
Dreamcast
Análisis de Sega Rally 2 - Game Over Yeeaaah!!!
Una conversión con luces y sombras de la mejor conducción arcade para el estreno de Dreamcast.

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En este 2024 se cumplen veinticinco años del lanzamiento de Dreamcast en Europa y EEUU, por lo que Sega Rally 2 también cumple un cuarto de siglo en su adaptación doméstica. Lanzado originalmente para la placa arcade Model 3 en 1998, el juego vivió siempre a la sombra del primer Sega Rally, que para muchos sigue siendo el mejor de la saga.
La versión de Dreamcast añade nuevos modos de juego, nuevos coches y la opción de cambiar los reglajes de los mismos para adaptarlos a nuestros gustos o al terreno en el que vayamos a correr. Por contra, esta versión doméstica languidece en cuestiones técnicas respecto a la recreativa. Menos detalles, menor carga poligonal, distancia de dibujado más cercana y lo que resulta más sangrante, reducción de 60fps a 30fps, además muy inestables, produciéndose ralentizaciones que afectan a la jugabilidad. Curiosamente, podemos activar un truco que elimina gran parte de los elementos decorativos de los escenarios para intentar alcanzar los 60fps, pero ni aún así lo consigue sin evitar bajones.

Por todos es sabido que Dreamcast comparte arquitectura con la placa arcade NAOMI, lanzada dos años después que la Model 3, por lo que cabría esperar que Sega Rally 2 luciera mejor en consola que en recreativa. Pero lo que poca gente sabe es que hubo varias versiones de la Model 3, siendo lanzado este juego en su segunda versión, más potente que la original. Además las arquitecturas de la Model 3 y NAOMI son tan diferentes que es difícil establecer cuál es la más potente. Sólo hay que ver los pocos juegos que fueron convertidos de esta placa a Dreamcast para darse cuenta que no debía ser tarea fácil.
Otro posible motivo del bajón técnico es que el juego corre bajo el sistema operativo Windows CE en vez de usar las librerías propias de Sega. Aún a día de hoy hay discusiones sobre si esto realmente lastraba los juegos o es una leyenda urbana, pero es un hecho que ninguno de los grandes juegos de la consola corre bajo este sistema operativo.
Más modos, más diversión
Dejando ya de lado la comparación con la recreativa y entrando de lleno en esta versión de consola, el título nos ofrece cuatro modos de juego. El "Arcade" es igual que en recreativa, donde nuestro objetivo es llegar a tiempo en cuatro etapas con el aliciente de intentar terminar primeros al concluir la última. El modo para dos jugadores a pantalla partida. El siempre presente modo "Contrarreloj" para aprendernos los recorridos e intentar mejoras nuestros tiempos. Y la novedad más importante de esta versión: el "Campeonato de Diez Años".
En este modo tenemos que superar diez fases (años) de cuatro tramos cada uno. Antes de cada tramo tenemos información del terreno en el que vamos a correr y las condiciones climatológicas para que podamos modificar un montón de parámetros del coche, desde el tipo de neumático a la suspensión, los frenos, la relación de marchas, etc. Cada año que pasemos irá incrementándose la dificultad y además nos encontraremos con tramos diferentes a los del modo "Arcade", lo que aumenta notablemente la variedad del juego. Por cada año que consigamos terminar primeros desbloquearemos un nuevo coche que podremos usar en cualquier modo. En total hay ocho coches iniciales más otros doce desbloqueables, haciendo un total de veinte, todos ellos reales tales como los míticos Toyota Corolla, Subaru Impreza, Lancia Stratos, Mitsubishi Lancer, etc.

