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Asesinato sobre patines
Rollerdrome es un concepto loco llevado al extremo y con impecable ejecución
Por Andrés JC,
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Skate y shooter. Esas dos palabras definen a Rollerdrome a la perfección, es un concepto nuevo que no vas a encontrar con frecuencia en los videojuegos. Es una nueva franquicia creada por Roll7, creadores del ya prestigioso OlliOlli. Esta vez se han zambullido en una experiencia mucho más compleja, tridimensional y arriesgada. No debería sorprender a nadie que este es un juego de nicho: aunque toma muchos elementos del inmensamente popular Tony Hawk's Pro Skater, su enfoque es mucho más restringido.
La protagonista se llama Kara Hassan. Es la participante en un deporte extremo, llamado Rollerdrome, en el cual hay una competición a muerte por superar una serie de pruebas en pistas de skate. Equipados con patines y armas de fuego, deben enfrentarse a hordas de asesinos combinando las acrobacias típicas del deporte con precisos y oportunos disparos. Cada truco, pirueta o grind recargan la munición; así que este juego es una combinación del deporte sobre ruedas y un shooter en tercera persona. Kara Hassan es nuestro avatar, pero también nuestra puerta de entrada a conocer más sobre este mundo alternativo.
Al igual que en los Tony Hawk's Pro Skater clásicos, el juego se divide en niveles con unos objetivos. El más importante de ellos es matar a todos los enemigos, pero también hay un buen puñado de desafíos necesarios para progresar. Por ejemplo, recolectar unos tokens por el escenario, realizar trucos específicos o ejecutar enemigos de cierto modo. La experiencia de juego, por tanto, recuerda mucho a aquella que tuvimos a principios de los 2000, y nos motiva a rejugar muchas veces cada fase para completar el 100%. Superar todo lo que el juego ofrece nos va a llevar un buen puñado de horas, en especial si nos interesa profundizar en sus modos de juego y distintos niveles de dificultad.
La escalada de dificultad es exponencial: al principio el ritmo de juego es lento y nos otorga muchas oportunidades para derrotar a los enemigos y esquivar sus acometidas, pero pronto la fiesta se empieza a acelerar. Nos esperan momentos muy acuciantes con muchos enemigos disparando, misiles detrás de nosotros y explosiones por todas partes. En general, muchos de esos peligros los podremos esquivar pulsando el botón de rodar, y si lo hacemos en el momento oportuno, obtendremos beneficios. La idea es sencilla, pero requiere bastante aprendizaje: prestar atención a los enemigos, a la munición, a los ataques inminentes y a dónde hay una rampa para ejecutar el próximo truco. Puede llegar a ser algo frustrante en ocasiones, porque ocurren muchas cosas en pantalla fuera de nuestro control.
Conforme avanza el juego, también avanza la historia de Rollerdrome: un relato futurista cyberpunk que se nos presenta en cortas dosis. Controlando a la protagonista en primera persona podremos leer documentos, revisar las noticias o explorar las instalaciones de Rollerdrome. Este es un interesantísimo motivo para continuar jugando, y añade un toque elegante a una narrativa que le sienta de maravilla. En otras palabras: no necesitamos un argumento para disfrutar de la alocada jugabilidad de Rollerdrome, pero lo tenemos y es fantástico.
Siento que Rollerdrome es un gran concepto de juego, pero su capacidad para innovar es un arma de doble filo: el contenido que ofrece carece de variedad. Nos vamos a dar cuenta rápidamente de que cada fase es muy parecida a la anterior, y de que no hay muchas situaciones distintas que nos obliguen a jugar de formas creativas. Los enemigos aparecen en el escenario de forma aleatoria y tienen un comportamiento muy básico; el diseño de niveles no deja mucho a la imaginación, ya que son pistas de skate convencionales que pocas veces tienen algo de especial. El desafío es cada vez mayor porque aparecen enemigos más resistentes y en mayor cantidad, pero echo en falta un poco más de imaginación para sacar todo el jugo que permite este sistema de juego tan adictivo.
El apartado artístico de Rollerdrome no deja indiferente tampoco. Con cierta similitud a Jet Set Radio y Borderlands, la estricta simplicidad de los escenarios y personajes se ve potenciada por una paleta de colores muy seleccionada y texturas planas. Este estilo cell-shaded es agradable a la vista, y el rendimiento perfecto del juego también pone de su parte. En general, es una experiencia agradable y tiene carisma, en especial por su banda sonora construida por sintetizadores oníricos y beats pegadizos. Repetir los niveles una y otra vez es mucho más adictivo cuando la música acompaña.
Conclusiones
Roll7 no le tienen miedo a nada, y después de confeccionar un estilo único con OlliOlli, van más allá y vuelven a repetirlo con Rollerdrome. Este es un concepto materializado con gran solvencia, destinado a todos aquellos a los que nos gustan los juegos sobre patines. En última instancia gira en torno a una sofisticada jugabilidad que es tan distinta a lo normal, que nos va a exigir aprender desde cero sus secretos y dominar su empinada curva de dificultad. Le falta un poco de profundidad, pero no todo puede ser perfecto cuando inventas algo realmente nuevo.
