templos) al mismo tiempo que investigamos mejoras de todo tipo (imprenta, armas de acero, navíos o robótica) y profundizamos en nuestra filosofía vital (ser un monarca absolutista, un presidente, un rey ilustrado), con sus respectivas leyes económicas, sociales y diplomáticas. Llegado un momento exploraremos el mapa para fundar más ciudades, luchar contra los bárbaros, buscar nuevas materias primas y conocer ciudades-estado (independientes y sin líderes famosos). Nos haremos un nombre y llamaremos la atención de otros líderes del mundo, quienes pueden ser aliados, socios neutrales o enemigos, según juguemos nuestras cartas mediante tratados, ataques sorpresas, acusaciones u ofrendas.
Poco a poco nuestro imperio se hará más grande y poderoso, nuestras ciudades comerciarán entre ellas y con las del exterior al crear carreteras, numerosos héroes históricos se unirán a nosotros para ofrecer sus servicios y adornaremos nuestro terreno con maravillas de la humanidad como el Coloso de Rodas o los Jardines Colgantes Babilonia. A medida que pasen los años superamos la época clásica, medieval, renacentista, industrial, atómica y contemporánea, con sus respectivos avances, unidades, materiales e inventos. Seremos testigos del avance de la historia y aprenderemos mucho. A pesar de que la franquicia siempre fue muy anacrónica al juntar personajes de distintas épocas y mezclar culturas, tiene un alto valor educativo. Todas las unidades, edificios, inventos, maravillas y personajes están sacados de nuestra historia, detalladas con breves descripciones.
Sid Meier es sinónimo de calidad y su legado cultural no decepciona. Así lo demuestra Civilization VI, la última entrega de la franquicia de simulador de sociedades históricas, por decirlo así. Firaxis Games es el estudio desarrollador, que está en buen momento, pues no nos olvidemos de que en febrero lanzó XCOM 2 satisfactoriamente. ¡Da gusto trabajar en una compañía así!
Mundo y tiempo
Quien no conozca esta franquicia, debe saber que trata sobre la gestión de nuestra civilización durante toda su existencia, desde la época precristiana hasta la actualidad, por los siglos de los siglos. Es un gran tablero de juego de mesa con numerosos personajes históricos que nos brindan amistad o nos declaran la guerra. ¿Seremos un líder bélico, religioso, científico, cultural o capitalista? Realmente su formula se ha mantenido fiel entrega tras entrega, con sus respectivos cambios, por supuesto. Su esencia es tan fuerte que se permite entregas ambientadas en el espacio exterior, spin-offs y ports cuestionables para consolas. De entre sus valores está una profundidad de contenido accesible para todo el mundo, novatos y expertos. De hecho al comenzar se nos pregunta si tenemos experiencia o no, o si hemos jugado la anterior entrega o cualquier otra. A partir de ese momento nuestra simpática consejera nos guiará paso a paso, con apoyo de la Civilipedia, y rápidamente nos desenvolvemos sin problemas. No nos quejamos de la dificultad, pues hay muchos grados distintos, incluso en el más fácil la experiencia no se resiente ni aburre.
También ayuda el mapa de cuadrículas, al estilo wargames de los juegos de mesa, donde tiene lugar todo el meollo. Cada casilla ofrece información vital de manera clara y completa, sea una casilla de ciudad, de materia prima, de distrito o de maravilla del mundo. Además es muy cómodo para mover las unidades y construir los edificios. También ayuda el sistema de turnos que alterna nuestros actos con los del resto de jugadores, pues nos permite tomar decisiones con calma y observar todo el mapa revelado y nuestro imperio sin miedo a los ataques espontáneos. Turno tras turno se nos informa del año y época (dentro del juego) en el que estamos y la hora real, porque es fácil que se nos vaya la noción del tiempo.
Los líderes y sus adversidades
Al comenzar una partida elegimos una nación con su respectivo líder, una decisión importante porque influye en los nombres de nuestras ciudades fundadas, en unidades, políticas e inventos exclusivos. Somos Theodore Roosevelt de Estados Unidos, Mahatma Gandhi de India, Quin Shi Huang de China ¿Quién nos caerá mejor? En algunas naciones incluso se puede elegir entre dos personajes, como Gorgo o Pericles en Grecia, una característica que regresa a la serie. El primer paso es asentar una pequeña ciudad-capital que haremos florecer tanto en su aspecto económico, cultural, religioso y bélico.
Nuestro hogar mejorará al construir edificios básicos (graneros, murallas defensivas, bibliotecas o templos) al mismo tiempo que investigamos mejoras de todo tipo (imprenta, armas de acero, navíos o robótica) y profundizamos en nuestra filosofía vital (ser un monarca absolutista, un presidente, un rey ilustrado), con sus respectivas leyes económicas, sociales y diplomáticas. Llegado un momento exploraremos el mapa para fundar más ciudades, luchar contra los bárbaros, buscar nuevas materias primas y conocer ciudades-estado (independientes y sin líderes famosos). Nos haremos un nombre y llamaremos la atención de otros líderes del mundo, quienes pueden ser aliados, socios neutrales o enemigos, según juguemos nuestras cartas mediante tratados, ataques sorpresas, acusaciones u ofrendas.
Poco a poco nuestro imperio se hará más grande y poderoso, nuestras ciudades comerciarán entre ellas y con las del exterior al crear carreteras, numerosos héroes históricos se unirán a nosotros para ofrecer sus servicios y adornaremos nuestro terreno con maravillas de la humanidad como el Coloso de Rodas o los Jardines Colgantes Babilonia. A medida que pasen los años superamos la época clásica, medieval, renacentista, industrial, atómica y contemporánea, con sus respectivos avances, unidades, materiales e inventos. Seremos testigos del avance de la historia y aprenderemos mucho. A pesar de que la franquicia siempre fue muy anacrónica al juntar personajes de distintas épocas y mezclar culturas, tiene un alto valor educativo. Todas las unidades, edificios, inventos, maravillas y personajes están sacados de nuestra historia, detalladas con breves descripciones.