
PC
PlayStation 4
PlayStation 5
Xbox One
Xbox Series
Ready Player One
Probamos Arcadegeddon, un divertido título de acción que debuta en PC y consolas tras su acceso anticipado.

0
0
0
Illfonic se ha ido labrando su reputación en los últimos años con dos títulos que sin llegar a ser un pelotazo, sí le han llevado a hacerse un nombre. Hablamos de Friday the 13th: The Game y Predator: Hunting Grounds, que mientras que con el primer título el estudio tuvo la mala fortuna de ver su trabajo empañado por una polémica con los propietarios de la licencia de Jason Voorhees, el segundo no terminó de cuajar y es fácilmente olvidable. Sin embargo, Illfonic ha dado con la tecla con su recién estrenado Arcadegeddon, un título mucho más redondo en todos los sentidos, con personalidad propia y que apunta a ser la piedra angular del estudio. Nosotros ya tuvimos la oportunidad de jugarlo el año pasado durante su fase de acceso anticipado, pero ahora hemos podido echarle el guante a la versión final y ver cómo ha cambiado -y mejorado- a lo largo de todo este tiempo. Arcadegeddon ya está disponible en PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox One, Xbox Series X|S y PC (a través de la Epic Games Store).
Arcadegeddon no tiene campaña como tal, por lo que la historia se queda a un lado para priorizar la parcela jugable. No obstante, sí se nos da un contexto de lo que está sucediendo en este peculiar universo. Resulta que Gilly es el dueño de un salón de recreativas de la ciudad, el último local que queda en pie, y está tratando de evitar que una megacorporación anónima destruya su negocio. Para ello reúne a todas las recreativas que puede y las conecta a un superjuego, pero la megacorporación Fun Fun Co. logra traspasar la seguridad de Gilly y comienza a lanzar ciberataques al superjuego. Con todo esto, Gilly deposita su confianza en un grupo de jugadores que se conectarán al juego (algo así como Ready Player One) para evitar que Fun Fun Co. se haga con el control total del local. La historia no se complica en absoluto y es muy sencillita.
La propuesta de Arcadegeddon es muy sencilla y adictiva, tiene la intención de mantenernos todo el tiempo posible en la acción mientras aceptamos los desafíos de los clientes del local y nos metemos de lleno en el superjuego para acabar con oleadas de enemigos. En esencia, es un título de acción en tercera persona con un apartado artístico cartoon que recuerda a Fortnite, aunque sus creadores comentan que se han inspirado en Gorillaz. La vertiente PvE (Jugador contra Entorno) está enfocada en un modo aventura en el que nos enfrentamos a oleadas de enemigos que infestan el superjuego de Gilly mientras avanzamos por los biomas (los universos que existen dentro del propio juego) y completamos recados. En su ejecución, es muy parecido a algunos juegos roguelike/roguelite que ya hemos visto en tantísimas ocasiones, aunque Arcadegeddon aporta algo de frescura con su toque característico. Los niveles procedurales varían y siempre ofrecen algo nuevo, cambiando ligeramente su diseño y reubicando los elementos del escenario y a los enemigos para que la experiencia no sea siempre la misma.
La variedad de niveles, enemigos o armas no es abismal, pero es lo suficientemente generosa para que en cada partida nos veamos tentados a cambiar nuestro estilo de juego y adaptarnos a lo que demanda cada nivel. El gunplay se siente genial, la acción está bien llevada y el movimiento del personaje es lo suficientemente ágil para que todo ese caos y frenetismo llegue a buen puerto. Hay mucha variedad de armas, no todas hacen lo mismo, y en función del enemigo algunas serán más útiles que otras. Eso sí, las armas no aportan nada nuevo que no hayamos visto ya, aunque hay algunas ocurrencias muy divertidas y que agradecemos, como esa pistola que infla al enemigo y lo convierte literalmente en un globo. Sin embargo, aunque sea un arsenal de lo más convencional, podemos potenciar sus características mediante potenciadores que aparecen aleatoriamente por los niveles y que nos otorgan bonificaciones en forma de un daño aumentado con los explosivos o una velocidad de cadencia más alta para los rifles de francotirador.
