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El efecto Mandela
Vertigo es una transformación del concepto de la película clásica en un videojuego con sus propias ambiciones
Por Andrés JC,
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El ejercicio que se proponen nuestros paisanos de Pendulo con Alfred Hitchcock Vertigo es difícil de explicar en un primer acercamiento. No es una adaptación de la película (lo cual queda más o menos claro mirando la portada), tampoco es una continuación ni nada que se le parezca. Pero el nombre del director, Hitchcock, está en la portada y es por una buena razón, además de por temas de márketing. Esta es una interpretación personal del concepto en torno al que gira el filme, que es la representación de problemas psicológicos maníacos, complejas situaciones interpersonales y la obsesión en las relaciones románticas... entre otras.
Partiendo de esta premisa, el juego Vertigo tiene la casi imposible tarea de elaborar una obra con su propia identidad que sea capaz de reflejarse en una de las mejores películas de la historia. Esta es una ambición digna de elogio, porque además debe adaptar mecánicas de videojuego que transformarán la obra más allá de su inspiración cinematográfica original. Este es un título casi totalmente narrativo donde el jugador toma el control de varios personajes pero no interactúa de forma demasiado activa con lo que sucede. Dicho en otras palabras, todo está supeditado a contar la historia y la mayor parte de interacciones se limitan a quick time events, diálogos con varias respuestas posibles y pequeñas fases de exploración. Es una fórmula bastante explotada a estas alturas, y con bastante éxito, en las obras de Quantic Dream, Telltale o Supermassive por ejemplo.
Lo que resulta llamativo de Vertigo es que intenta compensar sus limitados medios técnicos (un apartado gráfico discreto, donde destacan los personajes) con un guión ciertamente enrevesado. El protagonista, en torno al que gira toda la historia, dice haber perdido a su mujer y a su hijo en un accidente—pero esos hechos no se corresponden con la realidad. El hombre, que parece totalmente en sus cabales, asegura que ha sido así y ante la perplejidad de sus familiares, se somete a regañadientes a un extravagante proceso de psicoanálisis. La historia, que difumina los límites entre lo real y lo falso, lleva al jugador a revivir momentos clave en la vida del protagonista para encontrar una explicación a sus incoherentes afirmaciones. También hay un segundo foco argumental que se acerca al género policiaco.
No puedo dejar de señalar el interés que tiene el argumento del juego, pero la forma de progresar en la aventura hacen complicado mantener la atención sobre lo que sucede. Tanto los diálogos, como las fases jugables, como las cinemáticas, presentan un ritmo excesivamente lento. Hay muchas pausas (no sé si innecesarias o irritantes) entre cada cosa que sucede, que además se ven multiplicadas por la necesidad del guion de volver a revivir el mismo suceso dos veces, un recurso que se utiliza varias veces durante el juego. Es un peaje que ¿quizá se podría haber sorteado de otra manera? No lo sé, pero a menudo da la sensación de ser un problema que sobre el papel no existía y sale a la luz con el mando en la mano.
La sensación general es que, curiosamente, Vertigo es una película vestida de videojuego, donde las características del medio interactivo no se utilizan de manera efectiva para mejorar la experiencia, al contrario: parecen obstáculos en el camino. Las situaciones de tensión, típicas de juegos narrativos de esta naturaleza, donde la acción del jugador es una parte esencial, son escasas. Tiene algunos puntos divertidos, donde podemos decidir qué hacer o cómo llevar a cabo una conversación en situaciones un tanto hilarantes, pero parecen apartadas del argumento central y por tanto, no contribuyen demasiado a empujarnos para seguir jugando.
La versión de Switch, que es la que he jugado, está técnicamente muy comprometida. Pese a que no es un título con florituras gráficas, en la consola de Nintendo el juego tiene numerosos problemas: bajo framerate, carencia de antialiasing, stuttering, texturas de muy baja calidad... en otras versiones la cosa cambia. El estilo artístico, típico de Pendulo, está presente aquí. Un diseño de personajes ciertamente cartoon, con escenarios sencillos pero bien presentados, demuestra la personalidad del estudio. Algunas escenas llaman la atención por su trabajo de iluminación.
Conclusiones
Vertigo es un juego muy ambicioso, quizá demasiado, cuyos engranajes no están suficientemente engrasados como para procesar la historia que pretende contar. Tiene algunos destellos de originalidad, y no se puede negar que ha intentado hacer algo diferente; virtudes que nos pueden animar a seguir jugando si hacemos el esfuerzo de tolerar sus problemas de ritmo e incómoda jugabilidad. Una situación aún más desfavorable cuando en tu título llevas el nombre de una obra maestra del cine.
