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Análisis de Call of Duty: Modern Warfare 3, un buen multijugador salva una de las entregas más polémicas
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Análisis de Call of Duty: Modern Warfare 3, un buen multijugador salva una de las entregas más polémicas

Sledgehammer Games coge el testigo de Infinity Ward con una de los Call of Duty más descafeinados de los últimos tiempos.

Por Juan B.,
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Algo pasa con Call of Duty. La saga bélica por excelencia nos había acostumbrado a unos lanzamientos que formaban parte de un evento en sí mismo y paralizaban la industria en su semana de lanzamiento. El estreno de Modern Warfare 3 está lejos del estándar de la franquicia. Hablamos de la entrega más polémica de la última década, y no es por falta de motivos: es el primer Call of Duty que se lanza tras la compra de Activision-Blizzard-King por parte de Microsoft (que poco o nada tiene que ver en todo esto), el desarrollo ha caído en manos de Sledgehammer, que de los tres estudios que trabajan en rotación en la saga es el que menos experiencia tiene y, por si fuera poco, el equipo de desarrollo se ha visto sumido en una dinámica de crunch en el último año.

Esto tiene una explicación. Por lo general, el desarrollo de un Call of Duty lleva tres años desde que arrancan las primeras etapas de la producción hasta que se lanza al mercado. La idea del equipo con un Modern Warfare II que cambiaba los tercios respecto a la entrega de 2009 era que el título de 2022 cerrase el arco argumental de Modern Warfare, pero siempre y cuando su ciclo de vida se alargase a los dos años con un DLC que se publicaría en 2023. No obstante, este rumoreado contenido descargable nunca llegó a ser tal, o sí, pero lo que sabemos es que Activision dio luz verde a que Modern Warfare 3 pasase a ser un título premium. Tras haberle dedicado mucho tiempo al juego en las últimas semanas lo tengo claro: ha sido una mala idea. Podemos estar hablando, por muy injusto que parezca, de una de las peores campañas de un Call of Duty en estos 20 años. No tanto por su duración, que es muy, muy corta, sino porque deja a la vista que en algún momento su desarrollo se torció.



Una campaña que carece de espectacularidad y que se convierte en una experiencia al más puro estilo Warzone

Hay mucha tela que cortar en lo que respecta a la campaña de Modern Warfare 3, pero siendo totalmente honestos, Sledgehammer Games ha vuelto a demostrar que la saga le queda grande. El equipo tiene buenas ideas, y sería totalmente injusto culpar al estudio de todo lo que rodea a esta entrega, pero la campaña deja palpable que la decisión de poner a Sledgehammer al mando ha sido un fiasco.

La trama de Modern Warfare 3 arranca justo donde lo dejamos en Modern Warfare 2 (2022), con la Unidad 141, liderada por el Capitán Price, preparando la búsqueda y captura de Vladímir Makarov, el despiadado antagonista de este arco argumental y uno de los más icónicos que nos ha dejado el first person shooter de Activision. La campaña continúa con las tramas que quedaron en el aire en la anterior entrega, aunque reimagina algunas de las secciones de la franquicia original. En total, son 15 misiones en los que el equipo de Price sigue la sombra de Makarov, pero que se aleja del espíritu hollywoodiense que había conquistado al gran público. Lo mejor que se puede hacer es obviar el modo historia, porque el regreso de Makarov se ve totalmente opacado por el hambre foraz de Warzone de devorar lo que debería haber sido una campaña al uso.

A lo largo de las poco más de 4 horas que dura la campaña se cuentan con los dedos de una mano los momentos que realmente tienen un valor en Modern Warfare 3, porque prácticamente en tu totalidad lo que manda son unas misiones de mundo abierto donde debemos hacernos con el equipamiento que nos han proporcionado con distintas cajas colocadas en puntos específicos del escenario mientras nos movemos en sigilo para no alertar al bando enemigo. Por supuesto, nada de esto funciona. El modo historia de un Call of Duty no puede verse relegado a una experiencia battle royale orientada al PvE.



