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El lado oscuro de la guerra
PC PlayStation 3 Xbox 360

El lado oscuro de la guerra

Danger Close retoma la historia donde la dejó para seguir contando las misiones de los Navy SEALs.

Por Rodrigo Aliende,
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La generación de los shooters. Después de esto, el pensamiento lógico de una empresa que busca beneficio fácil es desarrollar un shooter. Electronic Arts tiene entre sus juegos dos franquicias que alimentan el mercado bélico año tras año: Battlefield y Medal of Honor. Mientras que el primero lleva una trayectoria notable, el segundo se ha tropezado con sus propios pasos en su última misión. Es lo malo de confiar en que sólo por tener disparos un juego va a ser un éxito, no es así, necesita algo más de consistencia en todos sus aspectos.

La historia de Warfighter continúa directamente lo contado en el anterior Medal of Honor y nos devuelve al equipo de los Navy SEALs de Preacher, Mother y Voodoo. Durante una misión rutinaria en contra del tráfico de armas, la destrucción de un camión con un importante cargamento se convierte en una orgía de explosiones y destrucción como si Michael Bay tuviera que gastarse todo el presupuesto de su próxima película en material pirotécnico. Él, algún día lo hara, pero nuestros protagonistas descubren que lo que había dentro era un potente explosivo conocido como PETN, por lo que tienen que seguir el rastro y detener al traficante. El argumento de Warfighter es previsible y tópico y retoma la ambientación desértica, ya demasiado vista y utilizada para este tipo de juegos.

La forma de contar los acontecimientos tampoco ayuda a seguirla, más bien lo contrario. Al parecer, en Danger Close creen que si cambian continuamente el tiempo en el que tiene lugar la acción ("cinco semanas antes", "una semana antes"...), la trama da la sensación de ser más compleja. Sin embargo, lo único que consigue es marear al jugador y que se entere de la mitad con suerte. Si a eso sumamos que tampoco hay mucho de lo que enterarse, el resultado chirría más de lo debido. Además, DC recurre demasiado a las secuencias generadas por ordenador, que comentaremos más adelante en profundidad, pero no son tan buenas como parecen. El intento de aportar emotividad y sensibilidad entre tanto plomo y sangre no llega a resultar satisfactorio del todo y se queda en la superficie.

En el aspecto jugable, poco hay que decir sobre Warfighter que no hayamos visto en otros juegos del género. Quizás habría que destacar un par de detalles. Existe otro gatillo diferente al de apuntar para poder inclinarnos ligeramente y disparar desde un punto seguro. Resulta más bien anecdótico y no llega a ser del todo útil, el sistema actual funciona bien como para cambiarlo ahora. Lo segundo destacable es la posibilidad de cambiar de mira en la mayoría de las armas. No es gran cosa, pero es algo que se agradece para alcanzar enemigos en varias distancias. Por último, entrar en una habitación y disparar a todo bicho viviente con cámara lenta repite, aunque se le ha intentado dar un pequeño giro de tuerca. La cuestión es que hay diferentes herramientas que podemos desbloquear, como por ejemplo, una escopeta, una palanca o un tomahawk. Es puramente una cuestión estética y al final optaremos por la clásica patada, que es muchísimo más rápido que colocar una carga plana.
Análisis de Medal of Honor: Warfighter para X360: El lado oscuro de la guerra
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