El mejor amigo del hombre

Analizado en PS4. Copia digital facilitada por Sony.

Dogchild, antes de llegar a la Store, recibió el Premio Playstation en la PS Talents, mediante el cual Sony España quiere fomentar y promocionar las creaciones patrias. Ésta viene a cargo de Animatoon Studio y tiene por target un público muy joven, casi infantil.

La breve historia se centra en Tarpak y Tarao, un chico y su fiel amigo de cuatro patas. Apenas recibimos un trasfondo de ambos. Es más, el chaval parece muy joven, casi adolescente, pero después viaja por todo el mundo persiguiendo malos y montado en helicópteros militares. La trama comienza en el parque, cuando descubren a un malvado individuo dejando comida envenenada por la zona. Al seguirle la pista se irá revelando una conspiración a lo largo de escenarios muy diversos (seis en total).

En cuanto a la jugabilidad, Tarpak tiene una pelota de goma (aquí la sangre brilla por su ausencia) que lanza a sus enemigos dejándoles temporalmente inconscientes. En ese punto tenemos que atarlos en el suelo antes de que se vuelvan a levantar. Por suerte, Tarao puede mantenerlos asustados para evitar que se muevan. El sistema de disparo funciona primero a cámara lenta, se fija el objetivo (o varios) y se lanza. Hay veces que falla cuando intentamos hacer una carambola contra una pared o un combo demasiado largo.

Con la pulsación de un botón pasamos a controlar a Tarao. El perro se suele utilizar para descubrir rastros o pasar por lugares más pequeños y quitar los obstáculos. Es verdad que a nivel jugable se aprecia una variedad que se agradece, pero la corta duración del título no deja que se profundice demasiado en todas las mecánicas y pequeños minijuegos. Además, hay un par de secciones laberínticas que parece que están pensadas para alargar la vida del juego innecesariamente y marear al jugador.

El parkour, o el plataformeo de toda la vida, también se ha trabajado, pero no se llega a aprovechar del todo. Incluso hay un momento que se podría haber utilizado, sin embargo, se soluciona mediante machacando botones con QTE. El control, aunque no es la tónica general, deja mucho que desear en cierto momento que frustra mucho. Esas situaciones en las que no es cuestión de la habilidad del jugador, sino que el problema está en la otra parte de la ecuación.

Gráficamente es muy sencillo. La variedad de escenarios se agradece, aunque alguno de ellos se ven demasiado vacíos. Las animaciones de salto del protagonista están muy conseguida, lo malo es que no se relaciona muy bien con el escenario y le vemos agarrándose del vacío y este tipo de fallos.

Dogchild está cumple su objetivo de entretener y concienciar a los más pequeños de la casa, con un mensaje final claramente moralizador. Tiene ideas buenas y mecánicas bien implantadas, lo malo es que a muchas de ellas les falta desarrollo y profundidad. Al final esto se traduce en un juego extremadamente corto.