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Análisis de Sand Land, o cómo adaptar de forma correcta un manga a videojuego
Los nipones Bandai Namco e ILCA, ofrecen un respetuoso e inesperado homenaje póstumo a Toriyama con su obra quizás más personal y desconocida.
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El día 1 de marzo de este 2024, amanecíamos con la triste noticia del fallecimiento del mangaka japones Akira Toriyama. Desde entonces, se han escrito ríos de tinta recordando la gran figura de enorme relevancia que resultó ser, no sólo para el mundo del manga sino también para el mundo digital. Sin la intención de ser redundantes en ello, y teniendo en cuenta que sería raro que alguien aquí no conociera su figura, no podemos pasar por alto precisamente la gran importancia que tuvo en este gran mundo que es el entretenimiento digital. Y es que Toriyama fue responsable o participe, en mayor o menor medida, de obras tan gloriosas como Dragon Quest, Blue Dragon, Chrono Trigger, Tobal No1 o, como no, Dragon Ball.
Volviendo a su vertiente más conocida y popular como mangaka, y ya metido de pleno en el cambio de siglo, Toriyama, sin más pretensión que divertirse de nuevo como dibujante, decidió empezar una historia corta y simple que hablara de un hombre y su tanque. Una historia que debido a su tenacidad personal en terminarla (al parecer le costaba dibujar tanques al hombre, sería que no tendría suficiente experiencia), acabó derivando en un manga por capítulos. Aparecidos en el año 2000 en la revista japonesa especializada "Shônen Jump", y comprendidos entre el numero 20 y el 36/37 de la misma, estos capítulos fueron posteriormente compilados en un solo tomo. La historia habla de tres compañeros de viaje por un mundo completamente árido en busca de un manantial de agua perdido.
Una historia que, unos 24 años después, acabaría siendo una película anime, una serie y el objeto del análisis que nos ocupa, un videojuego. De las mentes productivas del estudio japones ILCA, responsable de Pokémon Diamante Brillante y One Piece Odyssey, y bajo el amparo de Bandai Namco, nos llega este inesperado homenaje póstumo a Akira Toriyama y su obra.

Entramos en las llanuras desérticas de Sand Land
Es de recibo profundizar, antes de meternos de lleno en su argumento, en cuales son los nexos comunes que tienen cada uno de los diferentes formatos en que podremos encontrar Sand Land como producto. Tenemos por un lado el manga, que como decíamos consta de un solo tomo; tenemos la película; la serie, compuesta en un inicio de siete capítulos seguidos posteriormente de otros seis y el videojuego. La historia principal, la historia que creó íntegramente Toriyama, es la que forma el arco argumental de la película, el manga y los siete primeros capítulos de la serie.
La trama nos sitúa en la tierra de Sand Land, unas llanuras áridas y desérticas en donde comparten territorio tanto humanos como demonios. En Sand Land el agua es un bien preciado y escaso. La distribución del líquido elemento a la población corre a cargo del Reino, y es vendida a los habitantes a unos precios absolutamente desorbitados. El Sheriff Rao decide solicitar la ayuda del pequeño pero poderoso Príncipe de los Demonios Beelzebub y del veterano, pero hábil, ladrón Thief para encontrar juntos el llamado “Manantial Fantasma”. Pudiendo erradicar, tras su hallazgo, la sequía que asola el reino y terminar, de una vez por todas, con el abuso desproporcionado que el Reino de Sand Land tiene con su pueblo.
Tras esta historia, y con el amparo, bendición y apoyo de Toriyama, se decidió ampliar el arco argumental del universo con una segunda trama narrativa. Una trama narrativa que se aplicó únicamente como secuela directa al argumento de la serie de animación, dotando al universo de Sand Land no solo de una nueva historia sino de nuevos personajes principales. En este segundo arco argumental, los protagonistas viajarán a un nuevo territorio, Forest Land, y entrará en acción un poderoso nuevo elemento a proteger: el acuanio.
Dos historias entrelazadas conforman el producto más completo de la franquicia hasta la fecha
Volvamos a la parte que nos interesa a nosotros como videojugadores. ¿Qué encontraremos exactamente en esta obra? Pues encontraremos esta primera historia original de Toriyama ampliada con algunos personajes aparecidos en la segunda, junto con este segundo arco argumental completo. Dos historias del universo Sand Land que ciertamente aquí encontraremos muy bien unidas entre sí, tanto a nivel narrativo, como con los personajes implicados en las tramas.
