Análisis de Glover (QUByte Classics) - Un guante con encanto atrapado en el pasado

Crecí en la época dorada de los plataformas en tres dimensiones, cuando cada nueva mascota intentaba hacerse un hueco en la industria y la historia en los videojuegos pasaba a un segundo plano en favor de la diversión pura. Glover fue uno de esos títulos que me atrapó de niño con su propuesta original y su desafiante jugabilidad. Por eso, cuando se anunció esta remasterización, no pude evitar emocionarme. La idea de volver a recorrer sus niveles no era solo una cuestión de nostalgia, sino la oportunidad de revivir aquella sensación de asombro y descubrimiento que solo se experimenta en la infancia.

Así pues, de la mano de QUByte Interactive, Glover (QUByte Classics) nos trae de vuelta esta peculiar aventura con mejoras gráficas y de rendimiento que buscan hacer justicia al original. Si bien esta remasterización mantiene intacta la esencia del juego, también deja en evidencia algunos de sus principales problemas, propios de un título de su época. Aun así, ha sido un auténtico placer revivir esta experiencia, incluso con sus imperfecciones.

Una mano amiga

La historia de Glover es prácticamente anecdótica, sirviendo solo como excusa para adentrarnos en una aventura colorida repleta de plataformas, algo muy propio de los títulos de finales de los 90. Todo comienza en un castillo donde un mago, al intentar realizar un hechizo, provoca un accidente que transforma su hogar en un caos. Sus guantes encantados salen despedidos de sus manos: uno cae en la caldera y se convierte en el malvado Cross-Stitch, mientras que el otro, Glover, es arrojado por la ventana de la torre. En un intento desesperado por evitar la destrucción del castillo, este transforma los cristales mágicos que lo mantienen unido en pelotas de goma, asegurándose así de que no se hagan añicos al caer.

De esta forma, Glover se embarca en una misión para recuperar los cristales y restaurar la normalidad, mientras que su oscuro homólogo hace todo lo posible para detenerlo. Para ello, deberá recorrer seis mundos distintos, cada uno de ellos con su correspondiente jefe final, usando su habilidad única para manipular y guiar la pelota/cristal a través de todo tipo de desafíos. Esta mecánica es el eje central de su jugabilidad, combinando plataformas y físicas únicas que lo diferencian de otros juegos del género.



La jugabilidad de Glover gira pues en torno a la interacción entre el personaje y su inseparable pelota. En vez de limitarse a correr y saltar, el juego te reta a ser más preciso y creativo al manipular la pelota de diferentes formas y superar obstáculos. Glover puede botarla, lanzarla, golpearla o incluso transformarla en varias versiones, cada una con propiedades únicas que afectan su peso, rebote y manejo. La pelota de goma es la más equilibrada y rebota con facilidad; la de bolos es más grande y pesada; la de metal, pequeña y rápida; mientras que la de cristal es frágil, pero otorga puntos extra.

El desafío no solo está en moverse con agilidad por los escenarios, sino en usar la pelota de manera inteligente para resolver acertijos y enfrentarse a enemigos. Algunos desafíos requieren hacerla rodar con precisión sobre plataformas estrechas, mientras que otros exigen cambiar su material para adaptarse a peligros específicos, como zonas resbaladizas o interruptores de presión. La clave está en elegir el tipo de pelota adecuado y usarla de manera estratégica para superar cada obstáculo.

Sin embargo, este sistema añade una capa extra de dificultad, ya que perder la pelota en un abismo o caer en una trampa significa tener que recuperarla o, en el peor de los casos, reiniciar desde el último punto de control. Por eso, dominar sus mecánicas es clave para avanzar, haciendo que cada nivel sea un equilibrio entre precisión y experimentación. Esto puede suponer un reto difícil para aquellos que busquéis una experiencia de plataformas más convencional, ya que los menos experimentados o los que prefiráis un enfoque más directo podríais frustraros fácilmente.



