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Análisis de Helldivers 2, uno de los juegos más divertidos de este año
La secuela de Helldivers se ha erigido como una de las primeras sorpresas de este 2024
Por J P,
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Es complicado describir esa alegría que transmite Helldivers 2 tras unas cuantas horas de juego. Todo aquel que lo haya jugado sabrá perfectamente de lo que hablo. En una época en la que PlayStation ha estado tras la búsqueda de los juegos con modelo de servicio, Arrowhead Game Studios, un pequeño equipo afincado en Suecia, ha demostrado que si se hacen bien las cosas, el éxito va de la mano. Que Helldivers 2 haya resultado ser la primera gran sorpresa de este 2024 es, en parte, culpa de una campaña de publicidad con más errores que aciertos. El juego es tan sencillo como disfrutable, pero también con ese pequeño componente táctico que le aporta un extra, ya que el fuego amigo es muy peligroso y necesitas pulsar una secuencia de botones para utilizar parte de tu armamento.
El primer Helldivers se publicó en el año 2015 para el catálogo de PlayStation, aunque más tarde llegaría a PC. Su lanzamiento pasó totalmente inadvertido, quizás porque juegos como Alienation o Dead Nation coparon las portadas por aquel entonces. Su continuación no tiene nada que ver, y aunque mantiene su condición de proyecto modesto, se aleja de ser un shooter de dos palancas para ofrecernos un shooter frenético en tercera persona que se postula como una excelente opción para quienes busquen una diversión desenfadada en cooperativo.
¡Viva la democracia!
Lo primero que debéis saber de Helldivers 2 es que no se toma en serio a sí mismo, es un videojuego muy carismático y desenfadado. La introducción a modo de tutorial es sublime, ya que parodia aquellos famosos anuncios estadounidenses de reclutamiento para el ejército. No hay mucha historia en Helldivers 2, pero sí un propósito: erradicar cualquier forma de vida que amenace la supervivencia de la SuperTierra. La amenaza llega desde dos frentes: los Termínidos, unos insectos asquerosos que se reproducen en masa, y los Automátas, unos robots que sirven como homenaje a la invasión de las máquinas de Terminator. Nuestra responsabilidad como miembro del comando Helldiver es liberar a los planetas de su presencia, pero es más fácil decirlo que hacerlo.
Para ello, cada Helldiver tiene una nave propia que hace las veces de base de operaciones con la que poder moverse por toda la galaxia. Me hubiese gustado ver más actividades que hacer por la nave, porque aunque tenga todo lo esencial a mano, sí he echado en falta un campo de tiro para probar las armas antes de llevarlas a la batalla. Esa misión con la escopeta no fue plato de buen gusto. Pero dejando eso a un lado, el punto fuerte de Helldivers 2 es cuando aterrizamos en uno de los tantos planetas y nos disponemos a arrasar a toda criatura que se ponga por delante.
La esencia de Helldivers se mantiene intacta en esta continuación: es un título de acción arcade en el que tienes que apuntar y disparar a todo lo que se mueva. Para ello tenemos un arma principal y otra secundaria, así como unas granadas indispensables para hacer saltar el terreno por los aires. Todo esto es personalizable, hay mucho arsenal y muy variado, como también podemos modificar nuestro aspecto o una serie de ventajas para resistir mejor las lesiones (hay muchas más). El punto fuerte del gameplay es que se siente ágil a los mandos, puedes moverte muy rápido por el escenario y algunos movimientos como lanzarse al suelo y disparar desde cualquier posición o agacharse para esquivar un nido de insectos se sienten muy satisfactorios. Eso sí, nada como el uso de las estratagemas.
Nuestra nave siempre nos acompañará al terreno de combate, aunque se mantendrá en el cielo para evitar problemas mayores. Sin embargo, gracias a las estratagemas que nos equipamos al inicio de cada misión podemos pedir su ayuda de distintas formas: recibiendo armas especiales, suministros con munición, botiquines y granadas, láseres o misiles anti-tanque... pero lo más divertido y destructor es pedirle que lance un ataque en área a la zona que hayamos designado. Un simple ataque de mortero puede ser una opción para acabar con las criaturas menores, pero será necesario una bomba gigantesca para destrozar a los insectos con armadura, que son los más peligrosos. Su uso está limitado por un tiempo de reutilización y requiere que activemos la petición con una secuencia de botones con el pad direccional (lo mismo se aplica para algunos minijuegos a la hora de interactuar con ordenadores).