Rara vez encuentras una combinación dentro de la partida que no te guste. Ese es el punto más brillante del juego, que jamás decepciona en cuanto a la experiencia como juego de acción frenético se refiere. Hay mucha variedad y se puede añadir daño elemental a las armas para hacerlo aún más divertido. Puedes añadir daño eléctrico a las escopetas y que lancen una especie de círculo eléctrico que inflinge daño en área o añadir fuego a los rifles de francotirador para que causen el efecto de quemadura en todos ellos. Encontrar nuestro conjunto de habilidades y armas favoritas es divertido, aunque definitivamente hay mejores opciones que otras, pero en líneas generales todo está razonablemente equilibrado. Mención especial para la respuesta háptica del DualSense, muy lograda y que varía en función de las armas. No supone una diferencia notable respecto al resto de versiones, pero sí que es de agradecer que se haya apostado por profundizar un poco más en esta característica.
Ya en la partida el desarrollo de los niveles es un tanto fast food. El juego nos empuja hacia adelante con tareas muy sencillas como capturar y proteger un punto, encontrar llaves para sus respectivos candados o destruir unos núcleos. Estos objetivos, como sucede con el botín, los enemigos y los biomas, se generan aleatoriamente. Además, cuando hayamos llegado a la mitad del bioma, podremos acceder a una tienda en la que podemos gastar el dinero obtenido para hacernos con nuevas armas o potenciadores, y si lo preferimos también podemos subir manualmente la dificultad hasta veinte veces, aunque siempre lo hará de forma automática tras completar un nivel. Los objetivos están bien planteados y se completan de manera rápida, esa es la escena de Arcadegeddon, pero se repiten demasiado. Está bien acabar con oleadas de enemigos, es divertido, pero una mayor variedad de objetivos a completar estaría genial. En compañía gana más, eso seguro, su cooperativo permite agruparnos con otros tres jugadores, pero nuestra experiencia no ha sido del todo positiva. Los jugadores abandonaban las partidas tras el primer nivel, lo que complicaba nuestro avance.

Tampoco faltan las batallas opcionales contra jefazos, que no son más de cinco y aparecen tras unos portales que debemos abrir. Cuándo será su apertura dependerá de nuestro ritmo de juego, por lo que cuanto más rápido completemos los desafíos y acabemos con los enemigos, antes tendremos la oportunidad de enfrentarnos a estos jefes. Estos enfrentamientos pueden llegar a ser extremadamente duros, especialmente en dificultades elevadas, pero su recompensa es generosa si conseguimos sacar el combate adelante. Además, el hecho de completar satisfactoriamente estos portales nos sirven como atajo para el siguiente nivel. Las peleas están bien, pero no son para nada espectaculares, la dificultad varía bastante según el jefe. Arcadegeddon cuenta con una vertiente PvP (Jugador contra Jugador), pero que nos ha parecido poco más que olvidable. Es un contenido que está ahí, pero no tiene tanta importancia, relevancia o profundidad como el modo aventura. En la sala de recreativas podemos apuntarnos a una serie de partidas que no dejan de ser minijuegos con reglas prestablecidas donde gana el equipo que más rondas haya ganado durante toda la serie, ascendiendo a un total de ocho. Algunas de estas pruebas están inspiradas en el éxito de Fall Guys, como la prueba hexagonal, aunque en esta ocasión nosotros debemos romper las plataformas con una escopeta o un lanzagranadas. También hay otras típicas como Rey de la colina o Duelo por equipos. Está bien, son partidas sencillas, pero no hay una gran variedad de pruebas y se repite muy rápido.
