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Yo soy cola, tú pegamento
Nintendo Switch PC

Yo soy cola, tú pegamento

Ron Gilbert regresa treinta años después a su saga más conocida para retomar el guion que quedó abierto tras su segunda entrega. ¿Ha valido la pena la espera?

Por Daniel Martín Martínez,
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Me llamo Guybrush Threepwood, ¡y quiero ser un pirata!

Pocas frases hay más míticas y descriptivas en el mundo de los videojuegos que la anterior. Corría el año 1990 cuando Lucasfilm Games lanzó al mercado The Secret of Monkey Island, una aventura gráfica que pronto se convirtió en un clásico de culto y en lo que hoy día sigue siendo uno de los mejores juegos de todos los tiempos. En ella se nos presentaba al por entonces desconocido Guybrush Threepwood, un joven que, como reza la frase de entrada del análisis, soñaba con convertirse en pirata. Con una premisa tan sencilla nos encontramos ante un juego revolucionario para su época, con una historia atractiva y repleta de humor, personajes memorables y desafiantes acertijos. Esta primera entrega de la saga, y la segunda que apareció un año más tarde, Monkey Island 2: LeChuck's Revenge, fueron creadas especialmente por Ron Gilbert y sus compañeros Dave Grossman y Tim Schafer, los cuales abandonaron la franquicia tras la secuela. Treinta años han pasado desde entonces, y aunque se han sucedido entregas con mayor o menor éxito, ninguna ha llegado al nivel que las dos primeras establecieron. De hecho, la última entrega de la saga, Tales of Monkey Island, en la cual ya participó Dave Grossman y Ron Gilbert, aunque de forma testimonial, tiene ya más de diez años a la espalda. Diez años enteros sin visitar Isla Mêlée, sin viajar hasta Monkey Island, sin ver a Guybrush, Elaine, LeChuck o Stan, y más de treinta sin estar bajo la batuta de su máximo artífice.

En este punto me gustaría hacer un inciso. No soy fan de enfocar los análisis a nivel personal, por eso quería disculparme de antemano por este texto, ya que seguramente hable más con el corazón que con la cabeza, pero la saga de Monkey Island es personal para mí. No soy el único que siente que esta franquicia y todos sus personajes forman parte de su vida, y fueron importantes durante muchos momentos de su niñez o adolescencia. Se dice pronto, pero llevo esperando este juego desde ese final tan atípico con el que nos sorprendió Ron Gilbert y su banda de piratas en la segunda parte. Treinta años de teorías, rumores y elucubraciones para intentar explicar lo que ha estado tanto tiempo sin solución. Se han escrito hasta libros buscando darle una explicación a qué es el dichoso misterio que esconde Monkey Island. Pero al final todo eran eso, teorías, en ocasiones absurdas, pero es lo que tiene esta saga, que vuelve loco a aquellos que la amamos. Porque a pesar de que la saga ha continuado con varias entregas continuistas, ninguna ha dado una razón a tanto misterio, ni ha contado con la participación de aquellos que la crearon. Ron Gilbert ya habló de esto hace unos años, indicando que veía imposible que volviera a la saga, y que seguramente nunca se explicaría el secreto ni ese final. Por suerte, o ya sabía lo que le deparaba su futuro y estaba jugando con nosotros, o el destino le (nos) ofreció una oportunidad difícil de desaprovechar.


Guybrush Threepwood ha vuelto y está decidido de una vez por todas a descubrir el secreto que esconde Monkey Island.


Return to Monkey Island nos vuelve a poner al control del ya archiconocido pirata Guybrush Threepwood, el cual, obsesionado durante tantos años con el secreto de Monkey Island, se pone manos a la obra para encontrarlo definitivamente. Pero no es el único que anda tras su búsqueda, ya que su principal enemigo, LeChuck, aparece de nuevo en su camino dispuesto a descubrirlo en primer lugar. Mientras, el resto de piratas viven aislados de tal secreto, aburridos ya de quienes intentan encontrarlo, e incluso lo tachan de una leyenda que no existe o que ya ni importa. Los tiempos han pasado para todos, excepto para nuestros dos protagonistas, que a pesar de haber vivido infinidad de aventuras y desventuras, mantienen esa espinita clavada. Como puedes ver, la historia juega en parte con nosotros, encarnando en sus propios protagonistas la obsesión que ha radicado en la comunidad sobre este misterio, buscando en cada bit de las dos primeras entregas con tal de encontrar alguna pista que les indicara por dónde seguir. Ron y compañía saben a quien va dirigido este juego, y utiliza el humor característico de la saga para darnos respuesta a su manera a todo lo que llevamos tanto tiempo esperando.

