Xbox 360
La redención de un forajido
Según Rockstar es el juego más ambicioso que han creado, incluso más que GTA IV. ¿Tan tajante afirmación se sustenta en los hechos? En el análisis lo veréis.
Por Álvaro Morillas,
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Todos los hombres tienen derecho a rectificar en su vida. Uno puede haber cometido delitos e incluso atrocidades, pero luego haber pagado por sus errores y haber tratado de rehacer su vida. Es el caso de John Marston, que en su momento fue miembro de una banda de delincuentes pero que desde hace tres años vive con su mujer y su hijo en un apacible rancho, cuidando sus cultivos y su ganado. Parecía que había conseguido rehacer su vida, pero agentes de la organización gubernamental The Bureau (posteriormente FBI) no se han olvidado de él y sobre todo de su antigua banda, cuyos miembros siguen haciendo de las suyas. Para conseguir su colaboración para atraparlos no dudan en secuestrar a su hijo y su mujer. Hasta que no cumpliera su cometido, John no podría volver a verles. Así comienza la historia de un forajido que busca su redención.
Estamos en el Oeste americano, a finales del siglo XIX y principios del XX. Todavía es un territorio salvaje, pero ya están empezando a llegar los avances de la revolución industrial. Hay vías de tren e incluso teléfonos que ya empiezan a llegar a los pueblos más pequeños. El inmenso escenario, disponible desde el principio, cuenta con tres grandes regiones: New Austin, Nuevo Paraíso (ya en México) y West Elizabeth. En su gran mayoría es terreno desértico o semidésertico como corresponde a esa zona fronteriza entre EEUU y México, pero también hay grandes praderas o altas montañas donde nos encontramos con nieve. Para la realización de los escenarios, la desarrolladora principal, Rockstar San Diego, no ha tenido que desplazarse mucho para inspirarse, ya que la ciudad californiana se encuentra en la misma frontera con México, pegada a la ciudad mexicana de Tijuana.
La estructura de juego es la de un sandbox como cualquier GTA pero con las características propias del Oeste americano. El modo de transporte más habitual es el caballo, aunque también están disponibles carros, carromatos, diligencias o incluso el tren, aunque en la práctica usaremos habitualmente nuestro cuadrúpedo animal. Así como en GTA había distintos coches con diferentes características, en RDR los caballos son de razas variadas y tienen distintas características de fortaleza, resistencia y velocidad. Eso lo podemos ver por su aspecto, pero no disponemos de estadísticas donde comprobarlo. El caballo es un compañero inseparable durante nuestro periplo. Si no lo tenemos cerca siempre podemos llamarlo con un silbido pulsando el botón de arriba de la cruceta y vendrá a recogernos. Cuando tengamos dinero podremos comprar otros caballos mejores o si andamos algo escasos podemos domar a un caballo salvaje usando un lazo para atraparlo, subiéndonos a él y haciendo un minijuego de doma que consiste en mantener el equilibrio durante un rato hasta que el animal se calme. Por supuesto también podemos robar caballos, pero en RDR no es tan fácil ni recomendable cometer delitos. De hecho, las misiones en general no implican cometerlos, al contrario que GTA.
En todo caso somos libres de ir como buenas personas o como delincuentes. Hay dos marcadores que varían según nuestras actuaciones: honor y fama. El honor sube cuando realizamos buenas acciones y baja cuando delinquimos. La fama, en cambio, sube según realizamos acciones y la gente así va reconociéndonos y reacciona según cómo nos hayamos portado: con amabilidad o con miedo. Quizá el juego anime más a comportarnos bien que a hacerlo mal, pero tenemos total libertad y la historia no cambia con esto.
Estamos en el Oeste americano, a finales del siglo XIX y principios del XX. Todavía es un territorio salvaje, pero ya están empezando a llegar los avances de la revolución industrial. Hay vías de tren e incluso teléfonos que ya empiezan a llegar a los pueblos más pequeños. El inmenso escenario, disponible desde el principio, cuenta con tres grandes regiones: New Austin, Nuevo Paraíso (ya en México) y West Elizabeth. En su gran mayoría es terreno desértico o semidésertico como corresponde a esa zona fronteriza entre EEUU y México, pero también hay grandes praderas o altas montañas donde nos encontramos con nieve. Para la realización de los escenarios, la desarrolladora principal, Rockstar San Diego, no ha tenido que desplazarse mucho para inspirarse, ya que la ciudad californiana se encuentra en la misma frontera con México, pegada a la ciudad mexicana de Tijuana.
La estructura de juego es la de un sandbox como cualquier GTA pero con las características propias del Oeste americano. El modo de transporte más habitual es el caballo, aunque también están disponibles carros, carromatos, diligencias o incluso el tren, aunque en la práctica usaremos habitualmente nuestro cuadrúpedo animal. Así como en GTA había distintos coches con diferentes características, en RDR los caballos son de razas variadas y tienen distintas características de fortaleza, resistencia y velocidad. Eso lo podemos ver por su aspecto, pero no disponemos de estadísticas donde comprobarlo. El caballo es un compañero inseparable durante nuestro periplo. Si no lo tenemos cerca siempre podemos llamarlo con un silbido pulsando el botón de arriba de la cruceta y vendrá a recogernos. Cuando tengamos dinero podremos comprar otros caballos mejores o si andamos algo escasos podemos domar a un caballo salvaje usando un lazo para atraparlo, subiéndonos a él y haciendo un minijuego de doma que consiste en mantener el equilibrio durante un rato hasta que el animal se calme. Por supuesto también podemos robar caballos, pero en RDR no es tan fácil ni recomendable cometer delitos. De hecho, las misiones en general no implican cometerlos, al contrario que GTA.
En todo caso somos libres de ir como buenas personas o como delincuentes. Hay dos marcadores que varían según nuestras actuaciones: honor y fama. El honor sube cuando realizamos buenas acciones y baja cuando delinquimos. La fama, en cambio, sube según realizamos acciones y la gente así va reconociéndonos y reacciona según cómo nos hayamos portado: con amabilidad o con miedo. Quizá el juego anime más a comportarnos bien que a hacerlo mal, pero tenemos total libertad y la historia no cambia con esto.