Espiral de emociones

Child of Eden llega a Playstation 3 después de un no demasiado fructuoso paso por la máquina de sobremesa de Microsoft. Decimos esto porque parece ser que las ventas no han acompañado a un videojuego tan original como éste y es una verdadera pena. No obstante, la crítica internacional sí ha tratado a Child of Eden tal y como se merece y lo ha valorado de una forma muy positiva. Este título creado por Q Entertainment cuenta como cabeza más visible en su desarrollo al desarrollador Tetsuya Mizuguchi, antiguo genio de Sega y que ya trabajó en Rez, un juego de características similares que hace algunos años fue editado para Dreamcast y posteriormente convertido para Xbox 360. Calificar el estilo de juego de Child of Eden es un poco complicado, pues es un género que cuenta con muy pocos juegos en su haber. Quizá podríamos definirlo como un género de acción donde el avance del jugador viene determinado por su habilidad a la hora de seguir el ritmo que marca la música. A lo largo de este análisis vamos a tratar de explicar en qué consiste Child of Eden exactamente y qué es lo que define realmente su experiencia de juego.

Al igual que ocurría con Rez, Child of Eden cuenta con una historia que sirve como conductor para hilvanar el avance del jugador a lo largo de las fases que componen el juego. De hecho, la historia de Rez y de Child of Eden están ligadas de una forma muy estrecha. En Child of Eden nuestra misión es salvar el proyecto Lumi, una personalidad que se encuentra incardinada dentro de Edén. Edén es como se conoce Internet en las épocas futuras y donde está albergado todo conocimiento que el hombre haya podido adquirir alguna vez. Como suele pasar en estos casos, un virus ha comenzado a contaminar todo este ecosistema de información creado por la raza humana y es nuestro objetivo poner fin a tal amenaza para que la existencia del conocimiento perdure para siempre a lo largo y ancho de todo el universo.

Child of Eden se compone de cinco fases, una cantidad que puede parecer escasa y que de hecho lo es. En tres horas podemos tener el juego terminado, aunque dependerá bastante de nuestra habilidad con el mando y del nivel de dificultad que hayamos seleccionado. Básicamente, el desarrollo está sustentado por un avance continuo de la fase en la que nos encontramos y en la que nosotros tenemos que apuntar a los objetivos que aparecen en un orden determinado, aunque no es tan sencillo como parece. Para empezar, contamos con dos formas distintas de abordar los objetivos: la primera de ellas es a través del fijador, lo que en inglés conocemos como lock-on, el cual es capaz de captar hasta ocho objetivos diferentes, y la segunda es a través de un cañón que dispara proyectiles en ráfaga. Cada uno de ellos vale para acertar en cualquier elemento de la pantalla, aunque habrá que descubrir dónde funciona mejor cada uno de ellos para conseguir puntuaciones más elevadas.