La protagonista se llama Kara Hassan. Es la participante en un deporte extremo, llamado Rollerdrome, en el cual hay una competición a muerte por superar una serie de pruebas en pistas de skate. Equipados con patines y armas de fuego, deben enfrentarse a hordas de asesinos combinando las acrobacias típicas del deporte con precisos y oportunos disparos. Cada truco, pirueta o grind recargan la munición; así que este juego es una combinación del deporte sobre ruedas y un shooter en tercera persona. Kara Hassan es nuestro avatar, pero también nuestra puerta de entrada a conocer más sobre este mundo alternativo.
Al igual que en los Tony Hawk's Pro Skater clásicos, el juego se divide en niveles con unos objetivos. El más importante de ellos es matar a todos los enemigos, pero también hay un buen puñado de desafíos necesarios para progresar. Por ejemplo, recolectar unos tokens por el escenario, realizar trucos específicos o ejecutar enemigos de cierto modo. La experiencia de juego, por tanto, recuerda mucho a aquella que tuvimos a principios de los 2000, y nos motiva a rejugar muchas veces cada fase para completar el 100%. Superar todo lo que el juego ofrece nos va a llevar un buen puñado de horas, en especial si nos interesa profundizar en sus modos de juego y distintos niveles de dificultad.
«Nos esperan momentos muy acuciantes con muchos enemigos disparando, misiles detrás de nosotros y explosiones por todas partes»
La escalada de dificultad es exponencial: al principio el ritmo de juego es lento y nos otorga muchas oportunidades para derrotar a los enemigos y esquivar sus acometidas, pero pronto la fiesta se empieza a acelerar. Nos esperan momentos muy acuciantes con muchos enemigos disparando, misiles detrás de nosotros y explosiones por todas partes. En general, muchos de esos peligros los podremos esquivar pulsando el botón de rodar, y si lo hacemos en el momento oportuno, obtendremos beneficios. La idea es sencilla, pero requiere bastante aprendizaje: prestar atención a los enemigos, a la munición, a los ataques inminentes y a dónde hay una rampa para ejecutar el próximo truco. Puede llegar a ser algo frustrante en ocasiones, porque ocurren muchas cosas en pantalla fuera de nuestro control.
Conforme avanza el juego, también avanza la historia de Rollerdrome: un relato futurista cyberpunk que se nos presenta en cortas dosis. Controlando a la protagonista en primera persona podremos leer documentos, revisar las noticias o explorar las instalaciones de Rollerdrome. Este es un interesantísimo motivo para continuar jugando, y añade un toque elegante a una narrativa que le sienta de maravilla. En otras palabras: no necesitamos un argumento para disfrutar de la alocada jugabilidad de Rollerdrome, pero lo tenemos y es fantástico.
Siento que Rollerdrome es un gran concepto de juego, pero su capacidad para innovar es un arma de doble filo: el contenido que ofrece carece de variedad. Nos vamos a dar cuenta rápidamente de que cada fase es muy parecida a la anterior, y de que no hay muchas situaciones distintas que nos obliguen a jugar de formas creativas. Los enemigos aparecen en el escenario de forma aleatoria y tienen un comportamiento muy básico; el diseño de niveles no deja mucho a la imaginación, ya que son pistas de skate convencionales que pocas veces tienen algo de especial. El desafío es cada vez mayor porque aparecen enemigos más resistentes y en mayor cantidad, pero echo en falta un poco más de imaginación para sacar todo el jugo que permite este sistema de juego tan adictivo.
«Echo en falta un poco más de imaginación para sacar todo el jugo que permite este sistema de juego tan adictivo»
El apartado artístico de Rollerdrome no deja indiferente tampoco. Con cierta similitud a Jet Set Radio y Borderlands, la estricta simplicidad de los escenarios y personajes se ve potenciada por una paleta de colores muy seleccionada y texturas planas. Este estilo cell-shaded es agradable a la vista, y el rendimiento perfecto del juego también pone de su parte. En general, es una experiencia agradable y tiene carisma, en especial por su banda sonora construida por sintetizadores oníricos y beats pegadizos. Repetir los niveles una y otra vez es mucho más adictivo cuando la música acompaña.
Conclusiones
Roll7 no le tienen miedo a nada, y después de confeccionar un estilo único con OlliOlli, van más allá y vuelven a repetirlo con Rollerdrome. Este es un concepto materializado con gran solvencia, destinado a todos aquellos a los que nos gustan los juegos sobre patines. En última instancia gira en torno a una sofisticada jugabilidad que es tan distinta a lo normal, que nos va a exigir aprender desde cero sus secretos y dominar su empinada curva de dificultad. Le falta un poco de profundidad, pero no todo puede ser perfecto cuando inventas algo realmente nuevo.
Jugado en PC. Versión digital facilitada por Best Vision PR
Cuando entiendes el ritmo del juego es una delicia de dominar
Los niveles y objetivos se parecen mucho entre sí, se echa en falta algo más de profundidad
Desafiante y divertido a partes iguales, Rollerdrome es una fórmula innovadora que sabe recompensar la paciencia