El fuego amigo como componente estratégico
En mi primera toma de contacto no me gustó esta mecánica, sentía que me quedaba indefenso cuando necesitaba pedir un paquete de ayuda o un bombardeo. Más adelante, con el paso de las horas, me fui percatando de que esta decisión de diseño es todo un acierto y que sin ella, parte de lo que hace a Helldivers 2 tan bueno no sería posible. El fuego amigo está a la orden del día, y todo aquel que se entrometa entre nuestros disparos y el enemigo caerá abatido. Ahí se añade ese pequeño complemento estratégico en el que los cuatro jugadores (en el caso de que el grupo esté completo) deben estar separados para no caer en el fuego cruzado, estando atento en todo momento de no estar dentro del radio de impacto de las distintas estratagemas que van lanzando unos y otros. Y lo cierto es que funciona y muy bien, porque no se limita a ser un shooter arcade en tercera persona, sino que estos detallitos marcan la diferencia. Además, es muy divertido ver cómo uno de los nuestros sale volando por estar donde no debía.
El ciclo de juego es muy parecido al de un juego como servicio al uso, pero poco a poco iréis viendo que no tienen nada que ver, al menos en su modelo de negocio. Debido a que no hay una historia que seguir o misiones principales que completar, nos limitamos a seguir las órdenes supremas, unas misiones semanales cuyo progreso se comparte a nivel global y que consisten en defender dos territorios que están siendo atacados, para de esta forma eliminar por completo la amenaza y esparcir nuestra democracia. Durante la primera semana de lanzamiento, las órdenes demandaban nuestra ayuda en dos planetas asediados por los insectos, y como si de un MMORPG se tratase, se podía ver en todo momento el progreso de dominio del planeta. El primer día, alcanzamos un 25% de dominio, pero ya el segundo nos pusimos en cerca del 50%, para acabar estancados unos días en ese porcentaje, hasta que hoy mismo lo hemos completado. Cada partida exitosa supone ganar un 000,0001% del territorio, por lo que es necesario que todos los jugadores se sumen a las órdenes y así ganar territorio.
Lo más interesante de este apartado es que vivimos el curso de la guerra en vivo. En la segunda semana de Helldivers 2, que es en la que nos encontramos ahora mismo, los Automátas han aprovechado que nosotros, los jugadores, estábamos frenando la invasión termínida para lanzar una ofensiva contra los planetas que teníamos controlados en la otra zona de la galaxia. Así pues, hay activas unas misiones de defensa del planeta en las que tenemos que ir a frenar oleadas de robots mientras salvamos a los supervivientes que quedan. Las imágenes que dejan estas batallas son absolutamente icónicas, algo así como una mezcla extraña entre Apocalypse Now y Terminator. Estas misiones estarán activas durante los próximos días, y la batalla la decidirán los puntos que obtenga cada bando. Una misión que resulte en victoria contará como un punto a favor para los Helldivers, mientras que una derrota sumará al marcador de los Autómatas. En estos momentos parece que los robots toman la delantera, aunque por muy poco. Es muy interesante ver que nuestras acciones afectan, aunque sea un poco, a lo que ocurre en el juego. Ahora lo estamos viendo a una escala muy reducida, pero será muy interesante ver si Arrowhead Game Studios es capaz de ir un paso más allá.
En lo que respecta a las misiones, varían en función del planeta, pero todas están cortadas por el mismo patrón. En algunas nos piden acabar con los nidos de huevos para limitar la reaparición de insectos, que tiene su equivalente para los autómatas con una fábrica de robots, pero también las hay de retransmitir datos valiosos o acabar con los comandantes de los ejércitos enemigos. Completada la tarea principal, podemos ir hasta el punto de extracción y llevarnos los suministros que hayamos cogido por el camino. Aunque eso sí, habrá que hacer frente a unos cuantos asaltos del enemigo y la limpieza pertinente de la zona de aterrizaje. Por otra parte, cada misión tiene un tiempo límite para cumplirse, pero no hay aburrimiento en estos objetivos. Siempre hay algo que hacer o que destruir, y por si fuera poco, estos pequeños mundos abiertos están plagados de pequeños lugares de interés en los que podemos encontrar armamento (que sólo se utilizará en esa misión), monedas para mejorar nuestra potencia de ataque o recursos para mejorar las capacidades de la nave.
