
PlayStation 2
El prisionero anda suelto
Harry inicia su tercer curso en la Escuela de Magia de Hogwarts, y de nuevo bajo amenaza de muerte

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Tras un año sabático coincidiendo con el descanso en las adaptaciones cinematográficas de la obra de J.K. Rowling, que Electronic Arts aprovechó para publicar la reedición para consolas de 128 bits de La Piedra Filosofal, volvemos a disfrutar con las aventuras de este joven aprendiz de mago que arrasa en todos los campos en los que aparece.
Tras acabar con Tom Ryddle, el heredero de Slytherin, desentrañando el misterio de La Cámara de los Secretos, Harry volvió de nuevo a su triste vida en el número 4 de Privet Drive, con sus pesados tíos y su vomitivo primo Dudley, unos muggles que despreciaban por completo la vida de Harry en Hogwarts, tratando de loca a su fallecida madre, y de muerto de hambre a su padre James, y cuyo único interes parecía residir en hacerle la vida imposible. Antes de acudir al inicio de las clases, Harry tuvo que soportar la visita de su tía Marge, a la que en un ataque de ira convierte en un globo, por lo que decide escaparse de casa y montar en el autobus noctámbulo y huir hacia el Callejón Diagon, donde se alojará en la posada del Caldero Chorreante protegido por el ministro de magia Fudge, quien trata de evitar el contacto del joven Potter con el exterior. Justo en su curioso paseo con el autobus noctámbulo Harry se entera de la fuga de la prisión de Azkaban de su ocupante más insigne, Sirius Black, un mago renegado que apoyó a Voldemort y que consiguió matar a más de una decena de personas con una sola maldición.
El título de EA inicia su andadura en el Expreso Howarts, saltándose cualquier preámbulo introductorio, entrando de lleno en el ataque de los Dementores, los tenebrosos guardias de Azkaban. Tras una breve secuencia introductoria FMV, que no sorprende por su calidad, acostumbrados a las insignes producciones en este campo de Namco o de Square Enix, se nos mostrará una pelea entre Scabbers y Crookshanks, y como Harry y Ron Weasley se dirigen en su busca.
Electronic Arts se encuentra ante un peligroso reto, y es convertir una de las obras más aclamadas dentro de la serie de Harry Potter a un videojuego que será examinado por lupa por los fans de la obra de Rowling, y especialmente por los no devotos de Potter, quien juzgarán con mayor dureza si nos encontramos ante un buen juego o simplemente ante una atractiva licencia.
Harry Potter y el Prisionero de Azkaban es una aventura con un mayor predominio de la exploración y los puzzles que sobre la acción. El juego se desarrolla a través de unas misiones/tareas que nos irán encomendando cada día. Estas tareas tendrán un carácter obligatorio, y deberemos superarlas todas y cada una antes de que salga la recordadora que nos permitirá pasar al siguiente día. El juego nos permite bastante libertad a la hora de acometer misiones paralelas o desentrañar los secretos del castillo Hogwarts, ya que ni existirá un límite de tiempo, salvo en alguna misión en concreto, que suelen coincidir con los vuelos sobre Buckbeak, el hipógrifo, y podremos acometer con calma la necesaria exploración en la búsqueda de ciertos objetos o pasadizos ocultos.
El juego presenta unos ligeros tintes zéldicos en cuanto a la configuración de los botones,
y
podrán personalizarse y de esta forma asignarles hechizos y objetos, equivalentes a los artefactos de Zelda, mientras que con
interactuaremos con los escenarios o dialogaremos con los personajes, y por último con
cambiaremos entre los personajes del grupo que se encuentren disponibles, al más puro estilo Lost Vikings, ya que cada uno de los personajes destacará en ciertas materias, como las habilidades físicas de trepar o saltar de Harry, o el uso de Hedwig, la búsqueda de objetos ocultos, o de pasadizos de Ron Weasley, así como la facilidad para pasar a través de estrechas aberturas de la señorita Granger. Aquí no terminarán las similitudes, ya que disponemos de un sistema de fijación de blancos, tanto para el ataque de enemigos como para la activación de objetos. Además deberemos colaborar con los otros miembros del grupo para pisar varios switch a la vez, o para transportar baúles, además de para ir utilizando sucesivamente las diferentes habilidades propias de cada personaje que nos ayudarán para sortear las diferentes dificultades.
Tras acabar con Tom Ryddle, el heredero de Slytherin, desentrañando el misterio de La Cámara de los Secretos, Harry volvió de nuevo a su triste vida en el número 4 de Privet Drive, con sus pesados tíos y su vomitivo primo Dudley, unos muggles que despreciaban por completo la vida de Harry en Hogwarts, tratando de loca a su fallecida madre, y de muerto de hambre a su padre James, y cuyo único interes parecía residir en hacerle la vida imposible. Antes de acudir al inicio de las clases, Harry tuvo que soportar la visita de su tía Marge, a la que en un ataque de ira convierte en un globo, por lo que decide escaparse de casa y montar en el autobus noctámbulo y huir hacia el Callejón Diagon, donde se alojará en la posada del Caldero Chorreante protegido por el ministro de magia Fudge, quien trata de evitar el contacto del joven Potter con el exterior. Justo en su curioso paseo con el autobus noctámbulo Harry se entera de la fuga de la prisión de Azkaban de su ocupante más insigne, Sirius Black, un mago renegado que apoyó a Voldemort y que consiguió matar a más de una decena de personas con una sola maldición.
El título de EA inicia su andadura en el Expreso Howarts, saltándose cualquier preámbulo introductorio, entrando de lleno en el ataque de los Dementores, los tenebrosos guardias de Azkaban. Tras una breve secuencia introductoria FMV, que no sorprende por su calidad, acostumbrados a las insignes producciones en este campo de Namco o de Square Enix, se nos mostrará una pelea entre Scabbers y Crookshanks, y como Harry y Ron Weasley se dirigen en su busca.
Electronic Arts se encuentra ante un peligroso reto, y es convertir una de las obras más aclamadas dentro de la serie de Harry Potter a un videojuego que será examinado por lupa por los fans de la obra de Rowling, y especialmente por los no devotos de Potter, quien juzgarán con mayor dureza si nos encontramos ante un buen juego o simplemente ante una atractiva licencia.
Harry Potter y el Prisionero de Azkaban es una aventura con un mayor predominio de la exploración y los puzzles que sobre la acción. El juego se desarrolla a través de unas misiones/tareas que nos irán encomendando cada día. Estas tareas tendrán un carácter obligatorio, y deberemos superarlas todas y cada una antes de que salga la recordadora que nos permitirá pasar al siguiente día. El juego nos permite bastante libertad a la hora de acometer misiones paralelas o desentrañar los secretos del castillo Hogwarts, ya que ni existirá un límite de tiempo, salvo en alguna misión en concreto, que suelen coincidir con los vuelos sobre Buckbeak, el hipógrifo, y podremos acometer con calma la necesaria exploración en la búsqueda de ciertos objetos o pasadizos ocultos.
El juego presenta unos ligeros tintes zéldicos en cuanto a la configuración de los botones,