El gran pero de Arcadegeddon está ahí, en la falta de contenido. No existe un final como tal, no hay una meta que cruzar. Iniciamos el juego y al minuto ya estamos disparando a oleadas de enemigos mientras completamos desafíos y usamos su divisa virtual para desbloquear algunos cosméticos que hay repartidos por la tienda. No encontramos un tope o una manera de sentirnos realizados como jugador. Por ahora, el único incentivo es escalar puestos en la tabla de clasificación de jugadores, que agrupa las estadísticas en división mensual, semanal y diaria. Queda claro que Illfonic ha trabajado mucho a lo largo del último año para ofrecer un buen juego de cara a la versión final, y así ha sido, pero adolece la falta de contenido. Su propuesta frenética y ese empujón de cara a consumir rápidamente el contenido juega en su contra por la ausencia del mismo. Hay una hoja de ruta de contenido previsto para los próximos meses, pero en el momento de escribir estas líneas echamos en falta más variedad.
Del apartado artístico ya hemos hablado, pero lo repetimos: es genial. El rendimiento es el esperado, al menos en PlayStation 5, versión a la que hemos jugado. Mención especial a la banda sonora, que se ha renovado con nuevos temas tras haber escuchado atentamente al feedback de los últimos meses. Hay una variedad musical muy potente basada en las tendencias actuales del dubstep, pop y electrónica con esos ritmos lo-fi tan bien procesados que convierten la acción en una experiencia enérgica. La música en sintonía con el tono del juego, lo que puede llevar a algunos a rechazar este tipo de melodías. El juego llega traducido al español, aunque muchas frases o bocadillos de texto de la interfaz están sin traducir, a la espera de un parche que todavía no ha sido anunciado. La noticia positiva es que incluye juego cruzado en todas las plataforma, por lo que jugadores de consolas se pueden cruzar entre sí o con los de PC.
CONCLUSIÓN
Arcadegeddon es el juego más completo de Ilfonic hasta la fecha. La base del juego es divertida y atractiva, y su jugabilidad frenética te mantiene enganchado en todo momento. Se disfruta muchísimo más en compañía de amigos. Dejando a un lado sus puntos negativos, como la falta de incentivos para seguir jugando o una mayor variedad de contenido, merece la pena abrir las puertas de este salón de recreativas para divertirse un poco. Su precio es bastante razonable para lo que ofrece ahora -19,99 € en todas las plataformas, y como parte del servicio esencial de PlayStation Plus-., ahora queda lo más difícil: convertir estos cimientos en un shooter que nos invite a seguir jugando a lo largo del tiempo.
Arcadegeddon no tiene campaña como tal, por lo que la historia se queda a un lado para priorizar la parcela jugable. No obstante, sí se nos da un contexto de lo que está sucediendo en este peculiar universo. Resulta que Gilly es el dueño de un salón de recreativas de la ciudad, el último local que queda en pie, y está tratando de evitar que una megacorporación anónima destruya su negocio. Para ello reúne a todas las recreativas que puede y las conecta a un superjuego, pero la megacorporación Fun Fun Co. logra traspasar la seguridad de Gilly y comienza a lanzar ciberataques al superjuego. Con todo esto, Gilly deposita su confianza en un grupo de jugadores que se conectarán al juego (algo así como Ready Player One) para evitar que Fun Fun Co. se haga con el control total del local. La historia no se complica en absoluto y es muy sencillita.
La propuesta de Arcadegeddon es muy sencilla y adictiva, tiene la intención de mantenernos todo el tiempo posible en la acción mientras aceptamos los desafíos de los clientes del local y nos metemos de lleno en el superjuego para acabar con oleadas de enemigos. En esencia, es un título de acción en tercera persona con un apartado artístico cartoon que recuerda a Fortnite, aunque sus creadores comentan que se han inspirado en Gorillaz. La vertiente PvE (Jugador contra Entorno) está enfocada en un modo aventura en el que nos enfrentamos a oleadas de enemigos que infestan el superjuego de Gilly mientras avanzamos por los biomas (los universos que existen dentro del propio juego) y completamos recados. En su ejecución, es muy parecido a algunos juegos roguelike/roguelite que ya hemos visto en tantísimas ocasiones, aunque Arcadegeddon aporta algo de frescura con su toque característico. Los niveles procedurales varían y siempre ofrecen algo nuevo, cambiando ligeramente su diseño y reubicando los elementos del escenario y a los enemigos para que la experiencia no sea siempre la misma.
