Análisis de 9 Years of Shadows - Cuando sólo hace falta un abrazo para dar color al mundo

“La nostalgia” es un factor predominante en la industria, eso lo tenemos en cuenta muchos jugadores veteranos con un largo historial de juegos y experiencias en este apoteósico mundillo. Eso es así, y no hay que subestimarla. Muchas obras nos llaman la atención por su parecido con otros títulos que en el pasado lograron escalar en nuestro top personal de “videojuegos favoritos”, “videojuegos memorables” o, simplemente, “videojuegos preferidos para pasar el tiempo”. Sea como sea, todos tenemos nuestro propio ranking de aventuras y géneros que de forma inconsciente o intencional nos impulsa a buscar en lo más profundo de cualquier biblioteca algo que tenga una mínima similitud y pueda devolvernos de alguna manera, esos estímulos que tanto anhelamos. Aquí es cuando entra nuestro protagonista "9 Years of Shadows"

Desarrollado por Halberd Studios, con sede en Guadalajara, México, este metroidvania de desplazamiento lateral ofrece una experiencia totalmente inspirada en los Castlevania antiguos que nos han hecho sentir como si estuviéramos degustando una secuela ochentera olvidada de la saga de Konami. Ofrece la participación de artistas reconocidos de la compañía (y de Capcom) como pueden ser los compositores Michiru Yamane (Castlevania), Norihiko Hibino (Metal Gear) y Manami Matsumae (Mega Man) dándonos la impresión de que estamos ante un título que honra y homenajea a grandes juegos retro de la época.




Un mundo devastado por la oscuridad que tenemos que llenar de color y música

En nuestra aventura por estas tierras contra las fuerzas de la oscuridad, controlaremos a Europa, intrépida guerrera superviviente de la maldición que asola su mundo, destinada a adentrarse en el gigante Talos, fortaleza gigantesca y hogar de antiguas civilizaciones, donde se centra el foco de la corrupción. Nuestra protagonista tendrá que hacer frente a la maldición de Talos antes de que sea demasiado tarde y devolver el color al mundo que le fue arrebatado de una vez por todas. No obstante, nuestra heroína no estará sola, contará con la ayuda de Apino, una adorable criatura mágica con forma de osito que posee el poder de restaurar el color del mundo. Además, contará con el soporte de varios personajes que harán de nuestra aventura por la fortaleza más fructífera.

La música en este título juega un rol esencial para nuestra querida Europa, ya que nos incentivará a buscar a los distintos músicos repartidos por la mazmorra, con el fin de desbloquear nuevas mejoras para nuestra aventurera. Dichos personajes serán homenajes vivientes a los compositores implicados en la banda sonora del juego, tales como los antes citados Michiru Yamane, Norihiko Hibino, Manami Matsumae o Miguel Hasson, también el director creativo de Halberd Studios. Una apuesta musical perfecta para atraer a los fieles veteranos y llevarlos hacia un viaje nostálgico y de recuerdos.




Un metroidvania lateral de color que apunta maneras

Si estamos familiarizados con la fórmula metroidvania, en concreto con los Castlevania antiguos, no tardaremos en acostumbrarnos al mazmorreo de 9 Years of Shadows. Su gameplay, como siempre en este tipo de juegos, se caracteriza por una meticulosa exploración, donde tendremos que investigar las profundidades de la fortaleza Talos para encontrar las diferentes armaduras de Europa y músicos repartidos por sus distintas salas, mientras luchamos contra las diferentes hordas de enemigos corruptos que intentarán más de una vez meternos en un aprieto.

Aquí es donde entra nuestro fiel compañero Apino, que nos incentivará a usar sus poderes de barrera y proyectiles para lograr sortear a los enemigos y jefes. Siendo este mismo una mecánica central muy relevante en toda nuestra aventura y que tendremos que aprender a utilizar adecuadamente. Estos poderes a distancia del compañero nos consumirán barrera, que se traduce en nuestra barra alternativa de vida, dejándonos muy expuestos si abusamos de dicho poder.

Sin embargo, la barra de escudo se puede rellenar en cualquier momento al darle un abrazo al tierno Apino, ofreciéndonos una curación ilimitada siempre y cuando tengamos unos segundos libres. En caso de no disponer de la barrera, los siguientes golpes agotarán nuestros puntos de vida, que por lo general suelen ser escasos y que tendremos que vigilar si no queremos quedar fuera de juego.




En los combates contra los jefes se pondrá aprueba nuestra pericia con esta mecánica, ya que algunos nos forzaran a usar los poderes del tierno osito para poder hacerles frente, incluyendo principalmente el uso de proyectiles. Por si no fuera suficiente, en muchas ocasiones tendremos que ir rotando entre armaduras y habilidades para garantizar nuestra supervivencia o explotar sus debilidades. Lo que desencadenara que las batallas se sientan especialmente acaloradas, ofreciéndonos un pico de dificultad bastante bueno a medida que vayamos avanzando en la aventura. Lastimosamente, no se puede decir lo mismo de los enemigos comunes, ya que con el paso del tiempo se vuelven repetitivos y no dan muchas complicaciones una vez que nos acostumbremos a los peligros de la mazmorra.

Los diversos poderes de la protagonista se irán desbloqueando según vayamos explorando y recolectando las diversas armaduras del juego, cada cual nos permitirá poseer un poder elemental diferente para así poder seguir explorando la mazmorra, desbloqueando nuevos atajos y aprovechar las debilidades elementales de los enemigos. Las armaduras se podrán intercambiar en pleno combate dando bastante margen para afrontar las diferentes amenazas. Tanto estas como la propia Europa se pueden mejorar con fragmentos de luz y de armadura, repartidos minuciosamente por Talos.




Un abrazo es lo único que necesitamos... ¿o no?

La historia de 9 Years of Shadows, aunque no destaca por su complejidad, ofrece muy buenos simbolismos y metáforas relacionadas con temas tan profundos como la depresión o soledad. Estos detalles argumentales nos invitan a reflexionar a medida que vayamos desentrañando los secretos de esta aventura y encontremos el foco de la maldición que aflige su mundo.

El diseño de personajes y su hermosísimo estilo visual sólo nos hace quedar aún más fascinados con los detalles del juego. La paleta de colores y tonalidades hace destacar su pixel art, dándole un tono agradable a la vista. Los diseños de las armaduras y en general de los personajes son fascinantes y pulidos, recordándonos en algunas ocasiones a animes ochenteros como "Los Caballeros del Zodiaco" o sin ir más lejos a diseños propios de la saga Castlevania.

En algunos ámbitos, el título se queda corto en ofrecernos ciertos ajustes de accesibilidad, tales como puede ser poner marcadores, limitándonos a recorrer el castillo solo de memoria. Algunos enemigos pecan de ser muy previsibles, repetitivos y los combates se limitan a combos simples debido a la poca variedad de ataques que estos poseen.




Conclusión

9 Years of Shadows es una oda a los videojuegos de nuestra infancia, café para cafeteros, un metroidvania sólido y cortito de ocho a nueve horas que solo busca ofrecer una experiencia a la altura de los grandes títulos del pasado. Es cierto que su mayor problema es la falta de innovación, al agarrarse mucho de lo ya consolidado por dicho género, no ofrece una experiencia nueva. Pero se agradece muchísimo y aún más en esta industria llena de refritos de baja calidad y grandes obras descontinuadas, un metroidvania sólido y entretenido es una adquisición maravillosa y perfecta para acallar nuestra hambre insaciable de lo que nos enamora. Pues ese es el poder de la nostalgia.