Jugablemente nos encontramos ante un JRPG de acción de mundo abierto, bastante lineal en un principio. No obstante tras avanzar y progresar en él, se irá ampliando poco a poco sus fronteras hasta descubrir un territorio completamente explorable a nuestro alcance. Un JRPG claramente dividido, como hemos comentado anteriormente, en dos partes: Sand Land y Forest Land. Es de agradecer a Bandai Namco, teniendo en cuenta la tónica general que acostumbra a darse en este nuestro mundo videojueguil, que la distribuidora haya tenido a bien integrar ambos arcos argumentales en un solo videojuego, porque esto te lo coge cualquier otra compañía y te monta un DLC con el contenido de Forest Land de pago en menos que canta un gallo.
Visualmente, con lo primero que nos encontramos son con unos gráficos de estilo "cel shading" completamente adecuados tratándose de la adaptación de un manga. Unos gráficos que parecen haber sido dibujados a mano alzada por Toriyama y compañía. Un hecho que hace que el factor inmersivo, para cualquier fan del mangaka que se precie, esté sobradamente bien conseguido, y eso que las sorpresas para este tipo de perfil de videojugador no acaban aquí, ni mucho menos.

¿Es Beelzebub el demonio con el corazón más grande de la historia? Ahí lo dejo
Hablemos de uno de los aspectos más positivos a destacar, los combates. Al tratarse de un JRPG de acción, Beelzebub se abre paso literalmente a mamporro limpio. Esto convierte en un más que correcto beat’m’up de “yo contra el barrio”. El uso de sus puños, junto con las habilidades especiales que iremos desbloqueando en el árbol correspondiente, hacen del pequeño Príncipe Demonio un arma letal. El ataque cuerpo a cuerpo va muy bien contra enemigos convencionales, pero ¿qué pasa cuando nos enfrentamos a un vehículo o a algún que otro monstruo gigante? Pasa que debemos recurrir al verdadero punto fuerte de Sand Land: los vehículos.
No nos cansaremos de repetirlo: Sand Land, como producto de entretenimiento digital, es una bomba nuclear de nostalgia absoluta dirigida a los corazones de los amantes de la primera época de Toriyama. Es absolutamente gratificante combatir utilizando aquel tanque o el hoverboard que aparecían en alguna de las mitiquísimas portadas de los tomos del manga original japones de Dragon Ball, así como conducir la moto que monta Bulma en los primeros episodios de la serie o avanzar sin miedo inmersos en un robot calcado al que utilizaban los miembros de la Red Ribbon. Mediante una rueda de selección, Beelzebub solicitará la presencia de uno de los cinco vehículos que podemos guardar en nuestra (¡OMG!) suerte de capsula HoiPoi.
Desde el cañón, la ametralladora, la carcasa o esqueleto, los chips de mejora o el motor, podemos mejorar nuestros vehículos haciéndolos cada vez más efectivos, tanto ante las adversidades del terreno como contra los enemigos que nos encontremos en él. Utilizando los mapas que los innumerables mercaderes que encontraremos por las áridas tierras de Sand Land nos venderán, podremos construir desde nuestro garaje piezas cada vez mejores de personalización para nuestros vehículos. Este es uno de los mejores y más completos aspectos que encontraremos sin duda. Punto a favor.
Como todo en esta vida, cada cosa positiva ha de tener un contrapunto negativo. En el caso de los vehículos reside en la rapidez en que desaparecen una vez nos bajamos de uno para explorar, situación que nos obliga a invocarlo de nuevo. Como contrapartida a esta molestia, la fluidez y la celeridad en cuanto cambiamos de vehículo estando montados en uno de ellos, pasando por la rueda de selección, es increíblemente inmediata.

Mas allá de la trama principal, y como pasa en cualquier JRPG que se precie, tenemos misiones secundarias que atender. Esas misiones secundarias, por lo general, traerán nuevos miembros a la comunidad de Spino. Una ciudad que servirá a Beelzebub y compañía como base de operaciones y que intenta recuperar su actividad normal, pretendiendo crear una ciudad completamente autosostenible. Mercaderes, herreros, mecánicos... ¡todo el mundo es bienvenido a la ciudad de Spino! Gente que tendremos a nuestra disposición en nuestra base de operaciones con el fin de comerciar, fabricar o mejorar nuestro arsenal con ellos.