De aquel Makarov cruel, violento y perspicaz no queda nada. Nos sorprende esta versión del villano tras haber dedicado dos entregas a cimentar sus bases, pero lo que queda es un personaje con motivaciones inexistentes más allá de querer arrasar con el mundo bajo la bandera de la Rusia soviética. La campaña no deja ningún poso, y esto es fácilmente aplicable a muchas historias de Call of Duty, pero al menos sí entretenían. En este caso, Modern Warfare 3 no lo consigue en ningún momento. Siempre parece que está llegando a ese punto de dar con la tecla, pero nunca da el paso. Cuesta seguir el ritmo y mantener el interés, y tampoco ayuda que parte de su historia se haya desarrollado de manera independiente en el modo DMZ de Warzone. Precisamente Modern Warfare 3 parece una captación para redirigir usuarios a Warzone, porque de otra manera no se explica esta dirección.

"La campaña de Modern Warfare 3 se ve lastrada por un diseño más cercano a Warzone que a lo hollywoodiense al que nos había acostumbrado Call of Duty."


Del trío de ases de Activision, siempre ha sido Sledgehammer la que ha destacado por su ganas de innovar, aunque eso le costase firmar algunos de los Call of Duty menos populares. La innovación se valora, pero cuando no funciona, el resultado es todavía peor. De estas 15 misiones que componen la experiencia del modo campaña, 8 están focalizadas en enfrentamientos de mundo abierto. En esencia, es un battle royale, y dejando las incongruencias a un lado como entrar en terreno enemigo totalmente desarmados, es un tipo de misiones que salen muy mal paradaa. Nos movemos a través de mapas muy reducidos, aunque contamos con un HUD idéntico al de Warzone, las habilidades son las mismas y las cajas de botín se han reutilizado. Hasta se habilita un menú especial en estas misiones para que podamos configurar el equipamiento a nuestro gusto. Tanto es así que gran parte de las misiones que se desarrollan en mundo abierto son calcadas del mapa de Versdank, cambiando algunas localizaciones y personajes para adaptarlo a los hechos de Modern Warfare 3.



Tampoco vamos a negar que regresar a Verdansk (el mapa original de Warzone) es un chute de felicidad y nostalgia a partes iguales, pero no todo vale. Estas misiones suelen estar mal planteadas, primero porque requieren el uso de sigilo al mismo tiempo que nos solicitan detonar helicópteros o acabar con un ejército. En cualquier caso, si tomamos la opción del sigilo, la IA enemiga, que es capaz de verte agachado a varios kilómetros de distancia, alerta al instante a todos los enemigos del escenario y te localizan independientemente de si has logrado zafarte de ellos o no. Es totalmente injusto porque a raíz de eso hay que aguantar un buen puñado de oleadas de enemigos totalmente cansinos y tramposos. A medida que avanzamos en estos niveles podemos hacernos con nuevo botín, que varía en función de su rareza, con rachas de bajas y complementos para mejorar nuestra armadura o hasta para pedir apoyos aéreos. El arsenal, eso sí, es prácticamente idéntico al de Modern Warfare 2 (2022). Ya sabíamos que prácticamente todo el contenido de la entrega del año pasado estaría disponible en Modern Warfare 3, pero Activision nunca especificó que esto también ocurriría fuera del modo multijugador.

Las misiones lineales, por su parte, dejan también un mal sabor de boca. Se sienten atropelladas, con falta de ritmo y cierres precipitados. Hay unas cuantas que se salvan, como el prólogo, que destaca por su dirección, y el atentado en el estadio de Verdansk, que ahí sí, sentimos que hemos vuelto a aquella épica hollywoodiense de la que hemos hablado. El resto se sienten como relleno, algunas no superan los 5 minutos de duración y sirven como sucesión de cinemáticas para que mantengamos el interés por una trama que en ningún momento termina de arrancar. Tampoco se ha querido perder la ocasión para reimaginar "Recuerda, nada de ruso", una de las misiones más polémicas de todos los tiempos que nos "obligaba" a formar parte de un atentado terrorista. A Sledgehammer Games le ha tocado recoger el testigo y el resultado es un tanto descafeinado. Después de todo, la idea es replicar ese shock y respetar a todos los públicos sin ensalzar el acto o avivar la polémica. Pasajeros, que así es como se llama la nueva "No Russian", es una secuencia sobre raíles en un avión. El destino de la misión está escrito, por lo que no podemos interactuar ni participar en lo que está ocurriendo. Tiene un giro final y deja cierto poso, pero más allá de eso, el impacto no es el mismo.