Un juego como servicio fuera de la norma
La parte más negativa es que las misiones tienden a repertirse: defender zonas, localizar y extraer objetivos o destruir nidos es todo lo que veremos. Tras varias horas jugando, estos objetivos se hacen repetitivos, pero la aleatoriedad reduce esta sensación. Cada planeta se genera de manera procedural, y aunque el bioma sea el mismo, la disposición de los asentamientos y el terreno varía. Personalmente, lo he encontrado muy divertido en todo momento, especialmente cuando he jugado en cooperativo. He percibido que estaba repitiendo tareas, pero su propuesta engancha de tal manera que se puede pasar por alto. Por suerte, hay varios niveles de dificultad con los que podemos elevar el desafío, y los desbloqueables se consiguen jugando, no hay manera de adelantar el progreso comprando con una moneda virtual, lo que me lleva a pensar que es un juego como servicio mucho más amable con el jugador. Quiere que el usuario disfrute, que vaya a su ritmo y no sienta que necesita maximizar la ganancia de recursos.
Dicho de otra forma, Helldivers 2 no está buscando rentabilizar al máximo su producto, sino hacerse con una base de jugadores activa con una propuesta muy adictiva. En estos momentos hay dos pases de batalla (el básico y otro premium), pero fácilmente se puede jugar solo con el primero. Ahí desbloqueamos gestos, aspectos, armas y potenciadores para nuestro personaje, pero todo ello se logra jugando. Cada misión completada nos recompensa con unas chapas con las que podemos desbloquear estos ítems, pero además se pueden conseguir también explorando cada escenario. En definitiva, la moneda virtual sirve para hacerse con algún que otro cosmético antes que el jugador que opte por no invertir más dinero de lo que le ha costado la copia.
CONCLUSIÓN
Debo reconocer que no esperaba nada de Helldivers 2 y que ha acabado siendo mi placer culpable en la última semana. Nada de lo que ofrece es original o innovador, pero tampoco lo necesita. Es un juego de acción divertido y con mucho sentido del humor, pensado para aquellos que estén buscando una experiencia cooperativa, pero que tampoco renuncia a llevarse a su terreno al jugador más propenso a jugar en solitario, invitándole a que participe con otros jugadores de manera activa. El gunplay es divertido y todas las armas tienen un buen feeling a los mandos, lo que sumado al caos que ocasionan las estratagemas logran que el juego tenga mucha personalidad propia.
En definitiva, Helldivers 2 me parece un juego fantástico. Me ocurre el clásico "una partida más y lo dejo", y todo aquel con el que he hablado sobre el juego compartía mi pensamiento. Lo único que te puedo decir para convencerte de que lo disfrutarás muchísimo es que su precio a 39,99 € es tan tentador que yo no lo dejaría escapar.
El primer Helldivers se publicó en el año 2015 para el catálogo de PlayStation, aunque más tarde llegaría a PC. Su lanzamiento pasó totalmente inadvertido, quizás porque juegos como Alienation o Dead Nation coparon las portadas por aquel entonces. Su continuación no tiene nada que ver, y aunque mantiene su condición de proyecto modesto, se aleja de ser un shooter de dos palancas para ofrecernos un shooter frenético en tercera persona que se postula como una excelente opción para quienes busquen una diversión desenfadada en cooperativo.
Helldivers 2 es divertidísimo, especialmente en compañía de amigos.
¡Viva la democracia!
Lo primero que debéis saber de Helldivers 2 es que no se toma en serio a sí mismo, es un videojuego muy carismático y desenfadado. La introducción a modo de tutorial es sublime, ya que parodia aquellos famosos anuncios estadounidenses de reclutamiento para el ejército. No hay mucha historia en Helldivers 2, pero sí un propósito: erradicar cualquier forma de vida que amenace la supervivencia de la SuperTierra. La amenaza llega desde dos frentes: los Termínidos, unos insectos asquerosos que se reproducen en masa, y los Automátas, unos robots que sirven como homenaje a la invasión de las máquinas de Terminator. Nuestra responsabilidad como miembro del comando Helldiver es liberar a los planetas de su presencia, pero es más fácil decirlo que hacerlo.
Para ello, cada Helldiver tiene una nave propia que hace las veces de base de operaciones con la que poder moverse por toda la galaxia. Me hubiese gustado ver más actividades que hacer por la nave, porque aunque tenga todo lo esencial a mano, sí he echado en falta un campo de tiro para probar las armas antes de llevarlas a la batalla. Esa misión con la escopeta no fue plato de buen gusto. Pero dejando eso a un lado, el punto fuerte de Helldivers 2 es cuando aterrizamos en uno de los tantos planetas y nos disponemos a arrasar a toda criatura que se ponga por delante.
