La reivindicación de la araña

Spider-Man, vuelve a casa. Sabemos que Sony es la actual explotadora de los derechos cinematográficos de nuestro cabeza de red favorito, como también sabemos que han unido fuerzas con Marvel Studios para relanzar las películas del personaje... y de paso, tenerlo en exclusiva para su división de videojuegos. Lo mejor de todo ese galimatías de licencias, concesiones y tratos es que Marvel's Spider-Man ha sido tratado como un triple A, hasta el punto de ser el gran juego del gigante japonés de cara a todo el segundo semestre de 2018. Cuidado con eso. De lo que estamos seguros al cien por cien, es que la elección de Insomniac Games como desarrolladora del juego ha sido todo un acierto, tanto por su experiencia en juegos de estructura abierta como por el diseño tan colorido que imprimen a sus obras (Resistance no cuenta). Pensamos que la otra opción podría haber sido Sucker Punch por su pericia con las tres entregas de Infamous, pero de largo nos quedamos con los artífices de Ratchet & Clank y Sunset Overdrive. De entrada, encajan mejor con nuestro trepamuros, clavan el humor en un videojuego, algo realmente importante en un superhéroe que habla constantemente sin dejar de hacer bromas mientras lucha contra el crimen. Por flow, era la mejor opción. Y después de tres E3, de innumerables videos, de anuncios sobre el contenido descargable post-lanzamiento, de riñas virtuales por el maldito downgrade... ya tenemos el juego.

Y no puede ser más fiel al personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko. Bueno, sí puede, pero no hace falta. Insomniac Games ha creado su visión del universo spidey, ha creado a su Peter Parker, a su Mary Jane, a su ciudad de Nueva York y le ha dado el enfoque que ha creído conveniente. El que le ha dado la gana. Así tenemos un Peter que ha dejado atrás el instituto y la universidad, que alterna su noches locas en mallas con el trabajo que tiene para pagar las facturas. Todo esto sin olvidar la presencia constante del Daily Bugle en su vida, el periódico que machaca la imagen pública de nuestro amigo y vecino Spider-Man desde sus páginas... con las fotografías que él mismo les proporciona para conseguir un sobresueldo. En los cómics de Spider-Man siempre ha ponderado su vida cotidiana, su relación con amigos y familiares (al menos el que le queda con vida), y una parte de eso han querido mantener en esta nueva visión. Las llamadas al móvil de Tia May en mitad de un combate a muerte o la presencia de Mary Jane en tramos jugables puntuales ahondan en esta faceta del personaje. En este nuevo enfoque, ella ha dejado de lado su faceta de modelo para convertirse en una improvisada Lois Lane.

Pero un super-héroe vale tanto como valen sus villanos. Y a un videojuego de super-héroes le pasa tres cuartos de lo mismo. Los que encontramos en esta ocasión son clásicos, de los que conocemos de sobra por las películas, dibujos y tebeos. Claro que tamizados por el filtro de Insomniac, un filtro que afecta a sus coloridos trajes para quitarles esa apariencia de haberlos comprados en un bazar y unas caras cuanto menos curiosas. Lo de las caras es algo que pasa constantemente en el juego, tienen una expresividad brutal, pero resultan rarunas, como si hubieran intentado que no se parecieran a nadie y a la vez que fuesen reconocibles. Creemos que el estudio de desarrollo se encuentra más cómodo n este campo con juegos estilo cartoon (como su icónico Ratchet mismamente) que en títulos que coquetean con el realismo gráfico. En cuanto al juego propiamente dicho, vemos varias influencias claras.