
Nintendo DS
Las primeras pinceladas de Akira Toriyama
Origins es un título que capta la esencia de la serie y reproduce los personajes con una loable riqueza gráfica.
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Introducción y argumento central
La producción de juegos basados en Dragon Ball no paran, y es que el fenómeno creado por Akira Toriyama ha llegado a su punto más algido con los tres capítulos de la saga Budokai (Dimps) y Budokai Tenkaichi (Spike). Aunque ofrecen dos enfoques al presentar combates bien diferenciados, entre ambos han conseguido aclarar la mirada de miles de fans y, cómo no, saciar a toda una comunidad de aficionados a través de los combates más fieles, espectaculares y divertidos que hemos tenido el placer de probar en muchos años.
Así pues, tras la multitud de juegos de lucha basados en la franquicia, nos llega de la mano de Namco Bandai Games un producto más fresco, pero indudablemente divertido y fiel a la serie. Nombrado como Dragon Ball: Origins en Occidente, este juego llega con la intención de cubrir extensamente algunos de los capítulos de la primera etapa de la serie de animación con un sistema de juego similar a Zelda: Phantom Hourglass.
Cuando tomemos contacto con el juego empezaremos a controlar a Goku (aunque más tarde aparecerán Ooolong, Yamcha, Krilin, etc...), el protagonista indiscutible de Dragon Ball. Es un muchacho simple, humorístico, pero con una personalidad y fortaleza dignas de cualquier héroe cuando la situación lo requiere. El juego arranca tras el fallecimiento del abuelo de Goku (Gohan), que le dejó una bola de dragón de cuatro estrellas como único recuerdo. Goku, tras este acontecimiento, se dedica a entrenar el cuerpo y la mente para mejorar sus destrezas y habilidades de combate. Esa mañana Goku empieza teniendo hambre y se va en busca de algo para llevarse al estómago. Tras "pescar" en un río cerca de las montañas donde vive, aparece Bulma, una joven con carácter fuerte pero inteligente y guapa. Goku al encontrarse con ella piensa que es un monstruo y decide atacarle cogiendo su vehículo y lanzándoselo. Bulma se defiende y le dispara varias veces, pero comprende que casi no le ha hecho daño y, por tanto, comprueba que Goku no es un chico normal. Tras ese tenso momento, Goku recuerda lo que le dijo su abuelo con respecto a las chicas y la invita a pasar a su casa. Ella, tras ver que conserva una bola de dragón (ella ha conseguido dos) le explica que si reúnen las siete aparece Shenron, un sagrado dragón capaz de conceder cualquier deseo que se le formule. Aun así Goku no está dispuesto a utilizar el tesoro que le ha legado su abuelo, y por eso Bulma le pide que le acompañe en la búsqueda de las restantes bolas para invocar al dragón y utilizar así su bola y no perderla. Goku acepta y se van en una moto, pero un pterodáctilo salvaje secuestra a Bulma. Por suerte, al final sólo se lleva las bolas por accidente y entre los dos deciden buscarlas de nuevo con el radar dragón, un artilugio creado por Bulma, que es experta en tecnología avanzada.
Pues bien, una vez ambos hayan recuperado las bolas robadas por el ave y conozcan a Muntentoshi, un viejo verde que sólo piensa en mujeres y que regala a Goku la nube Kinton por ayudar a su tortuga a volver al mar, concluirá lo que sería en el juego el primer capítulo, que está dividido en varios episodios. Al completar el primer capítulo, los dos protagonistas obtendrán la cuarta bola de dragón, puesto que el pícaro anciano se la ofrece a Bulma si ésta le enseña su ropa interior. Para obtener el resto, deberemos embarcarnos en un arduo viaje (el cual principalmente se basa en la recolección de las bolas de dragón) en el que nos esperan multitud de retos por afrontar y peligros que superar mediante la coordinación de los movimientos de ambos.
En general, este Origins se centra en ofrecer todo el humor y la simpatía de la serie de animación bajo una capa que nos propone asistir milimétricamente a todos y cada uno de los acontecimientos que abarca el título. A lo largo de este análisis explicaremos detalladamente todo lo que ofrece una de las reproducciones más fidedignas basadas en el universo creado por Akira Toriyama.