Podemos ver en todo momento el progreso global de la campaña que haya activa esa semana.
La esencia de Helldivers se mantiene intacta en esta continuación: es un título de acción arcade en el que tienes que apuntar y disparar a todo lo que se mueva. Para ello tenemos un arma principal y otra secundaria, así como unas granadas indispensables para hacer saltar el terreno por los aires. Todo esto es personalizable, hay mucho arsenal y muy variado, como también podemos modificar nuestro aspecto o una serie de ventajas para resistir mejor las lesiones (hay muchas más). El punto fuerte del gameplay es que se siente ágil a los mandos, puedes moverte muy rápido por el escenario y algunos movimientos como lanzarse al suelo y disparar desde cualquier posición o agacharse para esquivar un nido de insectos se sienten muy satisfactorios. Eso sí, nada como el uso de las estratagemas.
Nuestra nave siempre nos acompañará al terreno de combate, aunque se mantendrá en el cielo para evitar problemas mayores. Sin embargo, gracias a las estratagemas que nos equipamos al inicio de cada misión podemos pedir su ayuda de distintas formas: recibiendo armas especiales, suministros con munición, botiquines y granadas, láseres o misiles anti-tanque... pero lo más divertido y destructor es pedirle que lance un ataque en área a la zona que hayamos designado. Un simple ataque de mortero puede ser una opción para acabar con las criaturas menores, pero será necesario una bomba gigantesca para destrozar a los insectos con armadura, que son los más peligrosos. Su uso está limitado por un tiempo de reutilización y requiere que activemos la petición con una secuencia de botones con el pad direccional (lo mismo se aplica para algunos minijuegos a la hora de interactuar con ordenadores).
Es una auténtica gozada ver el escenario saltar por los aires con los ataques de las estratagemas.
El fuego amigo como componente estratégico
En mi primera toma de contacto no me gustó esta mecánica, sentía que me quedaba indefenso cuando necesitaba pedir un paquete de ayuda o un bombardeo. Más adelante, con el paso de las horas, me fui percatando de que esta decisión de diseño es todo un acierto y que sin ella, parte de lo que hace a Helldivers 2 tan bueno no sería posible. El fuego amigo está a la orden del día, y todo aquel que se entrometa entre nuestros disparos y el enemigo caerá abatido. Ahí se añade ese pequeño complemento estratégico en el que los cuatro jugadores (en el caso de que el grupo esté completo) deben estar separados para no caer en el fuego cruzado, estando atento en todo momento de no estar dentro del radio de impacto de las distintas estratagemas que van lanzando unos y otros. Y lo cierto es que funciona y muy bien, porque no se limita a ser un shooter arcade en tercera persona, sino que estos detallitos marcan la diferencia. Además, es muy divertido ver cómo uno de los nuestros sale volando por estar donde no debía.
El ciclo de juego es muy parecido al de un juego como servicio al uso, pero poco a poco iréis viendo que no tienen nada que ver, al menos en su modelo de negocio. Debido a que no hay una historia que seguir o misiones principales que completar, nos limitamos a seguir las órdenes supremas, unas misiones semanales cuyo progreso se comparte a nivel global y que consisten en defender dos territorios que están siendo atacados, para de esta forma eliminar por completo la amenaza y esparcir nuestra democracia. Durante la primera semana de lanzamiento, las órdenes demandaban nuestra ayuda en dos planetas asediados por los insectos, y como si de un MMORPG se tratase, se podía ver en todo momento el progreso de dominio del planeta. El primer día, alcanzamos un 25% de dominio, pero ya el segundo nos pusimos en cerca del 50%, para acabar estancados unos días en ese porcentaje, hasta que hoy mismo lo hemos completado. Cada partida exitosa supone ganar un 000,0001% del territorio, por lo que es necesario que todos los jugadores se sumen a las órdenes y así ganar territorio.
Lo más interesante de este apartado es que vivimos el curso de la guerra en vivo. En la segunda semana de Helldivers 2, que es en la que nos encontramos ahora mismo, los Automátas han aprovechado que nosotros, los jugadores, estábamos frenando la invasión termínida para lanzar una ofensiva contra los planetas que teníamos controlados en la otra zona de la galaxia. Así pues, hay activas unas misiones de defensa del planeta en las que tenemos que ir a frenar oleadas de robots mientras salvamos a los supervivientes que quedan. Las imágenes que dejan estas batallas son absolutamente icónicas, algo así como una mezcla extraña entre Apocalypse Now y Terminator. Estas misiones estarán activas durante los próximos días, y la batalla la decidirán los puntos que obtenga cada bando. Una misión que resulte en victoria contará como un punto a favor para los Helldivers, mientras que una derrota sumará al marcador de los Autómatas. En estos momentos parece que los robots toman la delantera, aunque por muy poco. Es muy interesante ver que nuestras acciones afectan, aunque sea un poco, a lo que ocurre en el juego. Ahora lo estamos viendo a una escala muy reducida, pero será muy interesante ver si Arrowhead Game Studios es capaz de ir un paso más allá.