¡Beelzebub al rescate! ¡Hay un comerciante en apuros!
Mientras recorramos las llanuras y los prados tanto de Sand Land como de Forest Land, se nos presentarán ante nosotros diversos desafíos. Cada enemigo eliminado "dropeará" diferentes recursos tanto de mejora de nivel como algún que otro consumible. Por el camino, encontraremos versiones evolucionadas de esos enemigos (que harían las veces de MidBosses) que sueltan una cantidad de recursos nada desdeñable. El videojuego invita a explorar, porque no sólo de eliminar enemigos va a vivir el Demonio y compañía, pues esparcidos por el mapa hallaremos muchos cofres que, en algunos casos, contendrán sustanciosas mejoras para nuestros vehículos. Si en alguna ocasión oís a un comerciante pedir ayuda, no rehuséis ofrecérsela, ya que la recompensa será cuantiosa. Queda dicho.
No todo será explorar, también habrá tiempo para la infiltración y el plataformeo
Algo que nos ha llamado poderosamente la atención es la inclusión de mecánicas de juego, en algún caso, propias de otro género. Nos ha encantado poder avanzar por alguno de los acorazados dispersos por el territorio (hacen las veces de mazmorra y la verdad es que apenas hay diferencias entre ellos, por no decir ninguna) y encontrarnos de sopetón con mecánicas propias de un plataformas. De igual manera, encontrarse con tareas de infiltración en bases enemigas durante nuestra partida, rompe un poco el ritmo para bien. Es realmente muy divertido ver como Beelzebub va dejando noqueados a cada uno de los enemigos con los que se cruza. Disfrutad del divertido y navideño tutorial que dispondremos para aprender esta mecánica en concreto. Desternillante.
Sand Land dispone de un nivel de dificultad bastante asequible en “Normal” para cualquier tipo de público. Raramente ofrece ningún reto salvo el del propio avance de la aventura. Si quieres que te suponga un reto jugable, recomendamos encarecidamente jugar en dificultad “Dificil”. Por poco que te hagas con los controles de los vehículos, que son bastante eficaces en combate (sobre todo los tanques), ya tienes mucho ganado. Aunque intentar apuntar con una ametralladora mientras montamos una moto o un “buggie”, es bastante peliagudo. Aquí es donde más caótico se vuelve el control, y es fácil que nos hagamos un lio entre el control de apuntado y el control de cámara. ¿Esto con vehículos pesados? Cero problemas.

Un aspecto artístico digno de la obra de Akira Toriyama
Sin lugar a duda, el apartado gráfico es en donde más destaca. Los gráficos son muy detallistas y tienen un entorno muy cuidado. Como mencionábamos anteriormente, es espectacular como de bien le sienta este estilo "cel shading". Visualmente en cada una de las figuras se vislumbran los trazos propios de un dibujo a papel, con lo cual a esta variante digital del cómic de Toriyama no podría irle más como anillo al dedo. El motor Unreal Engine 5 funciona a las mil maravillas y dota al videojuego de una fluidez de movimiento realmente notable en donde apenas se le nota ninguna caída destacable de rendimiento. Sand Land está realmente muy bien optimizado, al menos en la versión de PlayStation 5.
Técnicamente, donde más flojea, es en el aspecto sonoro. Cuenta con unas melodías y unos efectos sonoros muy genéricos, y una banda sonora correcta sin más. Algo que realmente esperamos que la desarrolladora pueda mejorar mediante algún parche son las conversaciones. La frecuencia de repetición en bucle de algunos comentarios proferidos por los personajes es exagerada. Se hace realmente pesado oír, una y otra vez, las mismas líneas de diálogo repetidas por parte de unos y de otros. Con una menor frecuencia de esos comentarios aleatorios estaría más que solucionado. A veces, menos es más. Por último, está doblado exclusivamente en inglés y japones, aunque lo encontramos perfectamente traducido y subtitulado al castellano.