Un modo multijugador divertidísimo que recupera sensaciones a golpe de nostalgia.

De no haber sido por el modo multijugador, estaríamos hablando de una de las peores entregas de Call of Duty. ¿Honestamente? Nos lo hemos pasado tan bien jugando en línea que da pena que Activision no haya puesto remedio a un desarrollo tan problemático. Lo cierto es que me he vuelto a enamorar del multijugador de un Call of Duty como no lo hacía desde la época de PlayStation 3 y Xbox 360, cuando Modern Warfare 2 y Black Ops 2 ocupaban mis horas hasta altas horas de la madrugada. Sledgehammer no ha partido de cero, sino que ha heredado las bases del anterior Call of Duty: Modern Warfare 2 (2022), pero con pequeños ajustes y añadidos que han logrado que la experiencia esté muy por encima de la media, ya no solo de Call of Duty, sino del resto de competidores.

La base sobre la que Sledgehammer ha edificado la jugabilidad en el modo multijugador es la del Modern Warfare de 2019, del que notamos que el peso de nuestro personaje es mayor, pero que no renuncia a su naturaleza de multijugador arcade. Esto acarrea ciertos ajustes, como es el aumento de la salud de todos los jugadores a un 50%, y aunque puede parecer demasiado, en la práctica se traduce en partidas mucho más disfrutables. El tiempo para matar a un jugador se ha duplicado, por lo que ahora necesitamos cuatro disparos directos para acabar con alguien, solucionando una de las problemáticas del Call of Duty: Modern Warfare 2 de la época en la que no había tiempo de reacción cuando nos topábamos con un jugador del otro bando. Esto lo decimos porque todos los mapas son los del Modern Warfare de 2009, aquel que lo cambió todo y al que recordamos con tanta nostalgia. No esperéis grandes cambios, eso sí. Los mapas son idénticos salvo por la actualización a los estandáres gráficos actuales, y más allá de algún recoveco o una puerta que ha cambiado de posición, el resto se mantiene.



Lo mejor de todo es que estamos ante un Call of Duty que no cierra las puertas a sus jugadores, sino que les invita a divertirse en esta experiencia gracias a una curva de aprendizaje muy bien llevada. En las últimas entregas esto era impensable, y por norma el jugador veterano podía cebarse fácilmente con los novatos y destrozar la experiencia de juego. Por ejemplo, con el retorno de los puntos rojos los jugadores novatos sabrán fácilmente cuáles son las zonas calientes del mapa, propiciando que cualquiera pueda crear su propia estrategia para romper la barrera formada por el bando enemigo en sus puntos de reaparición. Es, sin duda, mucho más disfrutable de lo que lo que fue Modern Warfare 2 (2022), no hay ese componente de desbalanceo en forma de veteranía que determinaba el resultado de la partida.

"El modo multijugador, pese a que tira de nostalgia para atraer al jugador, es de lo más divertido que ha ofrecido Call of Duty en los últimos tiempos."


En cuanto a las armas, hay más de 100 para probar, una proporción mucho mayor que la de Modern Warfare 2, del cual podemos obtener todo su arsenal de manera totalmente gratuita y sin necesidad de haberlo comprado. Lo más satisfactorio de las armas es que Modern Warfare 3 invita a probar distintas combinaciones de accesorios hasta que encontremos con la que mejor se adapta a nuestro estilo de juego. Todavía se mantienen esos ajustes que suelen ser la norma, como los rifles de asalto con cadencia aumentada para arrasar a distancias cortas, pero son cambios que recibimos con los brazos abiertos.



Nos gustan los zombis, aunque no es el regreso que esperábamos.