Tras un corto prólogo, que nos sitúa exactamente tras el final de la citada segunda entrega, aunque con algún que otro giro de los que nos tienen acostumbrados (y que de nuevo juega con nosotros), volveremos donde todo empezó. Guybrush necesita un barco con el que ir a Monkey Island, y qué mejor sitio para empezar su búsqueda que en Isla Mêlée, aquel lugar en el que comenzó su viaje. Allí visitará lugares míticos como Scumm Bar, la mansión de la nueva gobernadora (no olvidemos que Elaine Marley, la anterior, ahora está casada con nuestro pirata), la tienda de la Señora del Vudú e incluso se encontrará con viejos conocidos como Wally o Stan. De igual forma, también tocará revisitar alguna zona ya conocida como, evidentemente, Monkey Island (vamos, no puede considerarse spoiler, el juego literalmente se llama "Regreso a Monkey Island"). Por supuesto habrá hueco para nuevas localizaciones, cada una con su ambientación, historia y carismáticos personajes.

«Ron Gilbert juega con la obsesión que ha existido en la comunidad durante años sobre el secreto de Monkey Island»


Return to Monkey Island no vive solo del pasado, y se mueve de forma brillante entre lo ya conocido y lo nuevo, proponiéndonos regresar a islas emblemáticas para ver qué ha hecho de ellas el paso del tiempo, repitiendo incluso algunas situaciones (con resultados más que desternillantes), con algunas nunca vistas y que casan perfectamente con el tono y la tradición establecidos en la saga. De igual forma, aunque está claro que su mayor virtud aparece cuando antiguos personajes están en pantalla, no hay que despreciar a los nuevos, ya que varios de ellos sin duda merecen entrar en ese libro de quienes son recordados durante años. Como es característico en la saga, estaremos ante brillantes y carismáticos personajes, cada uno con una personalidad muy bien diferenciada y los cuales nos brindarán todo tipo de momentos para reír. Por poner algunos ejemplos, tenemos a la nueva cerrajera de la Isla Mêlée, que no dudará en hacernos copias de llaves, llevando la piratería y el robo de artículos valiosos a un nuevo nivel; la reina de una isla helada que la gobierna desde su gran trono situado en lo alto de una montaña; la cocinera del barco de LeChuck, encargada de preparar los deliciosamente asquerosos platos que debe servir a la tripulación; o unos piratas con su barco a la deriva que están en cuarentena y no creen que la solución a su problema sea la ciencia (¿os suena?).


No faltan localizaciones míticas de la saga, pero también hay hueco para nuevas igual de brillantes.


Como toda buena aventura gráfica la parte jugable es tan importante como su historia. Aunque estamos ante un point and click que lo tiene todo para sentirse tradicional, sí hay una considerable mejora en este aspecto. Ron y compañía han conseguido adaptar un sistema que para muchos está algo anticuado (algo en lo que no estoy totalmente de acuerdo, pero tengo que admitir que soy de la vieja escuela) para adaptarlo a los nuevos tiempos. Se acabó el pasear el ratón en PC o el dedo en Switch por toda la pantalla buscando algo interactuable, con la consecuente posibilidad de dejarte algún hueco en el escenario en el cual no miraste y quedarte bloqueado sin saber qué hacer. En esta ocasión los elementos aparecen directamente diferenciados con un círculo, y puedes pasar de uno a otro con el simple toque de un botón/tecla. Al seleccionar uno de estos aparecerá un menú interactivo con las acciones que podemos realizar sobre ellos, tal como simplemente admirarlo, intentar cogerlo, etc. Aunque pueda parecer una simpleza a la hora de explicarlo, puedo decir que es algo que se siente muy natural y una excelente evolución del género, hasta el punto de que te preguntas cómo no había sido implementado antes así.

Pero qué sería de un Monkey Island sin sus desafiantes acertijos, que están a la altura de los más devotos del géneros. Son inteligentes, originales y provocan que tengas que darle vueltas a todo sin llegar a ser frustrantes. Tu inventario pronto se llenará de objetos de todo tipo, absurdos en gran parte (en el buen sentido), tales como cráneos humanos, un libro de poesía sobre muertos vivientes, un pez globo o una fregona. En este caso los puzzles son realmente más lógicos que en sus precuelas, siendo pues más "sencillos" de solucionar. No es una crítica negativa como tal, pero sí hay que comentarla. Se acabó el combinar un pollo de goma con una polea para cruzar un precipicio, o usar un mono como si fuera una llave inglesa (un puzzle del Monkey Island 2 del cual hasta sus desarrolladores se arrepienten de haber introducido, por tener solo sentido en inglés). Si bien sus creadores son conscientes de la tentación que supone para muchos buscar en internet la solución a sus acertijos, y cómo esto puede romper la experiencia de juego. Si te quedas atascado puedes consultar un útil libro de pistas que se encuentra disponible en el inventario desde prácticamente el inicio de la aventura. Estas pistas pueden ir desde pequeñas indicaciones, más como sugerencias, hasta directamente indicarte qué has de hacer. Además también existe un modo casual con acertijos más sencillos para aquellos que solo quieren disfrutar de la historia sin muchas dificultades.