Conclusiones
Algo que le diríamos a cualquiera que esté interesado en el videojuego es que no juegue la demo. En pocas ocasiones encontraremos una demo que engañe tanto en la apreciación de lo que es el producto final, desmotivando a quien quiera hacerse una idea de lo que ofrece, como en este caso. No le hace justicia en absoluto. Si eres de esos que no prueban demos ni se dejan llevar por una mala impresión inicial tendrás ante ti una aventura de gran duración, en concreto unas 30 horas aproximadas. No obstante nos ha dado la sensación, sobre todo en la segunda mitad, de que en ocasiones parece alargado artificialmente. Nos ha quedado claro que esta segunda mitad (Forest Land) no está a la altura de la primera mitad (Sand Land). Resulta poco dinámica y en ocasiones puede hacerse excesivamente pesada y dar la sensación de tener una evolución lenta en su progreso. Aún así en ningún momento se pierde la satisfacción que supone la personalización de cada uno de los vehículos que construimos. Una sensación absolutamente abrumadora, pues podemos diseñar cada componente que compone la maquina, ideal para viajar por los territorios o enfrentarse a las amenazas. Una recolección de componentes que nos impulsará a luchar contra enemigos de todo tipo y explorar acorazados con secretos en su interior.
Si eres fan acérrimo de Akira Toriyama y su obra no te lo pienses más. Este es tu producto. Te dará exactamente lo que esperas. Es Toriyama al 100%. Los personajes tienen el sentido del humor y la picardía propias de su mejor época como mangaka. Encontraras este mundo tan propio del autor en donde hasta los, a priori, más malvados del universo, guardan en su interior un corazón, una ternura y una empatía enorme. Si no eres fan de Toriyama, pero te atraen los JRPG, encontraras un producto genérico, altamente disfrutable, pero que quizás no te aportará nada nuevo si no tienes la suficiente intención de integrarte en la historia que se te presenta. ¿Lo mejor? Insistimos, son los vehículos. Tanto su diseño como su completa personalización nos han encantado, pero no tanto su manejo, en donde algunos vehículos, sobre todo en combate, se tornan demasiado caóticos de dominar. Pese a los detalles, el videojuego es muy divertido, y más si tenemos en cuenta la excelente aplicación en su narrativa, de todo este carácter propio de las obras de Toriyama, que lo impregna todo ya desde los primeros compases.
Volviendo a su vertiente más conocida y popular como mangaka, y ya metido de pleno en el cambio de siglo, Toriyama, sin más pretensión que divertirse de nuevo como dibujante, decidió empezar una historia corta y simple que hablara de un hombre y su tanque. Una historia que debido a su tenacidad personal en terminarla (al parecer le costaba dibujar tanques al hombre, sería que no tendría suficiente experiencia), acabó derivando en un manga por capítulos. Aparecidos en el año 2000 en la revista japonesa especializada "Shônen Jump", y comprendidos entre el numero 20 y el 36/37 de la misma, estos capítulos fueron posteriormente compilados en un solo tomo. La historia habla de tres compañeros de viaje por un mundo completamente árido en busca de un manantial de agua perdido.
Una historia que, unos 24 años después, acabaría siendo una película anime, una serie y el objeto del análisis que nos ocupa, un videojuego. De las mentes productivas del estudio japones ILCA, responsable de Pokémon Diamante Brillante y One Piece Odyssey, y bajo el amparo de Bandai Namco, nos llega este inesperado homenaje póstumo a Akira Toriyama y su obra.


Entramos en las llanuras desérticas de Sand Land
Es de recibo profundizar, antes de meternos de lleno en su argumento, en cuales son los nexos comunes que tienen cada uno de los diferentes formatos en que podremos encontrar Sand Land como producto. Tenemos por un lado el manga, que como decíamos consta de un solo tomo; tenemos la película; la serie, compuesta en un inicio de siete capítulos seguidos posteriormente de otros seis y el videojuego. La historia principal, la historia que creó íntegramente Toriyama, es la que forma el arco argumental de la película, el manga y los siete primeros capítulos de la serie.
La trama nos sitúa en la tierra de Sand Land, unas llanuras áridas y desérticas en donde comparten territorio tanto humanos como demonios. En Sand Land el agua es un bien preciado y escaso. La distribución del líquido elemento a la población corre a cargo del Reino, y es vendida a los habitantes a unos precios absolutamente desorbitados. El Sheriff Rao decide solicitar la ayuda del pequeño pero poderoso Príncipe de los Demonios Beelzebub y del veterano, pero hábil, ladrón Thief para encontrar juntos el llamado “Manantial Fantasma”. Pudiendo erradicar, tras su hallazgo, la sequía que asola el reino y terminar, de una vez por todas, con el abuso desproporcionado que el Reino de Sand Land tiene con su pueblo.
