De ilusiones también se vive

Una idea fantástica. O eso puede parecer un proyecto basado en desarrollar un nuevo juego a medio camino entre los Epic Mickey de sobremesa y el clásico Castle of Illusion de Megadrive en Nintendo 3DS. Los encargados de llevar todo esto a buen puerto no eran otros que los chicos de Dreamrift, conocidos por títulos como Henry Hatsworth in the Puzzling Adventure, juego que guarda varios puntos en común con el que hoy tratamos. Los que peinan canas (o las simulan lo mejor que pueden) recuerdan otra época en la que los plataformas no apestaban, las mascotas se imponían y los juegos de Disney no daban verguenza ajena. Juegos como el mencionado Castle of Illusion, Aladdin o Magical Quest son muy recordados por los aficionados y la idea de recuperar esa esencia con un título hecho desde cero, sin las adaptaciones a la alta definición o los manidos remakes, debía centrar toda nuestra atención. Vamos a ver el resultado.

Tierra de fantasía

El "Páramo" es un mundo paralelo al nuestro en el que acaban los dibujos animados olvidados que han perdido el fervor del público. Allí está Oswald, el hermano mayor de Mickey y primera creación de Walt Disney. Todo ocurre después de los hechos ocurridos en la primera parte de Epic Mickey, en la que el conejo se encara con el ratón después de años de rencor pero acaban por salvar juntos el lugar de una catástrofe, finalmente todo queda en una profunda amistad. Claro que cuando el castillo de las ilusiones, el mismo que aparecía en el juego de Mega Drive, irrumpe en los dominios de Oswald y la bruja Mizrabel comienza a secuestrar personajes conocidos por todos para que queden atrapados tras sus muros (entre ellos a Minnie), no queda otra que pedir ayuda a quien ya lograse adentrarse en ese lugar para desbaratar los planes de la hechicera. Mickey usará el pincel mágico del brujo Yen Sid para liberar a los secuestrados y salvar el "Páramo" de esta amenaza.

La estructura de juego es la de un plataformas en dos dimensiones, de esos en los que los saltos es vital para progresar y para acabar con los enemigos al caerles encima con un culazo. Mickey ha ganado habilidades con los años y sumará a su repertorio un ataque giratorio y la posibilidad de arrojar pintura o disolvente con su pincel. Hasta ahí nada nuevo, pero la pantalla táctil de la consola tendrá una relevancia vital en esta aventura. Como ocurre en los otros de Epic Mickey, podremos definir o borrar objetos del entorno para continuar nuestro progreso. En la pantalla de abajo veremos un esquemático mapa junto a las zonas con las que podremos interactuar para crear o hacer desaparecer. Además podremos ganar invocaciones que nos ayuden en los combates como Goofy o el Tío Gilito, detalle realmente muy simpático que aporta variedad. Lo malo es la forma en que se ha implementado: entre que pintamos las líneas y el objeto aparece hay un mundo. Dibujar, que aparezca el mensaje calificando el trazo, que aparezca el dibujo, que suba a la pantalla de arriba y que Mickey haga la chorrada de echar la tinta pasa demasiado tiempo. Si eso hay que esperar para borrar una plataforma, crear otra y pintar un cañón que nos impulse para progresar el ritmo se hace insoportable.