La producción de juegos basados en Dragon Ball no paran, y es que el fenómeno creado por Akira Toriyama ha llegado a su punto más algido con los tres capítulos de la saga Budokai (Dimps) y Budokai Tenkaichi (Spike). Aunque ofrecen dos enfoques al presentar combates bien diferenciados, entre ambos han conseguido aclarar la mirada de miles de fans y, cómo no, saciar a toda una comunidad de aficionados a través de los combates más fieles, espectaculares y divertidos que hemos tenido el placer de probar en muchos años.
Así pues, tras la multitud de juegos de lucha basados en la franquicia, nos llega de la mano de Namco Bandai Games un producto más fresco, pero indudablemente divertido y fiel a la serie. Nombrado como Dragon Ball: Origins en Occidente, este juego llega con la intención de cubrir extensamente algunos de los capítulos de la primera etapa de la serie de animación con un sistema de juego similar a Zelda: Phantom Hourglass.
Cuando tomemos contacto con el juego empezaremos a controlar a Goku (aunque más tarde aparecerán Ooolong, Yamcha, Krilin, etc...), el protagonista indiscutible de Dragon Ball. Es un muchacho simple, humorístico, pero con una personalidad y fortaleza dignas de cualquier héroe cuando la situación lo requiere. El juego arranca tras el fallecimiento del abuelo de Goku (Gohan), que le dejó una bola de dragón de cuatro estrellas como único recuerdo. Goku, tras este acontecimiento, se dedica a entrenar el cuerpo y la mente para mejorar sus destrezas y habilidades de combate. Esa mañana Goku empieza teniendo hambre y se va en busca de algo para llevarse al estómago. Tras "pescar" en un río cerca de las montañas donde vive, aparece Bulma, una joven con carácter fuerte pero inteligente y guapa. Goku al encontrarse con ella piensa que es un monstruo y decide atacarle cogiendo su vehículo y lanzándoselo. Bulma se defiende y le dispara varias veces, pero comprende que casi no le ha hecho daño y, por tanto, comprueba que Goku no es un chico normal. Tras ese tenso momento, Goku recuerda lo que le dijo su abuelo con respecto a las chicas y la invita a pasar a su casa. Ella, tras ver que conserva una bola de dragón (ella ha conseguido dos) le explica que si reúnen las siete aparece Shenron, un sagrado dragón capaz de conceder cualquier deseo que se le formule. Aun así Goku no está dispuesto a utilizar el tesoro que le ha legado su abuelo, y por eso Bulma le pide que le acompañe en la búsqueda de las restantes bolas para invocar al dragón y utilizar así su bola y no perderla. Goku acepta y se van en una moto, pero un pterodáctilo salvaje secuestra a Bulma. Por suerte, al final sólo se lleva las bolas por accidente y entre los dos deciden buscarlas de nuevo con el radar dragón, un artilugio creado por Bulma, que es experta en tecnología avanzada.
Pues bien, una vez ambos hayan recuperado las bolas robadas por el ave y conozcan a Muntentoshi, un viejo verde que sólo piensa en mujeres y que regala a Goku la nube Kinton por ayudar a su tortuga a volver al mar, concluirá lo que sería en el juego el primer capítulo, que está dividido en varios episodios. Al completar el primer capítulo, los dos protagonistas obtendrán la cuarta bola de dragón, puesto que el pícaro anciano se la ofrece a Bulma si ésta le enseña su ropa interior. Para obtener el resto, deberemos embarcarnos en un arduo viaje (el cual principalmente se basa en la recolección de las bolas de dragón) en el que nos esperan multitud de retos por afrontar y peligros que superar mediante la coordinación de los movimientos de ambos.
En general, este Origins se centra en ofrecer todo el humor y la simpatía de la serie de animación bajo una capa que nos propone asistir milimétricamente a todos y cada uno de los acontecimientos que abarca el título. A lo largo de este análisis explicaremos detalladamente todo lo que ofrece una de las reproducciones más fidedignas basadas en el universo creado por Akira Toriyama.