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Fantasmxs y duendxs
Después de Maldita Castilla, llega un nuevo homenaje al clásico de Capcom protagonizado por Sir Arthur.
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Analizado en Xbox One X. Copia digital proporcionada por PR Hound.
Que la nostalgia influye muchas veces en nuestras decisiones lo sabemos todos. Basta con echar un vistazo a las películas y series que basan su encanto en fusilar estéticas y clichés ochenteros para ganarse al público. En los juegos independientes, pasa también muchas veces. Aprovechan el cariño que le teníamos a un título concreto de hace la tira de tiempo para engatusarnos con un placebo que guarde muchas similitudes. En el caso que hoy nos ocupa, la referencia es añeja, pero guarda su esencia como pocos juegos lo han conseguido. Hablamos de Ghost’n Goblins, la inmortal creación de Capcom en la que Sir Arthur las pasaba canutas contra demonios y espíritus sacados directamente del inframundo. Entre los juegos que lo han “reverenciado”, encontramos Maldita Castilla la descacharrante aventura de Don Ramiro que tenía que superar las vivencias de su homólogo caballero pero en el medievo cañí del siglo XI. Ahora llega Battle Princess Madelyn, el juego que no solo homenajea al de Capcom, también hace pleitesía a todos aquellos que han rendido tributo al juego creado en 1985.
Como si fuera un cuento de hadas, la historia de Battle Princess Madelyn nos la cuenta un abuelo que visita a su nietecita, enferma en cama y más aburrida que un milenial sin wifi. Al igual que en La princesa prometida, el abuelo le narra las aventuras de una princesa armada caballero que se enfrenta a un horrible mal que acecha a su reino. Curiosamente, la protagonista de esta historia también se llama Madelyn, como la niña que espera mejoría en su cuarto. El mundo de esta aguerrida Madelyn está ubicado en un medievo de fantasía, en el que un horrible brujo levanta de sus tumbas a un sinfín de muertos vivientes mientras diezma las fuerzas del Rey y maldice a toda la familia real para que no puedan hacerle frente. Pero su maldad no queda ahí, además acaba con la vida del perro de Madelyn, Fritzy, para mayor desdicha. Al menos su fiel mascota vuelve como entidad ectoplásmica del más allá para ayudar a su querida ama en esta amalgama de dificultades y enfrentamientos que les espera para acabar con el mal que les asola. Este planteamiento quedará perfectamente detallado en la introducción del juego, una estupenda composición de dibujos animados que nos hará desear que hagan la serie en la que se recreen las aventuras de esta valiente heroína.
Todo este argumento sirve para presentarnos una variante de Ghost’n Goblins que se puede jugar en dos variantes diferentes. Por un lado está el modo “Arcade” en el que los niveles son lineales, como ocurría en el juego de Capcom. Por otro, tenemos un modo “Historia” en el que encontramos las secuencias, personajes secundarios y los escenarios están interconectados como si de un “metroidvania” al uso se tratase. Sobra decir que en ésta última, la experiencia de juego es mucho más rica y amplia, pero que una vez terminada, nos llamará más la atención la primera ya que emula la sencillez e inmediatez de una recreativa. En ambas modalidades tocará saltar y lanzar armas arrojadizas como hacia Sir Arthur en sus años mozos, incluso las situaciones, saltos y enemigos parecen calcados a los de sus aventuras. Como novedad, tenemos a Fritzy, el perrito fantasma que volará a nuestro alrededor como un satélite. Conforme progresemos, ganará en prestaciones y habilidades, tanto para atacar a nuestros enemigos como para resolver acertijos que abran nuevos caminos. Pero una característica innata que tendrá nuestro espectral can, será la de recoger la “energía” que sueltan nuestros enemigos para acumularla y utilizarla si nosotros caemos en combate. Como es menester, al primer toque perderemos nuestra armadura y deberemos continuar en camisón, pero un segundo golpe será letal y tendremos que tirar de esa energía mágica acumulada. El secreto está en no morir muchas veces de forma continuada para que el nivel del indicador no descienda demasiado.
El apartado gráfico es una auténtica delicia, una recreativa tamizada con detalles y efectos del siglo XXI sin perder su esencia añeja. Vemos luces volumétricas que interactúan con los sprites o el mismo reflejo del agua en ciertas zonas que devuelven los píxeles de la forma más natural. Todo el estilo transpira Ghost’n Goblins continuamente, con un estupendo diseño de enemigos que da su mejor trabajo en los jefes finales, enormes y llenos de rutinas que tendremos que memorizar. Todo el juego tiene un filtro que lo convierte en una verdadera recreativa, pero sí pasamos por las opciones no podremos desactivarlo, solo podremos acentuarlo más todavía. En cuanto a la banda sonora, se ha encargado de las melodías un paisano, nada más y nada menos que Gryzor87, quien ya dejaría su impronta en Maldita Castilla. Estamos ante un juego que entra por los ojos, por el oído y por el tacto, porque consigue retrotraernos treinta años atrás, a los sórdidos salones recreativos, pero con la sensación de que lo que tenemos delante es nuevo y actual. Y eso, niños y niñas, es complicado de narices.
Pero Battle Princess Madelyn no es perfecto. Falla en tonterías inexplicables, como que no expliquen muchas de las argucias del juego y tengamos que dar demasiadas vueltas probando con cada objeto que veamos por si se trata de un puzle o algo importante para progresar. Gran parte de lo que debemos hacer, lo haremos de chiripa, lo que termina por frustrar al jugador. De igual forma, las misiones secundarias del modo historia están soltadas ahí como si nada, con secundarios creados con el mismo diseño que nos invitan a que les devolvamos algo que han perdido o que acabemos con cierto enemigo, pero luego será imposible de diferenciarlos (no tienen ni nombre ni ningún detalle distintivo). Todo esto provoca que casi preferiremos el modo “Arcade”, más simple y vacío de contenido que el prometedor modo “Historia”. Pero lo peor son los “bugs”, esos fallos que corrompen partidas o nos hacen precipitarnos por un abismo infinito al caer por un lugar imposible. Por esto, el juego se ha retrasado una semana más en su versión para Nintendo Switch y para PlayStation 4. Esperemos que en breve, todas las versiones estén disponibles y sin problemas de esta tipología. Estamos ante un gran juego, que sabrán valorar especialmente los jugadores que están de vuelta de todo, los que han vivido muchas aventuras y ya son capaces de distinguir cuando se repiten los mismos engranajes jugables cada cierto tiempo. Está claro que este juego fusila Ghost’n Goblins, lo hemos dicho hasta la saciedad, pero al menos lo hace con buen gusto, con esmero y con cuidado. Solo falta que lo pulan con alguna que otra actualización para que sea el juego que todos queremos que sea.
Calcado a Ghost’n Goblins. El modo Historia y el modo Arcade. La banda sonora.
Los puzles no están bien definidos. Tiene bugs que esperamos se solucionen pronto.