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La época de los grandes imperios
Descubre cómo fue uno de los clásicos por excelencia de los juegos de estrategia en tiempo real.
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Ensemble Studios fue uno de esos equipos de desarrollo que consiguió revolucionar un género. En este caso estamos hablando de uno de los géneros más prolíficos: El de la estrategia en tiempo real. Con Age of Empires dio con la fórmula para catapultarse hacia el éxito, creando uno de los videojuegos más clásicos de la historia que incluso hoy en día presume de una salud envidiable. El hecho de que se tomaran elementos prestados de Warcraft 2 y Civilization conformó una obra que fue aclamada con inusitada firmeza. Y su continuación no hizo otra cosa que enaltecer y potenciar todos los aspectos que hicieron de Age of Empires una obra maestra.
Mejor luchar por algo que vivir para nada
El juego, que está ambientado en la Edad Media tras la caída del Imperio Romano, nos propone tomar el mando de una de las trece civilizaciones del juego y encaminarlas hacia la gloria formando un vasto imperio capaz de derrotar a los enemigos. En los primeros compases de una partida (suponiendo que sea un mapa aleatorio) dispondremos únicamente de 3 aldeanos, una caballería de exploración y un centro urbano donde podemos crear más aldeanos. Nuestro objetivo es aumentar nuestras reservas recogiendo los cuatro recursos naturales que están esparcidos por los mapas: alimento, madera, oro y piedra. Sólo así podremos avanzar por las distintas edades si cumplimos ciertos requisitos, dándonos acceso a nuevos edificios, unidades militares más poderosas y tecnologías más interesantes.
Aunque las civilizaciones tienen bonificaciones propias y están más diferenciadas que en la primera parte, es vital centrarse al principio en la comida y en la madera para sobrevivir con garantía. El alimento se puede conseguir de distintas fuentes (cazando, pescando, recolectando, etc...) y sirve para crear unidades, pasar de edad y desarrollar tecnologías. Acopiaremos madera de los bosques y nos permitirá edificar, desarrollar tecnologías y crear unidades como barcos y armas de asedio. La piedra es un recurso escaso que obtenemos de las canteras y que se utiliza para construir y mejorar murallas, torres y castillos. Por último, el oro es una materia prima valiosa que sirve para crear unidades militares avanzadas y desarrollar las tecnologías superiores. Podemos conseguir oro extrayéndolo de las minas, comerciando con otro jugadores o guareciendo en los monasterios reliquias, unos artefactos esparcidos por los mapas que generan pequeñas pero constantes cantidades de oro para su portador.
La base de todo lo que acabamos de explicar, salvando algunos detalles, ya estaban en el primer juego, pero son tantas las características que introdujo Age of Kings que conviene al menos resaltar las más relevantes. Así, dentro de las civilizaciones es fundamental conocer los puntos fuertes y débiles de todas ellas, pero es que además cada una tiene atributos únicos, una unidad militar exclusiva, una bonificación especial que se aplica durante las partidas por equipos y, por supuesto, su árbol de tecnologías. Según la que escojamos, tendremos acceso a un determinado tipo de soldados y tecnologías. Asimismo, se especializan en algún tipo de unidades determinadas. Por ejemplo, los celtas tienen muy buenas armas de asedio, los francos poseen los mejores paladines, los turcos destacan en el uso de la pólvora, etc.