El modo zombis es una de cal y otra de arena. Si el modo campaña es una captación de usuarios para Warzone, el modo zombis lo es para DMZ. ¿Y cuál es el objetivo este modo? Sencillo. Debes adentrarse en el territorio (solo hay un mapa disponible de lanzamiento) para saquear equipo y cumplir con los contratos que se activan con el paso del tiempo junto a otros dos jugadores. Una vez tengas todo lo que quieras o necesites, debes ir a un punto de extracción y hacerlo con éxito antes de que te maten o la nube de radiación ocupe todo el escenario y pierdas para siempre todo lo que tengas en tu inventario. El mapa estará repleto de zombis, también de otros mercenarios y algunos perros del inframundo. Además de otros jugadores, por supuesto, aunque en ningún momento se activa un modo Jugador contra Jugador, por lo que no debéis temer posibles emboscadas. Los zombis protegen sus nidos, pero si los limpiamos ganamos recursos, y si asaltamos la fortaleza de los mercenarios, más de lo mismo. La gestión de inventario es otro desafío, los huecos son muy limitados y no podremos extraer más de lo que podemos llevar en la mochila.

Un mundo abierto plagado de zombis con actividades más variadas es algo que funciona muy bien, pero se diluye la experiencia de sobrevivir con amigos en un mapa acotado mientras intentamos sobrevivir las máximas rondas posibles. A pesar de que hay una historia dividida en tres actos, no esperes nada interesante. Los actos están compuestos por distintas misiones que van desde la protección de vehículos hasta el asalto de fortalezas o acabar con enemigos utilizando una modificación de daño. La dificultad reside en un mapa que está dividido en tres círculos claramente diferenciados, cada uno con más enemigos y más peligrosos.

Es un modo de juego muy disfrutable, sobre todo si lo jugamos en compañía de unos conocidos, pero por muy contradictorio que parezca, no es el modo que queríamos. Al fin y al cabo, si pensamos en el modo zombi siempre nos imaginamos esas oleadas asfixtiantes, el pedacito de lore sesudo que hay tras cada mapa o la resolución de distintos easter eggs que siempre buscamos resolver en compañía. De algún modo, todo eso está presente en el nuevo zombis, pero relegado a un segundo plano, en un sitio donde no tenga mucha relevancia, pero que tampoco quede en el olvido. Se mantienen las cajas misteriosas, aunque la recompensa ya no es tan satisfactoria como antes, y aunque hay una pequeña aventura que involucra la resolución de un easter egg, el impacto no le llega a la suela de los zapatos. Una vez más, Warzone se lo lleva a su terreno.



CONCLUSIÓN

Call of Duty: Modern Warfare 3 es juego de muchos contrastes. Ha apuntado a la luna sin ser consciente de que no estaba preparado para el lanzamiento. Su transición de contenido descargable a juego completo le ha pasado factura y se ha visto absolutamente empañado. Soy reacio al dicho popular que los Call of Duty anuales son solo la vertiente multijugador, y me da pena porque la saga ha demostrado en no pocas ocasiones que es capaz de crear historias muy interesantes y plantear niveles que nos dejan boquiabiertos.

El modo multijugador salva la experiencia de Modern Warfare 3, aunque es más bien mérito de la nostalgia por aquello de saltar de nuevo a las partidas y disfrutar de aquellos mapas de Modern Warfare 2. Si esto es lo que estás buscando, si lo que te mueve es la nostalgia... no fallarás con este título. Los zombis, aunque supone un regreso fresco y divertido por sus grandes novedades, también deja la sensación de producto inacabado. Tal vez sea porque la experiencia sea idéntica a DMZ con el añadido de los zombis, pero nos hace falta algo más para sentir ese click que siempre lograban los zombis de Treyarch.

Call of Duty: Modern Warfare 3 es una sonada decepción y el primer tropiezo tras la compra de Activision por parte de una Microsoft que poco ha podido hacer en este caso. Eso sí, esperamos que los de Spencer permitan que el estudio no vuelva a entrar en las dinámicas del cruch y los lanzamientos de un Call of Duty vuelvan a ser esos eventazos que paralizaban la industria.

Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Hill+Knowlton Strategies.


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El multijugador es divertidísimo. El gunplay se siente mucho más satisfactorio. El modo zombis...
... aunque nos hubiese gustado ver el modo zombis tradicional. El modo campaña.
El buen hacer de Sledgehammer en el multijugador de Modern Warfare 3 se ve empañado por una insípida campaña.
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