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PlayStation 5
Xbox Series
Análisis de Petit Island - De vacaciones con el miaubuelo
Petit Island es una aventura ideal para los más pequeños, o aquellos jugadores que busquen recorrer una isla de la forma más casual, dejándose sorprender por sus pequeños detalles.

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Los juegos wholesome o cozy son una categoría que desde hace años suenan cada vez con mayor fuerza, tanto que cualquiera mínimamente presente en la escena indie del videojuego se encuentra con títulos como este Petit Island, o similares, bajo cualquier piedra. Ya sea por su estética colorida, sea por su protagonismo animalito o sea por su énfasis en las actividades más mundanas como la pesca o la caza de bichos, para bien o para mal, de seguro habréis visto más de uno de los elementos presentes en este título en alguna otra parte. Desarrollado por Xelo Games, estudio independiente de Bali, Petite Island salió a la venta en noviembre de 2024 para PC y consolas en formato digital. Ahora, gracias a la editora belga SOEDESCO y la distribuidora española Tesura Games, este miaujuego ya está disponible en una bonita edición física para Nintendo Switch, PlayStation 5 y Xbox Series.
No es necesario traer una obra completamente original a la mesa en este género, aún menos posible con la cantidad de lanzamientos que se estrenan de forma diaria, para ofrecer una buena experiencia. No obstante tampoco me agrada esa sensación de tachar un título de la lista de “uno más para la colección.” Petit Island peca un poco de insulso, algo falto de sabor para quienes ya han pasado cientos de horas con otros como Animal Crossing, Harvest Moon o Story of Seasons. No por ello es malo, pues con el público correcto puede convertirse en un perfecto punto de partida, u otra baldosa en el camino.

La aventura de la tricolor Lily
Petit Island es una pequeña aventura de menos de diez horas que nos tendrá recorriendo un adorable archipiélago en el pelaje de Lily, una gata con un gran objetivo: completar un diario con recuerdos de Petit Island. Su abuelo, Félix, pasó su juventud en estas mismas islas y ahora, tras toda una vida, está empezando a olvidar sus preciadas historias. Con el objetivo de volver a casa y convertirse en la cuentacuentos de la familia, Lily recorrerá la isla en busca de los antiguos amigos y conocidos de su abuelo, mientras cumple toda clase de tareas. Por desgracia estas vacaciones se tuercen en cuanto Lily se da cuenta de que se dejó el móvil y la tarjeta de crédito en el aeropuerto de su ciudad. Ante esta situación le toca hacer uso de su cabeza y sus patas, así como recurrir a la benevolencia de los residentes de Petit Island, para seguir adelante con esta aventura.
El argumento es lo que uno podría esperarse de esta premisa; uno sin mucho peso, pero que acompaña a la jugabilidad y, al menos, no se enreda con si misma para acabar en una extraña amalgama, sin pies ni cabeza. Su principal enfoque son las vidas de sus múltiples residentes, así como sus propias historias y las de quienes les rodean. Esta característica puede ofrecernos brillantes destellos de ideas bien ejecutadas, presentes en una de las primeras interacciones en el pueblo, en concreto con Pako, un artista que no consiguió reconciliarse con su padre antes de su muerte.

Vida en la isla: vecinos e historias
Hablar con los locales, tomar fotos e ir de aquí para allá serán el pan de cada día durante nuestra estancia en Petit Island, dividiendo su historia en múltiples capítulos que no requerirán demasiado esfuerzo para su realización. Además de claros objetivos principales, también encontraremos otros secundarios, que podemos decidir cumplir en cualquier momento, pues no desaparecerán entre los capítulos. Si algo destaca aquí, es lo relajado y a su ritmo que todos se toman las cosas. Ya sea a pata, a parasol o a bananallama, una de las criaturas locales, recorreremos las islas sin prisa ninguna en busca de objetivos, que por suerte no requerirán de demasiada habilidad para completarlos. En ocasiones, esta tranquilidad puede ser hasta exagerada, pues no estaría de más un poco más de «vidilla» en este retiro, aunque no le podemos pedir peras al olmo.
Sus misiones y actividades tampoco terminan de destacar entre los usuarios que busquen algo más de acción. Sentirán que se tarda el triple de lo habitual en recorrer el camino de punto A a punto B, o en cazar cuatro bichos debido a su sistema de sigilo. De nuevo, estar con la cabeza relajada y disfrutar de la experiencia será esencial para no ponerse de los nervios con su ritmo en exceso desenfadado. Sin embargo, estas pequeñeces pasan desapercibidas para un público más casual, sobre entre los más pequeños de la casa. Los jugadores pueden sentirse identificados con la protagonista y disfrutar de este título, que no sólo llega con textos completamente en español sino también con una localización cuidada. Un título para todos los públicos con el que disfrutarán, por encima de todo, los niños y los jóvenes.

