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Al grito de Vae Victis
Con el comienzo de la saga Legacy of Kain, Nosgoth se prepara para el reinado de los vampiros

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Este ciclo día-noche también guarda un efecto entre la población local exhibiéndose en pantalla realizando diversas tareas: mientras es de día los habitantes se mueven por el poblado (el herrero trabaja en la fragua por ejemplo), por la noche será el momento de succionarles la sangre mientras están dormidos o pasar desapercibido por las calles desiertas. Este comportamiento que tienen los ciudadanos dependiendo de la hora que sea no es más que una mera curiosidad, pero es una muestra más que nos encontraremos a lo largo y ancho del juego del mimo en los detalles que imprimen los desarrolladores de Crystal Dinamics y Silicon Knights.
En resumen, la aventura nos llevará por castillos, bastiones o catedrales para enfrentarnos a los jefes de cada zona para evitar que Nosgoth caiga en la ruina. Si el argumento crece a medida que desentrañamos el complejo argumento, la dificultad decae en sentido decreciente desde los primeros compases del juego hasta el desenlace del mismo y el jugador no encontrará ningún obstáculo que no lo pueda superar a medida que se adquiera armas, magias y objetos. Tantos enemigos normales como jefes de fase no suponen una ardua tarea para conseguir la ofrenda que dejan tras haber combatido con cada líder de las regiones que componen el continente.
A los jugadores les queda una sensación de decepción por no encontrar ningún aliciente en cuanto a la dificultad y esta impresión se hace cada vez más grande con el transcurso del juego. No es que sea un paseo ni mucho menos, pero no ofrece ningún tipo de desafío en las 10-15 horas aproximadamente que dura el videojuego. Siguiendo con el ejemplo, para que el jugador no se pierda, una franja azul bordea el objetivo al cual tenemos que ir, igualmente los puzles no suponen ningún impedimento y la amplia mayoría consisten en tirar de una palanca o pulsar un interruptor que está justo al lado de la puerta bloqueada. Esto no será así siempre, en muy pocas ocasiones el jugador tiene que pulsar una combinación de botones para abrir un paso cerrado, pero esto se puede contar con los dedos de una mano. Y sobran.
Uno de los puntos fuertes de Blood Omen, aplaudido por crítica y público, es el apartado sonoro que se hará cargo de redondear una ambientación ya de por si soberbia y que logra transmitirnos el miedo y la desesperanza de un mundo sin gobierno en el que las guerras y los genocidios entre los diversos reinos contra los vampiros desangran todo Nosgoth. Para ello, el compositor se sirve de instrumentos de viento, campanas tubulares o el violín, éste último indispensable para las notas más desgarradoras. Las piezas musicales, al igual que el apartado gráfico, son de estilo gótico corriendo a cargo de Steve Henifin quien también se ha hecho cargo de las bandas sonoras de Metal Gear Solid: The Twin Snakes y Eternal Darkness: Sanity's Requiem, además de ser el supervisor de la bso del videojuego Too Human.
En resumen, la aventura nos llevará por castillos, bastiones o catedrales para enfrentarnos a los jefes de cada zona para evitar que Nosgoth caiga en la ruina. Si el argumento crece a medida que desentrañamos el complejo argumento, la dificultad decae en sentido decreciente desde los primeros compases del juego hasta el desenlace del mismo y el jugador no encontrará ningún obstáculo que no lo pueda superar a medida que se adquiera armas, magias y objetos. Tantos enemigos normales como jefes de fase no suponen una ardua tarea para conseguir la ofrenda que dejan tras haber combatido con cada líder de las regiones que componen el continente.
A los jugadores les queda una sensación de decepción por no encontrar ningún aliciente en cuanto a la dificultad y esta impresión se hace cada vez más grande con el transcurso del juego. No es que sea un paseo ni mucho menos, pero no ofrece ningún tipo de desafío en las 10-15 horas aproximadamente que dura el videojuego. Siguiendo con el ejemplo, para que el jugador no se pierda, una franja azul bordea el objetivo al cual tenemos que ir, igualmente los puzles no suponen ningún impedimento y la amplia mayoría consisten en tirar de una palanca o pulsar un interruptor que está justo al lado de la puerta bloqueada. Esto no será así siempre, en muy pocas ocasiones el jugador tiene que pulsar una combinación de botones para abrir un paso cerrado, pero esto se puede contar con los dedos de una mano. Y sobran.
Uno de los puntos fuertes de Blood Omen, aplaudido por crítica y público, es el apartado sonoro que se hará cargo de redondear una ambientación ya de por si soberbia y que logra transmitirnos el miedo y la desesperanza de un mundo sin gobierno en el que las guerras y los genocidios entre los diversos reinos contra los vampiros desangran todo Nosgoth. Para ello, el compositor se sirve de instrumentos de viento, campanas tubulares o el violín, éste último indispensable para las notas más desgarradoras. Las piezas musicales, al igual que el apartado gráfico, son de estilo gótico corriendo a cargo de Steve Henifin quien también se ha hecho cargo de las bandas sonoras de Metal Gear Solid: The Twin Snakes y Eternal Darkness: Sanity's Requiem, además de ser el supervisor de la bso del videojuego Too Human.