
Nintendo Switch
PC
PlayStation 4
Xbox One
Ninjas peluditos
Rápido, divertido y para jugar en parejas. Una cucada llena de conejos y zanahorias.
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Versión analizada Nintendo Switch. Copia digital proporcionada por Dead Good.
Pocket Trap es un pequeño estudio brasileño que ha dado el gran salto. Por lo menos uno lo suficientemente grande como para pasar de títulos para móviles a las consolas de sobremesa, como PC, PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch. Todas ellas. Y el juego elegido para tal osadía es Ninjin: Clash of Carrots, un alocado juego de acción y reflejos con un apartado gráfico de lo más cuqui. En este cuarto proyecto, han querido ir sobre seguro, y esta propuesta nueva es en realidad una segunda parte (casi remake si nos ponemos puntillosos) del título lanzado en iOS bajo el escueto nombre de Ninjin. La misma base, pero potencia hasta el infinito como veremos a continuación.
La historia arranca en un pequeño poblado oriental de conejos en el que el cultivo de la zanahoria es su principal fuente de alimento. Por supuesto, los esbirros del malo malísimo asaltarán la villa para robar todas las hortalizas de la comunidad, lo que provocará un drama monumental que dejará en pañales los guiones de Acacias 38. Pero hay una esperanza, el pueblo cuenta con dos defensores de los indefensos (redundante que es uno) en forma de conejos ninjas. Bueno, uno es un conejo seguro y el otro parece algo así como un gato. Lo importante es que ambos están dispuestos a recorrer medio mundo para ajustar cuentas, castigar a los malvados y recuperar todas las zanahorias que puedan arrancar de las manos de los malhechores, todo para evitar que esta tropelía se pueda repetir en los pueblos adyacentes.
Para recuperar todas las zanahorias arrebatadas deberemos superar una buena cantidad de niveles diseminados por un colorido mapa calcado al de Super Mario World. Cada nivel tiene una serie de oleadas, grupos de enemigos que nos asaltan para frenar nuestro avance. El juego es frenético hasta el punto de ponernos frenéticos si somos un poco nerviosos. Tranquilos, en el momento que entendemos que en realidad es la mecánica de un juego de naves enmascarada en un título de acción lateral, la cosa se asimila mejor. Porque nuestro conejo no para de correr, va que se las pela. El scroll de la pantalla no para de moverse, aunque en realidad nuestro ninja permanecerá en el mismo punto de la pantalla por mucho que muevas las piernecitas. Pero nosotros lo moveremos por toda la pantalla sin el menor de los problemas, hasta veremos en el escenario líneas que delimitan el suelo como si de carriles de conducción se tratara. En seguida, detectaremos las señales visuales que indican el punto por el que aparecerán los enemigos para que podamos adelantarnos, y en un santiamén sabremos el mejor momento para arramplar un grupo con nuestra katana o diezmarlos a distancia con los shurikens.
Porque los shurikens se lanzan con el segundo stick, como si de un juego de disparos al uso se tratase. Y conforme progresamos, veremos que podemos cambiar nuestras armas por otras diferentes que se adapten mejor a nuestras necesidades (a las debilidades de los enemigos mejor dicho) mientras que asimilamos el uso del botón “dash”, clave tanto para esquivar ataques como para atravesar (literalmente) hileras de enemigos que vienen a por nosotros. El juego es colorido como el vómito de un unicornio rosa, algo que choca directamente con la velocidad a lo que se mueve todo. De entrada, tendremos que asentarnos. Para eso está el primer nivel, un tutorial de lo más práctico que nos dejará claro todos los pormenores. Los personajes y enemigos no es que sean un prodigio de detalle, pero su esquemática figura cumple con dos premisas muy importantes: que tengamos muchos elementos en pantalla y que el estilo gráfico sea la mar de amigable. Los sonidos y la musiquita rozan la histeria, como si estuviéramos atiborrados de azúcar y nos metiéramos un Monster entre pecho y espalda. Lo gracioso es que encaja a la perfección con lo que vemos en pantalla, que es en verdad de lo que se trata.
Ninjin: Clash of Carrots es un cachondeo. Un juego rápido, de acción directa que entra por los ojos por su ritmo y engancha por su inmediatez. El rato que divierte lo pasaremos muy bien... pero esa simplicidad que nos atrapa de primeras puede perjudicarle en sesiones más largas, por mucho que el cooperativo sea la excusa perfecta para alargar las partidas todo lo que podamos. Ahora tocará ver si los chicos de Pocket Trap se deciden a elaborar algo más complicado o si van a apostar por títulos livianos de jugabilidad inmediata para su próximo desarrollo. Les seguiremos la pista.