Arte gatuno en la isla
Gráficamente, su estilo entra por los ojos con total facilidad. Pues tanto los vecinos como la protagonista, cuyo aspecto es personalizable, son muy bonitos. No obstante en su aspecto técnico, aún tratando de la versión para PlayStation 5, parece estar más limitado de lo que debería, con popping a una distancia relativamente cercana de Lily. Si bien no se trata de un título que busque destacar por su apartado técnico, éste puede llegar a sentirse torpe, con cargas algo largas al interactuar con algunos elementos, como los puntos de guardado o algunas conversaciones. A este apartado visual se le suma una banda sonora que, si bien no resulta en temas memorables ni de esos que se quedan pegados en la cabeza, genera una atmósfera de paz y tranquilidad. Corretear por la arena con el sonido de las olas o pescar en un río con el ruido de la cascada ofrecen esa experiencia terapéutica que más de uno busca en estos títulos.
Conclusión
En conclusión, Petit Island es una aventura destinada principalmente a los jugadores más casuales. Su sistema de capítulos, perfecto para quien quiera (o solo pueda) echar de 30 a 60 minutos por sesión, ofrece suficiente contenido para sentirse satisfecho con el progreso obtenido en un viaje en tren, o una tarde en casa. Si bien su apartado técnico le faltaría un poco más de pulido, todas sus partes funcionan correctamente, y lo que para mí puede parecer un título poco más que correcto, y otro más del montón, para otra persona puede ser todo un tesoro, con un mapa suficientemente cargado de coleccionables y áreas que explorar, sin sobresaturar al jugador. No es para todos los gustos, pero eso no quita que se pueda notar la cantidad de amor que han querido transmitir sus desarrolladores.
No es necesario traer una obra completamente original a la mesa en este género, aún menos posible con la cantidad de lanzamientos que se estrenan de forma diaria, para ofrecer una buena experiencia. No obstante tampoco me agrada esa sensación de tachar un título de la lista de “uno más para la colección.” Petit Island peca un poco de insulso, algo falto de sabor para quienes ya han pasado cientos de horas con otros como Animal Crossing, Harvest Moon o Story of Seasons. No por ello es malo, pues con el público correcto puede convertirse en un perfecto punto de partida, u otra baldosa en el camino.

La aventura de la tricolor Lily
Petit Island es una pequeña aventura de menos de diez horas que nos tendrá recorriendo un adorable archipiélago en el pelaje de Lily, una gata con un gran objetivo: completar un diario con recuerdos de Petit Island. Su abuelo, Félix, pasó su juventud en estas mismas islas y ahora, tras toda una vida, está empezando a olvidar sus preciadas historias. Con el objetivo de volver a casa y convertirse en la cuentacuentos de la familia, Lily recorrerá la isla en busca de los antiguos amigos y conocidos de su abuelo, mientras cumple toda clase de tareas. Por desgracia estas vacaciones se tuercen en cuanto Lily se da cuenta de que se dejó el móvil y la tarjeta de crédito en el aeropuerto de su ciudad. Ante esta situación le toca hacer uso de su cabeza y sus patas, así como recurrir a la benevolencia de los residentes de Petit Island, para seguir adelante con esta aventura.
El argumento es lo que uno podría esperarse de esta premisa; uno sin mucho peso, pero que acompaña a la jugabilidad y, al menos, no se enreda con si misma para acabar en una extraña amalgama, sin pies ni cabeza. Su principal enfoque son las vidas de sus múltiples residentes, así como sus propias historias y las de quienes les rodean. Esta característica puede ofrecernos brillantes destellos de ideas bien ejecutadas, presentes en una de las primeras interacciones en el pueblo, en concreto con Pako, un artista que no consiguió reconciliarse con su padre antes de su muerte.


