De vuelta al colegio

Versión analizada: PS4. Copia digital proporcionada por Warner Bros.

Puede que la saga original de los libros y las películas de Harry Potter haya acabado, pero eso no quiere decir que la licencia esté muerta, ni mucho menos. El reciente estreno de la obra de teatro y ahora la película de Animales fantásticos y cómo encontrarlos protagonizada por Eddie Redmayne hacen que el universo mágico de J. K. Rowling siga todavía muy vivo. Quizás es por eso que de todas las fraquicias de Lego disponibles han escogido remasterizar la de Harry Potter.

Las mecánicas de los Lego son harto conocidas y lo más seguro que todo el mundo haya probado alguna que otra entrega, porque su rango de licencias es bastante amplio. Su sencillez hace que sea más fácil perdurar en el tiempo y no haya elementos que se queden antiguos. Eso sí, también corre el riesgo de hacerse repetitivo después de repetir hasta la saciedad las mismas mecánicas. Dos juegos de Lego en uno es una buena oferta, sin duda, pero también cansa.

Como de costumbre, Lego Harry Potter adapta toda la saga de películas, con su peculiar humor y probablemente no tan inspirado como suele ser en Traveller’s Tale. Los que vengan de las últimas entregas se darán cuenta que ésta es de las últimas que no incluía doblaje.

El objetivo del título se resume en destruirlo todo y después recoger los restos. Se alimenta de la necesidad del ser humano de recolectar todo lo que ve y coleccionarlo, porque la historia se puede completar fácilmente en siete horas (cada juego), pero es en el 100% donde se esconde la gracia del título. Conforme vamos avanzando, vemos lugares inaccesibles u objetos indestructibles con nuestros poderes actuales, por lo que una segunda vuelta es obligatoria si somos completistas.

La combinación de hechizos y personajes es esencial. Harry puede hablar pársel y comunicarse con las serpientes, mientras Hagrid puede tirar de palancas más grandes. El Wingardium Leviosa es posiblemente el hechizo que más utilicemos, para construir nuevos objetivos y también para crear torres que nos permitan llegar a lugares más altos. Para esto último, a la hora de hacer una especie de Tetris, el control sigue siendo desquiciante, y colocar las piezas en su sitio cuesta más tiempo del que debería.

La colección de Lego Harry Potter nos ofrece muchas horas de diversión, multiplicando por dos la duración típica de una sola entrega. No está exento de fallos, que no se han molestado en corregir (tampoco se corrigen en nuevas entregas, como esa odiosa cámara), y más que una remasterización parece un port clónico de lo que ya pudimos jugar hace años. No hay mejora gráfica aparente ni tampoco ningún cambio jugable. Para los que en su día no jugaron es una buena oportunidad, pero para los demás esta colección no tiene nada nuevo que enseñar.