Tras esta historia, y con el amparo, bendición y apoyo de Toriyama, se decidió ampliar el arco argumental del universo con una segunda trama narrativa. Una trama narrativa que se aplicó únicamente como secuela directa al argumento de la serie de animación, dotando al universo de Sand Land no solo de una nueva historia sino de nuevos personajes principales. En este segundo arco argumental, los protagonistas viajarán a un nuevo territorio, Forest Land, y entrará en acción un poderoso nuevo elemento a proteger: el acuanio.
"Sand Land es un golpe directo al corazoncito de todos aquellos que disfrutaron con la primera etapa de Dragon Ball o con Dr. Slump "
Dos historias entrelazadas conforman el producto más completo de la franquicia hasta la fecha
Volvamos a la parte que nos interesa a nosotros como videojugadores. ¿Qué encontraremos exactamente en esta obra? Pues encontraremos esta primera historia original de Toriyama ampliada con algunos personajes aparecidos en la segunda, junto con este segundo arco argumental completo. Dos historias del universo Sand Land que ciertamente aquí encontraremos muy bien unidas entre sí, tanto a nivel narrativo, como con los personajes implicados en las tramas.
Jugablemente nos encontramos ante un JRPG de acción de mundo abierto, bastante lineal en un principio. No obstante tras avanzar y progresar en él, se irá ampliando poco a poco sus fronteras hasta descubrir un territorio completamente explorable a nuestro alcance. Un JRPG claramente dividido, como hemos comentado anteriormente, en dos partes: Sand Land y Forest Land. Es de agradecer a Bandai Namco, teniendo en cuenta la tónica general que acostumbra a darse en este nuestro mundo videojueguil, que la distribuidora haya tenido a bien integrar ambos arcos argumentales en un solo videojuego, porque esto te lo coge cualquier otra compañía y te monta un DLC con el contenido de Forest Land de pago en menos que canta un gallo.
Visualmente, con lo primero que nos encontramos son con unos gráficos de estilo "cel shading" completamente adecuados tratándose de la adaptación de un manga. Unos gráficos que parecen haber sido dibujados a mano alzada por Toriyama y compañía. Un hecho que hace que el factor inmersivo, para cualquier fan del mangaka que se precie, esté sobradamente bien conseguido, y eso que las sorpresas para este tipo de perfil de videojugador no acaban aquí, ni mucho menos.


¿Es Beelzebub el demonio con el corazón más grande de la historia? Ahí lo dejo
Hablemos de uno de los aspectos más positivos a destacar, los combates. Al tratarse de un JRPG de acción, Beelzebub se abre paso literalmente a mamporro limpio. Esto convierte en un más que correcto beat’m’up de “yo contra el barrio”. El uso de sus puños, junto con las habilidades especiales que iremos desbloqueando en el árbol correspondiente, hacen del pequeño Príncipe Demonio un arma letal. El ataque cuerpo a cuerpo va muy bien contra enemigos convencionales, pero ¿qué pasa cuando nos enfrentamos a un vehículo o a algún que otro monstruo gigante? Pasa que debemos recurrir al verdadero punto fuerte de Sand Land: los vehículos.
No nos cansaremos de repetirlo: Sand Land, como producto de entretenimiento digital, es una bomba nuclear de nostalgia absoluta dirigida a los corazones de los amantes de la primera época de Toriyama. Es absolutamente gratificante combatir utilizando aquel tanque o el hoverboard que aparecían en alguna de las mitiquísimas portadas de los tomos del manga original japones de Dragon Ball, así como conducir la moto que monta Bulma en los primeros episodios de la serie o avanzar sin miedo inmersos en un robot calcado al que utilizaban los miembros de la Red Ribbon. Mediante una rueda de selección, Beelzebub solicitará la presencia de uno de los cinco vehículos que podemos guardar en nuestra (¡OMG!) suerte de capsula HoiPoi.