Vida en la isla: vecinos e historias
Hablar con los locales, tomar fotos e ir de aquí para allá serán el pan de cada día durante nuestra estancia en Petit Island, dividiendo su historia en múltiples capítulos que no requerirán demasiado esfuerzo para su realización. Además de claros objetivos principales, también encontraremos otros secundarios, que podemos decidir cumplir en cualquier momento, pues no desaparecerán entre los capítulos. Si algo destaca aquí, es lo relajado y a su ritmo que todos se toman las cosas. Ya sea a pata, a parasol o a bananallama, una de las criaturas locales, recorreremos las islas sin prisa ninguna en busca de objetivos, que por suerte no requerirán de demasiada habilidad para completarlos. En ocasiones, esta tranquilidad puede ser hasta exagerada, pues no estaría de más un poco más de «vidilla» en este retiro, aunque no le podemos pedir peras al olmo.
Sus misiones y actividades tampoco terminan de destacar entre los usuarios que busquen algo más de acción. Sentirán que se tarda el triple de lo habitual en recorrer el camino de punto A a punto B, o en cazar cuatro bichos debido a su sistema de sigilo. De nuevo, estar con la cabeza relajada y disfrutar de la experiencia será esencial para no ponerse de los nervios con su ritmo en exceso desenfadado. Sin embargo, estas pequeñeces pasan desapercibidas para un público más casual, sobre entre los más pequeños de la casa. Los jugadores pueden sentirse identificados con la protagonista y disfrutar de este título, que no sólo llega con textos completamente en español sino también con una localización cuidada. Un título para todos los públicos con el que disfrutarán, por encima de todo, los niños y los jóvenes.


Arte gatuno en la isla
Gráficamente, su estilo entra por los ojos con total facilidad. Pues tanto los vecinos como la protagonista, cuyo aspecto es personalizable, son muy bonitos. No obstante en su aspecto técnico, aún tratando de la versión para PlayStation 5, parece estar más limitado de lo que debería, con popping a una distancia relativamente cercana de Lily. Si bien no se trata de un título que busque destacar por su apartado técnico, éste puede llegar a sentirse torpe, con cargas algo largas al interactuar con algunos elementos, como los puntos de guardado o algunas conversaciones. A este apartado visual se le suma una banda sonora que, si bien no resulta en temas memorables ni de esos que se quedan pegados en la cabeza, genera una atmósfera de paz y tranquilidad. Corretear por la arena con el sonido de las olas o pescar en un río con el ruido de la cascada ofrecen esa experiencia terapéutica que más de uno busca en estos títulos.
Conclusión
En conclusión, Petit Island es una aventura destinada principalmente a los jugadores más casuales. Su sistema de capítulos, perfecto para quien quiera (o solo pueda) echar de 30 a 60 minutos por sesión, ofrece suficiente contenido para sentirse satisfecho con el progreso obtenido en un viaje en tren, o una tarde en casa. Si bien su apartado técnico le faltaría un poco más de pulido, todas sus partes funcionan correctamente, y lo que para mí puede parecer un título poco más que correcto, y otro más del montón, para otra persona puede ser todo un tesoro, con un mapa suficientemente cargado de coleccionables y áreas que explorar, sin sobresaturar al jugador. No es para todos los gustos, pero eso no quita que se pueda notar la cantidad de amor que han querido transmitir sus desarrolladores.
Analizado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Tesura Games
Alternativas
Lil Gator Game, Webfishing, Animal Crossing.
Una atmósfera ideal para relajarse gracias a su apartado audiovisual.
Insulso y repetitivo en sus misiones.
No revoluciona el género, y ofrece una aventura un tanto insulsa para los más experimentados, pero se nota el amor detrás de este proyecto.