En lo que respecta a las misiones, varían en función del planeta, pero todas están cortadas por el mismo patrón. En algunas nos piden acabar con los nidos de huevos para limitar la reaparición de insectos, que tiene su equivalente para los autómatas con una fábrica de robots, pero también las hay de retransmitir datos valiosos o acabar con los comandantes de los ejércitos enemigos. Completada la tarea principal, podemos ir hasta el punto de extracción y llevarnos los suministros que hayamos cogido por el camino. Aunque eso sí, habrá que hacer frente a unos cuantos asaltos del enemigo y la limpieza pertinente de la zona de aterrizaje. Por otra parte, cada misión tiene un tiempo límite para cumplirse, pero no hay aburrimiento en estos objetivos. Siempre hay algo que hacer o que destruir, y por si fuera poco, estos pequeños mundos abiertos están plagados de pequeños lugares de interés en los que podemos encontrar armamento (que sólo se utilizará en esa misión), monedas para mejorar nuestra potencia de ataque o recursos para mejorar las capacidades de la nave.
Las estratagemas se activan con una secuencia de botones que nos deja indefensos, por lo que hay que tener cuidado a la hora de utilizarlas.
Un juego como servicio fuera de la norma
La parte más negativa es que las misiones tienden a repertirse: defender zonas, localizar y extraer objetivos o destruir nidos es todo lo que veremos. Tras varias horas jugando, estos objetivos se hacen repetitivos, pero la aleatoriedad reduce esta sensación. Cada planeta se genera de manera procedural, y aunque el bioma sea el mismo, la disposición de los asentamientos y el terreno varía. Personalmente, lo he encontrado muy divertido en todo momento, especialmente cuando he jugado en cooperativo. He percibido que estaba repitiendo tareas, pero su propuesta engancha de tal manera que se puede pasar por alto. Por suerte, hay varios niveles de dificultad con los que podemos elevar el desafío, y los desbloqueables se consiguen jugando, no hay manera de adelantar el progreso comprando con una moneda virtual, lo que me lleva a pensar que es un juego como servicio mucho más amable con el jugador. Quiere que el usuario disfrute, que vaya a su ritmo y no sienta que necesita maximizar la ganancia de recursos.
Dicho de otra forma, Helldivers 2 no está buscando rentabilizar al máximo su producto, sino hacerse con una base de jugadores activa con una propuesta muy adictiva. En estos momentos hay dos pases de batalla (el básico y otro premium), pero fácilmente se puede jugar solo con el primero. Ahí desbloqueamos gestos, aspectos, armas y potenciadores para nuestro personaje, pero todo ello se logra jugando. Cada misión completada nos recompensa con unas chapas con las que podemos desbloquear estos ítems, pero además se pueden conseguir también explorando cada escenario. En definitiva, la moneda virtual sirve para hacerse con algún que otro cosmético antes que el jugador que opte por no invertir más dinero de lo que le ha costado la copia.
CONCLUSIÓN
Debo reconocer que no esperaba nada de Helldivers 2 y que ha acabado siendo mi placer culpable en la última semana. Nada de lo que ofrece es original o innovador, pero tampoco lo necesita. Es un juego de acción divertido y con mucho sentido del humor, pensado para aquellos que estén buscando una experiencia cooperativa, pero que tampoco renuncia a llevarse a su terreno al jugador más propenso a jugar en solitario, invitándole a que participe con otros jugadores de manera activa. El gunplay es divertido y todas las armas tienen un buen feeling a los mandos, lo que sumado al caos que ocasionan las estratagemas logran que el juego tenga mucha personalidad propia.
En definitiva, Helldivers 2 me parece un juego fantástico. Me ocurre el clásico "una partida más y lo dejo", y todo aquel con el que he hablado sobre el juego compartía mi pensamiento. Lo único que te puedo decir para convencerte de que lo disfrutarás muchísimo es que su precio a 39,99 € es tan tentador que yo no lo dejaría escapar.
Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Precision Spain / PlayStation España.
