Al grito de Vae Victis

Desde que el ser humano ha existido como tal, los mitos y leyendas han pasado de generación en generación hasta llegar a nuestros días. En amplio número son las criaturas creadas a partir de las fábulas a causa de nuestro miedo irracional ante lo desconocido y que forman parte en estos días de nuestra tradición. Personajes como el hombre lobo, minotauros, hidras, grifos, vampiros y así un largo etcétera de entes mitológicos con su propia historia y personalidad se han convertido en parte del folclore popular y su influencia llega hasta las diversas expresiones que contiene el arte: pintura, escultura, literatura y arquitectura son las más representativas en recoger este tipo de cultura, a lo que se suman el cine y últimamente el sector de los videojuegos, trayendo consigo otro punto diferente de vista.

Y es aquí donde la primera creación conjunta entre Silicon Knight y Crystal Dinamics, ésta última encargada de desarrollar los juegos posteriores, nos traen una de las sagas más recordadas por todos los jugadores: Legacy of Kain, que a través de cinco juegos narran la historia de Kain y su lugarteniente caído en desgracia, Raziel, que intentará alcanzar la tan ansiada venganza y derrotar a sus asesinos. Su primer videojuego denominado Blood Omen comienza con Kain entrando en una taberna de un pueblo llamado Ziegsturhl, donde es repudiado aún siendo de noble familia y obligado a marcharse de ese extraño lugar sin saber que en el exterior le esperan ocultos unos asesinos que logran acabar con su vida.

Así pues, da comienzo una historia oscura y lóbrega donde Kain buscará algo más que la simple venganza hacia sus asesinos y cambiará su forma de ver su nueva no-vida a lo largo de la aventura. En su búsqueda por encontrar la cura, veremos la transformación de la personalidad de Kain: antes de convertirse en vampiro, era un aristócrata culto y amable y diestro con la espada, después se transforma en un ser arrogante, frío y sin un ápice de afabilidad en sus actos. Su soberbia se deja ver en todo momento en el juego tanto si se encara con algún enemigo disperso en el amplio continente de Nosgoth como con las víctimas civiles que viven en los múltiples poblados repartidos por el mapeado. La época donde se sitúa la acción data aproximadamente de los siglos XIV y XV captada excepcionalmente en su ambientación, lúgubre y sombría, en el cual los civiles tienen miedo y mostraran su desconfianza cuando tengamos la oportunidad de hablar con ellos aunque en más de una ocasión, reunirán sus fuerzas atacándonos por nuestra condición de vampiro. Y es que como bien dice el tabernero con el que cruzaremos nuestras primeras palabras siendo aún Conde serán: Con la noche vienen criaturas que ningún hombre daría la bienvenida.

Como hemos comentado antes, el continente en el que se centra la historia se llama Nosgoth, una extensa región repleta de vida donde veremos construcciones propias de la época en la que se origina el argumento, desde castillos hasta catedrales pasando por aldeas y pueblos en los que tendremos que escudriñar cada zona en busca de armas o magias. Éstas nos ayudarán a lo largo de la aventura sirviendo como armas secundarias en el momento en el que los combates sean más difíciles, y tendremos a nuestra disposición un buen número de ellas para usar. Además de armas y magias, habrá secretos escondidos por todo el continente que harán a Kain más fácil la tarea de pasar desapercibido o alcanzar nuevas zonas que antes le eran vedadas y sirven como misiones secundarias independientes de la historia principal alcanzando la cifra nada despreciable de 100 secretos, dándonos varias horas de juego extra con este tipo de búsquedas.