Game Boy
De como una ardilla se dio a la bebida
Antes de convertirse en una ardilla borracha y malhablada, Conker protagonizó esta sencilla aventura orientada a los más jóvenes de la casa.
Por Egogamerx,
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Versión analizada Game Boy Color. Copia física adquirida por el propio autor del texto.
El catálogo de juegos que Rare aportó a la Nintendo 64 es uno de los más laureados de la historia con títulos como Goldeneye, Blast Corps, Banjo-Kazooie o Perfect Dark. Pero si alguno destaca de entre todos ese es Conker's Bad Fur Day, no sólo por su extraordinaria calidad sino también porque supuso una ruptura total con la imagen que tenía la compañía de crear plataformas 3D para un público adolescente. Originalmente llamado Conker 64, el juego de la ardilla fue presentado en el E3 de 1997 e iba a ser otro plataformas 3D de colorido aspecto, pero tras recibir críticas por hacer siempre el mismo tipo de juego, Rare canceló el proyecto y lo empezó de cero para darle un desarrollo más gamberro y dirigirlo a un público adulto.
Aunque nunca pudimos disfrutar de ese Conker 64 y nos tuvimos que contentar con verlo en imágenes y vídeos, su legado nos dejó Conker's Pocket Tales, una aventura aparecida en Julio de 1999 para Game Boy y Game Boy Color que iba a servir de precuela del juego de Nintendo 64 y que por tanto cuenta con la ardilla buenrollera en vez de la malhablada del Conker's Bad Fur Day.
Como no podía ser de otra forma, el juego nos presenta una historia sencilla en la que el malo de turno rapta a la novia de Conker el día de su cumpleaños y de paso le roba todos los regalos. Así que toca armarse de valor para recuperar todo lo que se ha llevado a lo largo de seis zonas con una vista isométrica que nos ayuda a investigar mejor los escenarios, siendo necesario encontrar ocho regalos en cada una de ellas para superarlas y afrontar la zona final del juego. Además como buena aventura hay objetos secretos que nos ayudan a mejorar nuestra puntuación, puzles de empujar cajas o pulsar botones en un orden determinado, distintos minijuegos que dan variedad al desarrollo y enfrentamientos contra jefes finales que generalmente no suponen un reto muy grande, y es que la dificultad general es más bien baja.
El desarrollo del juego es sencillo, los regalos los obtienes encontrándolos por los escenarios, derrotando a determinados enemigos o cumpliendo tareas para los habitantes del lugar. Conker se defiende con un tirachinas con el que lanza castañas que previamente hay que encontrar por el escenario y también puede matar a los enemigos con un salto más caída. Puede correr, nadar y bucear (tras obtener un objeto) y todo se hace de forma sencilla, los controles responden a la perfección. Además según avanzamos en la aventura obtenemos objetos para romper rocas o talar árboles, lo que nos abre nuevos caminos y también puede escarbar en zonas de tierra para alcanzar lugares que en principio parecían inaccesibles.
Gráficamente el juego no es puntero dentro del catálogo de la consola, pero cumple. Lo hemos jugado en la Game Boy Color y los escenarios 2D son amplios, todo es muy colorido y las estancias interiores aunque se repiten en exceso están bien diseñadas, mientras que las animaciones tanto de los enemigos como sobretodo de Conker son muy fluidas, aunque es cierto que cuando se juntan más de dos enemigos en pantalla se produce un leve parpadeo de sprites y en ocasiones los enemigos atraviesan paredes. El apartado sonoro cuenta con una melodía para cada zona con lo que a la larga se pueden llegar a hacer repetitivas, aunque por fortuna las composiciones son buenas y pegadizas, mientras que los efectos sonoros son correctos.
El principal problema del juego es el comienzo del mismo. La primera impresión tras tomar el control de la ardilla no es buena, no cuentas con el tirachinas para acabar con los enemigos, tampoco tienes muy claro que hay que hacer pese a que algunos personajes te ayudan y en general parece todo muy desangelado, un escenario simplón con muchos enemigos y con poco que hacer. Afortunadamente tras superar esa primera zona la experiencia mejora hasta convertirse en un título totalmente disfrutable, más orientado a un público joven pero también divertido para los más talluditos. Otro inconveniente con el que nos encontramos es que los textos están en inglés. Era una época en la que la gran mayoría de juegos para las consolas de Nintendo aún nos llegaban sin traducir al castellano y este no es una excepción. No se necesita un nivel alto, pero si un conocimiento básico del idioma para saber lo que nos piden algunos personajes.
Por lo demás, el juego dura entorno a las cinco horas y podemos salvar la partida en cualquier momento si jugamos en la versión de Game Boy Color. Si lo hacemos en la original solo se puede salvar en determinados puntos de los escenarios. Hay otras pequeñas diferencias más allá de la ausencia de color y un menor detalle gráfico entre las dos versiones como el interfaz o cambios en el esquema de control. En definitiva, el primer título de Rare para Game Boy Color se saldó con un juego divertido, que va de menos a más pero que se quedó muy lejos de la grandeza que la ardilla alcanzó en su paso a Nintendo 64.
Alternativas
Otras aventuras, destacando especialmente los tres Zelda disponibles en la consola.
Es entretenido si buscas una experiencia sencilla.
El arranque del juego. En inglés.
Un juego sencillo orientado al público infantil-juvenil, que no aporta nada al género pero puede divertir a cualquier tipo de jugador.