"¿Soñaste alguna vez en combatir montado en el robot que utilizaban las Red Ribbon de Pilaf? ¿Soñaste en pilotar la moto de Bulma? Pues lo que viene a continuación te encantará"
Desde el cañón, la ametralladora, la carcasa o esqueleto, los chips de mejora o el motor, podemos mejorar nuestros vehículos haciéndolos cada vez más efectivos, tanto ante las adversidades del terreno como contra los enemigos que nos encontremos en él. Utilizando los mapas que los innumerables mercaderes que encontraremos por las áridas tierras de Sand Land nos venderán, podremos construir desde nuestro garaje piezas cada vez mejores de personalización para nuestros vehículos. Este es uno de los mejores y más completos aspectos que encontraremos sin duda. Punto a favor.
Como todo en esta vida, cada cosa positiva ha de tener un contrapunto negativo. En el caso de los vehículos reside en la rapidez en que desaparecen una vez nos bajamos de uno para explorar, situación que nos obliga a invocarlo de nuevo. Como contrapartida a esta molestia, la fluidez y la celeridad en cuanto cambiamos de vehículo estando montados en uno de ellos, pasando por la rueda de selección, es increíblemente inmediata.


Mas allá de la trama principal, y como pasa en cualquier JRPG que se precie, tenemos misiones secundarias que atender. Esas misiones secundarias, por lo general, traerán nuevos miembros a la comunidad de Spino. Una ciudad que servirá a Beelzebub y compañía como base de operaciones y que intenta recuperar su actividad normal, pretendiendo crear una ciudad completamente autosostenible. Mercaderes, herreros, mecánicos... ¡todo el mundo es bienvenido a la ciudad de Spino! Gente que tendremos a nuestra disposición en nuestra base de operaciones con el fin de comerciar, fabricar o mejorar nuestro arsenal con ellos.
¡Beelzebub al rescate! ¡Hay un comerciante en apuros!
Mientras recorramos las llanuras y los prados tanto de Sand Land como de Forest Land, se nos presentarán ante nosotros diversos desafíos. Cada enemigo eliminado "dropeará" diferentes recursos tanto de mejora de nivel como algún que otro consumible. Por el camino, encontraremos versiones evolucionadas de esos enemigos (que harían las veces de MidBosses) que sueltan una cantidad de recursos nada desdeñable. El videojuego invita a explorar, porque no sólo de eliminar enemigos va a vivir el Demonio y compañía, pues esparcidos por el mapa hallaremos muchos cofres que, en algunos casos, contendrán sustanciosas mejoras para nuestros vehículos. Si en alguna ocasión oís a un comerciante pedir ayuda, no rehuséis ofrecérsela, ya que la recompensa será cuantiosa. Queda dicho.
"¿Alguien ha dicho “misiones secundarias”? Aquí las hay, pero no tantas como en otros JRPG, aunque son bastante más gratificantes. ¡Devolvamos su grandeza a la ciudad de Spino!"
No todo será explorar, también habrá tiempo para la infiltración y el plataformeo
Algo que nos ha llamado poderosamente la atención es la inclusión de mecánicas de juego, en algún caso, propias de otro género. Nos ha encantado poder avanzar por alguno de los acorazados dispersos por el territorio (hacen las veces de mazmorra y la verdad es que apenas hay diferencias entre ellos, por no decir ninguna) y encontrarnos de sopetón con mecánicas propias de un plataformas. De igual manera, encontrarse con tareas de infiltración en bases enemigas durante nuestra partida, rompe un poco el ritmo para bien. Es realmente muy divertido ver como Beelzebub va dejando noqueados a cada uno de los enemigos con los que se cruza. Disfrutad del divertido y navideño tutorial que dispondremos para aprender esta mecánica en concreto. Desternillante.
Sand Land dispone de un nivel de dificultad bastante asequible en “Normal” para cualquier tipo de público. Raramente ofrece ningún reto salvo el del propio avance de la aventura. Si quieres que te suponga un reto jugable, recomendamos encarecidamente jugar en dificultad “Dificil”. Por poco que te hagas con los controles de los vehículos, que son bastante eficaces en combate (sobre todo los tanques), ya tienes mucho ganado. Aunque intentar apuntar con una ametralladora mientras montamos una moto o un “buggie”, es bastante peliagudo. Aquí es donde más caótico se vuelve el control, y es fácil que nos hagamos un lio entre el control de apuntado y el control de cámara. ¿Esto con vehículos pesados? Cero problemas.


