El circo enciende motores en 3D

Habría que remontarse al año 2002 para encontrar el último videojuego oficial de la Fórmula 1 aparecido en una consola portátil de Nintendo. Tal sequía se debe a que la licencia de este deporte estuvo durante varios años en manos de Sony, pero también es cierto que a Codemasters, que posee los derechos desde 2009, le ha costado un par de años decidirse. Es de suponer que la pantalla en 3D ha sido el empujón que necesitaba.

Sea como fuere, la cuestión es que finalmente una portátil de Nintendo recibe el primer videojuego oficial de F1 en años, concretamente el de la temporada 2011, ya terminada, de la mano de Sumo Digital, una habitual en este tipo de conversiones. Al tener licencia oficial, el juego cuenta con todas las escuderías y pilotos de la temporada, y por supuesto el calendario oficial del año 2011 con todos sus circuitos, en el que incluso se ha tenido en cuenta la retirada del Gran Premio de Bahrein, que este año no se pudo disputar.

Aparte de todo lo que se puede esperar de un videojuego oficial, F1 2011 para Nintendo 3DS pretende ser además una traslación más o menos fidedigna de las versiones domésticas, lo cual resulta sorprendente. El juego cuenta con un menú para configurar las mismas opciones de simulación de sus hermanos mayores, incluyendo control de tracción, transmisión manual o automática, daños, meteorología, degradación de neumáticos, averías y sanciones. Sumo tampoco se ha olvidado de incluir un par de elementos importantes que son el KERS, sistema de acumulación de energía que proporciona 80 caballos adicionales durante seis segundos por vuelta que el piloto puede administrar a su discreción, y el DRS, un ala móvil trasera que proporciona mayor velocidad punta y que sólo se puede usar en ciertas circunstancias. Lamentablemente el coche de seguridad no se ha podido incluir, quizá el próximo año haya más suerte.

Tampoco falta el completo menú de configuración de los coches con todas las opciones imaginables, desde alerones hasta caja de cambios, todo ello con un comportamiento realista. Los datos de toda la gama de neumáticos Pirelli de las versiones domésticas también ha llegado a esta versión portátil y su degradación se nota en la conducción. Otros factores, como la lluvia o los daños sufridos, también afectan a la conducción tal y como es de esperar en un simulador, lo cual deja claro que esta edición portátil se ha tomado igual de en serio que las otras.

La gran pega es la jugabilidad. A pesar de que Sumo Digital ha hecho un buen trabajo con la simulación y las ayudas electrónicas, la ausencia de botones analógicos en Nintendo 3DS supone un gran lastre. Por ejemplo pretender jugar sin control de tracción sin poder frenar o acelerar de forma progresiva hace que la experiencia no resulte muy positiva y que tomar curvas sea todo un ejercicio de habilidad, y no por difícil, sino por las múltiples correcciones que hay que estar haciendo. La IA tampoco ayuda, porque aunque tiene algunas rutinas interesantes como la posibilidad de cometer errores, en general su comportamiento tiende a errático y es prácticamente imposible conseguir un adelantamiento limpio. Por estos motivos, aunque el juego tenga muchas opciones de simulación bien integradas, al final lo más práctico es activar las ayudas y optar por una jugabilidad más arcade.