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Análisis de Clair Obscur: Expedition 33, un sensacional RPG que revoluciona los combates por turnos
PC PlayStation 5 Xbox Series

Análisis de Clair Obscur: Expedition 33, un sensacional RPG que revoluciona los combates por turnos

Sandfall debuta con Clair Obscur: Expedition 33, un RPG por turnos que bebe de Final Fantasy y Persona, y que tiene un sistema de combate, unos personajes y una banda sonora de absoluta locura.

Por Sergi Bosch [@GriffithDidNW],
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Como a muchos otros, Clair Obscur: Expedition 33 me llamó la atención de inmediato. Todavía recuerdo, con bastante nitidez, su presentación -algo sorprendente si tenemos en cuenta el tiempo que ha transcurrido y la terrible sobreexposición de estímulos visuales a la que se enfrenta el ser humano contemporáneo-, muy probablemente porque lo que nos proponía Sandfall Interactive era una debilidad personal: una suerte de RPG mix de Final Fantasy y Persona que tenía una pinta espectacular pero que, dado el historial oscuro de tantísimos juegos prometen el cielo y luego se quedan en el limbo, también llamaba un poquito a la precaución. Que un título llamado Clair Obscur tuviera sus claroscuros en la relación marketing-expectativas desde la presentación es una circunstancia semántica que, sin lugar a dudas, los grandes maestros del séptimo arte no tendrían reparos en considerar como cine… Pero, en esencia, era algo que nos inducía al susurro expectante de “relax, que no puede ser tan bueno como nos pintan”, ante un juego cuyo futuro parecía, cuando menos, incierto.

Pues la cosa es que sí que lo es, sí; es exactamente tan bueno como parecía en primera instancia. Ahora que lo tenemos entre nosotros, queda bastante claro (sin oscuros en este caso) que Clair Obscur: Expedition 33 no es solo uno de los grandes juegos de rol del año, título de altísima consideración puesto que compite directamente en el RPG con cositas como Monster Hunter Wilds o Kingdom Come Deliverance 2 (ambos de propuestas bien diferentes, eso sí), sino que es un serio candidato a mejor juego de 2025 en general. De eso hablamos a continuación.

El mundo pintado de Lumiere: lo imposible y la Expedición 33

Lo primero que atrae poderosamente las retinas de Clair Obscur Expedition 33 es su estética y su tono narrativos: con pinceladas que recuerdan a los Final Fantasy de temática más adulta y crepuscular, y elementos argumentales bastante trágicos, el mundo del título nos plantea una realidad devastada por un fenómeno conocido como Gomagge, una suerte de rapto sobrenatural que provoca que las personas de una edad determinada se desvanezcan de la faz de la Tierra para nunca regresar. Detrás de todo se encuentra la Peintresse, es decir, la pintora (el título utiliza constantemente terminología en francés, tanto en la traducción al español como en el soberbio doblaje inglés, circunstancia que tampoco nos sorprende porque nuestros vecinos siempre han tenido en la más alta estima a su propio idioma), una especie de entidad ultraterrena que, año tras año, pinta una cifra cada vez inferior en un colosal monolito, y así condena a todas las personas de esa edad.



Como te podrás imaginar, la Expedición 33 viene precisamente de que la cifra del monolito es la trigésimo tercera… Lamentablemente no era una referencia a Fernando Alonso, ni a causas que La Sexta no tendría reparos en considerar como movimientos neofascistas. Así, con el número 33 pintado en piedra, Gustave, Maelle, y Lune se encaminan hacia el maremágnum desconocido del monolito, en una aventura que tiene tanto de personal como de fantástico y de dramático. Y que tiene también, por supuesto, sus buenas dosis de giros argumentales, de truquitos de guión, y de donde dije digo quise decir diego, algunas más acertadas que otras, pero todas tremendamente efectivas. Sea como fuere, y partiendo de la base de que la historia es bastante interesante, donde verdaderamente se luce la narrativa es en los personajes, de nómina reducida pero de elevadísima calidad, con interrelaciones brutales y momentazos, tanto en el plano narrativo como en el puramente audiovisual, que hacen que el propio jugador se sienta parte de un grupo que parece condenado a una lucha imposible.

