Nintendo DS
¿Y si Goku se fusionara con Pikachu?
Square Enix nos presenta la segunda parte de la subserie Joker de Dragon Quest. Algunos la acusan de copiar elementos jugables de Pokémon. ¿Es cierta esta afirmación?
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Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Eso es lo que debió pensar SquareSoft cuando decidió fusionarse con Enix en 2003. Ambas eran competidoras en el mercado nipón y se repartían los aficionados del JRPG a partes iguales. Sin embargo, Square siempre tuvo más éxito en el continente europeo y prueba de ello fue que su serie más laureada, Final Fantasy, se convirtió en un fenómeno de masas tras su séptima entrega. El hecho de que el buque insignia de Enix, Dragon Quest, fuera un perfecto desconocido hasta ese entonces nos permite asegurar que Enix fue la más beneficiada de esta fusión desde el punto de vista europeo. Fruto de ello fue el éxito de Dragon Quest VIII en PS2 y las posteriores revisiones de esta serie para Nintendo DS.
El juego que vamos a analizar pertenece a la subserie Joker, que tiene como elemento diferenciador la captura de bestias para su posterior entrenamiento. Nuestra historia comienza cuando el protagonista de la aventura (que sigue sin tener un nombre predeterminado) decide ir al desafío de reclutamiento, meca para los entrenadores de bestias. Sin embargo, no es ni de los elegidos para viajar allí ni tiene los recursos económicos necesarios, por lo que se oculta como polizón en el pasaje de una nave. Durante el viaje es descubierto y obligado a trabajar en ella para pagar su deuda. De todas formas, el castigo no es demasiado largo en el tiempo, pues la nave es sorprendida por una extraña tormenta que la lleva a un aterrizaje forzoso. Nuestro protagonista se despierta en una isla recóndita y su objetivo es encontrar a todos los pasajeros que viajaban con ella. El argumento, como podemos observar, no es demasiado profundo, pero nos sirve para avanzar con interés en la aventura. Además, poco a poco descubriremos que la isla esconde muchos secretos a lo largo de sus distintas localizaciones (que son muy variadas, dicho sea de paso).
Desde el punto de vista jugable, el título puede considerarse un híbrido entre los clásicos del JRPG y la popular serie Pokémon. Del primero recibe el planteamiento de las batallas por turnos, mientras que del segundo toma prestada la captura de bestias. Sin embargo, todo está integrado de una manera tan auténtica que sería injusto calificar a DQM: J2 de simple copia barata. Las batallas no son aleatorias pero sí por turnos y recorremos vastos escenarios donde podemos ver a los monstruos a simple vista. Si queremos luchar con ellos basta con tocarlos para que se inicie una batalla. En ellas podemos usar un máximo de tres monstruos de nuestro equipo, dejando a otros tres en reserva. Así podemos sustituir uno por otro en cualquier momento del enfrentamiento sin perder turno alguno. De igual manera, aunque hayamos tocado a un solo enemigo, en la batalla pueden aparecer hasta tres distintos. Podemos sorprender al enemigo si lo atacamos por la espalda o el enemigo a nosotros si hace lo propio. Esto da prioridad de ataque al que haya sorprendido, un aspecto que nos recuerda bastante al Grandia original. De hecho, para combatir con algunos monstruos especiales (por ejemplo, los limos plateados) debemos sorprenderlos, pues de vernos huirían despavoridos.
El juego que vamos a analizar pertenece a la subserie Joker, que tiene como elemento diferenciador la captura de bestias para su posterior entrenamiento. Nuestra historia comienza cuando el protagonista de la aventura (que sigue sin tener un nombre predeterminado) decide ir al desafío de reclutamiento, meca para los entrenadores de bestias. Sin embargo, no es ni de los elegidos para viajar allí ni tiene los recursos económicos necesarios, por lo que se oculta como polizón en el pasaje de una nave. Durante el viaje es descubierto y obligado a trabajar en ella para pagar su deuda. De todas formas, el castigo no es demasiado largo en el tiempo, pues la nave es sorprendida por una extraña tormenta que la lleva a un aterrizaje forzoso. Nuestro protagonista se despierta en una isla recóndita y su objetivo es encontrar a todos los pasajeros que viajaban con ella. El argumento, como podemos observar, no es demasiado profundo, pero nos sirve para avanzar con interés en la aventura. Además, poco a poco descubriremos que la isla esconde muchos secretos a lo largo de sus distintas localizaciones (que son muy variadas, dicho sea de paso).
Desde el punto de vista jugable, el título puede considerarse un híbrido entre los clásicos del JRPG y la popular serie Pokémon. Del primero recibe el planteamiento de las batallas por turnos, mientras que del segundo toma prestada la captura de bestias. Sin embargo, todo está integrado de una manera tan auténtica que sería injusto calificar a DQM: J2 de simple copia barata. Las batallas no son aleatorias pero sí por turnos y recorremos vastos escenarios donde podemos ver a los monstruos a simple vista. Si queremos luchar con ellos basta con tocarlos para que se inicie una batalla. En ellas podemos usar un máximo de tres monstruos de nuestro equipo, dejando a otros tres en reserva. Así podemos sustituir uno por otro en cualquier momento del enfrentamiento sin perder turno alguno. De igual manera, aunque hayamos tocado a un solo enemigo, en la batalla pueden aparecer hasta tres distintos. Podemos sorprender al enemigo si lo atacamos por la espalda o el enemigo a nosotros si hace lo propio. Esto da prioridad de ataque al que haya sorprendido, un aspecto que nos recuerda bastante al Grandia original. De hecho, para combatir con algunos monstruos especiales (por ejemplo, los limos plateados) debemos sorprenderlos, pues de vernos huirían despavoridos.