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Análisis de ProtoCorgi, un matamarcianos clásico y cánido
Kemono Games estrena su currículum en el terreno 2D con un adorable y colorido "shmup" horizontal
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El estudio chileno Kemono Games lleva muchos años trabajando en su primer juego, ProtoCorgi, y este mes de junio por fin han podido lanzarlo oficialmente. Se trata de un matamarcianos horizontal de estilo muy tradicional que se aleja de la tendencia frenética y los bullet hell donde apuntan la mayoría de juegos del género. Hemos jugado muchas partidas a esta aventura espacial, protagonizada por un perro, y nos ha dejado bien satisfechos.
El perro volador
Con un estilo pixelado muy llamativo, ProtoCorgi es ante todo un juego agradable, alejado del nicho al que acostumbran otros shoot'em ups similares. Y precisamente estamos ahora en una época en la que estos "shmups" están muy presentes, con varios remasters de clásicos o nuevos títulos cada mes. ProtoCorgi ha encontrado un pequeño hueco en el que colarse, y ya desde el primer contacto, las sensaciones son positivas.

El control es un tanto especial, con un disparo estándar bastante débil y un disparo "ladrido" que dispara el perro protagonista. Sin embargo, rápidamente descubriremos que la potencia de fuego sale de los power ups, de los cuales hay varias decenas, y de forma algo similar a R-Type, nos permiten disparar con mayor contundencia. A diferencia del juego de Irem, cada fase tiene escondidos las mismas armas en los mismos sitios, así que no hay tanto margen para la creatividad. Algunas de las armas no son demasiado útiles, y como no es fácil cambiar de equipo, a menudo nos puede interesar esquivarlas.
Con una estética colorida y música de estilo nipón, nos espera un modo historia clásico y también un editor de niveles en el que se pueden diseñar fases o jugar las de otros jugadores. Varios niveles de dificultad también redondean el resultado, con lo que si nos hacemos al "tacto" del juego, hay muchas horas de diversión por delante. ProtoCorgi entiende que para conseguir un "shmup" tradicional divertido, es imprescindible un buen diseño de niveles, y salvo en el primer nivel del juego (que es demasiado primitivo), hay una buena dosis de patrones enemigos interesantes, escenarios con peligros por aquí y por allí por los que navegar. Cada jefe necesita una estrategia concreta para derrotarlo, que aprenderemos en pocos intentos. La experiencia de juego es aceptable, aunque no tan fina como podría ser: a veces es un poco difícil decir dónde empieza nuestro área de daño y dónde la del proyectil enemigo. Es un problema derivado de una virtud, que es el diseño gráfico con esos personajes tan grandes y ciertos ataques que se confunden con el entorno.

Si nos derrotan perdemos vidas y también créditos, que son limitados, pero no te preocupes: cuanto más juegas, más créditos puedes usar, y también elegir dificultades más bajas para aprender. Este es un juego muy motivador para seguir intentando llegar al final sin usar créditos, y también recompensa claramente la experiencia y el aprendizaje. Sin duda es un matamarcianos recomendado para jugadores que no quieran "sufrir" como suele ser lo normal en el género.
El mayor de los impedimentos que encuentro en ProtoCorgi es que su diseño no permite demasiada creatividad en la forma de jugar, vamos a dominar cada fase rápidamente y a partir de ahí, las siguientes partidas no serán demasiado estimulantes. Para compensarlo, subir el nivel de dificultad ayuda, o por supuesto jugar los niveles creados por la comunidad. Hay ciertos desbloqueables conforme progresamos en el juego, pero echo en falta un punto más de motivación, como por ejemplo un sistema de puntuación más sofisticado, para considerar ProtoCorgi un "shmup" realmente memorable.
Conclusiones
Protocorgi tiene encanto y buenas ideas, niveles interesantes y jefes finales originales. También destaca por su estética, aunque al mismo tiempo juegue un poco en su contra a nivel jugable. Es un juego más que correcto, que no solo se queda en lo retro, sino que sabe ofrecer un soplo de originalidad, algo escaso en el género. El editor de niveles con funciones online es un añadido poco habitual y muy agradecido.
El perro volador
Con un estilo pixelado muy llamativo, ProtoCorgi es ante todo un juego agradable, alejado del nicho al que acostumbran otros shoot'em ups similares. Y precisamente estamos ahora en una época en la que estos "shmups" están muy presentes, con varios remasters de clásicos o nuevos títulos cada mes. ProtoCorgi ha encontrado un pequeño hueco en el que colarse, y ya desde el primer contacto, las sensaciones son positivas.