Pero es cuando nos ponemos a los mandos de los vehículos cuando realmente el juego se luce. Podemos escoger entre una vista desde el frontal del coche o la típica desde detrás. Elijamos la que elijamos las sensaciones al volante son las mismas que jugando a la recreativa con ese deslizamiento y derrape típicos de la saga, afectando el tipo de superficie en la que corramos, si está mojado o no y el tipo de neumático que hayamos elegido. La mejora de nuestros tiempos será muy progresiva, resultando todo el proceso muy divertido. Seguramente en las primeras partidas no te creerás capaz de terminar el juego, pero irás ganando segundos poco a poco en cada curva hasta que lo consigas y con un poco más de empeño terminarás en primera posición. Y si al final te acaba resultado un trámite terminar el juego, siempre puedes aumentar la dificultad en las opciones.
Una banda sonora correcta, la voz del copiloto en inglés "cantándonos" las curvas, la vibración del mando y la posibilidad de guardar todos los tiempos y desbloqueables en la VMU redondean lo que nos ofrece el juego.
Conclusiones
Sega Rally 2 en Dreamcast supuso para muchos una pequeña decepción en su momento debido a los problemas técnicos que arrastraba, pero visto con perspectiva es igual de divertido que la recreativa y tiene mucho más contenido. No supuso para Dreamcast lo que el primer Sega Rally fue para Saturn, pero aún así es uno de los mejores juegos de conducción arcade disponibles para la 128 bits de Sega.
La versión de Dreamcast añade nuevos modos de juego, nuevos coches y la opción de cambiar los reglajes de los mismos para adaptarlos a nuestros gustos o al terreno en el que vayamos a correr. Por contra, esta versión doméstica languidece en cuestiones técnicas respecto a la recreativa. Menos detalles, menor carga poligonal, distancia de dibujado más cercana y lo que resulta más sangrante, reducción de 60fps a 30fps, además muy inestables, produciéndose ralentizaciones que afectan a la jugabilidad. Curiosamente, podemos activar un truco que elimina gran parte de los elementos decorativos de los escenarios para intentar alcanzar los 60fps, pero ni aún así lo consigue sin evitar bajones.
Por todos es sabido que Dreamcast comparte arquitectura con la placa arcade NAOMI, lanzada dos años después que la Model 3, por lo que cabría esperar que Sega Rally 2 luciera mejor en consola que en recreativa. Pero lo que poca gente sabe es que hubo varias versiones de la Model 3, siendo lanzado este juego en su segunda versión, más potente que la original. Además las arquitecturas de la Model 3 y NAOMI son tan diferentes que es difícil establecer cuál es la más potente. Sólo hay que ver los pocos juegos que fueron convertidos de esta placa a Dreamcast para darse cuenta que no debía ser tarea fácil.
Otro posible motivo del bajón técnico es que el juego corre bajo el sistema operativo Windows CE en vez de usar las librerías propias de Sega. Aún a día de hoy hay discusiones sobre si esto realmente lastraba los juegos o es una leyenda urbana, pero es un hecho que ninguno de los grandes juegos de la consola corre bajo este sistema operativo.
"La versión de Dreamcast añade nuevos modos de juego, nuevos coches y la opción de cambiar los reglajes."
Más modos, más diversión
Dejando ya de lado la comparación con la recreativa y entrando de lleno en esta versión de consola, el título nos ofrece cuatro modos de juego. El "Arcade" es igual que en recreativa, donde nuestro objetivo es llegar a tiempo en cuatro etapas con el aliciente de intentar terminar primeros al concluir la última. El modo para dos jugadores a pantalla partida. El siempre presente modo "Contrarreloj" para aprendernos los recorridos e intentar mejoras nuestros tiempos. Y la novedad más importante de esta versión: el "Campeonato de Diez Años".
En este modo tenemos que superar diez fases (años) de cuatro tramos cada uno. Antes de cada tramo tenemos información del terreno en el que vamos a correr y las condiciones climatológicas para que podamos modificar un montón de parámetros del coche, desde el tipo de neumático a la suspensión, los frenos, la relación de marchas, etc. Cada año que pasemos irá incrementándose la dificultad y además nos encontraremos con tramos diferentes a los del modo "Arcade", lo que aumenta notablemente la variedad del juego. Por cada año que consigamos terminar primeros desbloquearemos un nuevo coche que podremos usar en cualquier modo. En total hay ocho coches iniciales más otros doce desbloqueables, haciendo un total de veinte, todos ellos reales tales como los míticos Toyota Corolla, Subaru Impreza, Lancia Stratos, Mitsubishi Lancer, etc.
Pero es cuando nos ponemos a los mandos de los vehículos cuando realmente el juego se luce. Podemos escoger entre una vista desde el frontal del coche o la típica desde detrás. Elijamos la que elijamos las sensaciones al volante son las mismas que jugando a la recreativa con ese deslizamiento y derrape típicos de la saga, afectando el tipo de superficie en la que corramos, si está mojado o no y el tipo de neumático que hayamos elegido. La mejora de nuestros tiempos será muy progresiva, resultando todo el proceso muy divertido. Seguramente en las primeras partidas no te creerás capaz de terminar el juego, pero irás ganando segundos poco a poco en cada curva hasta que lo consigas y con un poco más de empeño terminarás en primera posición. Y si al final te acaba resultado un trámite terminar el juego, siempre puedes aumentar la dificultad en las opciones.
Una banda sonora correcta, la voz del copiloto en inglés "cantándonos" las curvas, la vibración del mando y la posibilidad de guardar todos los tiempos y desbloqueables en la VMU redondean lo que nos ofrece el juego.
Conclusiones
Sega Rally 2 en Dreamcast supuso para muchos una pequeña decepción en su momento debido a los problemas técnicos que arrastraba, pero visto con perspectiva es igual de divertido que la recreativa y tiene mucho más contenido. No supuso para Dreamcast lo que el primer Sega Rally fue para Saturn, pero aún así es uno de los mejores juegos de conducción arcade disponibles para la 128 bits de Sega.
Alternativas
V-Rally 2 es la alternativa más parecida, aunque el mejor juego de conducción de la consola es Metropolis Street Racer.
Jugablemente es igual que la recreativa.
Técnicamente pobre.
Muy divertido de jugar y con más contenido que la recreativa pero lastrado por un apartado técnico deficiente.