«La propuesta de Arcadegeddon es muy sencilla y adictiva [...] el gunplay se siente genial, la acción está bien llevada y el movimiento del personaje es lo suficientemente ágil para que todo ese caos y frenetismo llegue a buen puerto »
La variedad de niveles, enemigos o armas no es abismal, pero es lo suficientemente generosa para que en cada partida nos veamos tentados a cambiar nuestro estilo de juego y adaptarnos a lo que demanda cada nivel. El gunplay se siente genial, la acción está bien llevada y el movimiento del personaje es lo suficientemente ágil para que todo ese caos y frenetismo llegue a buen puerto. Hay mucha variedad de armas, no todas hacen lo mismo, y en función del enemigo algunas serán más útiles que otras. Eso sí, las armas no aportan nada nuevo que no hayamos visto ya, aunque hay algunas ocurrencias muy divertidas y que agradecemos, como esa pistola que infla al enemigo y lo convierte literalmente en un globo. Sin embargo, aunque sea un arsenal de lo más convencional, podemos potenciar sus características mediante potenciadores que aparecen aleatoriamente por los niveles y que nos otorgan bonificaciones en forma de un daño aumentado con los explosivos o una velocidad de cadencia más alta para los rifles de francotirador.


Rara vez encuentras una combinación dentro de la partida que no te guste. Ese es el punto más brillante del juego, que jamás decepciona en cuanto a la experiencia como juego de acción frenético se refiere. Hay mucha variedad y se puede añadir daño elemental a las armas para hacerlo aún más divertido. Puedes añadir daño eléctrico a las escopetas y que lancen una especie de círculo eléctrico que inflinge daño en área o añadir fuego a los rifles de francotirador para que causen el efecto de quemadura en todos ellos. Encontrar nuestro conjunto de habilidades y armas favoritas es divertido, aunque definitivamente hay mejores opciones que otras, pero en líneas generales todo está razonablemente equilibrado. Mención especial para la respuesta háptica del DualSense, muy lograda y que varía en función de las armas. No supone una diferencia notable respecto al resto de versiones, pero sí que es de agradecer que se haya apostado por profundizar un poco más en esta característica.
Ya en la partida el desarrollo de los niveles es un tanto fast food. El juego nos empuja hacia adelante con tareas muy sencillas como capturar y proteger un punto, encontrar llaves para sus respectivos candados o destruir unos núcleos. Estos objetivos, como sucede con el botín, los enemigos y los biomas, se generan aleatoriamente. Además, cuando hayamos llegado a la mitad del bioma, podremos acceder a una tienda en la que podemos gastar el dinero obtenido para hacernos con nuevas armas o potenciadores, y si lo preferimos también podemos subir manualmente la dificultad hasta veinte veces, aunque siempre lo hará de forma automática tras completar un nivel. Los objetivos están bien planteados y se completan de manera rápida, esa es la escena de Arcadegeddon, pero se repiten demasiado. Está bien acabar con oleadas de enemigos, es divertido, pero una mayor variedad de objetivos a completar estaría genial. En compañía gana más, eso seguro, su cooperativo permite agruparnos con otros tres jugadores, pero nuestra experiencia no ha sido del todo positiva. Los jugadores abandonaban las partidas tras el primer nivel, lo que complicaba nuestro avance.