El control es un tanto especial, con un disparo estándar bastante débil y un disparo "ladrido" que dispara el perro protagonista. Sin embargo, rápidamente descubriremos que la potencia de fuego sale de los power ups, de los cuales hay varias decenas, y de forma algo similar a R-Type, nos permiten disparar con mayor contundencia. A diferencia del juego de Irem, cada fase tiene escondidos las mismas armas en los mismos sitios, así que no hay tanto margen para la creatividad. Algunas de las armas no son demasiado útiles, y como no es fácil cambiar de equipo, a menudo nos puede interesar esquivarlas.
«ProtoCorgi entiende que para conseguir un "shmup" tradicional divertido, es imprescindible un buen diseño de niveles»
Con una estética colorida y música de estilo nipón, nos espera un modo historia clásico y también un editor de niveles en el que se pueden diseñar fases o jugar las de otros jugadores. Varios niveles de dificultad también redondean el resultado, con lo que si nos hacemos al "tacto" del juego, hay muchas horas de diversión por delante. ProtoCorgi entiende que para conseguir un "shmup" tradicional divertido, es imprescindible un buen diseño de niveles, y salvo en el primer nivel del juego (que es demasiado primitivo), hay una buena dosis de patrones enemigos interesantes, escenarios con peligros por aquí y por allí por los que navegar. Cada jefe necesita una estrategia concreta para derrotarlo, que aprenderemos en pocos intentos. La experiencia de juego es aceptable, aunque no tan fina como podría ser: a veces es un poco difícil decir dónde empieza nuestro área de daño y dónde la del proyectil enemigo. Es un problema derivado de una virtud, que es el diseño gráfico con esos personajes tan grandes y ciertos ataques que se confunden con el entorno.

Si nos derrotan perdemos vidas y también créditos, que son limitados, pero no te preocupes: cuanto más juegas, más créditos puedes usar, y también elegir dificultades más bajas para aprender. Este es un juego muy motivador para seguir intentando llegar al final sin usar créditos, y también recompensa claramente la experiencia y el aprendizaje. Sin duda es un matamarcianos recomendado para jugadores que no quieran "sufrir" como suele ser lo normal en el género.
«Hay ciertos desbloqueables conforme progresamos en el juego, pero echo en falta un punto más de motivación, como por ejemplo un sistema de puntuación más sofisticado»
El mayor de los impedimentos que encuentro en ProtoCorgi es que su diseño no permite demasiada creatividad en la forma de jugar, vamos a dominar cada fase rápidamente y a partir de ahí, las siguientes partidas no serán demasiado estimulantes. Para compensarlo, subir el nivel de dificultad ayuda, o por supuesto jugar los niveles creados por la comunidad. Hay ciertos desbloqueables conforme progresamos en el juego, pero echo en falta un punto más de motivación, como por ejemplo un sistema de puntuación más sofisticado, para considerar ProtoCorgi un "shmup" realmente memorable.
Conclusiones
Protocorgi tiene encanto y buenas ideas, niveles interesantes y jefes finales originales. También destaca por su estética, aunque al mismo tiempo juegue un poco en su contra a nivel jugable. Es un juego más que correcto, que no solo se queda en lo retro, sino que sabe ofrecer un soplo de originalidad, algo escaso en el género. El editor de niveles con funciones online es un añadido poco habitual y muy agradecido.
Jugado en PC. Clave digital proporcionada por PLAION.
Alternativas
R-Type, Sine Mora, Rolling Gunner
Algunos niveles son muy originales. Más accesible que la media
No se presta mucho a rejugar. Se siente impreciso en ciertos aspectos
Notable y adorable matamarcianos que ofrece un reto simple y directo






