Xbox One
El jardín de las delicias
Plantas y zombis se ensarzan en una cruenta batalla. Otra vez.
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La invasión zombi provocó una masificación de los no-muertos que no parece conocer fin. La "otra vida" está más que presente que nunca, sobre todo en los videojuegos, disciplina de ocio propicia a lo absurdo y lo inverosímil. De hecho, el planteamiento de Plants vs Zombies tiene más de parodia y de burla que otra cosa, pero nos encanta. Popcap Games se sacó de la manga un tower defense (ese género en el que tenemos que gestionar recursos y colocar diferentes unidades para sobrevivir oleada tras oleada) que consiguió cautivar tanto por su encantador diseño como por su inteligente planteamiento. Un éxito fulgurante en todas las plataformas en las que ha aparecido, sobre todo en tablets y smartphones, su estreno en este mundillo. Electronic Arts es ahora la propietaria de la empresa de la chapa y entre sus primero proyectos se encuentran tanto la segunda entrega con alocados viajes temporales como esta versión bélica que nos ocupa.
Abono y cadáveres
La rivalidad no necesita de años de maceración. Basta con tener objetivos contrapuestos para que dos facciones se juren enemistad eterna. Es el caso de las plantas, son defensoras a ultranza de los modélicos modos de vida norteamericano, no por defender la bandera de las barras y estrellas o por unos principios arragaigados, qué va, es que la familia típicamente yankee tiene unos amplios jardines la mar de monos y confortables que deben ser respetados. Y claro, los zombis no solamente acaban con los humanos, en su camino de devastación carnívora tienen sitio en su insaciable hambre para un poco de verdura que acompañe tan suculento festín. El conflicto está claro. Ambos bandos tienen mucho que decirse en esta cruenta guerra que ha saltado de las macetas y los parterres a las calles de la ciudad.
Garden Warfare es un shooter en tercera persona con más puntos en común con el modo "Horda" de Gears of War 3 que con la serie de la que procede como veremos a lo largo de este análisis. Quizás no con tanta profundidad con el título de Epic Games como podría parecer, pero las referencias son claras. Con ese nombre inspirado en la serie de Activision, estamos ante una reinvención de Battlefield para un espectro de usuarios mucho más amplio. Si en las anteriores entregas de Plants vs Zombies nuestra misión era la de acabar con las oleadas de enemigos con unos recursos concretos, en este caso la acción toma el protagonismo para distribuirnos en los dos bandos y que nos disparemos guisantes en lugar de balas, nos lancemos frijoles en lugar de granadas y plantemos patatas en lugar de minas.
El juego nos divide en cada uno de los equipos con diversas especialidades, como en el título de DICE, de manera que los muertos vivientes tendrán sus soldados, sus científicos y sus zombis especiales, mientras que las plantas tendrán su contrapartida en las diversas especies que ya conocemos como el girasol, el lanzaguisantes o el cactus. Cada uno de ellos subirá de nivel de forma individual, pero lo harán siempre según una serie de retos (tras revivir a compañeros caídos o acabar con un número de rivales con cierta arma) muy bien estructurados que abren nuevas habilidades y pequeñas ventajas a los jugadores.
Abono y cadáveres
La rivalidad no necesita de años de maceración. Basta con tener objetivos contrapuestos para que dos facciones se juren enemistad eterna. Es el caso de las plantas, son defensoras a ultranza de los modélicos modos de vida norteamericano, no por defender la bandera de las barras y estrellas o por unos principios arragaigados, qué va, es que la familia típicamente yankee tiene unos amplios jardines la mar de monos y confortables que deben ser respetados. Y claro, los zombis no solamente acaban con los humanos, en su camino de devastación carnívora tienen sitio en su insaciable hambre para un poco de verdura que acompañe tan suculento festín. El conflicto está claro. Ambos bandos tienen mucho que decirse en esta cruenta guerra que ha saltado de las macetas y los parterres a las calles de la ciudad.
Garden Warfare es un shooter en tercera persona con más puntos en común con el modo "Horda" de Gears of War 3 que con la serie de la que procede como veremos a lo largo de este análisis. Quizás no con tanta profundidad con el título de Epic Games como podría parecer, pero las referencias son claras. Con ese nombre inspirado en la serie de Activision, estamos ante una reinvención de Battlefield para un espectro de usuarios mucho más amplio. Si en las anteriores entregas de Plants vs Zombies nuestra misión era la de acabar con las oleadas de enemigos con unos recursos concretos, en este caso la acción toma el protagonismo para distribuirnos en los dos bandos y que nos disparemos guisantes en lugar de balas, nos lancemos frijoles en lugar de granadas y plantemos patatas en lugar de minas.
El juego nos divide en cada uno de los equipos con diversas especialidades, como en el título de DICE, de manera que los muertos vivientes tendrán sus soldados, sus científicos y sus zombis especiales, mientras que las plantas tendrán su contrapartida en las diversas especies que ya conocemos como el girasol, el lanzaguisantes o el cactus. Cada uno de ellos subirá de nivel de forma individual, pero lo harán siempre según una serie de retos (tras revivir a compañeros caídos o acabar con un número de rivales con cierta arma) muy bien estructurados que abren nuevas habilidades y pequeñas ventajas a los jugadores.
