
Nintendo DS
Animales Online
Animal Crossing da el salto a la portátil de moda, con un suculento modo online y algunas novedades frente a la entrega de GameCube.

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Aunque Shigeru Miyamoto es la cabeza visible de Nintendo y la persona que se lleva casi todos los reconocimientos de cara al gran público, a su sombra han ido formándose y creciendo verdaderos genios de la industría. Con el creador de Mario alejado desde hace unos años de la dirección directa, Miyamoto supervisa gran parte de los desarrollos propios y ajenos pero sin llegar a inmiscuirse a fondo en ellos, otros japoneses de la casa afincada en Kioto han tomado su relevo, mostrándose en algunas ocasiones tan capaces como él. Puede ser por ejemplo el caso de Katsuya Eguchi, una de las cabezas pensantes tras el éxito de Animal Crossing en GameCube y que es el máximo responsable de esta versión adaptada a Nintendo DS bajo el subtítulo de Wild World. Mientras ya prepara el salto de la saga a Wii, y en la que esperamos que se expandan las posibilidades tanto de interacción como de comunicación online, Eguchi y su equipo han presentado al mundo su último trabajo, con el modo WiFi Connection como gran abanderado y extendiendo la fiebre Animal Crossing hasta límites que difícilmente podrían haberse previsto. Tanto es así, que la serie es hoy por hoy una de las de mayor éxito de la compañía, y esta última entrega va camino de superar los cuatro millones de unidades a lo largo del globo. Parece que al final no fue tan arriesgada la decisión de sacar de Japón un concepto a priori tan poco atractivo para los occidentales, pero ¿cuál es la clave de tal aceptación? Los gustos de americanos y europeos van acercándose lentamente hacía géneros tradicionalmente nipones, y aunque todavía es complicado imaginar las estanterías de nuestras tiendas con títulos de pesca, carreras de caballos o extraños juegos de rol, la masificación del mercado y la búsqueda de nuevos usuarios han hecho posible que ideas antes extravagantes a ojos de un comprador del viejo o nuevo continente sean ahora habituales e incluso apetecibles.
La historia inicial de Wild World nos conduce hasta una aldea de animales bípedos y parlanchines en la que bajo el control de un humano vamos a comenzar una nueva vida. Nuestro protagonista llega sin un duro a su nuevo pueblo, y tras agenciarse una minúscula casa gracias al usurero de Tom Nook (dueño a su vez de la única tienda de la zona), comenzará poco a poco su día a día, ganando dinero para pagar la hipóteca y todos los caprichos que pueda tener el lujo de permitirse. Su singular temática y el desarrollo pausado que marca no lo hacen apropiado para los jugadores que busquen alicientes en las emociones fuertes o la dificultad creciente. Es más, Animal Crossing se desmarca de la mayoría de juegos porque no supone ningún reto real de cara al usuario, la diversión radica en acciones más contemplativas y relajantes, así como en la satisfacción que supone ver como nuestro hogar se convierte con el paso del tiempo en una verdadera mansión, o en la recolección de cientos de muebles, ropas, insectos, peces o fósiles de extintos dinosaurios.
En una primera parte de este análisis, podemos valorar los aspectos jugables al margen de la comunicación que podemos llevar a cabo con personajes humanos o controlados por la CPU. Los trabajos iniciales que realizamos para Nook al comienzo de la partida y a modo de tutorial nos ayudan a familiarizarnos con el manejo. La acción se desarrolla sobre la pantalla táctil, que puede ser usada para el control, al igual que la cruceta y los botones frontales de la portátil. Durante las primeras horas de juego, podemos dedicarnos a conocer a los vecinos, plantar flores, visitar los distintos edificios del pequeño bosque, sacudir los árboles en busca de secretos o recolectar conchas en la playa para ganar algunas monedas con su venta. El salto en cuanto a opciones de juego lo damos gracias a los diversos objetos de utilidad disponibles, y que por lo general tendremos que esperar a ver en la tienda para poder conseguir. Entre los incluidos destacan la pala, el hacha, la caña de pescar y la red de mariposas. Gracias a ellos podemos cazar peces e insectos, talar y plantar árboles a nuestro gusto o desenterrar cosas ocultas bajo tierra, como los muy bien pagados fósiles. Además, entre las novedades hay una regadera para mantener vivas y con buen color nuestras flores, que incluso podemos cruzar para obtener especies nuevas, o un tirachinas que sirve para explotar los globos con regalo que de vez en cuando transitan por sorpresa surcando el cielo. La mayoría de acciones no requiere una gran manejo, aunque para la pesca tenemos que poseer paciencia y buena puntería, pues los peces son a veces muy escurridizos.
La historia inicial de Wild World nos conduce hasta una aldea de animales bípedos y parlanchines en la que bajo el control de un humano vamos a comenzar una nueva vida. Nuestro protagonista llega sin un duro a su nuevo pueblo, y tras agenciarse una minúscula casa gracias al usurero de Tom Nook (dueño a su vez de la única tienda de la zona), comenzará poco a poco su día a día, ganando dinero para pagar la hipóteca y todos los caprichos que pueda tener el lujo de permitirse. Su singular temática y el desarrollo pausado que marca no lo hacen apropiado para los jugadores que busquen alicientes en las emociones fuertes o la dificultad creciente. Es más, Animal Crossing se desmarca de la mayoría de juegos porque no supone ningún reto real de cara al usuario, la diversión radica en acciones más contemplativas y relajantes, así como en la satisfacción que supone ver como nuestro hogar se convierte con el paso del tiempo en una verdadera mansión, o en la recolección de cientos de muebles, ropas, insectos, peces o fósiles de extintos dinosaurios.
En una primera parte de este análisis, podemos valorar los aspectos jugables al margen de la comunicación que podemos llevar a cabo con personajes humanos o controlados por la CPU. Los trabajos iniciales que realizamos para Nook al comienzo de la partida y a modo de tutorial nos ayudan a familiarizarnos con el manejo. La acción se desarrolla sobre la pantalla táctil, que puede ser usada para el control, al igual que la cruceta y los botones frontales de la portátil. Durante las primeras horas de juego, podemos dedicarnos a conocer a los vecinos, plantar flores, visitar los distintos edificios del pequeño bosque, sacudir los árboles en busca de secretos o recolectar conchas en la playa para ganar algunas monedas con su venta. El salto en cuanto a opciones de juego lo damos gracias a los diversos objetos de utilidad disponibles, y que por lo general tendremos que esperar a ver en la tienda para poder conseguir. Entre los incluidos destacan la pala, el hacha, la caña de pescar y la red de mariposas. Gracias a ellos podemos cazar peces e insectos, talar y plantar árboles a nuestro gusto o desenterrar cosas ocultas bajo tierra, como los muy bien pagados fósiles. Además, entre las novedades hay una regadera para mantener vivas y con buen color nuestras flores, que incluso podemos cruzar para obtener especies nuevas, o un tirachinas que sirve para explotar los globos con regalo que de vez en cuando transitan por sorpresa surcando el cielo. La mayoría de acciones no requiere una gran manejo, aunque para la pesca tenemos que poseer paciencia y buena puntería, pues los peces son a veces muy escurridizos.
Información del juego
Fecha de lanzamiento: 31 de marzo de 2006
Desarrollado por:
Nintendo