Su renovada jugabilidad point and click y los acertijos son el punto más fuerte de esta nueva aventura de Guybrush y LeChuck.


A pesar de las ganas que había en la comunidad, que enloqueció desde el primer momento en que se anunció la nueva entrega, este Return to Monkey Island no se ha librado de polémica, debido en este caso a su diferente propuesta en el apartado artístico. Al mostrarse el primer trailer, que presentaba a la tripulación de LeChuck cargando su barco para zarpar a Monkey Island, las críticas no se hicieron esperar. El ruido que se generó fue tal que Ron Gilbert publicó un tweet instando a la gente a que parara de criticar las imágenes y que le estaban quitando la ilusión que le estaba produciendo crear esta entrega. Por suerte este es el mundo de Gilbert, y como tal así se ha quedado. No puedo negar que al ver ese apartado tan cartoon por primera vez arqueé una ceja, sin saber si realmente me gustaba o lo odiaba. Pero tras verlo en la pantalla de mi Switch la cosa ha cambiado, y es que gana mucho viéndolo en persona y en movimiento. Es una evolución fascinante en la saga y que se adapta particularmente bien al tono humorístico que caracteriza a todas sus entregas. Los gráficos son muy coloridos, los escenarios están repletos de preciosos detalles y los personajes son especialmente expresivos.

En cambio, en cuanto al sonido es imposible que haya algún intercambio de opiniones, porque es simplemente maravilloso. Se nos presenta una gran combinación de pistas clásicas con algunas nuevas, lo cual mantiene una atmósfera que inconfundiblemente recuerda a los juegos originales. No lo niego, cuando lancé por primera vez el juego y escuché la mítica banda sonora de los menús... solté una lagrimilla. Pero esto no acaba aquí, ya que las actuaciones de voz son también de primera categoría, con cada personaje aportando su personalidad única. Además, vuelven algunas de las voces principales, como la de Guybrush o Elayne, lo cual es de agradecer (en inglés, eso sí). Otras nuevas, como la de LeChuck, quedan perfectas, y es que en cada una de ellas se nota la profesionalidad de sus actores. Es un doblaje que cualquier película de animación podría envidiar.

«El discutido apartado gráfico en movimiento es precioso y está repleto de detalles que enamoran a la vista»


En este punto toca tratar una de las mayores preocupaciones de aquellos que nunca se han adentrado en la saga (por favor, si es así dadle solución cuanto antes). No, no es obligatorio haber jugado a las anteriores aventuras de Monkey Island, aunque lógicamente la manera de disfrutarlo al máximo es haberlo hecho, ya que hay montones de detalles y homenajes dedicado a quienes sí lo hayan hecho (me incluyo entre ese grupo de aficionados que ha jugado a toda la saga, y varias veces). De hecho existen unos coleccionables que se pueden encontrar escondidos por el mundo, unas tarjetas de trivial con preguntas de la saga y que solo los más expertos sabrán responder. En cualquier caso, en el menú existe un álbum de fotos de recuerdos que sirve para repasar todas las entregas publicadas anteriores y que lo enfocan desde un enfoque realizado por el mismo Guybrush.

Conclusión

Return to Monkey Island es todo lo que los fanáticos de la saga esperábamos. Han sido más de 10 años desde la última entrega de Guybrush Threepwood, más de 30 desde que perdió la tutela de Ron Gilbert, y desde aquí puedo confirmar que la espera ha validado totalmente la pena. La historia es una preciosa carta de amor y está repleta de humor, hay decenas de detalles para los más nostálgicos, los puzzles están elaborados de forma inteligente, la banda sonora es una brillante mezcla de pistas clásicas y nuevas, etc. Tanto si eres un enamorado de Monkey Island como si simplemente te atraen las aventuras gráficas no puedes perderte esta nueva entrega de una de las sagas que fue el artífice del éxito de este género. Lo has conseguido, Guybrush, te has convertido en un gran pirata.

Analizado en Nintendo Switch. Copia digital proporcionada por Cosmocover.


Análisis de Return to Monkey Island para Switch: Yo soy cola, tú pegamento
Análisis de Return to Monkey Island para Switch: Yo soy cola, tú pegamento
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Análisis de Return to Monkey Island para Switch: Yo soy cola, tú pegamento
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Alternativas
Hay muchas aventuras gráficas modernas estupendas, sin contar el resto de la saga, como Thimbleweed Park (también de Ron Gilbert), Deponia o Leisure Suit Larry.
La historia, los nuevos personajes, las melodías, los puzzles. La vuelta de Ron Gilbert se nota.
Hay ciertos puntos en la historia que, aunque entendibles, pueden no satisfacer a todos.
Un regreso brillante a la saga que ofrece una historia desternillante con grandes puzzles y rodeado de un mejorado sistema de point and click.
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