Partiendo de esta premisa, el juego Vertigo tiene la casi imposible tarea de elaborar una obra con su propia identidad que sea capaz de reflejarse en una de las mejores películas de la historia. Esta es una ambición digna de elogio, porque además debe adaptar mecánicas de videojuego que transformarán la obra más allá de su inspiración cinematográfica original. Este es un título casi totalmente narrativo donde el jugador toma el control de varios personajes pero no interactúa de forma demasiado activa con lo que sucede. Dicho en otras palabras, todo está supeditado a contar la historia y la mayor parte de interacciones se limitan a quick time events, diálogos con varias respuestas posibles y pequeñas fases de exploración. Es una fórmula bastante explotada a estas alturas, y con bastante éxito, en las obras de Quantic Dream, Telltale o Supermassive por ejemplo.
Lo que resulta llamativo de Vertigo es que intenta compensar sus limitados medios técnicos (un apartado gráfico discreto, donde destacan los personajes) con un guión ciertamente enrevesado. El protagonista, en torno al que gira toda la historia, dice haber perdido a su mujer y a su hijo en un accidente—pero esos hechos no se corresponden con la realidad. El hombre, que parece totalmente en sus cabales, asegura que ha sido así y ante la perplejidad de sus familiares, se somete a regañadientes a un extravagante proceso de psicoanálisis. La historia, que difumina los límites entre lo real y lo falso, lleva al jugador a revivir momentos clave en la vida del protagonista para encontrar una explicación a sus incoherentes afirmaciones. También hay un segundo foco argumental que se acerca al género policiaco.
«No puedo dejar de señalar el interés que tiene el argumento del juego, pero la forma de progresar en la aventura hacen complicado mantener la atención sobre lo que sucede»
No puedo dejar de señalar el interés que tiene el argumento del juego, pero la forma de progresar en la aventura hacen complicado mantener la atención sobre lo que sucede. Tanto los diálogos, como las fases jugables, como las cinemáticas, presentan un ritmo excesivamente lento. Hay muchas pausas (no sé si innecesarias o irritantes) entre cada cosa que sucede, que además se ven multiplicadas por la necesidad del guion de volver a revivir el mismo suceso dos veces, un recurso que se utiliza varias veces durante el juego. Es un peaje que ¿quizá se podría haber sorteado de otra manera? No lo sé, pero a menudo da la sensación de ser un problema que sobre el papel no existía y sale a la luz con el mando en la mano.
La sensación general es que, curiosamente, Vertigo es una película vestida de videojuego, donde las características del medio interactivo no se utilizan de manera efectiva para mejorar la experiencia, al contrario: parecen obstáculos en el camino. Las situaciones de tensión, típicas de juegos narrativos de esta naturaleza, donde la acción del jugador es una parte esencial, son escasas. Tiene algunos puntos divertidos, donde podemos decidir qué hacer o cómo llevar a cabo una conversación en situaciones un tanto hilarantes, pero parecen apartadas del argumento central y por tanto, no contribuyen demasiado a empujarnos para seguir jugando.
La versión de Switch, que es la que he jugado, está técnicamente muy comprometida. Pese a que no es un título con florituras gráficas, en la consola de Nintendo el juego tiene numerosos problemas: bajo framerate, carencia de antialiasing, stuttering, texturas de muy baja calidad... en otras versiones la cosa cambia. El estilo artístico, típico de Pendulo, está presente aquí. Un diseño de personajes ciertamente cartoon, con escenarios sencillos pero bien presentados, demuestra la personalidad del estudio. Algunas escenas llaman la atención por su trabajo de iluminación.
Conclusiones
Vertigo es un juego muy ambicioso, quizá demasiado, cuyos engranajes no están suficientemente engrasados como para procesar la historia que pretende contar. Tiene algunos destellos de originalidad, y no se puede negar que ha intentado hacer algo diferente; virtudes que nos pueden animar a seguir jugando si hacemos el esfuerzo de tolerar sus problemas de ritmo e incómoda jugabilidad. Una situación aún más desfavorable cuando en tu título llevas el nombre de una obra maestra del cine.
Jugado en Switch. Copia física proporcionada por Pendulo Studios.
Alternativas
Life is Strange
El argumento es interesante
Ritmo muy lento, narrativa poco eficaz
Original intento de explotar la libertad creativa, inspirada en un clásico del cine, cuya ejecución pone bastantes obstáculos en su camino al éxito