Un aspecto artístico digno de la obra de Akira Toriyama
Sin lugar a duda, el apartado gráfico es en donde más destaca. Los gráficos son muy detallistas y tienen un entorno muy cuidado. Como mencionábamos anteriormente, es espectacular como de bien le sienta este estilo "cel shading". Visualmente en cada una de las figuras se vislumbran los trazos propios de un dibujo a papel, con lo cual a esta variante digital del cómic de Toriyama no podría irle más como anillo al dedo. El motor Unreal Engine 5 funciona a las mil maravillas y dota al videojuego de una fluidez de movimiento realmente notable en donde apenas se le nota ninguna caída destacable de rendimiento. Sand Land está realmente muy bien optimizado, al menos en la versión de PlayStation 5.
Técnicamente, donde más flojea, es en el aspecto sonoro. Cuenta con unas melodías y unos efectos sonoros muy genéricos, y una banda sonora correcta sin más. Algo que realmente esperamos que la desarrolladora pueda mejorar mediante algún parche son las conversaciones. La frecuencia de repetición en bucle de algunos comentarios proferidos por los personajes es exagerada. Se hace realmente pesado oír, una y otra vez, las mismas líneas de diálogo repetidas por parte de unos y de otros. Con una menor frecuencia de esos comentarios aleatorios estaría más que solucionado. A veces, menos es más. Por último, está doblado exclusivamente en inglés y japones, aunque lo encontramos perfectamente traducido y subtitulado al castellano.

Conclusiones
Algo que le diríamos a cualquiera que esté interesado en el videojuego es que no juegue la demo. En pocas ocasiones encontraremos una demo que engañe tanto en la apreciación de lo que es el producto final, desmotivando a quien quiera hacerse una idea de lo que ofrece, como en este caso. No le hace justicia en absoluto. Si eres de esos que no prueban demos ni se dejan llevar por una mala impresión inicial tendrás ante ti una aventura de gran duración, en concreto unas 30 horas aproximadas. No obstante nos ha dado la sensación, sobre todo en la segunda mitad, de que en ocasiones parece alargado artificialmente. Nos ha quedado claro que esta segunda mitad (Forest Land) no está a la altura de la primera mitad (Sand Land). Resulta poco dinámica y en ocasiones puede hacerse excesivamente pesada y dar la sensación de tener una evolución lenta en su progreso. Aún así en ningún momento se pierde la satisfacción que supone la personalización de cada uno de los vehículos que construimos. Una sensación absolutamente abrumadora, pues podemos diseñar cada componente que compone la maquina, ideal para viajar por los territorios o enfrentarse a las amenazas. Una recolección de componentes que nos impulsará a luchar contra enemigos de todo tipo y explorar acorazados con secretos en su interior.
Si eres fan acérrimo de Akira Toriyama y su obra no te lo pienses más. Este es tu producto. Te dará exactamente lo que esperas. Es Toriyama al 100%. Los personajes tienen el sentido del humor y la picardía propias de su mejor época como mangaka. Encontraras este mundo tan propio del autor en donde hasta los, a priori, más malvados del universo, guardan en su interior un corazón, una ternura y una empatía enorme. Si no eres fan de Toriyama, pero te atraen los JRPG, encontraras un producto genérico, altamente disfrutable, pero que quizás no te aportará nada nuevo si no tienes la suficiente intención de integrarte en la historia que se te presenta. ¿Lo mejor? Insistimos, son los vehículos. Tanto su diseño como su completa personalización nos han encantado, pero no tanto su manejo, en donde algunos vehículos, sobre todo en combate, se tornan demasiado caóticos de dominar. Pese a los detalles, el videojuego es muy divertido, y más si tenemos en cuenta la excelente aplicación en su narrativa, de todo este carácter propio de las obras de Toriyama, que lo impregna todo ya desde los primeros compases.
Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por PR Garage
Alternativas
Dragon Quest XI, Zelda: Breath of the Wild, Dragon´s Dogma.
Los gráficos "cel shading". La narrativa calcada al manga original. Sus personajes.
El apartado sonoro pasa demasiado desapercibido. La segunda mitad pierde fuerza.