En la aventura principal, que oscila en torno a las 25-35h, dependiendo de cuántas vueltas des por ahí y cómo de bueno seas optimizando las combinaciones combativas (hablamos de eso en el siguiente apartado), te vas a encontrar un montón de escenas bastante potentes que ahondan en cuestiones más profundas que el RPG promedio, con un planteamiento súper cinematográfico, además, que le sienta de maravilla al debut de Sandfall. La actuación de voz y la banda sonora, de absoluto diez en ambos casos, también contribuye a crear atmósfera y establecer el tono de una aventura que, más que de las revelaciones de la propia historia, se nutre del interesantísimo mundo que propone y de cómo sus personajes interactúan unos con otros en ese marco devastado. Es algo que también intenta Final Fantasy XVI, el hijo díscolo y temáticamente maduro de la alta fantasía de Square Enix; aunque suene imposible de creer, y aun a riesgo de caer en el despreciable juego de las comparaciones, lo cierto es que la jugada le sale mucho mejor a Clair Obscur: Expedition 33. Ahí es nada, el debut soñado para un estudio de 30 personas que ha dado justo con lo que pedía la comunidad: un RPG por turnos serio, estratégico, con buenos personajes y una presentación que nos recuerde a las maravillas de antaño, como la evocadora Spira de Final Fantasy y sus luctuosas liturgias de otros tiempos.

Una mezcla de Persona y Final Fantasy

Que se hagan tantas referencias a la fantasía de Square Enix no viene dado en absoluto de manera subjetiva (es más, recientemente analicé Final Fantasy VII Rebirth en PC y me parece uno de los mejores juegos que he jugado en los últimos años), sino de que Clair Obscur tiene ese toque de parece-pero-no-es Final Fantasy en todo momento. Hasta el combate, por turnos, con tres personajes simultáneos en pantalla batallando contra enemigos de toda clase, nos recuerda a la vertiente ancestral de JRPGs que lo basaban todo en su mundo y en sus combates tácticos y pausados. Clair Obscur: Expedition 33 hace justamente eso, pero afinando y evolucionando la fórmula; los elementos de Persona son bastante notorios, por ejemplo, tanto en el apuntado, como en los menús, en los cortes cinematográficos del combate o en las combinaciones de ataques, pero también hay algo más, un je ne sais quoi (lo he tenido que buscar en Google) que nos retrotrae a los juegos de mesa, con mecánicas internas exclusivas de cada personaje, o incluso a los juegos de estrategia bélica, como XCOM o Divinity Original Sin II. Salvando las distancias, por supuesto.



Otro aspecto súper destacable es la inclusión de dos ritmos combativos: la pausa y la estrategia del sistema por turnos, y la precisión quirúrgica y los reflejos de las reacciones en tiempo real, normalmente resueltos a través de quick time events, que incluyen desde un sistema de esquivas multifactorial (saltos, esquivas normales, bloqueos) a poderosos contraataques que, realizados en el momento preciso, tienen efectos devastadores para nuestros enemigos. Es un poco lo que vimos en el sensacional Lost Odyssey, con ese sistema de sincronización del ataque con una rueda que debíamos encajar en el momento preciso, pero en esteroides y con un grado de lucidez e implementación que no me esperaba. El resultado, como te decía unos cuantos párrafos más arriba, es una absoluta maravilla, porque te tiene pegado a la pantalla, afinando tanto en el compás del qué voy a hacer como en el de qué me van a hacer y cómo puedo impedirlo. Tiene hasta un poquito de From Software, si lo piensas, en el sentido de que te plantea ante una combinación de factores única en la que o aprendes a jugar de acuerdo con las nuevas reglas o no tienes posibilidad de éxito, que es precisamente la base fundacional del concepto detrás del magistral Sekiro: Shadows Die Twice.

En líneas generales, el combate de Clair Obscur: Expedition 33 es tan, tan efectivo y está tan sumamente bien integrado que tengo cero unidades de duda de que otros estudios van a tardar poquísimo en implantarlo o adaptarlo a sus propuestas, circunstancia que celebro porque creo que Sandfall, con su primer y clarividente proyecto, puede haber dado con la clave de la reimaginación del combate por turnos que muchos llevábamos años pidiendo como alternativa al trasvase tan trasnochado y, en ocasiones, estéril a la acción hack and slash más básica que han protagonizado otros estudios. Quizás por eso me ha dejado un poco más frío la exploración, bastante caótica, con algunos problemas de ritmo considerables, en la medida de que no es infrecuente encontrarte enemigos de altísimo nivel dispersos por rutas de tu nivel, lo que te fuerza a cargar partida o a evitar ciertas sorpresas en pos del avance ininterrumpido.



