PC
Y matar y matar y matar y matar y volver a matar
El remake del clásico Painkiller vuele a PC tras el Unreal Engine 3 y cargado de novedades.
Por Andrés JC,
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Painkiller es un clásico. Hay shooters que pasan de puntillas por PC y otros que lo hacen a lo grande. Hace unos años Call of Duty: Modern Warfare parecía el summun del género, y hoy ya nadie lo recomienda sino es tras Modern Warfare 3: más y mejor. Pero con Painkiller, como con Serious Sam, encontramos shooters cualitativamente diferentes y ante los que no pasa el tiempo. Y la verdad es que su fórmula no es tampoco demasiado compleja; más bien todo lo contrario. La diversión inmediata que nos ofrece el first-person shooter mata-mata por antonomasia es la de dejarnos llevar por la adrenalina en una jugabilidad endiablada, ágil y sencilla en la que el único objetivo es masacrar a todo lo que se mueve en pantalla.
Si apareciste en el mundo hace 10 o 15 años y no conoces de qué estamos hablando, quizá te extrañes de por qué sigue al alza este tipo de control. Al margen de simuladores realistas con coberturas, soldados especializados, armas de mira estereoscópica y control de retroceso, Painkiller simplemente te dice: coge esta escopeta irreal y ponte a disparar sin pensar. Bueno, sí hay que pensar, porque los reflejos son muy importantes para abatir a todos los enemigos sin que éstos nos alcancen. La Inteligencia Artificial de los enemigos no es la mejor. No es muy inteligente lanzarte a la yugular de tu adversario sin ningún tipo de escrúpulo por tu integridad física; pero eso no importa. No hay que buscarle los porqués a este festín sangriento en el cual sólo hay que disparar.
Y es que Nordic Games ha decidido que era buena idea traer este portento a nuestros días con un motor gráfico actualizado, y de paso, unos cuantos modos multijugador. Lo cierto es que Painkiller: Hell & Damnation cuenta con el modo principal clásico completamente remasterizado y verdaderamente atractivo para noobs hechos al callofdutismo. De igual modo, los acérrimos al original encontrarán un estímulo importante para rejugarlo, porque si de una cosa puede presumir Painkiller es de ser muy, muy rejugable. Sus modos de dificultad lo demuestran, y como es diversión directa, jugar lo mismo una y otra vez no deja de ser un estallido de adrenalina.
Cinemáticas nuevas y de correcta factura redondean un modo principal que es lineal y consiste, básicamente, en sortear puntos de control mientras aniquilamos centenares de enemigos con nuestra escopeta de tres cañones, la ballesta que atraviesa enemigos y el lanzagranadas, por poner unos cuantos ejemplos. Los enemigos, auténticas caricaturas delirantes nos perseguirán, la mayoría de las veces con ataques cuerpo a cuerpo y nuestra tarea es dispararlos a todos y correr, correr y saltar continuamente a una velocidad sobrehumana para que no nos alcancen. Sí, es un juego en general absurdo y salvaje. Y él mismo lo sabe, y lo aprovecha.
Si apareciste en el mundo hace 10 o 15 años y no conoces de qué estamos hablando, quizá te extrañes de por qué sigue al alza este tipo de control. Al margen de simuladores realistas con coberturas, soldados especializados, armas de mira estereoscópica y control de retroceso, Painkiller simplemente te dice: coge esta escopeta irreal y ponte a disparar sin pensar. Bueno, sí hay que pensar, porque los reflejos son muy importantes para abatir a todos los enemigos sin que éstos nos alcancen. La Inteligencia Artificial de los enemigos no es la mejor. No es muy inteligente lanzarte a la yugular de tu adversario sin ningún tipo de escrúpulo por tu integridad física; pero eso no importa. No hay que buscarle los porqués a este festín sangriento en el cual sólo hay que disparar.
Y es que Nordic Games ha decidido que era buena idea traer este portento a nuestros días con un motor gráfico actualizado, y de paso, unos cuantos modos multijugador. Lo cierto es que Painkiller: Hell & Damnation cuenta con el modo principal clásico completamente remasterizado y verdaderamente atractivo para noobs hechos al callofdutismo. De igual modo, los acérrimos al original encontrarán un estímulo importante para rejugarlo, porque si de una cosa puede presumir Painkiller es de ser muy, muy rejugable. Sus modos de dificultad lo demuestran, y como es diversión directa, jugar lo mismo una y otra vez no deja de ser un estallido de adrenalina.
Cinemáticas nuevas y de correcta factura redondean un modo principal que es lineal y consiste, básicamente, en sortear puntos de control mientras aniquilamos centenares de enemigos con nuestra escopeta de tres cañones, la ballesta que atraviesa enemigos y el lanzagranadas, por poner unos cuantos ejemplos. Los enemigos, auténticas caricaturas delirantes nos perseguirán, la mayoría de las veces con ataques cuerpo a cuerpo y nuestra tarea es dispararlos a todos y correr, correr y saltar continuamente a una velocidad sobrehumana para que no nos alcancen. Sí, es un juego en general absurdo y salvaje. Y él mismo lo sabe, y lo aprovecha.