Esparcidos por los escenarios encontrarás unos tickets, cuya recolección es esencial para completar el juego al 100%. Aunque no son necesarios para avanzar en la historia, sí lo son para desbloquear contenido adicional y alcanzar la satisfacción de haberlo logrado todo. Para conseguirlos tendrás que explorar a fondo cada rincón de los mundos y superar desafíos complejos, lo cual es un buen incentivo para, los que somos más completistas, explorar y experimentar con todas las mecánicas del juego.

Además, si consigues obtener todos los tickets en cada mundo, se desbloqueará una pantalla bonus. Cada una de ellas presenta un desafío único y diferente a los del resto del juego, diseñadas específicamente para poner a prueba tu destreza a los mandos de Glover. Por ejemplo, en una de ellas te conviertes en una rana y debes avanzar por unos troncos al más puro estilo Frogger hasta llegar al final; mientras que en otra controlas directamente a la pelota con un torrente de lava que te persigue implacablemente (tendrás pesadillas con este nivel, te lo aseguro).

A pesar de su encanto, Glover (QUByte Classics) no está exento de problemas, especialmente en lo que respecta a la jugabilidad y la cámara. Uno de los mayores inconvenientes es que, al ponerte de pie encima de la pelota, el control se invierte de forma inesperada, haciendo que moverse con precisión sea mucho más difícil y frustrante. Este problema ya estaba presente en el juego original, pero la remasterización ha desperdiciado la oportunidad de corregirlo, lo que hace que la experiencia se vea empañada por estas mecánicas torpes. Además, la cámara puede volverse incómoda en ciertas secciones, lo que hace más difícil coordinar los saltos y movimientos, contribuyendo a una sensación de control impreciso que afecta la jugabilidad general.



En cuanto a lo visual, Glover (QUByte Classics) presenta mejoras respecto al original, pero estamos ante una remasterización algo conservadora. Las texturas y los modelados de los personajes tienen un aspecto más limpio y detallado, lo que le da un aire más moderno al juego. Sin embargo, la mejora no es del todo consistente, ya que, mientras que algunos entornos muestran una mayor claridad y definición, otros siguen manteniendo un aire anticuado. El esfuerzo por respetar la estética original es claro, pero no se puede evitar que algunos elementos aún den la sensación de ser propios de una época pasada.

Por su parte, la banda sonora sigue siendo uno de los puntos fuertes, evocando ese sentimiento de aventura y plataformas propio de los juegos de los 90. Sus melodías alegres y pegadizas acompañan a la perfección cada nivel, aportando ese aire desenfadado y divertido que caracteriza al género. Seguro que acabarás tarareando alguna de sus canciones incluso después de apagar la consola.

Los efectos de sonido se han mantenido fieles al original, con algunos ajustes para mejorar la claridad, aunque los sonidos ambientales y las voces siguen siendo algo sencillos. Si bien cumplen con su función de acompañar la jugabilidad sin destacar demasiado, su simplicidad le da un toque nostálgico que gustará a los que somos más puristas.



La historia principal de Glover no es excesivamente larga, rondando las 6-8 horas dependiendo de tu habilidad y familiaridad con el juego. Conseguir todos los tickets para superar cada nivel al 100% puede alargar un poco más la experiencia, pero más allá de ello no hay incentivos reales para rejugarlo. Una vez terminado, salvo por la nostalgia o el deseo de perfeccionar tu habilidad con los controles, es poco probable que encuentres motivos para volver a él.

CONCLUSIONES

Glover (QUByte Classics) intenta revivir la magia del clásico de plataformas 3D, pero sufre de los mismos pecados que la versión original de hace casi 30 años. Sus controles pueden resultar frustrantes en bastantes momentos de la aventura, y su cámara no suele ser demasiado cooperativa. En su época era algo perdonable, pero en una remasterización se podría haber intentado solucionar. Aun así, si te adaptas, la experiencia general es buena gracias a los interesantes y originales desafíos que ofrece su diseño de niveles. Aquellos nostálgicos que jugarais de pequeños seguro disfrutaréis de volver a controlar a su guante favorito, pero si buscas una aventura nueva es probable que encuentres mejores opciones en el género de plataformas.

Analizado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por PressEngine.