A este respecto, tampoco es beneficioso que no haya minimapa, cuya ausencia creo que se debe simplemente a un deseo de enmascarar ligeramente que el diseño de niveles de Clair Obscur: Expedition 33 es bastante lineal y predecible, mucho más cercano a Final Fantasy XIII que, por ejemplo, a un juego de Atlus. Esto no es el fin del mundo, porque el título lo compensa con un diseño artístico soberbio y un combate tan atractivo como adictivo y profundo, pero es verdad que a veces trae consigo algunas disonancias jugables que hay que tomar en consideración. También hay una buena cantidad de contenido secundario que te fuerza un poco al backtracking de zonas, decisión creativa de la que no soy muy fan, si bien entiendo que puede ser una apreciación puramente personal en este caso. Muy pocas faltas más se le pueden sacar de resto a una jugabilidad RPG que es exquisita y que señala el camino del género.

La Belle Époque y la fantasía oscura, la combinación de Clair Obscur: Expedition 33

A nivel audiovisual, Clair Obscur: Expedition 33 destaca por una dirección artística súper cuidada que fusiona elementos del arte clásico francés con una estética melancólica de fantasía oscura, bastante sucia y cruda en ocasiones, a través un uso un tanto irregular de Unreal Engine 5. Los modelos de los personajes y el diseño artístico del título son geniales, con una paleta de colores súper bien trabajada y entornos que se graban en la retina, pero efectos visuales más concretos, como la iluminación, el sombreado avanzado o las partículas a veces enseñan sus costuras un poco más de la cuenta. No es ni mucho menos una circunstancia aplastante, porque Clair Obscur: Expedition 33, con todo, se ve genial, a pesar de que un ojo crítico sea capaz de poner el dedo en aquello que desentona un poquito.



La banda sonora sonora, compuesta por Lorien Testard, es una absoluta genialidad que complementa perfectamente la ambientación ofreciendo piezas emotivas que van desde la simplicidad sonora a composiciones más orquestales y grandilocuentes, en todos los casos con muy buen gusto estético. Además, las actuaciones de voces en inglés son brutales y cuentan con nombres de altísimo calibre, como Andy Serkis o Charlie Cox… Pero es que los actores menos conocidos están al mismo nivel o incluso mejor todavía. Una locura que, como es lógico, resuena con el principal atractivo argumental del título: hacer una historia íntima, de personajes que se pierden en un mundo patas arriba y que intentan encontrarse los unos a los otros cuando todo parece perdido.


CONCLUSIONES

Clair Obscur: Expedition 33 es un JRPG occidentalizado que bebe de la estética y el tono de los Final Fantasy más oscuros y crudos a nivel temático, de la jugabilidad por turnos de los clásicos del género, y del ámbito cinematográfico y súper cuidado de Persona. La combinación, que a priori nos temíamos que fuera muy ambiciosa para la opera prima de un estudio pequeño, acierta de pleno con todo lo que se propone, y fusiona de maravilla los elementos estratégicos de los combates por turnos con aspectos más dinámicos y en tiempo real que te mantienen pegado a la pantalla, atento a todo lo que puede pasar en cualquier momento. Por si eso fuera poco, los personajes son geniales, la historia es bastante interesante, el mundo, inspirado en la Belle Époque y con toques de la fantasía oscura más melancólica, es buenísimo, y la banda sonora es de las que hacen época. En definitiva, un juego de rol revolucionario que sienta cátedra desde el lanzamiento y que, si no fuera por algunos problemillas de ritmo y del apartado gráfico, sería una obra maestra de pleno.

Versión analizada PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Cosmocover

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El apartado de combate. El tiempo real y los turnos. Los personajes. La BSO. La estética.
La exploración es bastante caótica. Muy lineal y con algunos temitas pendientes en el ritmo.
Un RPG de los que sientan cátedra y marcan la evolución del género, aun con sus imprecisiones. Los mejores combates por turnos que recuerdo.
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