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Los cachorros te vigilan
DedSec te necesita. Bájate su App y libera a la ciudad de San Francisco del yugo digital que la oprime.
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Analizado en Xbox One. Copia digital proporcionada por Ubisoft.
Lo cierto es que la primera entrega no cumplió las expectativas. El vídeo que se mostró durante la presentación de Watch Dogs en el E3 de 2012 era espectacular, una pasada. La mejor forma inimaginable de trasladar la fórmula Assassin's Creed a un entorno actual con la ambientación de la serie Person of Interest como trasfondo. El problema llegó cuando no se consiguió replicar el apartado técnico, los bugs aparecieron como termitas en la carcacoma y el argumento se quedó en una sucesión tibia de situaciones que no terminaban de enganchar. Un título más que correcto, pero por debajo de lo esperado. Como era de esperar, la segunda entrega se ha mirado con recelo, con mucha suspicacia. Algo que creemos que le ha venido pero que muy bien a Ubisoft Montreal, porque la presión en este sentido ha servido para que esta segunda parte ha sufrido un profundo lavado de cara.
En Ubisoft lo han tenido claro para darle otro enfoque a esta continuación. Si la primera entrega era oscura, gris y con tintes trágicos, en esta ocasión tenemos un título luminoso, colorido y muy muy gamberro. La deprimente Chicago deja su sitio a la divertida San Francisco, mientras que el atormentado Aidan Pearce cede el protagonismo a Marcus Holloway, todo un golferas que se lo pasa de vicio como activista hacker, de hecho, su primer cometido será dejar impoluto su ciberhistorial policial, mitad ganado a pulso con sus travesuras, mitad añadido para que figurase como un peligro potencial para la sociedad. Lo mismo, pero desde una óptica totalmente opuesta y mucho más distendida. Y tenemos que decir que el cambio se agradece. Y mucho. Watch Dogs 2 podrá tener un planteamiento similar al anterior, pero la ejecución y las sensaciones que transmite son muy diferentes.
Nuestro protagonista no tardará en ser aceptado en DedSec, un grupo de activistas que intentan instaurar en San Francisco el movimiento que nació contra el CtOS en la primera entrega y que ahora se presenta en la urbe en su versión 2.0. Como miembros de esta banda del pillaje digital deberemos realizar actos de vandalismos con el firme propósito de ganar seguidores en las redes sociales. Estos fieles no solamente se bajarán nuestra App para formar parte del movimiento, también permitirán que utilicemos sus dispositivos de computación para facilitar nuestra meta, que no es otra que liberar a la consciencia social de la amalgama de mentiras y engaños que vive la sociedad por medio de las grandes multinacionales que nos programan como consumidores de sus productos. Quien dice productos, dice tendencias en tecnología, dice conspiraciones en la sombra o dice elección de cargos políticos relevantes. Pero DedSec os vigila, si no sois parte de la solución sois parte del problema. Join Us!
Lo cierto es que la primera entrega no cumplió las expectativas. El vídeo que se mostró durante la presentación de Watch Dogs en el E3 de 2012 era espectacular, una pasada. La mejor forma inimaginable de trasladar la fórmula Assassin's Creed a un entorno actual con la ambientación de la serie Person of Interest como trasfondo. El problema llegó cuando no se consiguió replicar el apartado técnico, los bugs aparecieron como termitas en la carcacoma y el argumento se quedó en una sucesión tibia de situaciones que no terminaban de enganchar. Un título más que correcto, pero por debajo de lo esperado. Como era de esperar, la segunda entrega se ha mirado con recelo, con mucha suspicacia. Algo que creemos que le ha venido pero que muy bien a Ubisoft Montreal, porque la presión en este sentido ha servido para que esta segunda parte ha sufrido un profundo lavado de cara.
En Ubisoft lo han tenido claro para darle otro enfoque a esta continuación. Si la primera entrega era oscura, gris y con tintes trágicos, en esta ocasión tenemos un título luminoso, colorido y muy muy gamberro. La deprimente Chicago deja su sitio a la divertida San Francisco, mientras que el atormentado Aidan Pearce cede el protagonismo a Marcus Holloway, todo un golferas que se lo pasa de vicio como activista hacker, de hecho, su primer cometido será dejar impoluto su ciberhistorial policial, mitad ganado a pulso con sus travesuras, mitad añadido para que figurase como un peligro potencial para la sociedad. Lo mismo, pero desde una óptica totalmente opuesta y mucho más distendida. Y tenemos que decir que el cambio se agradece. Y mucho. Watch Dogs 2 podrá tener un planteamiento similar al anterior, pero la ejecución y las sensaciones que transmite son muy diferentes.
Nuestro protagonista no tardará en ser aceptado en DedSec, un grupo de activistas que intentan instaurar en San Francisco el movimiento que nació contra el CtOS en la primera entrega y que ahora se presenta en la urbe en su versión 2.0. Como miembros de esta banda del pillaje digital deberemos realizar actos de vandalismos con el firme propósito de ganar seguidores en las redes sociales. Estos fieles no solamente se bajarán nuestra App para formar parte del movimiento, también permitirán que utilicemos sus dispositivos de computación para facilitar nuestra meta, que no es otra que liberar a la consciencia social de la amalgama de mentiras y engaños que vive la sociedad por medio de las grandes multinacionales que nos programan como consumidores de sus productos. Quien dice productos, dice tendencias en tecnología, dice conspiraciones en la sombra o dice elección de cargos políticos relevantes. Pero DedSec os vigila, si no sois parte de la solución sois parte del problema. Join Us!