Tampoco faltan las batallas opcionales contra jefazos, que no son más de cinco y aparecen tras unos portales que debemos abrir. Cuándo será su apertura dependerá de nuestro ritmo de juego, por lo que cuanto más rápido completemos los desafíos y acabemos con los enemigos, antes tendremos la oportunidad de enfrentarnos a estos jefes. Estos enfrentamientos pueden llegar a ser extremadamente duros, especialmente en dificultades elevadas, pero su recompensa es generosa si conseguimos sacar el combate adelante. Además, el hecho de completar satisfactoriamente estos portales nos sirven como atajo para el siguiente nivel. Las peleas están bien, pero no son para nada espectaculares, la dificultad varía bastante según el jefe. Arcadegeddon cuenta con una vertiente PvP (Jugador contra Jugador), pero que nos ha parecido poco más que olvidable. Es un contenido que está ahí, pero no tiene tanta importancia, relevancia o profundidad como el modo aventura. En la sala de recreativas podemos apuntarnos a una serie de partidas que no dejan de ser minijuegos con reglas prestablecidas donde gana el equipo que más rondas haya ganado durante toda la serie, ascendiendo a un total de ocho. Algunas de estas pruebas están inspiradas en el éxito de Fall Guys, como la prueba hexagonal, aunque en esta ocasión nosotros debemos romper las plataformas con una escopeta o un lanzagranadas. También hay otras típicas como Rey de la colina o Duelo por equipos. Está bien, son partidas sencillas, pero no hay una gran variedad de pruebas y se repite muy rápido.
«El gran pero de Arcadegeddon está ahí, en la falta de contenido [...] no encontramos un tope o una manera de sentirnos realizados como jugador.»
El gran pero de Arcadegeddon está ahí, en la falta de contenido. No existe un final como tal, no hay una meta que cruzar. Iniciamos el juego y al minuto ya estamos disparando a oleadas de enemigos mientras completamos desafíos y usamos su divisa virtual para desbloquear algunos cosméticos que hay repartidos por la tienda. No encontramos un tope o una manera de sentirnos realizados como jugador. Por ahora, el único incentivo es escalar puestos en la tabla de clasificación de jugadores, que agrupa las estadísticas en división mensual, semanal y diaria. Queda claro que Illfonic ha trabajado mucho a lo largo del último año para ofrecer un buen juego de cara a la versión final, y así ha sido, pero adolece la falta de contenido. Su propuesta frenética y ese empujón de cara a consumir rápidamente el contenido juega en su contra por la ausencia del mismo. Hay una hoja de ruta de contenido previsto para los próximos meses, pero en el momento de escribir estas líneas echamos en falta más variedad.


Del apartado artístico ya hemos hablado, pero lo repetimos: es genial. El rendimiento es el esperado, al menos en PlayStation 5, versión a la que hemos jugado. Mención especial a la banda sonora, que se ha renovado con nuevos temas tras haber escuchado atentamente al feedback de los últimos meses. Hay una variedad musical muy potente basada en las tendencias actuales del dubstep, pop y electrónica con esos ritmos lo-fi tan bien procesados que convierten la acción en una experiencia enérgica. La música en sintonía con el tono del juego, lo que puede llevar a algunos a rechazar este tipo de melodías. El juego llega traducido al español, aunque muchas frases o bocadillos de texto de la interfaz están sin traducir, a la espera de un parche que todavía no ha sido anunciado. La noticia positiva es que incluye juego cruzado en todas las plataforma, por lo que jugadores de consolas se pueden cruzar entre sí o con los de PC.


CONCLUSIÓN
Arcadegeddon es el juego más completo de Ilfonic hasta la fecha. La base del juego es divertida y atractiva, y su jugabilidad frenética te mantiene enganchado en todo momento. Se disfruta muchísimo más en compañía de amigos. Dejando a un lado sus puntos negativos, como la falta de incentivos para seguir jugando o una mayor variedad de contenido, merece la pena abrir las puertas de este salón de recreativas para divertirse un poco. Su precio es bastante razonable para lo que ofrece ahora -19,99 € en todas las plataformas, y como parte del servicio esencial de PlayStation Plus-., ahora queda lo más difícil: convertir estos cimientos en un shooter que nos invite a seguir jugando a lo largo del tiempo.
Jugado en PlayStation 5. Copia digital proporcionada por Best Vision PR
Es divertido, y en compañía todavía más. La banda sonora. Se lanza a precio reducido.
No ofrece nada que no hayamos visto ya y le falta contenido. El PvP podría tener algo más de chicha.
Arcadegeddon tiene una base sólida y es muy divertido, algo que la mayoría apreciará, pero le falta una mayor variedad de contenido para brillar.